23 de Diciembre de 2011 | Albert Montagut
ADN dice adiós
El ADN que tiene hoy en sus manos es el último que saldrá a la calle. Los accionistas anunciaron ayer por la tarde a la redacción su decisión de terminar con la actividad de la empresa.
La decisión llega después de muchos meses de intensas reuniones, discusiones y planteamientos estratégicos.
La empresa comunicó a la redacción su enorme satisfacción por su exquisito trabajo editorial y lamentó que se hubiera tenido que tomar esta decisión debido a la situación del mercado y al considerar que se trata de un proyecto inviable dadas las previsiones que se barajan para 2012 y 2013.
ADN es un diario que desde su nacimiento ha intentado estar a la cabeza del diseño y los contenidos, y buscar la compleja pero fascinante horizontalidad con las redes sociales. En mi opinión esos objetivos editoriales se han logrado, sobradamente.
Así lo pienso con sinceridad, tras constatar que la opinión general sobre el diario ha sido muy positiva desde el primer momento. Pero este hecho no basta, evidentemente.
Los diarios son, además de piezas angulares del sistema democrático, negocios que ante todo deben ser rentables para ser independientes, para ser completos. ADN lo ha intentado con ilusión, fuerza y confianza, pero no ha conseguido cuadrar sus cuentas.
Simplemente no contábamos con esta crisis que ha pulverizado las inversiones publicitarias en la prensa escrita y las cuentas de resultados de este y otros muchos diarios. Después de batallar durante seis años para mejorar el producto día a día y sin perder la ilusión, había llegado el momento de tomar decisiones.
Y las que se han tomado me duelen, pero me parecen justificadas. Es el momento para agradecer a todos y cada uno de los periodistas que han trabajado en este diario y en su página web su tremendo esfuerzo.
En su mayoría son gente joven que a día de hoy pueden considerarse, y doy fe de ello, periodistas de un gran nivel, formados en una escuela que ha requerido y exigido de ellos un alto estándar y cuya respuesta ha sido superlativa.
Gracias a los editores por darnos confianza e independencia total hasta el último momento. A los comerciales, a nuestros financieros y equipos administrativos de todas las delegaciones, a los anunciantes que siempre vieron en ADN una plataforma perfecta y de calidad donde promocionar sus productos, y en especial a quienes vieron en el Plus algo más que un diario.
Y, cómo no, a los lectores, que a millones han estado con nosotros desde el primer día. A ustedes les agradezco tanta y tanta compañía y sus miles y miles de mails, cartas y tweets, por entusiasmarse con nuestras aplicaciones, con nuestro rompedor ADN Plus y por seguir día a día a nuestros acertados columnistas y divertidos suplementos.
Deseo mucha suerte a los medios escritos que van a luchar contra la crisis en los próximos meses, de todo corazón, y entereza a nuestros periodistas. A ellos les doy las gracias personales por su apoyo y ayuda en todo momento y les pido que no pierdan su ilusión.
El periodismo es una profesión maravillosa pero muy, muy complicada, y con muchos contratiempos, algunos profundamente injustos, pero al final del túnel siempre está la luz de la vocación y el deseo de servir a la comunidad con honestidad y objetividad, la luz brillante del periodismo.
En el momento del adiós, gracias a ADN. Hasta siempre.