Alerta de seguridad: cuatro atropellos al día y diez muertos desde enero en la capital
Madrid registra en seis meses dos tercios de los fallecidos en 2017
Ignacio S. Calleja
@iserranoc
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Actualizado:
07/07/2018 12:40h
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Solo en el último mes han muerto en Madrid cuatro personas atropelladas. La última víctima, una mujer arrollada por un autobús en la avenida de Córdoba (Usera), eleva a diez los fallecidos en el primer semestre del año y evidencia el escenario de alerta: la capital registra cuatro heridos al día –de distinta gravedad– por este tipo de accidentes y en la Comunidad han subido un 13 por ciento respecto al mismo periodo de 2017. Los expertos en seguridad vial reparten la culpa entre peatones y conductores y señalan el exceso de velocidad, las distracciones y la falta de visibilidad como las causas principales.
La capital, con 723 atropellos en los últimos seis meses, va camino de igualar las cifras del año anterior, con un total de 1.513 siniestros. En la mitad de tiempo, sin embargo, ya registra dos tercios de las muertes, con diez frente a las 15 del año anterior. Las últimas semanas han contribuido sobremanera a esta macabra estadística, con cuatro accidentes fatales.
El 7 de junio, un hombre de 39 años fue embestido por un coche a la salida del túnel de Corazón de María, sin que los facultativos del Samur pudieran salvarlo. El día 18 del mismo mes, un joven de 19 años sufrió el mismo final cuando cruzaba de madrugada la autovía de Zaragoza (A-2); solo 48 horas después, en el distrito de Hortaleza, una anciana de 86 años falleció tras ser atropellada por un conductor que tuvo que ser atendido por una crisis de ansiedad. La mujer de Usera, de 35 años, murió horas después de ser golpeada por un autobús interurbano.
El «gran problema»
Los expertos sostienen que estos sucesos son el «gran problema» de las ciudades, especialmente en las zonas de mayor densidad peatonal. El último informe del Race sobre este extremo, de hecho, señala que uno de cada cinco accidentes son por atropello, que a su vez suponen el 50 por ciento de las muertes totales en sucesos de tráfico. Así, según datos del Ayuntamiento de la capital, el distrito más conflictivo es el de Centro, con 79 casos desde el pasado 1 de enero. Le siguen Puente de Vallecas (60), Salamanca (52) y San Blas-Canillejas (43).
A un ritmo de cuatro atropellos al día, con los fines de semana en niveles mínimos, los puntos negros coinciden con las grandes arterias, como la calle de Alcalá, con ocho incidentes en solo tres meses; la Gran Vía, con seis; o Bravo Murillo, con cinco en el mismo periodo. La Policía Municipal, ante este contexto, desarrolla durante una semana al mes un programa de prevención en el que participan las Unidades Integrales de Distrito y el departamento de comunicación, centrado sobre todo en redes sociales.
El repunte también se reconoce a nivel regional, con un incremento cercano al 13 por ciento (12,96). Si Emergencias 112 atendió 1.396 siniestros en los seis primeros meses de 2017, ahora ha hecho lo propio en 1.577 ocasiones. Desde la Agencia de Seguridad y Emergencias, más allá de la recomendación de cruzar por los pasos de peatones, advierte a los conductores de que las primeras y últimas horas del día son las más peligrosas, debido a los deslumbramientos por el sol.
La culpa, aseguran los especialistas, está repartida casi a partes iguales entre los dos actores principales. «Está mitad y mitad, lo vemos en peatones que cruzan por mitad de la carretera, por conductores con exceso de velocidad o por distracciones de ambos», detalla a ABC el coordinador de Seguridad Vial del Race, Jorge Castellanos. No obstante, la velocidad desempeña para él un papel «fundamental»: «Sería conveniente que se bajara el máximo en las calles residenciales».
Con el límite a 50 kilómetros por hora en la mayoría de los viales urbanos, la necesidad de reducirlo se justifica en la posibilidad de sobrevivir a un impacto. «A 50 es completamente imposible, a 25 hay alguna opción», apunta Castellanos. Los fallecidos más habituales, según el citado informe, son los ancianos y los niños.
Restar visibilidad
Pero este no es el único condicionante. «Hay un problema grande con el mobiliario de las ciudades, que quita muchísima visibilidad», declara Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en referencia a las marquesinas de los autobuses y al arbolado. «Urge una reordenación y añadir barreras de seguridad», añaden desde el Race.
Las soluciones, coinciden, deben enfocarse a reducir los atropellos y a aminorar sus efectos. Desde AEA, además de reubicar los pasos de cebra acorde al «paso natural» de las personas, sugieren situar los semáforos antes de la marca vial en el suelo, y no después, para «aumentar el nivel de protección» del que cruza. No solo eso, entre sus propuestas destaca una aplicación móvil que conecte los semáforos con los teléfonos móviles de conductores y viandantes, de modo que cuando está cerrado interrumpa una conversación u otra actividad. «Está comprobado que los despistes son una causa principal», justifica Arnaldo.
Todas estas medidas, apunta, contribuirían a reducir el número de accidentes que, en la capital, están alcanzando niveles preocupantes.
