El problema, según veo, es de Organización, tomando como definición el sentido empresarial, de dicha palabra.
El éxito en las grandes Organizaciones y empresas, viene dado por evitar, a cualquier precio, estructuras rígidas de mando, en las cuales, en la punta de la pirámide, se encuentra el jefe absoluto, desconocido por todos los subordinados que nunca empatiza con éstos.
Los jefes deben de bajar a la realidad, con los subordinados. Debería de existir un trato personal y humano, pero sobre todo, sobre todo, ejemplar. De esta forma se consigue motivar al empleado, y este, al tener un ejemplo positivo de referencia, adquiere un respeto, consolidado, por sus jefes.
Cuando hay respeto, no hace falta dar órdenes, por que por el hecho de no fallar a tus superiores, haces lo que sea.
Extrapolarlo a la policía y veréis similitudes asombrosas. Esto no quita que por ende, la policía en sentido genérico, no necesite un orden de roles, y que todo el mundo, se adapte a los mismos.