"El padre de Caín", los cobardes actores españoles (perdón, "del Estado") empiezan a atreverse a rendir el homenaje debido a la E por su entrega y sacrificio personal durante décadas Aún la cagaran en el siguiente/último capítulo.
La serie de Telecinco 'El padre de Caín' levanta ampollas entre guardias civiles del País VascoPor Fernando H. Valls / lainformacion.com
Lainformacion.com | 08/12/2016 - 13:15
Guardias civiles del cuartel de Intxaurrondo critican que la miniserie de Telecinco 'El padre de Caín' recrea hechos que no son verdad.
Denuncian que las entradas a detener etarras no son así y que en el cuartel no hubo calabozos hasta hace muy poco tiempo.
'El padre de Caín' ha sido la última miniserie de Telecinco que ha triunfado en audiencia. En su primera entrega logró un 19% de cuota de pantalla y 3.223.000 espectadores, un dato meritorio tratándose de una noche de Champions League.
La ficción está basada en una novela del exsecretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, y está recreada en el histórico cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo, en San Sebastián. Pero a algunos agentes que están destinados en ese cuartel o que lo estuvieron en la pasado no les ha gustado lo que han visto en televisión.
Lainformacion.com ha recopilado algunas críticas que estos funcionarios han hecho a la serie. Lo primero que les llama la atención es la presencia de mandos del cuerpo en las llamadas "entradas" en casas a detener etarras. En la ficción se observa que en estos operativos participan tenientes o coroneles, cuando no es así.
La primera toda de contacto con el etarra, aseguran, la tienen siempre guardias, cabos o, como mucho, sargentos. Creen que la miniserie intenta contentar a los mandos de la Guardia Civil.
Tampoco están de acuerdo con la imagen sobre supuestas torturas que se reflejan en la serie en dependencias de la Guardia Civil. En la pantalla se vio que esas torturas tenían lugar en los calabozos de Intxaurrondo, pero desde el cuerpo denuncian que en el cuartel donostiarra no se construyeron esas celdas temporales hasta hace unos diez años.
Lo que se hacía con los etarras, aseguran, eran llevarlos a Burgos o a Madrid, donde sí eran metidos en calabozos. No niegan que no hayan existido supuestas torturas a etarras, pero sí desmienten que se llevaran a cabo en Intxaurrondo.
Además arremeten contra la serie porque se han recreado torturas en una serie que se ha emitido coincidiendo con un momento delicado para la Guardia Civil en el País Vasco y Navarra, más si cabe después de lo sucedido en Alsasua.
Los guardias civiles se quejan también de que la serie no haya contado con ayuda de los auténticos profesionales que se dedicaron durante décadas a detener etarras. Si les hubieran pedido ayuda, critican, les hubieran recomendado que se reflejara en la pantalla la sensación de persecución que tenían los guardias civiles en la calle. "Éramos señalados e insultados", se quejan, "y eso no queda reflejado en la serie".
También arremeten contra el hecho de que se emita en televisión una serie basada en un libro de Rafael Vera, condenado por los crímenes de los GAL. Tampoco creen adecuado que se haya emitido una producción en la que se normalice la llamada guerra sucia contra ETA.
Otro detalle que ha llamado la atención a los agentes de conocen Intxaurrondo es que solo se haya grabado el cuartel desde el exterior. Los productores, en efecto, han querido que la serie se rodara en Asturias para evitar posibles problemas en el País Vasco.
Sobre el reportaje posterior también hay diferentes puntos de vista. No les ha gustado que se mezclaran los testimonios de Consuelo Ordóñez o Ángel Chaparro con los de Eduardo Madina o Gorka Landaburu. Son dos visiones opuestas de lo ocurrido en el País Vasco.