La Audiencia de Madrid archiva la “desaparición” de nueve armas del museo de la Policía MunicipalEl fallo dice que es posible que los acusados “no obraran con la diligencia exigible en la custodia” y añade que no es materia penal, por lo que “deberá ser depurada en otras sedes”.

La sección 30 de la Audiencia Provincial de Madrid ha archivado definitivamente la denuncia que había presentado la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU) tras la “desaparición” de nueve armas del Museo de la Policía Municipal. En el año 2013 esa asociación presentó una denuncia contra ocho mandos y agentes del cuerpo al considerarles responsables de la desaparición de estas armas. Un primer auto ya desestimó la responsabilidad de estos funcionarios, que ahora confirma la Audiencia de Madrid rechazando el recurso de apelación.
El juez que tramitó la denuncia lo archivó “por entender que no había indicios de que alguno de los denunciados hubiera podido apoderarse o sustraído intencionadamente las armas mencionadas, cuyo paradero actual se desconoce”. Ese mismo juez señala que la desaparición se produjo cuando se hizo uno de los traslados de la sede del museo. “Lo que dista de estar incidiariamente acreditado es que los denunciados tomaran parte en la sustracción”, explica. “Todo apunta –señala el fallo del recurso- a que han sido denunciados, de forma indiscriminada, por las responsabilidades que respectivamente desempeñaron en algún momento en la Policía Municipal”.
“Todo apunta a que han sido denunciados, de forma indiscriminada, por las responsabilidades que respectivamente desempeñaron en algún momento en la Policía Municipal”, dice el auto
El juez añade que “es posible que no obraran con la diligencia exigible en la custodia de tales efectos, o con rapidez en la denuncia de su extravío, lo que parece ser el fondo de la denuncia presentada”. “Pero esa denuncia no tiene encaje en la sede penal. Deberá ser depurada en otras sedes”. Los agentes denunciantes se enteraron del desmantelamiento del anterior museo, que estaba en la sede del Escuadrón de Caballería, en el otoño de 2009.
Posteriormente un grupo de funcionarios descubrió las cajas abandonadas con materiales del museo en una caseta de la unidad de La Latina en noviembre de ese mismo año. Algunos de los uniformes históricos se encontraron muy deteriorados debido a que varios gatos habían estado peleando en la zona.
El Ayuntamiento tardó un año en recopilar todo el material, pero faltaban armas. La dirección de la Policía reconoció que se habían perdido revólveres y tres pistolas. Algunos agentes que conocían el material del museo hablan de diez. “Un revólver del siglo XIX no fue nunca reconocido como perdido”, explica uno de los funcionarios.
Las denuncias
Se presentaron dos denuncias por parte del sindicato UPM y la Asociación de Policía Municipal Unificada (APMU). Esta última recurrió el primer archivo e incluso dio cuenta a la Intervención de la Guardia Civil por si consideraba que se había producido alguna deficiencia en la custodia de las armas. La Guardia Civil, la competente en esta materia, no impuso ninguna sanción.
El actual coordinador de la Policía Municipal, Emilio García Grande, reconoció en una Comisión de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid que se habían perdido un total de nueve armas: seis de fuego inutilizadas y tres de aire comprimido en perfecto funcionamiento. Las armas se extraviaron, según el responsable municipal, en los traslados que se hicieron desde la Casa de Campo al Escuadrón y desde estas instalaciones a la caseta de La Latina.
Actualmente se puede visitar el Museo, pero no hay armas y tan sólo unos cuantos recuerdos de la Policía Municipal. “Ni siquiera se puede llamar museo, ya apenas tiene vehículos de todo el parque que se ha utilizado desde hace 175 años”. “Pero, al menos, tenemos los carnés profesionales de los caídos y sus placas conmemorativas tienen un lugar donde exponerse”, afirma un estudioso de la materia.
El asunto trajo consecuencias entre los denunciantes. Fuentes que conocen la historia señalan que parece que
un delegado sindical que investigó el tema fue cesado y expulsado como afiliado. Exigió que se recurriera el primer auto, pero no lo logró. Los denunciantes han considerado siempre como responsable al oficial que tenía el museo bajo su tutela y a otro mando al que las instalaciones del museo impedían ampliar el Escuadrón.