Madrid aspira junto a las grandes capitales del mundo a tener más poder político y financiero08:55:09 - 27/12/2005Vocento VMT -Madrid acaba de aprobar una Ley de Capitalidad para la ciudad, y el resto de grandes capitales están en el mismo camino desde hace tiempo, con desiguales resultados
Las grandes capitales del mundo luchan denodadamente por incrementar su autonomía política y económica, aunque sin mucho éxito. Al igual que Madrid acaba de aprobar, tras 22 a?os, una Ley de Capitalidad para la ciudad, otros municipios equivalentes en rango, población y problemas están en el mismo camino desde hace tiempo, con desiguales resultados.
Se ha estudiado la situación de Madrid, Roma, Londres, Washington, Ciudad de México y París y se ha observado que los problemas son comunes a todas ellas: cómo gestionar con éxito servicios sociales, ordenar el tráfico y garantizar un transporte público eficaz, obtener cotas suficientes de seguridad o abordar el problema de la inmigración. Y todo ello, en grandes urbes con millones de habitantes, que se rigen en general por legislaciones similares que las que se aplican a municipios de cientos de miles o decenas de miles de residentes.
En el caso de Madrid, todos sus esfuerzos en este campo se han centrado en redactar una Ley Especial que recogiera su singularidad como capital de Espa?a, y que de paso le dotara de los medios financieros suficientes para dar a su populosa ciudadanía los servicios que requieren. Exactamente el mismo caso que se repite, casi sin diferencias, en las principales capitales de Europa y América.
Madrid cuenta, desde hace sólo unos días, con una ley aprobada en Consejo de Ministros, que es un primer paso aunque sus responsables -nace con el consenso de las tres administraciones: central, regional y local- reconocen que el texto no cumple con las expectativas, especialmente en lo referente a la financiación, un capítulo que queda a la espera de nuevas modificaciones legales para resolverse.
La capital de Espa?a está estrenando en estos días su Ley de Capitalidad, recién aprobada en el Consejo de Ministros y pendiente aún de un trámite de meses en el Congreso de los Diputados primero y después en el Senado. La Ley, calificada como "doble" por el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, es de Capitalidad y Especial. Pese a lo cual, no recoge las peticiones largamente mantenidas por los distintos gobernantes locales para dotar a la ciudad de una financiación adecuada que la permita hacer frente a los servicios que debe prestar.
Comparando con las otras capitales del mundo estudiadas, lo cierto es que la autonomía de Madrid parece superior: su alcalde, elegido en las urnas, establece su propia normativa -siempre que sea acorde con la de rango superior-, fija los presupuestos de la ciudad y tiene plenas competencias en tráfico o urbanismo -estas últimas, con la necesidad de autorización del Gobierno regional en los cambios urbanísticos de mayor relevancia. Lo que sí le limita la Administración central es su capacidad de endeudamiento total, que no puede superar determinados límites.
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