El FBI expuso recientemente, durante la celebración del congreso anual de la International Association of Chiefs of Police (IACP), el último de sus siempre interesantes estudios sobre temas policiales. Esta monografía, fruto de cinco a?os de investigación, versa sobres las armas utilizadas por los delincuentes estadounidenses que son proclives a atacar a la policia, ofreciendo ademas un analisis sobre el entrenamiento que los propios criminales realizan para conocer su manejo y la forma en que las llevan ocultas.
Sus 180 páginas tienen como título "Violent Encounters: A Study or Felonious Assaults on Our Nation´s Law Enforcement Officers"
De un total de mas de 800 incidentes, los investigadores del FBI eligieron 40, en los que estaban implicados un total de 43 agresores (trece de ellos pertenecientes a gangs (pandillas) y traficantes de drogas) y 50 agentes. Estos investigadores visitaron las escenas del crimen y se entrevistaron extensivamente con los policias supervivientes y con los atacantes, la mayoria de estos últimos en prisión.
Los datos recogidos por el FBI le han permitido concluir que muchos policias ignoran el modos de leer algunos signos en la actitud e indumentaria del sospechoso que les podrian indicar que está armado. Una segunda conclusión ha sido que los crimimales que perpetran un ataque contra la policia son gente mucho mas experimentada en "combates callejeros" que los propios policias. En tercer lugar, el estudio asegura que este tipo de criminales entrena con armas de fuego de manera mas continuada que los policias, ademas tienen mejor puntería. Como última conclusión el estudio refleja las palabras de un delicuente, que explican la resolución psicológica de este tipo de criminales: "No tienes que dudar en disparar ni un solo momento. Si dudas, estas muerto. O tienes el isntinto o no lo tienes. Y si no lo tienes esto te traerá problemas en la calle".
El tipo de arma perdominante en los ataques contra agentes feé la pistola y el revolver. De los 40 casos, en tan solo uno de ellos el arma del delito fué obtenida de forma legal. El resto se obtuvieron en robos y en el mercado ilegal callejero que abastece a todo tipo de delincuentes y organizaciones criminales. El estudio reslate que los delincuentes se mofan de las leyes nacionales, federales y locales "anti-armamento", dada la facilidad de obtener una de forma ilegal.
La elección de l modelo de arma se efectuó en la mayoria de los casos porque ese modelo concreto era el único disponible. De nuevo, tan solo uno de los casos el criminal eligió un determinado modelo de arma debido, según sus propias palabras, "Porque creía que esa era el arma que mayor da?o podia hacer a un ser humano".
Varios de los criminales, especialmente aquellos relacionados con los gangs (pandilleros), comenzaron a llevar armas a edades tan tempranas como los 9 y los 12 a?os, aunque la media de edad en la que los delincuentes del estudio comenzaron a portar habitualmente armas fue de 17 a?os. Un 40% resultó ser portador ocasional de una segunda arma de refuerzo.
También el mismo porcentaje de estos 43 agresores tuvieron una formación oficial en el manejo de armas de fuego, principalmente por haber realizado el servicio militar.
El 80% de ellos practicaba el tiro de forma regular, estimandose en 23 las sesiones al a?o. Los lugares mas frecuentes para estas pracitcas fueron vertederos de basura, bosques rurales, patios traseros, y en las areas donde el tráfico de drogas era muy elevado, las esquinas de las propias calles. Uno de los delincuentes declaró que el motivo que le impulsó a practicar con su arma fué que " Los policias lo hacen al menos dos o tres veces por semana, para que puedan acertar a cualquiera"
Pero la realidad mostrada por la investigación, en contraste con la idea de este criminal, es que los policias del estudio habian pasado tan sólo una media de 14 horas al A?O y que habian seguido únicamente una media de 2,5 clases de calificación con armas de fuego durante el mismo periodo. Tan solo seis de los 50 agentes solían practicar con sus armas reglamentarias mas allá de los requerimientos de sus departamentos, aunque la mayoría de estas sesiones extraordinarias se limitaban al tiro de competición deportiva y no reproducían situaciones reales de " la calle".
Como reflejo de esta situación, en el incidente que implicó al delincuente que hizo las declaraciones sobre sus motivos para "entrenar duro", este disparó 12 veces sobre un agente, acertando 3 veces, mientras que el policía disparó a su vez siete balas contra el atacante, fallando TODOS sus disparos.
Y es que el 70% de los delincuentes acertaron en el blanco, mientras que los agentes tan solo alcanzaron a sus atacantes en un 40% de las ocasiones.
El estudio tambien aclara que en todas las ocasiones excepto 3 fueron los criminales los que dispararon primero, y en la mayoria de los casos por sorpresa, a los agentes, de manera que el 10% de ellos resultó herido antes de poder responder al ataque.
LA EXPERIENCIA EN LAS CALLES.
Mas del 40% de los delincuentes del estudio habian tenido enfrentamientos armados antes de disparar contra agentes de policía. Diez de ellos, todos pertenecientes a bandas de traficantes de droga del interior de las ciudades, habian participado en cinco o mas de estos tiroteos. Entre las conclusiones que los delincuentes obtuvieron tras estas experiencias previas a su enfrentamiento armando con la policia se encuentra la idea mental clara de no volver a dejar que nadie disparase sobre ellos.
De nuevo, las experiencias de los 50 policias son completamente opuestas a las de sus agresores, dado que solo 8 de ellos se habian visto envueltos en tiroteos contra delincuentes, eso si, siete de ellos matanto a uno o varios de sus atacantes. Uno de los policias habia tenido ademas dos experiencias previas y otro, tres.
La tecnica de tiro utilizada por 26 de estos delincuentes, fué el tiro instintivo sin alinear miras.
Uno de los implicados hizo estas interesantes (y escalofriantes) declaraciones: " No consideramos el aspecto de la precisión, simplemente vamos a disparar en tu dirección, sin importar si te damos en la cabeza en el pecho o en las piernas. Cuando dispare y caigas al suelo, entonces decidiré si quiero ejecutarte, para lo que entonces si podría considerar hacer un disparo mas preciso."
En cuanto al modo de portar el arma, el estudio establece como lugar preferido la parte frontal del cinturon, sigiendole el porte del armas metido entre la parte frontal del pantalon y el cuerpo o entre este y la trasera. Ninguno de los 40 delincuentes usó nunca una funda. Otro modo habitual de portar el arma resultó ser "darsela a una fémina", para que esta se la devolviese en caso de necesidad.
Al montar en el vehículo, estos delincuentes seguian prefiriendo portar el arma en contacto con su cuerpo, o con menos frecuencia. bajo el asiento.
La practica totalidad de los delincuentes entrevistados portaban el arma de forma habitual durante sus desplazamientos, sus relaciones sociales, la comisión de sus delitos y en el hogar.
LENGUAJE CORPORAL Y MENTALIDAD
Anteriormente nos hemos referido al hecho de que muchos agentes habían ignorado signos claros de que un sospechoso estaba armado. De haber podido apreciar estas se?ales involuntarias, relacionadas con el modo de vestir, de andar y de gesticular, el resultado de la intervención podía haber sido muy diferente. El estudio recomienda fiajarse en bultos que resulten poco naturales en las zona de cintura, pelvis y espalda. Si una camisa tiene ondas en un lado mientra que la tela del otro aparece tensa puede se indicación de que el sospechoso porta un arma. Del mismo modo, una persona que viste abundante ropa de abrigo en una época cálida puede ser se?al de que porta armas bajo la misma...............................
Ya hemos dicho que ninguno de los delincuentes utilizaba fundas para guardar su arma. Por ello, los gestos para asegurarse que sigue en su sitio suelen ser repetitivos, dado que el sujeto tocará de forma inconsciente el arma, sobre todo cuando cambie de postura, salga de un vehículo o corra. Tambien lo hará al aproximarse a un policia.
La determinación para utilizar un arma y acarrear con las consecuencias de este uso resulta tambien distinta en los dos extremos. En situaciones extremas de intenso peligro, 36 de los 50 agentes experimentaron dudas a la hora de utilizar su arma reglamentaria y decidieron no utilizar la fuerza letal aun teniendo razones legales para hacerlo, debido a que pensaron que era posible utilizar otro medio para resolver el conflicto. Por ello dicho estudio refleja que el dia en que fueron tiroteados dichos agentes seguian con la misma idea de evitar hacer uso de sus armas.
Los delincuentes, al contrario, tenían un estado mental completamente diferente pues, según el FBI, la generación mas joven de criminales es capaz de cambiar en el acto de un estado de estabilidad a efectuar asesinatos a sangre fría sin experimentar duda alguna en el rápido proceso.
Los contantes y mortiferos enfrentamientos entre bandas rivales han inculcado en sus mentes el principio de que "es mejor disparar a matar primero que resultar muerto por esperar a ver como se desarrollan los hechos". Para ellos no existe la etica, la moral, o el respeto a la autoridad, que es vista como un enemigo mas.
En definitiva, un estudio muy interesante cuyas conclusiones sirven no solo para alertar a los departamentos de policia estadounidense sobre la necesidad de preparar a sus agentes física, técnica y mentalmente para enfrentarse a los delincuentes. Las conclusiones y recomendaciones son aplicables de forma universal a todas las agencias encargadas del mantenimiento de la ley y el orden.