Autor Tema: Del poder judicial...  (Leído 258464 veces)

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2760 en: 15 de Julio de 2022, 10:06:52 am »

BLOQUEO EN EL PODER JUDICIAL

Jueces para la Democracia vuelve a pedir a Lesmes que dimita para facilitar la renovación del CGPJ


 Aseguran que "un gesto como su dimisión podría servir para que se superara la actual situación de bloqueo"





El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes.

El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes. EFE
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14 de julio de 2022 12:09h
La asociación Juezas y Jueces para la Democracia (JJpD) ha vuelto a pedir al presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, que dimita y lo anuncie en la Apertura del Año Judicial a fin de que "facilite la renovación" de este órgano, cuyo mandato caducó hace más de tres años, en diciembre 2018.


Thank you for watching

En un comunicado este jueves recogido por Europa Press, y como ya hizo el mismo día del año pasado, JJpD pide a Lesmes que se aparte: "Un gesto como su dimisión podría servir para que se superara la actual situación de bloqueo".


Para la asociación, el acto de Apertura del Año Judicial sería un "momento idóneo" para que el también presidente del Tribunal Supremo exprese la "inadmisible situación que padece el CGPJ". "Con la atención de todo el mundo jurídico, ante las instituciones más importantes de nuestra democracia, y con el altavoz que suponen los medios de comunicación, el anuncio de que dimite supondría un acto de responsabilidad y servicio a la Constitución", que fija que la duración del Consejo "son cinco años, y no más de ocho", reclaman.

JJpD recuerda precedentes de vocales del Consejo que presentaron su dimisión por la falta de consenso para una renovación en plazo y denunciaron la "pasividad" de quienes están obligados a verificarlo.

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2761 en: 15 de Julio de 2022, 12:55:20 pm »
Basta que lo pida esa Asociación. . . para que no lo haga. . . Lesmes está a lo que diga el PP. . .

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2762 en: 16 de Julio de 2022, 00:57:36 am »
Basta que lo pida esa Asociación. . . para que no lo haga. . . Lesmes está a lo que diga el PP. . .

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Es que esa Asociación lo pide porque le interesa...

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2763 en: 16 de Julio de 2022, 11:53:26 am »
Y a España. . . no le interesa?. . .

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2764 en: 16 de Julio de 2022, 18:36:59 pm »
Y a España. . . no le interesa?. . .

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Pues depende de a quien le preguntes...

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2765 en: 19 de Julio de 2022, 12:48:13 pm »

Dolores Delgado renuncia como fiscal general del Estado por motivos de salud


La exministra será sustituida en el cargo por Álvaro García Ortiz
Dolores Delgado, en septiembre, durante la celebración del acto de apertura del Año Judicial en el Tribunal Supremo en Madrid.
Dolores Delgado, en septiembre, durante la celebración del acto de apertura del Año Judicial en el Tribunal Supremo en Madrid.
EMILIO NARANJO ((EPA) EFE)
EL PAÍS
19 JUL 2022 - 11:36
ACTUALIZADO: 19 JUL 2022 - 11:59 CEST
Dolores Delgado ha presentado su renuncia, por motivos de salud, como fiscal general del Estado, un puesto en el que será sustituida por Álvaro García Ortiz, jefe hoy día de la secretaria técnica de la Fiscalía General, según ha adelantado El Confidencial y ha confirmado EL PAÍS. El relevo se concretará en el Consejo de Ministros de este martes. Delgado ha ocupado el cargo, al que llegó apenas un mes y medio después de dejar su responsabilidad como ministra de Justicia en el Gobierno de Pedro Sánchez, desde el febrero de 2020.


Delgado se había incorporado a finales de junio a su puesto, tras dos meses de baja después de someterse a una operación de urgencia de la columna vertebral. La fiscal había vuelto al trabajo, aunque su entorno admitía que con cierta dificultad, ya que la intervención a la que se sometió requiere una recuperación larga y requerirá de nuevas cirugías.

MÁS INFORMACIÓN
La fiscal general del Estado estará un mes de baja tras ser operada de urgencia de la columna vertebral
Finalmente, los motivos de salud le han llevado a presentar su dimisión, según ha expuesto la fiscal en una carta remitida a la ministra de Justicia, Pilar Llop. En una nota hecha pública tras conocerse su decisión, Delgado ha subrayado lo “difícil” de una decisión en la que, asegura, ha tenido que conjugar su “inequívoca vocación de servicio público con un alto sentido del deber y responsabilidad”, lo que la ha llevado a “la convicción” de que no se encuentra “en las condiciones físicas exigidas para tan alta función”.


Para la fiscal general, el balance de estos dos años y medio de mandato es “satisfactorio”. “Se han cumplido los objetivos del proyecto, en el que se han logrado hitos históricos para la carrera fiscal y la justicia española y un cambio de paradigma en la Fiscalía centrado en la transparencia, los valores democráticos, los derechos humanos, la perspectiva de género y la protección de los más vulnerables”, recoge la nota difundida por la Fiscalía.

La renuncia de Delgado pone fin a un mandato que, desde el inicio, ha sido convulso. Llegó a la Fiscalía General directa desde el Ministerio de Justicia, departamento que había dirigido durante el primer gobierno de Pedro Sánchez, una situación inédita que la convirtió en diana de la derecha. No solo de la derecha política, sino también del sector más conservador de la judicatura y de la propia carrera fiscal, que ha ejercido de oposición interna poniendo en cuestión prácticamente todas las decisiones de Delgado. Su propio nombramiento como fiscal general tuvo que ser revisado por el Supremo después de que PP y Vox lo impugnaran, pero el tribunal no consideró a ambos partidos legitimados para recurrir esa decisión y ratificó la designación.


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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2766 en: 27 de Julio de 2022, 09:59:43 am »
Todos iguales ante la ley...



La Justicia no logra meter en la cárcel al juez corrupto Salvador Alba 250 días después de su condena


La Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias sigue sin resolver la última escaramuza del penado y su abogado, Nicolás González-Cuéllar: la recusación de su presidente presentada a principios de junio
— El Poder Judicial rechaza el último intento de Salvador Alba para recuperar la condición de juez
El exjuez Salvador Alba
El exjuez Salvador Alba Alejandro Ramos
Canarias Ahora

26 de julio de 2022 21:07 h
0

Han pasado 250 días desde que el Tribunal Supremo ratificó la sentencia que dos años antes, en septiembre de 2019, había dictado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) condenando severamente al entonces juez Salvador Alba Mesa. La sentencia le impuso seis años y medio de cárcel, 18 de inhabilitación, 12.500 euros de multa y 60.000 de indemnización a su víctima, la magistrada Victoria Rosell, actual delegada del Gobierno contra la Violencia de Género. 250 días después de que la condena se convirtiera en firme en noviembre de 2021, la justicia sigue sin poder meter en prisión al penado, que disfruta de plena libertad en su casa costera del municipio de Telde, donde hace vida absolutamente normal, la que corresponde a un ciudadano libre.

Del médico de la mutua a una notificación policial: los resquicios a los que se agarró Alba para intentar volver a ser juez

SABER MÁS
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la que lo condenó en 2019, no ha sido capaz de meterlo en la cárcel desde que en noviembre de 2021 su sentencia adquirió firmeza. Y esto ha sido así, como explicó ante el Parlamento su presidente Juan Luis Lorenzo Bragado, porque los jueces que la componen están siendo exquisitos en las respuestas a cada una de las escaramuzas legales que presenta el penado y su abogado, el madrileño Nicolás González-Cuéllar Serrano. La última de esas escaramuzas tiene fecha 7 de junio pasado, cuando se interpuso un incidente de recusación precisamente contra Lorenzo Bragado por haber dicho en el Parlamento de Canarias que se estaban observando todas las prevenciones frente a las peticiones de Salvador Alba para que jamás pueda alegar indefensión en alguna instancia posterior.

Nicolás González-Cuéllar, el letrado, firmó entonces una alambicada recusación consistente en acusar al presidente del tribunal de una suerte de pérdida de independencia por haberse expresado así en respuesta a una pregunta del portavoz del grupo parlamentario Sí Podemos Canarias en un acto formal de la Cámara regional. La pérdida de independencia alegada por parte del condenado vendría dada por que el partido político Podemos se encuentra aún personado como acusación popular en la causa que condujo a la condena.

La recusación tenía tan poco sentido que no solo las partes la rechazaron, sino que el Ministerio Fiscal, representado en esta causa por quien fuera su máximo responsable en el Archipiélago, Vicente Garrido, calificó tal intento de “abusivo” por estar únicamente encaminado a continuar dilatando la ejecución plena de la sentencia, a la que solo le falta la entrada en prisión del penado, una vez se ha tornado firme la expulsión de Alba de la carrera judicial, que también recurrió dos veces ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ

Pese a la oposición del fiscal y de las partes, el TSJC admitió a trámite el incidente de recusación contra Lorenzo Bragado, lo que obliga a la formación de un nuevo tribunal que lo resuelva en unos meses complicados por las fechas veraniegas que se le han venido encima al proceso, lo cual conduce a pensar que es más que probable que Salvador Alba llegará a septiembre todavía disfrutando de libertad. En septiembre se cumplirán tres años exactos desde que se dictó la sentencia del TSJC que ratificó el Supremo en 2021.

Como ha venido informando este periódico, Salvador Alba y su abogado han desplegado un incesante catálogo de obstáculos ante el tribunal para esquivar el ingreso en prisión. Tras los consabidos recursos a la sentencia del Supremo, incluido uno especial de nulidad por vulneración de derechos y otro al Constitucional en amparo, vino una solicitud de indulto al Gobierno firmada por su esposa, la letrada de la Administración de Justicia Teresa Lorenzo, siempre con la solicitud expresa de suspensión de la condena.

En medio, Alba ha alegado dos enfermedades distintas y por separado, una de ellas con imposibilidad inicial para viajar en avión, lo que le privaría en aquellos primeros momentos de la ejecución de la sentencia presentarse voluntariamente en alguna de las cinco cárceles españolas (todas en la Península) habilitadas para acoger presos de esta categoría, es decir, delincuentes relacionados con la lucha contra la delincuencia.

Todas y cada una de las dolencias alegadas por Alba y su abogado fueron rechazadas por los médicos forenses que las han analizado, no sin antes sufrir tres de las facultativas designadas por el tribunal las correspondientes recusaciones por haber conocido en el desempeño de su profesión a la víctima de los delitos de Alba, Victoria Rosell. En ninguna de esas recusaciones se hizo constar que, por los mismos motivos, todas las profesionales recusadas conocen al autor de aquellas.

Ninguna de las enfermedades que presenta Salvador Alba le impiden en estos momentos ingresar en prisión, según los dictámenes de los forenses del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, a donde fueron a parar tras esas recusaciones.

En cuanto el tribunal resuelva la última de las recusaciones, la de su presidente, si es que no hay más y si no aparece otra carambola, al penado Salvador Alba Mesa le quedará un día para ingresar voluntariamente en prisión. Es el margen que resta del plazo de diez días que le fue concedido y que se paralizó cuando empezaron a aparecer sus enfermedades.


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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2767 en: 30 de Julio de 2022, 12:26:01 pm »

El juez que condenó a Isa Serra enchufa al juez Escalonilla en sus lucrativos negocios


El juez Escalonilla que persigue desde hace dos años a Podemos ha participado como ponente en un evento empresarial con presencia de jueces y fiscales de ultraderecha, organizado bajo la dirección del juez que firmó la cuestionable condena a Isa Serra

https://luhnoticias.es/autor/luh-redaccion/
PorLÚH Redacción.13 de enero de 2022 23:00
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UP retira su firma de la Ley de Vivienda de los colectivos para desbloquear la negociación con el PSOE en la materia
El juez Juan José Escalonilla quiere saltar a la fama. Tras dos años de una alargada investigación prospectiva contra Podemos en la que no ha encontrado ni una sola irregularidad, el titular del juzgado 42 de Madrid ha conseguido hacerse hueco como ponente en eventos empresariales de la mano del juez que firmó la cuestionable condena contra la portavoz del partido morado, Isa Serra. La imagen que se traslada a la opinión pública es que los jueces que investigan o condenan a personas vinculadas a Podemos son luego invitados a participar en actividades de empresas privadas en las que se reciben cuantías económicas.

Fue el pasado 13 de diciembre cuando Escalonilla participó en un encuentro sobre "la administración de la crisis en empresas" patrocinado por empresas privadas y con presencia de jueces y fiscales de ultraderecha. El responsable de la dirección académica y presentador fue el magistrado en excedencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Eduardo de Urbano Castrillo, quien firmó la cuestionable condena sobre Isa Serra y no vio delito alguno en el cartel electoral de Vox que criminalizaba descaradamente a los menores no acompañados. En 2017, permitió que el autobús de la organización ultracatólica HazteOir circulase con mensajes que atacaban los derechos de las personas trans.


 
Desde septiembre, Eduardo de Urbano Castrillo se forra en el sector privado como coordinador de Derecho Penal Económico del despacho de abogados Kepler Karst.

LÚH ha contactado con el departamento de prensa del TSJM y con Eactivos y no ha podido confirmar cuál ha sido la cantidad de dinero que los organizadores pagaban a los jueces en estas jornadas. En el caso de haber recibido una jugosa cantidad de dinero, el juez Escalonilla no tiene obligación de declararlo públicamente. No existen registros de transparencia para conocer si el juez percibe dinero de una de estas empresas privadas, ni tampoco se controlan estas actividades por parte del CGPJ.

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2768 en: 30 de Julio de 2022, 15:22:05 pm »
La Última Hora es a la izquierda lo que OK Diario a la derecha. . . todas las informaciones que provengan de ambos medios. . . hay que leerlas con sumo cuidado. . .

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2769 en: 17 de Agosto de 2022, 16:31:17 pm »

Enfado en el sector la seguridad privada ante la petición de una fiscalía de no identificarles en los atestados policiales con el número de la Tarjeta de Identidad Profesional -TIP


hace 1 día

Son varias las asociaciones de vigilantes de seguridad, las que anuncian a este medio, que se movilizaran para denunciar un oficio dirigido por la Fiscalía de Menores de Sevilla a la Policía Nacional solicitando que los policías identifiquen con nombre, apellidos y DNI a los vigilantes de seguridad en el desempeño de su trabajo.

En el citado oficio de fecha 26 de junio de 2022, la citada Institución pide a la Policía que en sus atestados “se den las órdenes oportunas a los agentes,, recordándoles que la identificación en los atestados se debe hacer con los nombres, apellidos y números de DNI, dado que el derecho a ser identificados por el número de profesional solo se recoge en el art. 436 de la L.E.Cr, a favor de los miembros y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. El no realizar correctamente la identificación obliga a los Fiscales, en el curso de la instrucción del procedimiento a proceder a la practica de diligencias de identificación de dichos vigilantes para que sean citados a juicio, retrasando la instrucción. Gracias por adelantado”.

Diversas asociaciones y sindicatos que se han dirigido este medio anuncian su intención de realizar protestas y denuncias ante determinadas Instituciones por lo que consideran un atropello contra su colectivo.

Denuncian por escrito ante las autoridades competentes la petición de identificar a los vigilantes de seguridad con sus datos personales en los atestados policiales

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2770 en: 22 de Agosto de 2022, 08:32:25 am »
'
Sin acuerdo político sobre el CGPJ: casi cuatro años del bloqueo que generó un 'whatsapp


MANUEL MARRACO
@marraco_elmundo
Madrid
Actualizado Lunes, 22 agosto 2022 - 00:06
Semanas antes de vencer el mandato del CGPJ, PP y PSOE habían anunciado un acuerdo

El ex secretario general del PP, Teodoro García Egea y el ex senador del PP, Ignacio Cosidó.
El ex secretario general del PP, Teodoro García Egea y el ex senador del PP, Ignacio Cosidó.
JAVIER BARBANCHO

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Política El Gobierno usa el pacto con el PP para intensificar su ataque a Feijóo
Política El PP acusa a Sánchez de "trilerismo" por "filtrar" un acuerdo sobre el Poder Judicial al que "el propio Gobierno no dio validez"
El bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha cumplido tres años y medio, y subiendo. No hay perspectiva de solución, y de hecho la situación se ha agravado con la incorporación del Tribunal Constitucional (TC) a un problema que tuvo su big bang un 19 de noviembre de 2018, con la filtración de un whatsapp.

PACTO, COMO SIEMPRE.
El 4 de diciembre de 2018 vencía el mandato del actual CGPJ. Como siempre, el PSOE y el PP habían negociado su renovación y el 12 de noviembre hicieron público el acuerdo: 11 vocales a elección del PSOE y sus afines y otros ocho, del PP. Hasta se anunció que el presidente, al que en teoría eligen los vocales, sería Manuel Marchena. Unos días después el acuerdo estaba roto. El 19 de noviembre. El Español divulgó un mensaje interno del portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, que reflejaba la enorme politización del pacto. «Y además controlando la Sala Segunda desde detrás», era una de las frases que incluía.


EL PP NIEGA LA MAYOR
El bochorno llevó al entonces líder del PP, Pablo Casado, a tomar dos medidas: renunciar al acuerdo y exigir que en adelante a una parte de los vocales del Consejo los eligieran directamente los jueces. Actualmente, todos deben ser votados en última instancia por una mayoría cualificada de las Cortes.


IRRECONCILIABLE
La exigencia del PP era irreconciliable con la postura del PSOE, que siempre ha defendido la intervención de las Cortes en la elección de los vocales, incluso los de procedencia judicial. El acuerdo era inviable. Hubo algunas oscilaciones en la posición del PP, como el grado del compromiso con una reforma que aceptaría para emprender la renovación inminente. Pero las posturas nunca se acercaron lo suficiente y la secuencia de procesos electorales impidieron que se anunciara un acuerdo.

EL GOBIERNO, A LAS BRAVAS
Si no es posible alcanzar la mayoría cualificada para renovar el CGPJ, pues se quita la mayoría cualificada. Eso es lo que pensó y puso en marcha el Gobierno en octubre de 2020. El paso que suponía hacia una aún mayor politización del Poder Judicial, que ya no requeriría consensos, hizo saltar las alarmas en la UE. La Comisión Europea tomó cartas en el asunto y presionó hasta que el Gobierno se retractó de sus planes.

UN CONSEJO MANIATADO
Sí salió adelante otra reforma, la que establecía que un Consejo con el mandato vencido no podría hacer los nombramientos de la cúpula judicial que le corresponden. Se buscaba presionar a la renovación, pero hasta ahora la medida sólo ha traído problemas. En particular para el Tribunal Supremo, que no puede reponer las bajas.

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COLISIÓN POR ALCANCE.
El problema del Consejo ha acabado arrollando la renovación del Tribunal Constitucional. El Gobierno no había previsto que al bloquear los nombramientos del CGPJ, le impediría también designar a los dos magistrados del TC que le corresponden. Eso, a su vez, bloqueaba la designación de los dos que elige el Gobierno, lo que a la postre impedía la mayoría progresista en el TC a la que el Ejecutivo aspira. El PP y Gobierno pactaron, de forma oculta, reformar la reforma, es decir, volver a cambiar la ley que regula el CGPJ para que sí pudiera nombrar a los miembros del TC. Pero no dio tiempo porque cayó Pablo Casado.

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FEIJÓO, PERO NO
El cambio en la cúpula del PP suponía una esperanza de acuerdo sobre el CGPJ. Pero cuatro meses después de la llegada de Alberto Núñez Feijóo la situación sigue enquistada. En una solemne comparecencia, la nueva dirección anunció su postura. Renunciaba a exigir que a algunos vocales los eligieran los jueces. Eso abría una puerta al acuerdo, pero el resto de exigencias la cerraba. Principalmente, que el Gobierno renunciara a cambiar la ley iba a permitir al Consejo nombrar a sus dos magistrados del TC. El Ejecutivo no lo aceptó y el bloqueo se confirmó. La filtración del acuerdo secreto del PP de Casado que Feijóo no asume ha sido la última losa sobre la posibilidad de que algún día el CGPJ pueda renovarse.

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2771 en: 07 de Septiembre de 2022, 08:15:59 am »


BLOQUEO DEL PODER JUDICIAL

Los jueces conservadores se hartan y exigen la dimisión en bloque del CGPJ


La desolación preside la apertura del año judicial, que se celebra este miércoles, mientras crecen las voces que piden un cese de todos los vocales para forzar la renovación
Por Beatriz Parera
07/09/2022 - 05:00

Ala magistratura conservadora se le ha acabado la paciencia. La continuidad del actual Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde hace cuatro años y cada vez más gangrenado, comienza a no entenderse tampoco entre los jueces cercanos a la derecha que, hasta ahora, habían callado. Cada día se suman más voces de magistrados que piden un gesto y la dimisión en bloque de todos los vocales. Numerosas fuentes consultadas consideran que el Consejo debe marcharse como única forma de evitar una degradación creciente que dañe de forma irreparable la institución.

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2772 en: 07 de Septiembre de 2022, 17:04:49 pm »
Pues que lo hagan . . . a ver si es verdad que lo hacen . . .

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2774 en: 09 de Septiembre de 2022, 09:11:37 am »
La Fiscalía pide multar a Juana Rivas por abuso de derecho por su querella contra el juez Piñar


El Ministerio Público no ve fundamento en las acusaciones de la mujer, condenada por sustraer a sus hijos, y pide que se rechacen sin más trámite.
8 septiembre, 2022 03:00GUARDAR
 JUANA RIVAS JUECES MENORES
María Peral  @Maria_peral

La Fiscalía ha pedido al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que rechace de plano la querella interpuesta contra el juez Manuel Piñar por Juana Rivas, que atribuye al magistrado supuestos delitos de prevaricación continuada y contra la integridad moral.


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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2775 en: 13 de Septiembre de 2022, 09:28:38 am »


El CGPJ agota hoy el plazo legal para nombrar a sus magistrados del TC
Sin embargo, es "difícil" que pueda cumplir a tiempo, ya que la primera reunión para abrir el debate sobre los posibles candidatos se ha fijado para el próximo viernes

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13 de septiembre de 2022 08:25h
Este martes, 13 de septiembre, expira el plazo fijado por el Gobierno en la última reforma legal para que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) designe a sus dos magistrados del Tribunal Constitucional (TC). Sin embargo, es "difícil" que pueda cumplir a tiempo, ya que la primera reunión para abrir el debate sobre los posibles candidatos se ha fijado para el próximo viernes, según las fuentes consultadas por Europa Press.

El tiempo comenzó a correr el pasado julio, cuando Congreso y Senado aprobaron una nueva modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) que devolvió al CGPJ su capacidad para efectuar nombramientos discrecionales en la cúpula judicial pero solo para que designara a sus dos aspirantes a la corte de garantías, ya que dicha reforma señala expresamente que debía hacerlo antes del 13 de septiembre.


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De esta forma, el Gobierno, a través de esta iniciativa parlamentaria, enmendaba la primera reforma de la LOPJ que llevó a cabo en marzo de 2021 con el objetivo de forzar la renovación del órgano de gobierno de los jueces prohibiendo que designara magistrados para los altos tribunales mientras estuviera en funciones, situación en la que se encuentra desde hace casi cuatro años.

La necesidad de esta 'contrarreforma' surgió el 12 de junio, cuando caducó el mandato de cuatro de los doce magistrados del TC -su presidente, Pedro González-Trevijano; el vicepresidente, Juan Antonio Xiol; y Antonio Narváez y Santiago Martínez-Vares-, porque se trata del tercio que la Constitución encarga renovar a Gobierno y CGPJ.

Ante la imposibilidad, por la primera reforma, de que el Consejo pudiera cumplir su parte, el Ejecutivo sopesó designar a sus dos candidatos al TC sin esperar al CGPJ, si bien las fuentes jurídicas consultadas por Europa Press arrojan dudas sobre la posibilidad legal de que los nominados por Moncloa puedan tomar posesión sin esperar a los del órgano de gobierno de los jueces.

Aunque el impedimento legal para que el CGPJ pudiera cumplir su obligación desapareció con dicha 'contrarreforma', los obstáculos para emprender la renovación parcial del TC surgieron entonces desde el propio Consejo.

Amenaza de bloqueo
Nada más aprobarse esta segunda reforma, el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes, convocó un Pleno extraordinario para el 8 de septiembre exhortando a los 18 vocales que lo componen en la actualidad a aprovechar este cónclave para nombrar a su dupla para el Constitucional.

No obstante, la "desafección" que el propio Lesmes ha reconocido que generó entre los vocales la decisión del Gobierno de habilitar al Consejo a realizar nombramientos pero solo para el TC propició que el denominado bloque conservador amenazara con negarse a efectuar dichas designaciones.

Este plante del núcleo duro haría imposible los nombramientos porque los candidatos necesitan sumar una mayoría reforzada de tres quintos, esto es, doce votos y en estos momentos solo tendrían asegurados los ocho que aglutina el ala progresista, de modo que tendrían que apoyarles también cuatro conservadores.

La semana pasada, en el marco de la toma de posesión del nuevo fiscal general, Lesmes avisó de que no consentiría "un CGPJ en rebeldía" porque la nominación de dos aspirantes al TC es una obligación que la Constitución impone al Consejo.

Apenas 24 horas después, el martes por la noche, los conservadores celebraron una reunión interna para fijar postura. Así, decidieron "defender en todo caso la institucionalidad", lo que implica llegar a "acuerdos debidamente consensuados", según informaron a Europa Press fuentes conocedoras del encuentro.

Se abrían de esta forma a pactar los dos candidatos al TC, aunque con algunas condiciones: establecer primero las "reglas del juego" -cómo proceder para la propuesta y la votación- y respetar "los tiempos de decisión del Consejo".

"Difícil" llegar en plazo
En el Pleno del pasado jueves, los conservadores ofrecieron este modus operandi a los progresistas y éstos aceptaron, en un debate que se desarrolló con "buen ambiente" pero sin que se hablara de nombres concretos para ocupar dos de los cuatro asientos en juego en la corte de garantías, de acuerdo con las fuentes consultadas.

El principal punto del protocolo alumbrado por el CGPJ es que el Pleno no se volverá a reunir hasta que haya dos candidatos decantados, aunque una vez convocado podrán postularse otros aspirantes.

Este Pleno podrá ser convocado por Lesmes a iniciativa propia o a petición de al menos cinco vocales y, según las normas internas del CGPJ, nada habría impedido que se convocara de cara a este martes, si bien las citadas fuentes ya avisaban de que era "difícil" que ocurriera.

En un primer movimiento desde entonces, conservadores y progresistas han designado esta semana a sus respectivos interlocutores y éstos han acordado celebrar una reunión online a las 9.00 horas del próximo viernes para abordar el debate sobre candidatos, lo que sitúa cualquier acuerdo fuera de plazo.

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« Respuesta #2776 en: 14 de Septiembre de 2022, 08:36:32 am »

Quién es el juez García Castellón: tan duro contra Podemos como laxo con el PP


INFORME ESPECIAL — El juez que investiga la operación Kitchen y que se niega a imputar a Cospedal cobró durante 17 años en puestos nombrados por los Gobiernos de Aznar y de Rajoy
— García Castellón rechaza imputar a Cospedal en el caso Kitchen en contra del criterio de Anticorrupción

Ignacio Escolar

El juez instructor del caso Kitchen, Manuel García Castellón
13 de septiembre de 2022 23:30h

Actualizado el 14/09/2022 05:30h


Y luego se preguntarán por qué España es uno de los países de la UE donde los ciudadanos confían menos en la Justicia.

Martes y 13. Septiembre de 2022. El mismo día en que ocho vocales nombrados por el PP en el Consejo General del Poder Judicial se sitúan, de lleno, en la ilegalidad, el juez Manuel García Castellón deja otro ejemplo para explicar por qué la derecha pone tantos esfuerzos en controlar la Justicia a su favor. Este juez de la Audiencia Nacional se ha negado a imputar a María Dolores de Cospedal en el caso Kitchen. A pesar de los audios. A pesar de los numerosos indicios. A pesar del criterio de la Fiscalía Anticorrupción.


Les resumo los datos, que hablan por sí solos.

El 18 de enero de 2013, El Mundo publicó la primera información sobre los papeles de Bárcenas: sobre esa contabilidad en negro con los sobresueldos del PP. Ese mismo día, María Dolores de Cospedal habló con el comisario Villarejo y le encargó que interviniera a favor del partido. “La libretita (de Bárcenas) sería mejor poderla parar”, le pidió a Villarejo Cospedal.

La “libretita” eran los famosos papeles de Barcenas: las pruebas de la caja B. Y quien encargaba al comisario que lo parase no solo era entonces la presidenta de Castilla-La Mancha. También era la número dos del PP.

Villarejo, como siempre hacía, grabó esa conversación. Un audio que no se ha conocido hasta hace muy poco: hasta este mes de mayo, cuando lo publicó El País. Es una grabación –como muchas otras– que, hasta ahora, no formaba parte del sumario judicial porque el Centro Criptológico Nacional (que depende del CNI) asegura que ha sido incapaz de descifrar las grabaciones de Villarejo al completo.

La Justicia le incautó 40 terabytes de audios, la mayoría encriptados. Por razones poco claras –Villarejo dice que la contraseña es la misma, aunque no la quiere desvelar–, el CNI solo ha desencriptado la mitad.

Ante estas nuevas pruebas aparecidas en la prensa, la Fiscalía Anticorrupción y el resto de las acusaciones pidieron al juez García Castellón que reabriera la investigación de la Kitchen, que este juez finiquitó limitando lo ocurrido al Ministerio del Interior, salvando a la cúpula del Gobierno y del PP.

Con estos audios en la mano, Anticorrupción pidió hace diez días imputar de nuevo a Cospedal y llamarla otra vez a declarar. Porque esta grabación demuestra varias cosas muy relevantes para la investigación.

La primera, que Cospedal mintió. No ante la prensa: ante el propio juez. Cuando declaró como imputada, en junio de 2021, Cospedal aseguró que nunca había hecho ningún encargo a Villarejo. Ahora es obvio que no era verdad.

La segunda, que esto nunca fue una operación espontánea del Ministerio del Interior; que había cargos políticos interesados en “parar” las pruebas que Barcenas tenía contra el PP. Y recuerden que esto que pedía Cospedal a Villarejo no fue solo un deseo al viento: eso fue justo lo que ocurrió.

Pocos meses después de aquella conversación se puso en marcha la “operación Kitchen”, que se llamaba así porque se iban a colar “hasta la cocina” de Luis Bárcenas (otras fuentes aseguran que Villarejo la llamó así porque decía que el chófer de Bárcenas “tenía pinta de cocinero”). Fue un operativo ilegal que implicó a decenas de agentes policiales para localizar y destruir todas las pruebas que el tesorero del PP guardaba contra quien entonces era el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Fue un éxito. Lograron destruir los documentos que Bárcenas escondía, y que comprometian al PP.

A pesar de estos indicios tan notables, García Castellón no va más allá. Ha encargado a la policía “analizar” los nuevos audios, pero rechaza la reapertura de la investigación.

Según Anticorrupción, los nuevos audios demuestran que el contenido real de las reuniones entre Villarejo y Cospedal “no era otro que poner en marcha una estrategia para hacer desaparecer parte de las pruebas que pudieran afectar al Partido Popular”.

García Castellón no lo ve igual. Para el juez, los únicos responsables de lo ocurrido a los que se puede juzgar son los mandos del Ministerio del Interior: unos pocos comisarios, el ex secretario de Estado Francisco Martínez y el ex ministro Jorge Fernández Díaz. Que hicieron todo por su cuenta y riesgo: sin encomendarse a nadie más.

Pensar que un ministro monta una operación de este calado sin que nadie más lo sepa en el partido o el Gobierno ya es difícil de creer. Pero no hablamos de sospechas, aunque puedan parecer evidentes si se aplica esa misma lógica por la que se ha condenado a Chaves y Griñán porque “no podían no saber”. Hablamos de indicios muy claros, que según Anticorrupción apuntan a la cúpula del PP.

Manuel García Castellón quiere cerrar la investigación sin ni siquiera volver a interrogar a Cospedal, para que explique por qué mintió. No es el primer favor que le hace al PP por su manera de actuar con la investigación.

Durante meses, a lo largo de 2020, García Castellón se negó a imputar a María Dolores de Cospedal, a pesar de los primeros indicios; de los audios que ya se conocían. El argumento es que tenían que esperar a que declarara Francisco Martínez, el número dos de Interior, para ver qué decía sobre sus conversaciones con Cospedal.

Cuando por fin Martínez fue a declarar, se negó a responder a las preguntas de los abogados de la acusación y de la Fiscalía. Solo contestó al interrogatorio de su propio abogado y al del juez García Castellón, que le preguntó de todo menos lo fundamental: ni una pregunta sobre María Dolores de Cospedal.

Después de negarse a imputar a Cospedal porque faltaba escuchar a Martínez… llega Martínez y no le pregunta por Cospedal.

Finalmente, el juez cedió, pero solo un poco. Imputó a Cospedal, le tomó declaración. La desimputó a ella y a su marido justo un mes después. Ahora, ante las nuevas evidencias, se niega a reabrir la investigación.

La propia Fiscalía Anticorrupción, en uno de sus escritos, explicaba lo ocurrido con estas palabras sobre el juez García Castellón: “Hay una rotunda negativa a seguir investigando en esa dirección, como si se hubiera establecido un cordón o inaceptable línea roja que no se pudiera traspasar en la investigación”.

En román paladino: Anticorrupción se quejaba por escrito de que el juez estaba haciendo todo lo posible para no investigar la trama política de la Kitchen; una “línea roja” para García Castellón.

Dato importante: el jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón, sigue siendo el mismo que nombró la Fiscalía durante el gobierno de Rajoy. No ha cambiado con el Gobierno de coalición. No hablamos de una Fiscalía Anticorrupción de Podemos, si es eso lo que alguno puede deducir.

García Castellón ha logrado también que el principal beneficiario de todo este operativo, el máximo responsable del partido, el mismo al que también apuntan muchos indicios, no haya sido siquiera llamado a declarar. Ni como imputado ni como testigo. Me refiero a “el Barbas”, al “Asturiano”: al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

No hay indicios suficientes, dice el juez. Y ojo: no hablamos de que no haya pruebas para condenar, que esa parte en un proceso penal viene mucho después. Es que, a juicio de García Castellón, no hay pruebas siquiera como para llamar a Rajoy a declarar.

Manuel García Castellón es tan garantista cuando se trata del expresidente del Gobierno que ni siquiera lo suele citar por su nombre. Es como Lord Voldemort.

En el auto de hace un año donde dio carpetazo a la investigación de la Kitchen –70 páginas, donde cuenta su versión de lo que pasó– García Castellón logra un éxito sin igual: explicar todo el caso Kitchen sin mencionar expresamente a Rajoy ni en una sola ocasión. “Ninguna diligencia permite sostener” –asegura el juez– “que el señor Villarejo tuviera comunicación directa con ningún presidente o primer ministro”. Ese presidente del que usted me está hablando, que diría M. Rajoy.

El juez que quería Ignacio González
Ante lo ocurrido con la Kitchen y María Dolores de Cospedal es inevitable recordar aquella conversación que tuvieron Eduardo Zaplana e Ignacio González, cuando recomendaban la vuelta de Manuel García Castellón a la Audiencia Nacional.

Tal vez recuerden aquella historia. La conté con mucho detalle en 2017, en este artículo anterior: El extraño caso del juez que quería cobrar menos y trabajar más.

Zaplana y González –hoy ambos imputados por corrupción– fueron grabados por la Guardia Civil en una comprometedora conversación. Ambos pensaban que nadie les oía. Los dos tenían mucho cuidado con el teléfono, pero no podían imaginar que la UCO había instalado micrófonos en el despacho de González en el que se habían citado para conspirar. Corría el año 2016 y González estaba muy preocupado porque lo suyo iba mal. A pesar de que Rajoy presidía el Gobierno, la Justicia no le dejaba de achuchar.

El entrecomillado que cito ahora no es una reconstrucción: es un párrafo literal de aquella grabación, del 22 de noviembre de 2016.

Ignacio González: “Vamos a ver, Eduardo. Tenemos el Gobierno, el Ministerio de Justicia no sé qué y tal. Y escucha, tenemos a un juez que está provisional… Tú lo asciendes… Yo le digo, a ver, venga usted pa acá. ¿Cuál es la plaza que le toca? Onteniente, a tomar por culo a Onteniente y aquí que venga el titular, que ya me las apañaré con el titular, ¡coño!”

El juez provisional al que había que mandar “a tomar por culo a Onteniente” era Eloy Velasco. Un juez conservador –había sido director general de Justicia de la Generalitat con Zaplana y Camps–, pero que en ese momento estaba apretando las tuercas al PP.

El juez titular con el que González se las pensaba apañar, el juez que prefería tener como instructor de su causa penal, era Manuel García Castellón.

Dicho y hecho. El pronóstico de González se cumplió. Algo que no solo ocurrió con este ejemplo: también acertó con el nombramiento como jefe de Anticorrupción de Manuel Moix.

Era obvio que el corrupto González tenía muy buena información. Según figura en el sumario, hablaba mucho con el ministro de Justicia de entonces, Rafael Catalá. O con Enrique López, hoy consejero de Justicia de Ayuso y entonces juez de la Audiencia Nacional. O con Enrique Arnaldo, hoy juez del Constitucional. O con Pedro González Trevijano, hoy presidente del Tribunal Constitucional.

A Eloy Velasco no le mandaron “a tomar por el culo a Onteniente”. La derecha es más fina. El CGPJ  (los mismos vocales del PP que hoy se saltan la ley) le ascendió a la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional. El juzgado que ocupaba salió a concurso: el Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. Pero oportunamente, antes de que llegara algún juez incontrolado, Manuel García Castellón regresó al juzgado que había dejado 17 años antes.

Ida y vuelta a la Audiencia Nacional
Algunos datos biográficos para explicar su carrera y su vuelta al juzgado en el que trabaja hoy. Manuel García Castellón aprobó las oposiciones el 9 de agosto de 1982. Se afilió a la asociación conservadora, la APM, donde llegó a ser el tesorero. Tras unos primeros puestos sin importancia, en 1993 recaló en la Audiencia Nacional. Primero como juez de refuerzo: una plaza que suele decidir el CGPJ de forma discrecional. Su primer destino fue sustituir a Baltasar Garzón en el Central número 5, cuando se presentó a las elecciones en las listas del PSOE. Más tarde se convirtió en el titular del Central número 6.

Allí llevó varios casos muy sonados: la investigación de Banesto, el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco o el atentado de ETA contra Aznar.

En el año 2000, tras siete años en la Audiencia Nacional, García Castellón logró un puesto dorado, uno de los destinos más cotizados en la judicatura: ser nombrado como magistrado de enlace en Francia.

Este puesto es un nombramiento que depende directamente del Gobierno. No se llega allí ni por puntos ni por mérito ni por oposición. Es una suerte de embajada judicial donde se gana mucho y se suele trabajar muy poco.

En el BOE se puede leer el decreto con el nombramiento “a propuesta conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores y de Justicia”. Lo firma en persona “el vicepresidente Mariano Rajoy”.

En aquel momento, Manuel García Castellón, ilustre juez de enlace en Francia, apenas se manejaba en francés.

Pero nombrar a un juez de la Audiencia Nacional en este destino tenía un beneficio colateral. Mientras el titular de la plaza está en funciones, como juez de enlace, el CGPJ podía nombrar a un sustituto de forma discrecional. Este mecanismo ha sido utilizado por la derecha durante años de forma habitual. No es moco de pavo: sirve para decidir qué juez prefieres en los juzgados más delicados de España, los de la Audiencia Nacional.

En la Audiencia Nacional hay seis Juzgados Centrales de Instrucción. Solo seis, por los que pasan muchos la investigación de los grandes casos de corrupción. Hubo un momento, con el gobierno de Rajoy, en los que la mitad de los titulares de esos juzgados (tres de seis) estaban nombrados como jueces de enlace en distintos países. Mientras tanto, el CGPJ podía nombrar a los jueces que más les gustara para reemplazarlos. Con el añadido de que, si se portaban mal, les podía cambiar. Como hicieron, por ejemplo, con el juez Pablo Ruz.

Pero volvamos a García Castellón. En 2004 llegó Zapatero al Gobierno, pero los distintos ministros de Justicia decidieron no cesarlo. “Nunca fue de mucha utilidad. La coordinación con Francia la hacíamos a través de los jueces de enlace franceses que estaban destinados a España, porque él pasaba más tiempo en Madrid que en París y al principio ni siquiera hablaba bien francés”, dice una fuente del Gobierno de Zapatero. “No lo quisimos destituir porque habría supuesto que volviera cabreado contra nosotros a su juzgado de la Audiencia Nacional, y por eso lo mantuvimos en París”, afirma esa misma fuente.

Tras 12 años en Francia, en marzo de 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió premiar con el cotizado puesto de París a otro juez de su cuerda: a Juan Pablo González González –que antes había sido vocal del CGPJ a propuesta del PP, durante los años de Aznar–. Pero el PP no dejó tirado a García Castellón.

Lo sacaron de París, sí. Pero le nombraron juez de enlace en Italia.Tampoco sabía hablar italiano. ¡Era el candidato ideal!

En Roma estuvo cinco años más, hasta mayo de 2017. Apenas seis meses más tarde de esa conversación entre Ignacio González y Eduardo Zaplana sobre cómo mandar a un juez sustituto “a tomar por culo”, Manuel García Castellón decidió regresar. Fue un paso difícil de entender. A los 64 años, tras 17 años fuera de un juzgado, García Castellón decidió presentarse a un descenso laboral: renunciar al puesto de Italia para cobrar menos y trabajar más.

Volvía a uno de los juzgados que más preocupaba al PP. El del Caso Lezo, el del Caso Púnica, el que juzgaba la financiación ilegal del PP de Madrid.

En aquel momento, García Castellón llevaba 35 años de carrera judicial. Y prácticamente la mitad de ese tiempo, 17 años, lo había pasado en París y en Roma, en puestos de relumbrón a los que había llegado por el dedazo directo de gobiernos del PP.

Que un juez que le debe tanto al PP sea hoy quien decide si se investiga a Rajoy o a Cospedal es otra de esas anomalías que explican por qué la Justicia tiene la imagen que tiene en este país. Aunque los nexos de este juez con la derecha no acaban solo en el PP.

Manuel García Castellón es también cercano a Julio Ariza: el dueño de la cadena ultra Intereconomía. Ariza fue diputado autonómico del PP, aunque está ya muy distanciado de esta formación. Desde su pequeño grupo de medios, ha sido uno de los grandes impulsores de Vox. En las últimas elecciones, de forma simbólica, se presentó como último de la lista de este partido ultra por Barcelona.

García Castellón asistió hace un año a la boda de uno de los hijos de Julio Ariza. También ha sido visto con él en restaurantes de Madrid.

La fijación con Podemos
Desde su juzgado en la Audiencia Nacional, García Castellón también ha protagonizado una impresentable persecución a los políticos de Podemos. Intentó convertir la difusión  del contenido del teléfono de una asesora del partido, Dina Bousselham, en un caso contra Pablo Iglesias, contra Podemos, y contra la propia víctima de aquella operación.

En varias ocasiones, García Castellón ha recibido severos rapapolvos por parte de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que le ordenó archivar una investigación secreta que abrió contra Podemos tachándola de “prospectiva”. O del Tribunal Supremo, que también tumbó otro intento de imputar a Pablo Iglesias. O de la Fiscalía, que también ha criticado muy duramente a este juez.

García Castellón se puso a investigar las cuentas y movimientos bancarios de los fundadores de Podemos sin ni siquiera imputarlos: sin que pudieran defenderse. Lo que a juicio del teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, suponía una intromisión “en el núcleo más sensible de la privacidad”.

Quienes conocen al juez aseguran que esta fijación con Podemos tiene su origen en el interrogatorio que hizo a Pablo Iglesias el 27 de marzo de 2019, poco antes de las primeras elecciones de ese año. Ese día, después de escuchar al líder de Podemos, García Castellón le dijo a Iglesias:

–Me alegro de que lo haya explicado usted así, tan bien, porque yo lo he entendido. Efectivamente en el procedimiento que aquí se sigue, y que usted conocerá por la prensa, respecto al señor Villarejo, aparecen indicaciones del Ministerio del Interior muy serias–, dijo el juez a Iglesias. Unas palabras de las que hoy se arrepiente.

Aquel interrogatorio, y la enésima evidencia de cómo el Gobierno de Rajoy había utilizado impunemente el poder del Estado contra Podemos, marcó aquella campaña electoral. Y la siguiente. Y después llegó el Gobierno de coalición. “García Castellón se siente en parte responsable de ese resultado electoral y siente también que Iglesias le engañó”, dice una persona cercana al juez.

El último intento contra Podemos de García Castellón tiene como objetivo a Juan Carlos Monedero, al que responsabiliza de financiar irregularmente al partido con el cuestionable testimonio de un alto cargo del gobierno de Venezuela que quería evitar a toda costa ser extraditado a Estados Unidos, donde le esperaba un proceso por narcotráfico.

En los últimos dos años, García Castellón ha convertido a Podemos en una de las principales prioridades de un juzgado donde se investigan causas tan relevantes como todos los negocios de Villarejo con el Ibex, o la operación Kitchen. ¿El resultado hasta hoy? Nueve sospechosos, un único imputado: Monedero. Y todos los demás los procesos judiciales contra Podemos archivados.

Y si estos esfuerzos titánicos se hubieran destinado a otros objetivos ¿sabríamos al fin quién es ese misterioso M. Rajoy?

Desconectado 47ronin

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2777 en: 14 de Septiembre de 2022, 09:03:42 am »

Desconectado 47ronin

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2778 en: 14 de Septiembre de 2022, 12:44:00 pm »
Todos ello nombrados hace  9 años a propuesta del PP por un un periodo de cinco años!

Desconectado Ragnar

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Re: Del poder judicial...
« Respuesta #2779 en: 14 de Septiembre de 2022, 19:50:17 pm »
Al leer Ignacio Escolar lo he dejado...



Quién es el juez García Castellón: tan duro contra Podemos como laxo con el PP


INFORME ESPECIAL — El juez que investiga la operación Kitchen y que se niega a imputar a Cospedal cobró durante 17 años en puestos nombrados por los Gobiernos de Aznar y de Rajoy
— García Castellón rechaza imputar a Cospedal en el caso Kitchen en contra del criterio de Anticorrupción

Ignacio Escolar

El juez instructor del caso Kitchen, Manuel García Castellón
13 de septiembre de 2022 23:30h

Actualizado el 14/09/2022 05:30h


Y luego se preguntarán por qué España es uno de los países de la UE donde los ciudadanos confían menos en la Justicia.

Martes y 13. Septiembre de 2022. El mismo día en que ocho vocales nombrados por el PP en el Consejo General del Poder Judicial se sitúan, de lleno, en la ilegalidad, el juez Manuel García Castellón deja otro ejemplo para explicar por qué la derecha pone tantos esfuerzos en controlar la Justicia a su favor. Este juez de la Audiencia Nacional se ha negado a imputar a María Dolores de Cospedal en el caso Kitchen. A pesar de los audios. A pesar de los numerosos indicios. A pesar del criterio de la Fiscalía Anticorrupción.


Les resumo los datos, que hablan por sí solos.

El 18 de enero de 2013, El Mundo publicó la primera información sobre los papeles de Bárcenas: sobre esa contabilidad en negro con los sobresueldos del PP. Ese mismo día, María Dolores de Cospedal habló con el comisario Villarejo y le encargó que interviniera a favor del partido. “La libretita (de Bárcenas) sería mejor poderla parar”, le pidió a Villarejo Cospedal.

La “libretita” eran los famosos papeles de Barcenas: las pruebas de la caja B. Y quien encargaba al comisario que lo parase no solo era entonces la presidenta de Castilla-La Mancha. También era la número dos del PP.

Villarejo, como siempre hacía, grabó esa conversación. Un audio que no se ha conocido hasta hace muy poco: hasta este mes de mayo, cuando lo publicó El País. Es una grabación –como muchas otras– que, hasta ahora, no formaba parte del sumario judicial porque el Centro Criptológico Nacional (que depende del CNI) asegura que ha sido incapaz de descifrar las grabaciones de Villarejo al completo.

La Justicia le incautó 40 terabytes de audios, la mayoría encriptados. Por razones poco claras –Villarejo dice que la contraseña es la misma, aunque no la quiere desvelar–, el CNI solo ha desencriptado la mitad.

Ante estas nuevas pruebas aparecidas en la prensa, la Fiscalía Anticorrupción y el resto de las acusaciones pidieron al juez García Castellón que reabriera la investigación de la Kitchen, que este juez finiquitó limitando lo ocurrido al Ministerio del Interior, salvando a la cúpula del Gobierno y del PP.

Con estos audios en la mano, Anticorrupción pidió hace diez días imputar de nuevo a Cospedal y llamarla otra vez a declarar. Porque esta grabación demuestra varias cosas muy relevantes para la investigación.

La primera, que Cospedal mintió. No ante la prensa: ante el propio juez. Cuando declaró como imputada, en junio de 2021, Cospedal aseguró que nunca había hecho ningún encargo a Villarejo. Ahora es obvio que no era verdad.

La segunda, que esto nunca fue una operación espontánea del Ministerio del Interior; que había cargos políticos interesados en “parar” las pruebas que Barcenas tenía contra el PP. Y recuerden que esto que pedía Cospedal a Villarejo no fue solo un deseo al viento: eso fue justo lo que ocurrió.

Pocos meses después de aquella conversación se puso en marcha la “operación Kitchen”, que se llamaba así porque se iban a colar “hasta la cocina” de Luis Bárcenas (otras fuentes aseguran que Villarejo la llamó así porque decía que el chófer de Bárcenas “tenía pinta de cocinero”). Fue un operativo ilegal que implicó a decenas de agentes policiales para localizar y destruir todas las pruebas que el tesorero del PP guardaba contra quien entonces era el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Fue un éxito. Lograron destruir los documentos que Bárcenas escondía, y que comprometian al PP.

A pesar de estos indicios tan notables, García Castellón no va más allá. Ha encargado a la policía “analizar” los nuevos audios, pero rechaza la reapertura de la investigación.

Según Anticorrupción, los nuevos audios demuestran que el contenido real de las reuniones entre Villarejo y Cospedal “no era otro que poner en marcha una estrategia para hacer desaparecer parte de las pruebas que pudieran afectar al Partido Popular”.

García Castellón no lo ve igual. Para el juez, los únicos responsables de lo ocurrido a los que se puede juzgar son los mandos del Ministerio del Interior: unos pocos comisarios, el ex secretario de Estado Francisco Martínez y el ex ministro Jorge Fernández Díaz. Que hicieron todo por su cuenta y riesgo: sin encomendarse a nadie más.

Pensar que un ministro monta una operación de este calado sin que nadie más lo sepa en el partido o el Gobierno ya es difícil de creer. Pero no hablamos de sospechas, aunque puedan parecer evidentes si se aplica esa misma lógica por la que se ha condenado a Chaves y Griñán porque “no podían no saber”. Hablamos de indicios muy claros, que según Anticorrupción apuntan a la cúpula del PP.

Manuel García Castellón quiere cerrar la investigación sin ni siquiera volver a interrogar a Cospedal, para que explique por qué mintió. No es el primer favor que le hace al PP por su manera de actuar con la investigación.

Durante meses, a lo largo de 2020, García Castellón se negó a imputar a María Dolores de Cospedal, a pesar de los primeros indicios; de los audios que ya se conocían. El argumento es que tenían que esperar a que declarara Francisco Martínez, el número dos de Interior, para ver qué decía sobre sus conversaciones con Cospedal.

Cuando por fin Martínez fue a declarar, se negó a responder a las preguntas de los abogados de la acusación y de la Fiscalía. Solo contestó al interrogatorio de su propio abogado y al del juez García Castellón, que le preguntó de todo menos lo fundamental: ni una pregunta sobre María Dolores de Cospedal.

Después de negarse a imputar a Cospedal porque faltaba escuchar a Martínez… llega Martínez y no le pregunta por Cospedal.

Finalmente, el juez cedió, pero solo un poco. Imputó a Cospedal, le tomó declaración. La desimputó a ella y a su marido justo un mes después. Ahora, ante las nuevas evidencias, se niega a reabrir la investigación.

La propia Fiscalía Anticorrupción, en uno de sus escritos, explicaba lo ocurrido con estas palabras sobre el juez García Castellón: “Hay una rotunda negativa a seguir investigando en esa dirección, como si se hubiera establecido un cordón o inaceptable línea roja que no se pudiera traspasar en la investigación”.

En román paladino: Anticorrupción se quejaba por escrito de que el juez estaba haciendo todo lo posible para no investigar la trama política de la Kitchen; una “línea roja” para García Castellón.

Dato importante: el jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón, sigue siendo el mismo que nombró la Fiscalía durante el gobierno de Rajoy. No ha cambiado con el Gobierno de coalición. No hablamos de una Fiscalía Anticorrupción de Podemos, si es eso lo que alguno puede deducir.

García Castellón ha logrado también que el principal beneficiario de todo este operativo, el máximo responsable del partido, el mismo al que también apuntan muchos indicios, no haya sido siquiera llamado a declarar. Ni como imputado ni como testigo. Me refiero a “el Barbas”, al “Asturiano”: al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy.

No hay indicios suficientes, dice el juez. Y ojo: no hablamos de que no haya pruebas para condenar, que esa parte en un proceso penal viene mucho después. Es que, a juicio de García Castellón, no hay pruebas siquiera como para llamar a Rajoy a declarar.

Manuel García Castellón es tan garantista cuando se trata del expresidente del Gobierno que ni siquiera lo suele citar por su nombre. Es como Lord Voldemort.

En el auto de hace un año donde dio carpetazo a la investigación de la Kitchen –70 páginas, donde cuenta su versión de lo que pasó– García Castellón logra un éxito sin igual: explicar todo el caso Kitchen sin mencionar expresamente a Rajoy ni en una sola ocasión. “Ninguna diligencia permite sostener” –asegura el juez– “que el señor Villarejo tuviera comunicación directa con ningún presidente o primer ministro”. Ese presidente del que usted me está hablando, que diría M. Rajoy.

El juez que quería Ignacio González
Ante lo ocurrido con la Kitchen y María Dolores de Cospedal es inevitable recordar aquella conversación que tuvieron Eduardo Zaplana e Ignacio González, cuando recomendaban la vuelta de Manuel García Castellón a la Audiencia Nacional.

Tal vez recuerden aquella historia. La conté con mucho detalle en 2017, en este artículo anterior: El extraño caso del juez que quería cobrar menos y trabajar más.

Zaplana y González –hoy ambos imputados por corrupción– fueron grabados por la Guardia Civil en una comprometedora conversación. Ambos pensaban que nadie les oía. Los dos tenían mucho cuidado con el teléfono, pero no podían imaginar que la UCO había instalado micrófonos en el despacho de González en el que se habían citado para conspirar. Corría el año 2016 y González estaba muy preocupado porque lo suyo iba mal. A pesar de que Rajoy presidía el Gobierno, la Justicia no le dejaba de achuchar.

El entrecomillado que cito ahora no es una reconstrucción: es un párrafo literal de aquella grabación, del 22 de noviembre de 2016.

Ignacio González: “Vamos a ver, Eduardo. Tenemos el Gobierno, el Ministerio de Justicia no sé qué y tal. Y escucha, tenemos a un juez que está provisional… Tú lo asciendes… Yo le digo, a ver, venga usted pa acá. ¿Cuál es la plaza que le toca? Onteniente, a tomar por culo a Onteniente y aquí que venga el titular, que ya me las apañaré con el titular, ¡coño!”

El juez provisional al que había que mandar “a tomar por culo a Onteniente” era Eloy Velasco. Un juez conservador –había sido director general de Justicia de la Generalitat con Zaplana y Camps–, pero que en ese momento estaba apretando las tuercas al PP.

El juez titular con el que González se las pensaba apañar, el juez que prefería tener como instructor de su causa penal, era Manuel García Castellón.

Dicho y hecho. El pronóstico de González se cumplió. Algo que no solo ocurrió con este ejemplo: también acertó con el nombramiento como jefe de Anticorrupción de Manuel Moix.

Era obvio que el corrupto González tenía muy buena información. Según figura en el sumario, hablaba mucho con el ministro de Justicia de entonces, Rafael Catalá. O con Enrique López, hoy consejero de Justicia de Ayuso y entonces juez de la Audiencia Nacional. O con Enrique Arnaldo, hoy juez del Constitucional. O con Pedro González Trevijano, hoy presidente del Tribunal Constitucional.

A Eloy Velasco no le mandaron “a tomar por el culo a Onteniente”. La derecha es más fina. El CGPJ  (los mismos vocales del PP que hoy se saltan la ley) le ascendió a la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional. El juzgado que ocupaba salió a concurso: el Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional. Pero oportunamente, antes de que llegara algún juez incontrolado, Manuel García Castellón regresó al juzgado que había dejado 17 años antes.

Ida y vuelta a la Audiencia Nacional
Algunos datos biográficos para explicar su carrera y su vuelta al juzgado en el que trabaja hoy. Manuel García Castellón aprobó las oposiciones el 9 de agosto de 1982. Se afilió a la asociación conservadora, la APM, donde llegó a ser el tesorero. Tras unos primeros puestos sin importancia, en 1993 recaló en la Audiencia Nacional. Primero como juez de refuerzo: una plaza que suele decidir el CGPJ de forma discrecional. Su primer destino fue sustituir a Baltasar Garzón en el Central número 5, cuando se presentó a las elecciones en las listas del PSOE. Más tarde se convirtió en el titular del Central número 6.

Allí llevó varios casos muy sonados: la investigación de Banesto, el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco o el atentado de ETA contra Aznar.

En el año 2000, tras siete años en la Audiencia Nacional, García Castellón logró un puesto dorado, uno de los destinos más cotizados en la judicatura: ser nombrado como magistrado de enlace en Francia.

Este puesto es un nombramiento que depende directamente del Gobierno. No se llega allí ni por puntos ni por mérito ni por oposición. Es una suerte de embajada judicial donde se gana mucho y se suele trabajar muy poco.

En el BOE se puede leer el decreto con el nombramiento “a propuesta conjunta de los ministros de Asuntos Exteriores y de Justicia”. Lo firma en persona “el vicepresidente Mariano Rajoy”.

En aquel momento, Manuel García Castellón, ilustre juez de enlace en Francia, apenas se manejaba en francés.

Pero nombrar a un juez de la Audiencia Nacional en este destino tenía un beneficio colateral. Mientras el titular de la plaza está en funciones, como juez de enlace, el CGPJ podía nombrar a un sustituto de forma discrecional. Este mecanismo ha sido utilizado por la derecha durante años de forma habitual. No es moco de pavo: sirve para decidir qué juez prefieres en los juzgados más delicados de España, los de la Audiencia Nacional.

En la Audiencia Nacional hay seis Juzgados Centrales de Instrucción. Solo seis, por los que pasan muchos la investigación de los grandes casos de corrupción. Hubo un momento, con el gobierno de Rajoy, en los que la mitad de los titulares de esos juzgados (tres de seis) estaban nombrados como jueces de enlace en distintos países. Mientras tanto, el CGPJ podía nombrar a los jueces que más les gustara para reemplazarlos. Con el añadido de que, si se portaban mal, les podía cambiar. Como hicieron, por ejemplo, con el juez Pablo Ruz.

Pero volvamos a García Castellón. En 2004 llegó Zapatero al Gobierno, pero los distintos ministros de Justicia decidieron no cesarlo. “Nunca fue de mucha utilidad. La coordinación con Francia la hacíamos a través de los jueces de enlace franceses que estaban destinados a España, porque él pasaba más tiempo en Madrid que en París y al principio ni siquiera hablaba bien francés”, dice una fuente del Gobierno de Zapatero. “No lo quisimos destituir porque habría supuesto que volviera cabreado contra nosotros a su juzgado de la Audiencia Nacional, y por eso lo mantuvimos en París”, afirma esa misma fuente.

Tras 12 años en Francia, en marzo de 2012, el Gobierno de Mariano Rajoy decidió premiar con el cotizado puesto de París a otro juez de su cuerda: a Juan Pablo González González –que antes había sido vocal del CGPJ a propuesta del PP, durante los años de Aznar–. Pero el PP no dejó tirado a García Castellón.

Lo sacaron de París, sí. Pero le nombraron juez de enlace en Italia.Tampoco sabía hablar italiano. ¡Era el candidato ideal!

En Roma estuvo cinco años más, hasta mayo de 2017. Apenas seis meses más tarde de esa conversación entre Ignacio González y Eduardo Zaplana sobre cómo mandar a un juez sustituto “a tomar por culo”, Manuel García Castellón decidió regresar. Fue un paso difícil de entender. A los 64 años, tras 17 años fuera de un juzgado, García Castellón decidió presentarse a un descenso laboral: renunciar al puesto de Italia para cobrar menos y trabajar más.

Volvía a uno de los juzgados que más preocupaba al PP. El del Caso Lezo, el del Caso Púnica, el que juzgaba la financiación ilegal del PP de Madrid.

En aquel momento, García Castellón llevaba 35 años de carrera judicial. Y prácticamente la mitad de ese tiempo, 17 años, lo había pasado en París y en Roma, en puestos de relumbrón a los que había llegado por el dedazo directo de gobiernos del PP.

Que un juez que le debe tanto al PP sea hoy quien decide si se investiga a Rajoy o a Cospedal es otra de esas anomalías que explican por qué la Justicia tiene la imagen que tiene en este país. Aunque los nexos de este juez con la derecha no acaban solo en el PP.

Manuel García Castellón es también cercano a Julio Ariza: el dueño de la cadena ultra Intereconomía. Ariza fue diputado autonómico del PP, aunque está ya muy distanciado de esta formación. Desde su pequeño grupo de medios, ha sido uno de los grandes impulsores de Vox. En las últimas elecciones, de forma simbólica, se presentó como último de la lista de este partido ultra por Barcelona.

García Castellón asistió hace un año a la boda de uno de los hijos de Julio Ariza. También ha sido visto con él en restaurantes de Madrid.

La fijación con Podemos
Desde su juzgado en la Audiencia Nacional, García Castellón también ha protagonizado una impresentable persecución a los políticos de Podemos. Intentó convertir la difusión  del contenido del teléfono de una asesora del partido, Dina Bousselham, en un caso contra Pablo Iglesias, contra Podemos, y contra la propia víctima de aquella operación.

En varias ocasiones, García Castellón ha recibido severos rapapolvos por parte de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que le ordenó archivar una investigación secreta que abrió contra Podemos tachándola de “prospectiva”. O del Tribunal Supremo, que también tumbó otro intento de imputar a Pablo Iglesias. O de la Fiscalía, que también ha criticado muy duramente a este juez.

García Castellón se puso a investigar las cuentas y movimientos bancarios de los fundadores de Podemos sin ni siquiera imputarlos: sin que pudieran defenderse. Lo que a juicio del teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Miguel Ángel Carballo, suponía una intromisión “en el núcleo más sensible de la privacidad”.

Quienes conocen al juez aseguran que esta fijación con Podemos tiene su origen en el interrogatorio que hizo a Pablo Iglesias el 27 de marzo de 2019, poco antes de las primeras elecciones de ese año. Ese día, después de escuchar al líder de Podemos, García Castellón le dijo a Iglesias:

–Me alegro de que lo haya explicado usted así, tan bien, porque yo lo he entendido. Efectivamente en el procedimiento que aquí se sigue, y que usted conocerá por la prensa, respecto al señor Villarejo, aparecen indicaciones del Ministerio del Interior muy serias–, dijo el juez a Iglesias. Unas palabras de las que hoy se arrepiente.

Aquel interrogatorio, y la enésima evidencia de cómo el Gobierno de Rajoy había utilizado impunemente el poder del Estado contra Podemos, marcó aquella campaña electoral. Y la siguiente. Y después llegó el Gobierno de coalición. “García Castellón se siente en parte responsable de ese resultado electoral y siente también que Iglesias le engañó”, dice una persona cercana al juez.

El último intento contra Podemos de García Castellón tiene como objetivo a Juan Carlos Monedero, al que responsabiliza de financiar irregularmente al partido con el cuestionable testimonio de un alto cargo del gobierno de Venezuela que quería evitar a toda costa ser extraditado a Estados Unidos, donde le esperaba un proceso por narcotráfico.

En los últimos dos años, García Castellón ha convertido a Podemos en una de las principales prioridades de un juzgado donde se investigan causas tan relevantes como todos los negocios de Villarejo con el Ibex, o la operación Kitchen. ¿El resultado hasta hoy? Nueve sospechosos, un único imputado: Monedero. Y todos los demás los procesos judiciales contra Podemos archivados.

Y si estos esfuerzos titánicos se hubieran destinado a otros objetivos ¿sabríamos al fin quién es ese misterioso M. Rajoy?