Radiografía de un suceso en el Acueducto
Posted By Redacción on 9, Sep, 2022
La actuación de los servicios de emergencia durante el suceso ocurrido a primera hora de la mañana del jueves en el que un hombre se subió al Acueducto, quizá con intenciones suicidas, culminó con su bajada sin que sufriera daños. El primer objetivo, proteger la integridad de un ciudadano, estaba cumplido aunque con costes añadidos, empezando porque un policía local resultó gravemente herido y a estas horas permanece en el hospital tras una operación de urgencia. No obstante, en los 55 minutos que duró el suceso hubo otros protagonistas de acciones que también fueron de suma trascendencia.
Relata la concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, que la primera llamada de aviso la realizó un ciudadano en torno a las 6.20 horas, activando los protocolos que llevaron al lugar a efectivos de la policía local, la nacional y los bomberos. Había un hombre, de unos 30 años, en el canal del Acueducto, más o menos a la altura de las hornacinas, en la parte más alta del monumento. Se trataba del mismo al que los locales que trataban de rescatarle habían sometido sólo un rato antes a pruebas en un control de alcoholemia en el que dio un resultado elevado que llevó a la apertura de diligencias al juzgado.
Era de noche y no se le veía bien desde el Postigo o la muralla, así que los policías decidieron actuar: el jefe de servicio de esa noche decidió subir al canal sorteando las rejas por la zona del Postigo mientras otro agente que trataba de darle cobertura optaba por encaramarse por la zona del “último arco” en la plaza de Avendaño.
“El primero en subir es un policía que tiene la ‘habilidad’ de encontrarse con todos los que se suben al Acueducto. Ya está versado en estas cosas. El segundo se quedó enganchado en un hierro”, resumía De Frutos. Con “el primero” se refería al policía 6049, que en 2014 vivió una situación muy similar en el mismo lugar que se resolvió también con la bajada del presunto suicida sin daños y que acumula otras acciones de riesgo en la protección de ciudadanos, algunas merecedoras de distinciones oficiales, a lo largo de su carrera, como otros policías que trabajan en la ciudad.
En esta ocasión se mantuvo a una amplia distancia del hombre. Se trataba de aportar tranquilidad y evitar su caída por cualquier motivo mientras se esperaba la llegada del experto en estas situaciones, de la Policía Nacional. La presencia del policía local pareció lograr efectos balsámicos y, poco a poco, la persona se fue acercando hacia la zona del Postigo. Dicen algunos testigos que a la vez que avanzaba, el policía mantenía las distancias con pasos hacia atrás en un delicado tira y afloja que acabó cuando el hombre llegó a la altura del Postigo, donde el uniformado pudo, por fin, sujetarle. Ambos bajaron por una escalera de mano instalada por los bomberos en el mirador y de allí, al hospital, acompañado por policías nacionales.
Al mismo tiempo que se producía el tenso rescate, en Avendaño, el agente de la Unidad de Vehículos de Intervención Rápida (VIR) con número 1615 —la concejala no hizo referencia a ello, pero en su expediente reciente también hay reflejadas actuaciones de riesgo en el auxilio a personas— sufría un complicado trance, sujetándose con dificultad y dolor entre hierros puntiagudos y con uno de ellos clavado en su pierna: una puntada de varios centímetros de profundidad en una zona en la que el punto más delicado es la gruesa arteria femoral, aunque en este caso la vena no se vio afectada.
De nuevo se impusieron las decisiones rápidas. La Policía Nacional acercó una de sus furgonetas para usar el techo comoe base desde el que sujetar al herido.
Participaron su compañera de patrulla y policías nacionales que diligentemente desengancharon al herido, practicaron un torniquete, otra acción decisiva, y le trasladaron, en coche policial, al hospital, donde entró directamente al quirófano. Por la tarde, el policía atendía a decenas de llamadas desde su habitación en el que fue su primer día de recuperación, por la que hizo votos la alcaldesa, Clara Martín, a través de un mensaje en las cuentas sociales del Ayuntamiento colgado a las 13.00 horas.
Medidas suficientes
Las emergencias generadas por la presencia de personas en lo alto del Acueducto, presuntos suicidas o simples paseantes, han sido, al menos, media docena desde 2015, y tras ellas se suele plantear, inevitablemente, el debate sobre si las barreras existentes para bloquear el acceso son suficientes o deben reforzarse. “Es complicado dificultarlo, más habiendo además otros puntos en el lado contrario por donde es fácil subirse”, reflexionaba la alcaldesa, enfrentándose por primera como regidora a esta pregunta. En el mismo sentido, la concejal de Seguridad, Raquel de Frutos, recordó que las personas que se encaraman al Acueducto “saben que se están saltando las normas y sabe que las está incumpliendo”.
Por otra parte, durante la tarde de este jueves, empleados de FCC trataron de limpiar los restos de sangre que habían quedado en el primer arco tras el accidente sufrido por el policía, si bien se aplicó un tratamiento “blando” que no ha logrado la limpieza total de los restos.
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