Sexualidad 50+ La vida sexual a esta edad está muy condicionada por la anterior
No es menos gratificante, simplemente es diferente ULISES CULEBRO
BEATRIZ G. PORTALATÍN Madrid
Actualizado: 08/11/2014 04:07 horas
A pesar del avance de los tiempos, de lo moderno que pueda resultar nuestro siglo, todavía existen algunos mitos que siguen interiorizados en gran parte de la población. Como por ejemplo, aquel que dice que el sexo a partir de los 50 empieza a decaer. Nada de eso. Según los expertos, las relaciones a esta edad pueden traer muchas más ventajas que inconvenientes. Sólo hace falta abrir la mente, dejarse llevar y cambiar el concepto de sexualidad que aún impera en algunos rincones de esta sociedad moderna.
Por ello y con el fin de dar respuestas reales a todo lo que acontece en la sexualidad después de los 50, se ha publicado recientemente Menoguía: Vida y sexo más allá de los 50. Se trata de un documento editado por la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) en colaboración con otras sociedades científicas como la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS) y la Asociación Española de Andrología y Medicina Sexual y Reproductiva (ASESA).
"La sexualidad y las relaciones sexuales no se acaban con la edad, ni la edad es un factor causal independiente de disfunciones sexuales", afirma a ELMUNDO la doctora y sexóloga Francisca Molero, autora principal de esta Menoguía. Son otros los factores que intervienen, por ejemplo la existencia de problemas de salud, la iatrogenia médica o quirúrgica y, sobre todo, la vida sexual anterior. "No hay que olvidar que la vida sexual en la edad madura está muy condicionada por la que se haya tenido anteriormente", señala la especialista.
Una de las características que determina la satisfacción de una pareja es su satisfacción sexual. Diferentes manuales y estudios han reflejado la fuerte asociación que existe entre ambos conceptos. "En las personas, las relaciones sexuales satisfactorias y periódicas son un indicador de vinculación e intimidad y un factor necesario para el bienestar emocional. Si existe una buena relación de pareja y no hay ninguna enfermedad que impida la actividad sexual, ésta se puede mantener hasta el final. La sexualidad no es menos gratificante en esta edad, simplemente es diferente a la sexualidad de edades mucho más jóvenes, como ocurre en el resto de las facetas de la vida", mantiene Molero.
Oportunidad para descubrir
La menopausia conlleva en la mujer cambios físicos y psicológicos que pueden hacer mella en algunas facetas de su vida, como en la relacionada con la sexualidad. Sin embargo, y según mantiene Ana Rosa Jurado, médica y sexóloga en el Instituto Europeo de Sexología en Marbella (otra de las autoras de la Menoguía), la menopausia no debería de significar un cambio terrible en la salud de las mujeres, ni en su sexualidad, ni en su desenvolvimiento vital.
La menopausia, explica esta especialista, consiste en la reducción de la producción hormonal ovárica con la consiguiente desaparición de la posibilidad de tener hijos y una disminución de los niveles estrogénicos y de progesterona en sangre. Es cierto que esta disminución hormonal puede afectar a algunos tejidos, sobre todo de los órganos implicados en la respuesta sexual. Por ejemplo, es frecuente que las mujeres se quejen de menor lubricación ante el estímulo sexual, o que aprecien diferencias en el tiempo que tardan en obtener una excitación física que ellas perciban como adecuada, o en alcanzar el orgasmo. Sin embargo, todos estos problemas pueden solucionarse con un buen lubricante adecuado en casa caso. También es recomendable, matiza Jurado, un buen consejo sexual que incluya una mayor dedicación en el juego sexual, que no sea tan directa y rápidamente encaminada al coito, y la oportunidad de experimentar y aprender aspectos nuevos sobre su propio cuerpo. "Tenemos que animar a las mujeres (si aún no se han dado cuenta cuando vienen a la consulta) a modificar su antiguo modelo de erótica (más masculina), pues es excesivamente genitalizado y coitalizado".
Todo esto ayuda a las mujeres, y por ende a sus parejas, a maximizar sus encuentros sexuales. Además, a esta edad ya no hay preocupación por poder quedarse embarazadas. Para Jurado, todo son ventajas: "Al llegar a los 50 las mujeres tienen los suficientes recursos y experiencia para seguir sintiéndose atractivas y disfrutar de su sexualidad, y para una buena parte de ellas es así, a pesar de que los mensajes que da la sociedad no ayudan en absoluto".
Es cierto que aún la sociedad sigue lanzando mensajes estereotipados y "desprecia lo que no sea rabiosamente joven (hasta las cremas antiarrugas las anuncian las chicas de 15 años)", como apunta esta especialista. Estos mensajes y similares no hacen más que magnificar la idea de que con la menopausia llega casi el fin y que el sexo es cosa de jóvenes. Pero "nunca es tarde para aprender cosas nuevas y para reivindicar la sexualidad auténticamente femenina", insiste Jurado.
Posibles disfunciones sexuales
Las disfunciones sexuales más frecuentes asociadas a la mujer son los trastornos de la excitación y la dispareunia (dolor en el coito) secundaria a atrofia vaginal. La disminución de la libido, explica la doctora Molero, siempre está presente como consecuencia y/o causa de las anteriores. Y también se dan problemas para alcanzar el orgasmo, secundarios a los tratamientos farmacológicos, sobre todo los antidepresivos.
Por su parte, en el hombre, los problemas sexuales más frecuentes, son la disfunción eréctil (muchas veces favorecida, por problemas de hipertensión, diabetes o dislipemias), seguidos de problemas de eyaculación.
Otras circunstancias a tener en cuenta es el tema de enfermedades graves que puedan aparecer en cualquier miembro de la pareja, por ejemplo un cáncer. Una enfermedad grave cualquiera, del tipo que sea, sostiene esta especialista, abre un intervalo y un cese de actividad sexual, que no de la emocional y afectiva. "Es aproximadamente después de un año del diagnóstico, cuando la mujer vuelve a sentir interés sexual, en el caso del hombre es mucho antes, sobre todo por la preocupación de la capacidad del mantenimiento de la erección", aclara.
Por ello, es muy importante que los profesionales de la salud entiendan que todas las personas son sexuales y tienen sus necesidades. Así, deben ofrecer a sus pacientes, insisten las especialistas, la oportunidad de poder expresar sus preocupaciones en esta materia. "La combinación de las intervenciones biomédicas y psicosociales es, de hecho, el mejor abordaje para cualquier tipo de disfunción sexual. La terapia sexual básica siempre debe ser parte de la consulta para proporcionar información y promover la comunicación acerca de temas sexuales", comenta Molero. Por su parte, aconseja Jurado, es muy importante consultar los problemas sexuales con el médico, porque con el abordaje adecuado, suelen tener siempre solución.
A pesar de todo, todavía se requiere mayor investigación para de desarrollar tratamientos farmacológicos hormonales y no hormonales para la atención individualizada de las disfunciones sexuales de hombres y mujeres. Según explica Molero, en primer lugar, se deben recomendar hábitos de vida saludables, incluyendo la reducción del estrés y la fatiga, el aumento de tiempo de calidad con sus parejas, la novedad en el repertorio sexual, y la mejora de la imagen corporal. Después, "la derivación y coordinación con un terapeuta sexual es una intervención altamente eficaz para las disfunciones sexuales", concluye.