«Es insólito; podría ser hasta Policía» Lo más difícil de asumir para los padres de la víctima es que el crimen no deje huella
M. J. ÁLVAREZ | M. J. ÁLVAREZ / MADRID
Día 26/06/2010 -
EFEMaría del Mar Bermúdez, la madre de la joven asesinada Sandra PaloEFE
María del Mar Bermúdez, la madre de la joven asesinada Sandra Palo 121 de 2
«Lo que nos cuesta más trabajo digerir es que el asesinato de Sandra no deje ninguna huella. Y, que ahora, el asesino ese, limpio de polvo y paja, no tenga antecedentes por la burrada que hizo. Puede ser funcionario. Por poder, podría ser hasta Policía». Ése es el resumen del sentir de Francisco Palo, instalado en el dolor desde hace siete años, junto a su mujer Mar Bermúdez. Un dolor que estos días se ha recrudecido.
«Después de la pérdida de Sandra, lo que más nos daño nos hace es que las atrocidades que hizo con Sandra no existan. Se borren. En casos como éste, y con semejante perfil y pronóstico del delincuente, los antecedentes penales deberían figurar para siempre», explica Palo.
Tanto Francisco cómo Mar no entienden porqué no se mejora la Ley Penal del Menor o se corrigen los errores para que sea más eficaz, efectiva y no vuelva a ocurrir lo que con «el asesino ése». «No sé lo que tiene que parece un tema tabú. Sin embargo, cada vez hay más delincuencia juvenil y eso no beneficia a la sociedad. “El Rafita” es un ejemplo de lo que no queremos que vuelva a ocurrir. Pero también sirve de modelo, en negativo, para los menores conflictivos. Le ven como un héroe, en la tele, como si se hubiera ido de rositas...
Y eso no puede ser», agrega.
«Lo peor de todo es que, a la hora de la verdad, nos sentimos muy solos... Llevamos siete años luchando para que se modifique la ley y se castigue de verdad a los culpables y no hemos obtenido apoyo de las administraciones ni de los políticos. Ahora saldrán, hablarán unos días, pero, después, a la hora de la verdad, no hacen nada».
MADRID
«Lo que nos cuesta más trabajo digerir es que el asesinato de Sandra no deje ninguna huella. Y, que ahora, el asesino ese, limpio de polvo y paja, no tenga antecedentes por la burrada que hizo. Puede ser funcionario. Por poder, podría ser hasta Policía». Ése es el resumen del sentir de Francisco Palo, instalado en el dolor desde hace siete años, junto a su mujer Mar Bermúdez. Un dolor que estos días se ha recrudecido.
«Después de la pérdida de Sandra, lo que más nos daño nos hace es que las atrocidades que hizo con Sandra no existan. Se borren. En casos como éste, y con semejante perfil y pronóstico del delincuente, los antecedentes penales deberían figurar para siempre», explica Palo.
Tanto Francisco cómo Mar no entienden porqué no se mejora la Ley Penal del Menor o se corrigen los errores para que sea más eficaz, efectiva y no vuelva a ocurrir lo que con «el asesino ése». «No sé lo que tiene que parece un tema tabú. Sin embargo, cada vez hay más delincuencia juvenil y eso no beneficia a la sociedad. “El Rafita” es un ejemplo de lo que no queremos que vuelva a ocurrir. Pero también sirve de modelo, en negativo, para los menores conflictivos. Le ven como un héroe, en la tele, como si se hubiera ido de rositas... Y eso no puede ser», agrega.
«Lo peor de todo es que, a la hora de la verdad, nos sentimos muy solos... Llevamos siete años luchando para que se modifique la ley y se castigue de verdad a los culpables y no hemos obtenido apoyo de las administraciones ni de los políticos. Ahora saldrán, hablarán unos días, pero, después, a la hora de la verdad, no hacen nada».