El último día de Concha, la camisera de Tirso de Molina a la que asesinaron a puñaladas por defender su negocio
La Policía Nacional busca al homicida, un «transeúnte habitual» de la plaza de Lavapiés
Asesinan a puñaladas a una mujer de 61 años que regentaba una tienda de ropa en Tirso de Molina
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El exterior de la tienda de Tirso de Molina en la que se ha producido el crimen, acordonado
El exterior de la tienda de Tirso de Molina en la que se ha producido el crimen, acordonado ISABEL PERMUY
CARLOTA BARCALA
Madrid
03/07/2023
Actualizado 04/07/2023 a las 01:58h.
A Concha le faltaban tan solo diez minutos para bajar la persiana de su tienda de ropa y dar por finalizada la primera parte de su jornada laboral, antes de parar para comer y descansar tres horas. Luego, ya por la tarde, regresaría para atender a sus clientes, tal y como llevaba haciendo, día tras día, desde hace casi cuatro décadas, en el número 4 de la plaza de Tirso de Molina. La mujer, de 61 años, estaba este lunes tras el mostrador cuando un hombre irrumpió en la tienda con el propósito de hacerse con el dinero de la caja. Concha se habría resistido, habría intentado defender su negocio, su trabajo, y, ante la negativa a entregarle el dinero, el presunto asesino la apuñaló en el abdomen.
Al cierre de esta edición, el Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional, revisaba las cámaras de seguridad de la zona para intentar reconstruir el camino que el homicida siguió tras huir a la carrera del establecimiento, según apuntan testigos, hacia la zona de Antón Martín, y poder detenerlo.
Malherida, Concha logró salir del mostrador para intentar pedir ayuda. Fue una viandante la primera en percatarse de la necesidad de ayuda que demandaba la víctima. La joven comenzó a gritar, según cuentan testigos, al ver a la comerciante ensangrentada y ya desplomada en el suelo de Vistebien, la tienda que regentaba.
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Sus chillidos pidiendo que se llamase a la Policía alertaron a los trabajadores de los establecimientos aledaños, en su mayoría hosteleros, que consiguieron parar a una patrulla de la Policía para informar del ataque y supuesto atraco. El presunto homicida –uno de los «habituales transeúntes» de la plaza, en palabras de los testigos– acababa de escapar e iba, declararon, con manchas de sangre en la camisa de cuadros y los pantalones.
Los primeros agentes en llegar fueron los encargados de empezar la reanimación cardiopulmonar, antes de que arribasen los sanitarios de Samur-Protección Civil. Cuando estos se personaron, estaba en parada cardiorrespiratoria y, tras media hora más de maniobras, no consiguieron revertirla, decretando el fallecimiento de la mujer, que estaba a punto de jubilarse.
«Atendía siempre con una sonrisa, te asesoraba... Era estupenda», afirmaron vecinos de la plaza, todavía sin procesar lo que acababa de ocurrir en el bajo del número 4. «Una tienda de toda la vida... De barrio, a la que iba mi padre a comprar las camisas. Antes de especializarse en los uniformes de hostelería, esta fue una de las mejores camiserías de Madrid«, añadieron otros de los residentes, frente a la entrada acordonada de Vistebien.
La tienda que ahora Concha atendía se fundó en los años cuarenta, especializada en las confecciones a medida de trajes, que todavía realizan. Tal fue el éxito que pronto abrieron una segunda sucursal, en la calle del Olivar, y ya especializada en uniformes de hostelería. Hace 20 años, José Luis y sus chaquetillas, que así se llama el negocio, se mudó hasta la calle del Ave María, donde se encuentra a día de hoy, dirigida por los hijos del fundador, al igual que Vistebien.
La familia de Concha se personó en la tienda tras enterarse de lo ocurrido. Allí estuvieron, hasta que convencieron al viudo de retirarse, sus hijos y sobrinos. «Os pedimos que no nos grabéis, estamos en 'shock', sin creérnoslo», fue lo único que una de las sobrinas declaró. Mientras, empresarios y vecinos, reclamaron más presencia policial y control en una «plaza abandonada y tomada por gente problemática, personas sin hogar y con adicciones»