SEP LLUÍS TRAPERO/ Jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos“La policía nacional aborda competencias que no tiene”
“En 2010, en un 15% de las investigaciones notamos infiltración policial”
Rebeca Carranco Barcelona 28 OCT 2012 -
El comisario Josep Lluís Trapero, jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, en su despacho / gianluca battista
Son las 19.30. Llega después de dar clase en la universidad. “Me gusta estar en contacto con los que suben”, dice. Igual que disfruta alardeando de los tomates de su huerto, donde descarga y olvida tensiones. El comisario Josep Lluís Trapero (Badalona, 1965) lleva 10 meses al frente de la Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra. Hace unas semanas regresó de un breve Erasmus en el FBI. Defiende a capa y espada que los Mossos tienen que colaborar con las policías de todo el mundo, aunque oficialmente la competencia es del Cuerpo Nacional de Policía. Y nadie va a impedirlo, advierte.
Pregunta. ¿Qué cara tiene el crimen organizado en Cataluña?
Respuesta. El tráfico de drogas es la más relevante. También tráfico de seres humanos, prostitución y laboral, algo de tráfico de vehículo y blanqueo de capitales, que va aparejado a muchas de esas actividades. También puede darse crimen organizado relacionado con delitos contra el patrimonio, pero a nivel más bajo.
P. ¿Quiénes protagonizan el crimen organizado?
R. Hay españoles, personas del Este, de la antigua URSS… También rumanos. En el tráfico de drogas, que es el delito predominante, encontramos a colombianos y, cada vez más, organizaciones mexicanas. Algunos subsaharianos y marroquíes se dedican al tráfico de hachís.
P. ¿Es una fotografía fija?
R. Depende de dónde pongas el foco, aunque sí hubo un repunte en el tráfico de heroína. El año pasado detuvimos a 624 personas, relacionadas con 44 organizaciones criminales.
P. ¿Qué nivel de filtración tenemos? ¿Podemos hablar de corrupción política, judicial, policial…?
R. En 2010, en un 15% de las investigaciones notamos infiltración, básicamente en las organizaciones policiales.
P. ¿Algún cuerpo en concreto?
R. Todos corremos el riesgo de esa lacra. Es una cuestión de personas, no de uniformes.
P. ¿La costa catalana es un paraíso para los delincuentes?
R. Si comparamos capitalidad, proximidad a la frontera, buen tiempo... No hay diferencias en Cataluña con el resto de la costa del Mediterráneo.
P. Pero España es atractiva...
R. Ha sido lugar de refugio de algunos grupos mafiosos, de grupos criminales de italianos, de franceses… En un primer momento, muchos de ellos llegaron huyendo, pero luego dieron el paso para organizar las actividades delictivas desde aquí. España, además, es un buen punto de entrada para la droga de colombianos y mexicanos hacia Europa.
P. En Lloret, dispararon e hirieron a un hombre relacionado con la mafia y a su familia. Días después, apareció un muerto con un tiro en la cabeza. ¿Qué ocurre?
R. Hay grupos italianos en esa zona. Igual que hay grupos del este que se han estado estableciendo desde el sur de Barcelona a la costa de Tarragona. Pero pasó en Lloret como podría haber pasado en otra población del entorno
P. “El diseño del crimen organizado se hace desde despachos de abogados”, dijo el fiscal anticorrupción José Grinda. ¿Lo comparte?
R. Igual que tenemos un policía que pasa la raya, también hay abogados que pasan la raya. Lo que está claro es que eso no es ejercer de abogado, es delinquir.
P. Los hay que se escudan en el derecho de defensa.
R. En casos de blanqueo, los abogados están obligados por ley a informar si tienen indicios de dinero de actividades ilícitas. ¿Informas? Estás haciendo de abogado. ¿No informas? Estás haciendo otra cosa.
P. ¿Cómo abordan los Mossos el crimen organizado, teniendo en cuenta sus competencias?
R. Hay una limitación, que se desprende de una lectura con poco sentido común de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de 1986, previa al despliegue de los Mossos. Según esto, el Cuerpo Nacional de Policía asume la colaboración y el auxilio internacional.
P. ¿Qué efectos tiene?
R. Unos poco justificables. Por ejemplo, si tres delincuentes italianos cogen un avión, vienen aquí, atracan un banco y al día siguiente se van, parece de sentido común que nosotros, que investigamos los atracos a bancos, contactemos con los italianos. Se entiende poco que un cuerpo que no tiene la responsabilidad de esa investigación venga aquí, sin contextualizar, sin saber lo que está pasando, y se ponga a detener a esos dos o tres atracadores
P. ¿Es un caso real?
R. Sí, sí. Al cuerpo de los Mossos d’Esquadra no le llega la información de inteligencia de otros países. Esa ventana única acaba cambiando las reglas del juego en competencias policiales.
P. ¿La intención de la policía nacional es abordar competencias que no tiene?
R. La intención, no. Es lo que se hace. Es así.
P. ¿Perjudica al ciudadano?
R. Afecta a la eficacia.
P. La eficacia está relacionada con la seguridad
R. Por supuesto, sí.
P. ¿Cómo se vehiculan esas relaciones oficialmente complejas?
R. El día a día nos lleva a ello. Nadie va a evitar que un policía de otro país se interese por un tema que está en manos de los Mossos. Nadie va evitar que sigamos colaborando. No tiene sentido que todo lo que se vehicula por ámbito policial Interpol, Europol, pase por una ventana y que la ventana decida si me gusta me lo quedo, o esto es un tema de menores y se lo paso a los Mossos.
P. ¿La crisis aumenta el peligro de inversiones ilícitas?
R. No será en mayor medida que en la época en la que había montones de inversiones.
P. ¿Debemos ser cautos con la eclosión rusa en Cataluña?
R. No creo que sea un colectivo con el que haya que tener una especial atención. Es un país en el que algunas personas han hecho dinero relativamente fácil en poco tiempo, les gusta el lujo y vienen a gastar aquí.
P. ¿Cómo afecta la crisis a la investigación?
R. Se intenta que sea en temas menores. En recursos, tenemos más personal cada año. Hemos perdido algunos vehículos y se han ajustado gastos corrientes.
P. ¿Y aumentan los homicidios?
R. No. Los homicidios tienen poco que ver con la situación económica. Este año, el 23% han sido por violencia sexista, el 20% por peleas, el 9% por violencia doméstica.
P. ¿Qué más se puede hacer contra el delito?
R. Elevar la mirada. Debemos entender el hecho para dar una explicación al ciudadano, para poner ciencia, para aconsejar más certeramente a la dirección del cuerpo y a la política, y sobre todo, en el ámbito patrimonial, para mejorar la prevención.
P. ¿Y cómo se consigue?
R. En el homicidio, miramos todo lo que tenga que ver con el autor, con la víctima, con el hecho y con la manera como se comete. En una pelea, por ejemplo, miraremos también si tres años antes se peleaba, si cuando era joven le pegaban…
P. ¿Qué efectos puede tener en la prevención?
R. En casos de patrimonio, si recogemos de una forma sistemática dónde actúa, dónde se mueve y dónde vive el autor, podemos obtener grandes números que digan, por ejemplo, que el 70% de los delincuentes en robos a establecimientos se desplazan 100 kilómetros. Eso va a incidir en dónde montar los controles. En los homicidios, tiene más de explicación de los hechos.
P. ¿Dónde está el origen de esa nueva forma de plantearlo?
R. La autocrítica. El no estar en condiciones de dar suficientes explicaciones.
P. ¿Cuándo se podrá tener esa explotación de los datos?
R. Mi primer objetivo es tener relativamente pronto los datos de este año, pero iremos hacia atrás.
P. Felip Puig, con los incendios de La Jonquera, dijo que con el ADN de las colillas darían con el autor. ¿Eso es realista?
R. Sí. Con el ADN se puede identificar y algún día dar con un sospechoso.
P. ¿Harían falta más perfiles de ADN?
R. Si tuviésemos el ADN de todos los españoles en una base de datos, resolveríamos más. Otra cosa es qué ponemos en juego. Ahí la policía no entra.
P. ¿Qué le parece que un mando policial hable de un caso abierto en un programa de televisión?
R. Puede haber hechos excepcionales que obliguen, no sé si a los mandos policiales o a la dirección política policial, a tener que dar explicaciones… Cada caso debe ser objeto de estudio. También es importante el formato. Aunque la política comunicativa no la deciden los policías.
P. En caso de conflicto, ¿usted estará al servicio de la Generalitat?
R. [Risas, sin respuesta].
El comisario Josep Lluís Trapero, jefe de la Comisaría General de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, en su despacho. / gianluca battista