Los vecinos, la policía y los datos coinciden: No hay motivo para el pánico en Tetuán
Dos asesinatos, aprovechados políticamente, han puesto al distrito en el foco de atención, pero los datos no indican que Tetuán se esté convirtiendo en un gueto
María Zuil
Alfredo Pascual
Daniele Grasso
10.12.2017 – 05:00 H.
Los vecinos de Tetuán, uno de los barrios más poblados de Madrid, no encuentran explicación para lo que están viviendo. Para ellos nada ha cambiado, pero durante el último año los medios de comunicación, en especial la televisión, pintan el barrio como un nido de delincuencia donde apenas se puede pisar la calle.
"Tenemos muchos motivos para preocuparnos por esta zona, donde las calles están prácticamente tomadas por la droga, el menudeo... los vecinos tienen miedo a salir de casa, están impotentes y frustrados, y no son dueños de sus calles. No pueden dar por hecho algo tan básico como la seguridad al salir de casa; los hijos no pueden salir solos", explicaba Begoña Villacís, portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el ayuntamiento Madrid, la semana pasada.
Los vecinos menean la cabeza al escuchar estas afirmaciones; nadie en el distrito parece compartir este relato: "Puedes ir por el barrio mucho más tranquilo que en los 80 y los 90, cuando sí había un problema de seguridad por culpa de las drogas, pero entonces nadie nos hacía caso", dice María José Andrés, de la asociación de vecinos. Sí admiten que existen incidencias relacionadas con la convivencia en Bellas Vistas, también conocido en la ciudad como "el pequeño Caribe" por la abundancia de dominicanos. "Es una mayoría de chicos jóvenes, de otra cultura, mezclados con la gente más mayor del barrio, es normal que haya problemas de ruido y molestias en la calle", argumentan desde la plataforma.
Todos señalan un programa de Ana Rosa Quintana como el detonante del pánico. Sucedió a finales de mayo en la calle Topete, en el mismo lugar donde habían matado a un ciudadano dominicano meses antes. El reportero de televisión estaba entrevistando a una vecina, que se quejaba de los ruidos y la iluminación, fue perseguido por un vecino del barrio, de apodo El Tigre, al que la policía considera un camello de bajo nivel ("va vendiendo en una bici con altavoces"), pero al que los medios han llegado a calificar como "el capo de las bandas latinas de Tetuán".
Un programa de Ana Rosa Quintana fue el detonante de la mala imagen que se asocia al barrio
En días posteriores, Quintana y su equipo dedicaron tiempo a incidir sobre la seguridad del distrito, lo que disparó la alarma social y elevó la cuestión a la portada de diversos medios de comunicación. Se situó el foco sobre Tetuán, pero no sobre todo el distrito —que abarca de Plaza de Castilla a Cuatro Caminos y del Bernabéu a la Dehesa de la Villa—, sino sobre un área muy concreta del barrio de Bellas Vistas: la calle Topete y alrededores.
En esta zona el ayuntamiento planea colocar 19 cámaras de seguridad, una petición impulsada por Ciudadanos y apoyada por el Partido Popular. Salvo el centro de Madrid, ningún barrio de la ciudad estará tan vigilando como Bellas Vistas. Y, sin embargo, los datos no reportan un problema de delincuencia en Tetuán. O, al menos, uno que no existiese previamente. Si nos fijamos en los delitos relacionados contra personas —los que generan más alarma y los que han llevado a Villacís a hablar del "Bronx de Madrid"—, incluso ajustándolo a la población de Tetuán, no se encuentra un repunte de la criminalidad. Así, en lo que llevamos de año, Tetuán ha registrado 294 actuaciones policiales, o una por cada 19 ciudadanos, en sintonía con su vecino rico Chamberí (17) y desde luego muy por debajo de los distritos más conflictivos, como Centro (56,7) o Puente de Vallecas (58,9).
Los gráficos muestran que en Tetuán, como la gran mayoría de los barrios perimetrales de la M30, priman los delitos relacionados con el consumo y la tenencia de drogas, un tipo de sanción que depende directamente de la actuación policial. El foco de las autoridades es notorio en los datos: en octubre de 2017, Tetuán fue el quinto distrito de la ciudad que más actuaciones policiales registró, 161, la mayoría relacionadas con el menudeo de drogas, pero fue el décimoséptimo en número de detenidos. En ese mismo mes, en Chamberí, se dieron 59 actuaciones con un saldo de 53 detenidos.
"Hemos detectado casos de abuso policial con los dominicanos de Topete y estamos trabajando con ambas partes para mejorar la convivencia", dice Antonio Ortiz, presidente de la asociación de vecinos. "Se focaliza todo en los dominicanos y en un tramo de 50 metros, donde había dos locales que, es cierto, no cumplían las normativas de apertura", señala. Se refiere a los locales El Caracol y Azúcar Drink, que hace meses funcionan como 'after hours' ilegales, aunque su situación está siendo regularizada, sostienen desde el ayuntamiento. "Subían los latinos de la zona de Azca, ya por la mañana, a la calle Topete, con el jaleo que eso genera", afirma Ortiz. "Esto no es inseguridad. Los vecinos de toda la vida de Topete sienten que la calle ya no es suya, que el barrio ha cambiado, y no les gusta, pero a eso no se le llama inseguridad". En cuanto al resto de delitos, especialmente contra la propiedad y la tenencia de armas, la evolución del distrito no ofrece cambios significativos.
Nada nuevo
La policía tampoco ha notado un repunte de la criminalidad pese a que tiene la zona en vigilancia por la alarma social. El pasado 25 de octubre, en la última reunión del consejo de seguridad del distrito, José Ignacio Sánchez Ponga, inspector jefe de Tetuán, realizó un análisis optimista ante los vecinos y autoridades políticas (PDF). El alto cargo de la Policía Nacional indicó que, en el periodo entre enero y septiembre de este año, cuando más castigada ha sido la imagen del barrio, la delincuencia ha aumentado solo un 2,6% con respecto al año anterior y apenas un 4% las detenciones. "El barrio de Bellas Vistas no es especialmente conflictivo", explica Sánchez Poga, "y podemos decir que algunos tipos delictivos, como el robo con violencia o la exhibición de navajas, suponen el 1% de todos los delitos de este tipo que se cometen en el distrito", que está formado por cinco barrios más (Valdeacederas, Cuatro Caminos, Berruguete, Castillejos y Ventilla).
Sánchez Poga denuncia que en Bellas Vistas están "Antena 3 y Telemadrid permanentemente" y que se empeñan en inflar la historia pese a la versión policial. El asesinato de enero, a las puertas del 'after' Azúcar, se vendió a la sociedad como el producto de una guerra de bandas: "Les dijimos a los medios por activa y por pasiva que esto no tenía que ver con las bandas latinas, nada más lejos de la realidad, sino una reyerta entre dos dominicanos que habían discutido previamente en una discoteca de la calle Orense".
El comisario, que suscribe la teoría de la difícil convivencia entre vecinos, afirma que no se deben tener en cuenta los incrementos y descensos puntuales de los delitos en Tetuán, ya que el barrio posee "una población importante flotante", además de concentrar miles de puestos de trabajo en las zonas de Orense, Azca y Cuatro Caminos. "Cerca del 60% de las denuncias que registramos son por actos que no se han cometido en el distrito", afirma Sánchez Poga, "estoy hablando de gente que viene, por ejemplo, a los juzgados de Plaza de Castilla y el juzgado lo remite evidentemente a la comisaría del distrito. Y la más cercana es la nuestra. Tenemos otras zonas importantes de afluencia de gente como es Azca, la zona de los intercambiadores de transportes, el de Príncipe de Asturias y de Nuevos Ministerios, que automáticamente trae gente de todo Madrid, incluso recibimos denuncias de hechos cometidos en territorio de la Guardia Civil y en comisarías locales del norte de Madrid".
Entonces, si vecinos, datos y policía están de acuerdo en que no hay motivos para alarmarse, ¿por qué Tetuán sigue siendo señalada? Los vecinos tienen su teoría, por supuesto gentrificadora, pero para comprenderla hay que conocer la zona más en detalle. En general, cuando se alude a la delincuencia en el distrito, en realidad solo se refieren a Bellas Vistas, en concreto a la calle Topete y su cruce con Almansa. Es una de las zonas con la renta más baja del distrito, compuesta por casas antiguas y tradicionalmente punto de llegada de los inmigrantes que entran a la ciudad por Barajas. A principios de siglo, al calor del ladrillazo, se convirtió en el barrio de Madrid con más porcentaje de inmigrantes, en su mayoría latinos, pero con presencia relevante de marroquíes y filipinos. No obstante, cuando la economía se desplomó, muchos regresaron a sus países o se mudaron a las afueras, donde las rentas son más económicas.
Se quedaron los caribeños, que han hecho suya la calle a base de establecer en la zona la mayor colonia dominicana en toda Europa. Así, Topete es una 'rara avis' en el entorno: pocos metros al sur tiene Chamberí y Cuatro Caminos, donde el metro cuadrado es mucho más valioso, y en los flancos están Nuevos Ministerios y Ciudad Universitaria, dos distritos que le duplican la renta. Como Astérix, Topete es un reducto de peluquerías y locutorios latinos en mitad del lujo madrileño.
Un huracán sobre Topete
Las antiguas cocheras de la EMT, en el 107 de Bravo Murillo, a un minuto andando de Topete, es ahora el Parque Cuatro Caminos, una urbanización de vivienda protegida que se vendió por completo en tres semanas. Está compuesta de varios bloques de cuatro alturas con zonas compartidas, una plaza ajardinada y una cafetería para hipsters con rosquillas de colores. Nada más salir de la plaza, el visitante se encuentra con el contraste del Pequeño Caribe, con sus fachadas avejentadas y sus grupitos de jóvenes escuchando bachata por la calle. Es como cambiar de país en 30 metros.
Los vecinos sospechan, como en Vallecas, que se está creando una burbuja de miedo artificial para especular con el suelo de la zona y reconstruirla. "Aquello está lleno de solares, y hemos visto varios carteles de Aguirre Newman, que ya sabes de quién es", dice Antonio Ortiz en referencia a Santiago Aguirre, socio de la inmobiliaria y hermano de la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre. "Es una zona en la que siempre ha habido proyectos, pero nunca se empezaban a desarrollar... excepto ahora, que está toda la calle en obras", dice el portavoz vecinal. Ortiz sostiene que es un emplazamiento idóneo para construir porque, además de la ubicación, la mayoría de propietarios son ancianos "que ya no viven allí y le alquilan el piso a cualquiera, no se preocupan ni de su inmueble ni del barrio". "Vas por Topete y no ves más que carteles de 'se compra piso'... ¿cómo es que nadie quiere vivir allí, si según los medios es una zona salvaje?".
"Tenemos la sospecha, que estamos trabajando en investigar con mayor profundidad, de que esto pueda ser el embrión de un proceso de gentrificación como los que ya se han sufrido en otras partes de nuestra ciudad, debido a las características de la zona, aneja a Bravo Murillo y Cuatro Caminos. Pensamos que es importante estar alerta ante este tipo de procesos especulativos inmobiliarios, ya que terminan por expulsar a la población humilde del barrio en el que tienen arraigo", dice Alicia Sánchez, concejal del ayuntamiento por Tetuán.
Lo cierto es que Topete se ha convertido en un cono de deyección de problemas. Vecinos y autoridades denuncian que los otros hechos graves que se han cometido en el distrito recientemente se han relacionado injustamente con Topete y la presunta violencia entre bandas. "El asesinato de la calle Panizo fue un asunto de violencia de género, que nada tiene que ver con el barrio donde suceda, y el tiroteo de Marqués de Viana fue un asunto sentimental", dice Marian Giménez, vecina de la zona y portavoz vecinal. "No tenían nada que ver, pero acabaron saliendo imágenes de las bandas latinas y Topete", concluye.
Por si esto fuera poco, ha surgido en Tetuán una versión castiza de Arran. Nadie sabe a ciencia cierta quienes son, pero los vecinos intuyen que proceden de la 'casa okupa' de la calle Anastasio Herrero. El martes pasado, después de una manifestación vecinal contra la mala imagen que se está proyectando del barrio, decenas de comercios y bienes públicos aparecieron con carteles o pintados con spray, todos con la misma leyenda: "Tetuán no se vende".