sucesos
Un policía local causa destrozos en las oficinas del depósito de la grúa
07:13
Dejó su coche mal aparcado y se lo quitó la grúa como a un ciudadano más. Al ir a pagar echó mano de la placa e intentó escurrir el bulto. Como no lo logró, presuntamente amenazó y destrozó la oficina.
PABLO MARISCAL. La grúa le puede salir muy cara a un policía local precisamente por no actuar como un ciudadano más al comprobar que su vehículo mal aparcado fue sustituido por una pegatina amarilla estampada en el suelo. Un juzgado granadino investiga si este agente, que estaba fuera de servicio cuando su coche fue remolcado por la grúa, cometió un presunto delito de amenazas y otro de da?os al ir a recoger su turismo al depósito municipal.
El procedimiento se ha iniciado a raíz de la denuncia presentada por el operario del depósito, en la que asegura que el policía quiso agredirlo. El juez ha ordenado ya que se identifique plenamente al funcionario y que se cuantifiquen los destrozos que presuntamente cometió en las instalaciones de la grúa. Paralelamente, la Jefatura de la Policía Local le ha abierto un expediente disciplinario por el altercado.
El incidente ocurrió, según han confirmado distintas fuentes, la madrugada del 4 al 5 de enero. El due?o del coche se presentó en las instalaciones de la grúa municipal pasadas las tres de la ma?ana y preguntó por su turismo. El empleado le confirmó que estaba allí y le informó de los 90 euros que debía abonar en concepto de tasas por la retirada del mismo. Según consta en la denuncia, el conductor se identificó entonces como policía local de Granada y dijo que le cobrara, como "compa?ero" que era, la mitad del dinero. El operario le advirtió de que no podía hacerle esa rebaja puesto que no tenía autorización para ello.
Ante esa negativa, según las fuentes judiciales consultadas, el agente fuera de servicio comenzó a dar voces. Gritaba que se tenía que llevar su coche de allí. El trabajador de la grúa le recomendó, en caso de que fuera verdad su condición de funcionario, que acudiese al cuartel de la Policía Local para que sus compa?eros le hicieran un documento que le permitiese sacar el coche del depósito sin cargo alguno. La contestación cabreó todavía más al policía, que siguió apelando a voces a su condición de "compa?ero" para evitar el pago completo de las tasas.
El trabajador de la grúa observaba la escena desde la oficina, protegida por una ventana con rejas, desde la que se accede al interior del aparcamiento. El guardia accedió al final a pagar los 90 euros de la grúa. Una vez entregado el recibo, el portero le abrió la cancela del lugar donde se guardan los coches para que entrara a recoger el suyo.
Pero el agente, en lugar de ir a por su vehículo, se volvió hacia el trabajador para "insultarlo y amenazarlo", según explicaron las fuentes. La cosa no quedó ahí. En pleno ataque de ira se encaramó a la reja de la ventana, zarandeándola hasta lograr "arrancarla". Así consta en la denuncia, en la que se a?ade que también rompió el cristal de la ventana con la intención de llegar hasta donde se encontraba el asombrado operario.
El trabajador pidió auxilio a la Policía Local. Una patrulla llegó al lugar e intervino para calmar los ánimos. En las diligencias previas que se instruyen en el juzgado consta un informe del grupo de Atestados de la Policía Local en el que se confirma que el agente estaba fuera de servicio y que declaró como domicilio a efectos de notificación la sede de la Jefatura en la Huerta del Rasillo.
Sin datos. Resulta extra?o, según las fuentes, que en Atestados no se identificara con nombre y apellidos a quien en ese momento era un ciudadano más y no un agente de policía de trabajo. En la diligencia enviada al juzgado sólo consta su número de carné profesional.
El juez instructor ha ordenado que se identifique con nombre y apellidos al denunciado y que se informe de su domicilio particular, no laboral, tratándolo como a un ciudadano más. En el oficio del juzgado se pide también que se cuantifiquen los da?os presuntamente causados por este agente en las instalaciones municipales.
El trabajador que ha denunciado este comportamiento del policía local se negó en los días sucesivos a ir a trabajar sin escolta policial. Según afirmó, las amenazas recibidas supuestamente por parte del funcionario lo atemorizaron. A ese miedo se le a?ade la situación de desprotección en la que quedó la oficina al romper la reja y el cristal.
La consecuencia fue que la Policía Local se vio obligada durante los últimos dos o tres días a retirar de la calle una patrulla para que custodiara, las 24 horas del día, la entrada del depósito en prevención de un posible regreso del enojado propietario del vehículo.