MEMORIAS DE BONO: 'LE VOY A CONTAR'
Bono: “Felipe González tuvo la tentación de matar a la cúpula de ETA en 1993”El exministro y expresidente del Congreso repasa la historia de la democracia en sus memorias
JESÚS DUVA Madrid 22 SEP 2012
Felipe González tuvo la tentación de mandar volar a toda la cúpula de ETA en Francia tras el atentado cometido por esta organización el 21 de junio de 1993 en la calle de Joaquin Costa de Madrid, que costó la vida a siete militares, según revela el expresidente del Congreso José Bono en su libro de inminente publicación. El propio González ya había contado esta tentación en una entrevista con EL PAÍS en noviembre de 2010. En esa ocasión, el expresidente del Gobierno no aclaró cuándo ni en qué circunstancias ocurrió eso. Ahora, Bono aporta más detalles sobre ese episodios así como otros de su dilatada carrera política. El próximo martes será la presentación del primer volumen de los diarios de Bono bajo el título Les voy a contar, que publica la editorial Planeta.
El expresidente del Congreso y antes presidente de Castilla-La Mancha inició estos diarios en abril de 1992 siguiendo una sugerencia del entonces presidente del PSOE, Ramón Rubial. Estos volúmenes han creado gran expectación en el mundo político, ya que en ellos aparecen citados miles de personajes dela vida pública española de los últimos 30 años.
EL PAÍS ha conocido algunos episodios narrados por el veterano político socialista, en los que hay abundantes referencias a Felipe González, Alfonso Guerra, el Rey, la Reina, Narcís Serra, Alfredo Perez Rubalcaba, Joaquin Almunia, Joaquin Leguina, Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, Santiago Carrillo, Jordi Pujol, José María Aznar, Manuel Fraga, Fidel Castro, el juez Baltasar Garzón, Mario Conde, los cardenales Tarancón y Marcelo González…
Bono cuenta, por ejemplo, lo que sucedió el dia que ETA asesinó a siete militares en la calle de Joaquín Costa: "Felipe Gonzalez se muestra muy consternado por el atentado de ETA. Se nota que nos habla con las vísceras: «Me salen los instintos más primarios y lo primero que pensé cuando me informaron del atentado fue en una operación, que deseché, consistente en hacer volar a todos esos hijos de puta en una reunión que iban a tener en Bayona y de la que teníamos noticia previa». Se le ve afectado y conmovido. Se trata de un sentimiento tan humano como comprensible. Si algún inquisidor quisiera condenar al presidente por este sentimiento, habría que recordarle que sólo cabe el juicio de los hechos, no de las intenciones ni de los impulsos".
El libro también confirma cómo quedó desbaratada la comisión parlamentaria de investigación sobre los GAL después de que el general José Antonio Sáenz de Santamaría, citado a declarar a la comisión, amenazó con contar todo lo que sabía sobre las acciones de guerra sucia ocurridas durante los mandatos. En el apunte de un dia de enero de 1996, Bono escribe: "Llamo al general José Antonio Sáenz de Santamaría para ver si me autoriza a decir que fue él quien se entrevistó con dirigentes del PP y que éstos mandaron dar carpetazo a la comisión del GAL del Senado cuando supieron lo que podría contar el general. Me autoriza". Según Bono, el ya fallecido general le contó que Rodolfo Martín Villa habría informado al presidente del PP de su intención de desvelar a la comisión del Senado todos los casos de guerra sucia que conocía desde 1975. "Entonces, (los del PP) se acojonaron", dijo Sáenz de Santamaría.
Bono habla extensamente de sus malas relaciones con Alfonso Guerra, entonces número dos del PSOE y vicepresidente del Gobierno, al que describe como un hombre maquiavélico y torticero y del que dice que tiene "una idea del poder en la que sólo caben subordinados que le obedezcan o le halaguen". Bono pone en boca de Felipe González estas palabra de González sobre Guerra: "Sin ánimo de desprecio u ofensa, Guerra está mal. Nunca le he dejado que su sectarismo se traduzca o se traslade a las decisiones de Estado. A todas las personas que no gozan de su confianza las considera desleales, pero no solo para con él sino para con el partido. Intenta paralizar a todo aquel que no coincide exactamente con sus posiciones y no ha asumido que le cesara como vicepresidente".
El autor del libro fue clave en el fichaje del juez Baltasar Garzón para formar parte del Gobierno de Felipe González en 1994. Cuando este nombró a Juan Alberto Belloch biministro de Justicia e Interior, se desvanecieron los deseos del magistrado de ser ministro y sus pretensiones de luchar contra la corrupción. Bono recuerda que Garzón le dijo: "No puedo seguir apoyando al presidente del Gobierno que me ha retirado la confianza. ¡Con lo que yo le he dado, con lo que yo he dado al PSOE! ¡Que no me reciba y no me tenga en cuenta a la hora de hacer estos nombramientos es inadmisible!"
En otros pasajes del libro, Bono habla de otros escándalos de corrupción, de los fondos reservados y de la financiación del PSOE, tal como el llamado escándalo Filesa- En el apunte correspondiente al 1 de marzo de 1994 escribe en su diario: "A las once, entrevista con el fiscal general del Estado, Eligio Hernández. Me habla de las muchas dificultades con las que encuentra por culpa de «unos fiscales que están bastante dominados por el Opus». En relación con Filesa me comenta una conversación con el banquero Alfonso Escámez en la que éste le dijo: «Mire, don Eligio, como tenga que ir a declarar sobre Filesa, también pienso hablar del dinero que hemos dado al PP, que es mucho más que el entregado al PSOE».
José Bono asegura que su compañero Joaquín Almunia le propuso el 25 de mayo de 1999 que fuera candidato a la presidencia del Gobierno diciéndole: "Puede ser que esperemos unos meses o que lo hagamos inmediatamente, pero debes ir haciéndote a la idea de que serás el candidato para las próximas elecciones porque no tenemos otra alternativa. Otra posibilidad es Javier Solana, pero con la guerra de Kosovo está achicharrado". Ese mismo día, Felipe le dijo: "Ya sé lo que te ha propuesto Almunia y estoy de acuerdo en que seas el candidato. Debes decidirlo pronto". Sin embargo, en las elecciones celebrabas en marzo de 2000, el cabeza de lista del PSOE fue Almunia, que perdió frente al popular José María Aznar.
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