El temor a un 'caso Roquetas' acaba con 6 guardias heridos por evitar da?ar a un detenido muy violento
AGRESION POLICIAS
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Ideal Digital <2006-05-05>
Seis guardias civiles del cuartel de Pinos Puente, la mitad de la plantilla, se encuentran de baja por las lesiones sufridas cuando intentaban reducir a un detenido violento. Y la fuerza bruta de esta persona, un delincuente habitual del pueblo con más de 30 antecedentes, no fue el único factor decisivo en el resultado del altercado. Pesó más el miedo de los agentes a convertirse en protagonistas de otro 'caso Roquetas'. Acabaron heridos por no sobrepasar ni un ápice la fuerza empleada en ponerle los grilletes. Querían evitar a toda costa ser acusados de pegar a un detenido. Así lo expresó uno de los tenientes testigos del incidente: ?El miedo que tenía era por los hechos acontecidos recientemente en Almería y el paralelismo que veía en lo que nos estaba pasando. No se me iba de la cabeza y lo que intentamos era no hacerle da?o?.
Por un trámite
El episodio de violencia vivido en el peque?o cuartel de la citada localidad granadina tuvo lugar el pasado martes, cuando el protagonista de estos hechos acompa?ó a su yerno hasta el puesto de la Guardia Civil para realizar un trámite burocrático. ?Algo relativo a un permiso penitenciario?, apuntó uno de los agentes lesionados.
Cuando llegó, ya lo hizo con mal pie. Su actitud revelaba que su visita no iba a ser un camino de rosas. Dio un frenazo en la puerta, aparcó en un lugar reservado, después de arremeter contra un coche patrulla y tenía la música a todo volumen. Uno de los agentes que se encontraba en ese momento en el puesto le pidió que bajase la música y la respuesta fueron gritos, insultos y amenazas de muerte con ademanes agresivos.
Esto, insultar y amenazar a un agente de la autoridad, es un delito y por ello lo introdujeron en el cuartel para detenerlo. Y ahí comenzó la batalla campal. Dos de los guardias que se encontraban en ese momento en el edificio relatan cómo, sin razón aparente, comenzó a proferir todo tipo de insultos y dar golpes a diestro y siniestro. ?Hasta su yerno se mostró colaborador con nosotros. Pero él también recibió golpes?, apunta uno de los cabos que ahora 'luce' una escayola en el brazo por una fisura. El detenido comenzó a dar pu?etazos en la mesa y las paredes para evitar que lo redujesen en una escena insólita. ?No sé de dónde sacaba la energía?, apuntó el teniente, quien a?ade que hacía ademanes de sacarse un arma del bolsillo. ?No lo hizo, pero llevaba una navaja de 11 centímetros que luego le quitamos. Si la llega a sacar estaríamos hablando de otra cosa?, relató.
La situación llegó a tal extremo que pidieron refuerzos y, en total, siete agentes tuvieron que intervenir para reducir al detenido. ?No sólo intentábamos no herirlo. Tampoco queríamos que se autolesionase para que luego nos inculpara?, explican. De hecho, un médico revisó las erosiones que tenía el detenido en las manos, según explicaron los agentes, de golpear la pared.
Finalmente, seis de ellos se dieron de baja por luxaciones y fisuras en rodillas y manos. Uno de ellos es un joven agente que acaba de empezar su andadura como tal. Sólo llevaba tres días destinado. ?Ha sido una buena prueba de fuego?, decía ayer con cierta calma. Pero no todo lo malo se vivió exclusivamente en aquella media hora de gritos y golpes. Después de ser puesto a disposición del juez de guardia, éste lo dejó en libertad con cargos por delitos de atentado a la autoridad y amenazas de muerte.
Visita en libertad
Y ni corto ni perezoso volvió al cuartel con actitud prepotente, indemne e impune, ?para buscar no sé qué objeto personal?, relata uno de ellos. Es más, no sólo recibieron su visita, sino también la de un nutrido grupo de familiares y amigos del detenido que pedían explicaciones de lo sucedido. ?Se extendió el bulo de que le habíamos pegado?, dijo el teniente.
Los agentes, lejos de criticar la actuación judicial, afirman que deberían tener más protección por parte de las leyes, con el fin de evitar estas situaciones. Se sienten desprotegidos. Sobre todo porque, además de las 32 detenciones por robos, la del martes es la quinta vez que esta persona (M. H. M.) atenta contra guardias civiles.
ROCÍO MENDOZA/GRANADA