Autor Tema: CURIOSIDADES  (Leído 189001 veces)

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Re: CURIOSIDADES
« Respuesta #1040 en: 21 de Agosto de 2024, 16:52:17 pm »
El roce hace el cariño y si viven tan apretados, porque el espacio es tan pequeño. . . pues es lo que pasa. . .

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"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: CURIOSIDADES
« Respuesta #1041 en: 21 de Agosto de 2024, 16:54:24 pm »
El roce hace el cariño y si viven tan apretados, porque el espacio es tan pequeño. . . pues es lo que pasa. . .

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Re: CURIOSIDADES
« Respuesta #1042 en: 02 de Septiembre de 2024, 07:59:09 am »
El enfermizo rey de España que gobernó menos de un año y encerró a su esposa por vulgar


Luis I de España tenía 17 años cuando en 1724 le tocó reinar. Lo hizo solo durante 229. Casado con Luisa Isabel de Orleans, su matrimonio fue muy polémico.
30 agosto, 2024 18:13guardar

Rafael Balbás  @rafuxta

El siempre inestable Felipe V, "el Animoso", estaba radiante de alegría cuando el día 25 de agosto de 1707, en plena guerra de Sucesión, nació su tan esperado primogénito en el palacio madrileño del Buen Retiro. La alegría inundó a la corte y el monarca, pletórico y asomó por el balcón a su augusto vástago para presentarlo al pueblo. La reina, María Luisa Gabriela de Saboya, pronto se recuperó del parto y dio gracias a la Virgen de Atocha entre gran pompa y espectáculo. Según los horóscopos astrológicos, iba a ser un gran rey.

Había nacido Luis, "el Bienamado". Cuando le llegó el turno de reinar en 1724 tan solo tenía 16 años y apenas pudo acostumbrarse al peso de la corona. En solo 229 días de gobierno terminó muriendo de viruela un 31 de agosto, hace 300 años. Aquel reinado relámpago, que le valieron los motes de "el Efímero" o "el rey Silueta", fue uno de los más cortos de la historia de España pero aún así no estuvo libre de polémica.

Por recomendación de su madrastra Isabel de Farnesio, se casó con una inestable Luisa Isabel de Orleans apenas educada según su condición de princesa. Sus acciones escandalizaron a la corte hispana, regida por una rígida etiqueta. Acostumbraba pasear casi sin ropa, aparecer en bata o lavar azulejos como las criadas. "Suplico a VV. MM. me digan cuándo juzgarán a propósito sea encerrada, dónde será preciso encerrarla y qué personas le destinaré para que estén con ella, pues estoy desolado sin saber lo que me espera", escribió Luis a su padre Felipe V.

El Efímero fue apadrinado por su bisabuelo Luis XIV de Francia, "el Rey Sol", pero pasó su infancia jugando con los hijos de los criados y costureras de un palacio escaso en nobles infantes. Por ese motivo, conocía el habla común y las expresiones del pueblo de Madrid, lo que le hizo un monarca bastante popular en la Villa y Corte, al que veían campechano y cercano.

Pero cuando tenía seis años todo se ensombreció. Su madre Gabriela de Saboya murió de tuberculosis en febrero de 1714, el mismo año que su marido ganaba definitivamente España y las Indias tras hacerse con Cataluña en septiembre. Poco después se casó con Isabel de Farnesio, que mantuvo un carácter distante con el entonces príncipe de Asturias.

Los avances del heredero en el dominio del francés, catecismo, estrategia, diplomacia y demás materias eran celebrados con exagerado entusiasmo, pero, según algunos de sus profesores, era extremamente tímido y enfermizo.

Quizá le aquejaba la misma enfermedad que se llevó a su madre, aventuró el médico de Felipe V, rey que no quiso hacerle caso y aprovechaba siempre podía a llevarse al niño de cacería o a los Reales Sitios.

Extraña noche de bodas

Felipe V atacado por "una melancolía tan negra que se creyó que iba a morir de un momento a otro", tal como relató una crónica, decidió abdicar en el joven príncipe de Asturias en 1724. En aquel entonces tenía 16 años y llevaba uno casado con Luisa Isabel de Orleans, de trece años.

"No puede afirmarse que mademoiselle de Montpensier [Luisa Isabel de Orleans] sea fea; tiene los ojos bonitos, la piel blanca y fina, la nariz bien hecha, aunque un poco delgada; la boca muy pequeña. Sin embargo, a pesar de todo esto, es la persona más desagradable que he visto en mi vida; en todas sus acciones, ya hable, o coma o beba, impacienta, por lo que ni yo ni ella hemos vertido lágrimas cuando nos hemos dicho adiós", describió a la consorte su "cariñosa" abuela paterna. La relación entre la joven pareja fue extraña... como su noche de bodas.

"En efecto, en España -al contrario que en Francia- no era costumbre ver acostados a los contrayentes, pues los invitados se retiraban llegada una hora prudencial, pero en esta ocasión se le permitió a una parte de ellos acompañar a los reyes y ver en el interior de una estancia a los dos novios acostados en una cama", explica Consuelo Maqueda Abreu, autora de la entrada del monarca en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia (DB-e).

Pasado un rato se corrieron las cortinas, se cerró la estancia y cuando todos los testigos se marcharon, el ayo Restaino Castelmo-Stuart, duque de Pópoli, sacó de la cama al entonces príncipe, "que hubo de retirarse a su cuarto con gran enojo", detalla Maqueda Abreu.

Un reinado relámpago

Además de sus paseos escasos de ropa que escandalizaban a los cortesanos, comía cualquier cosa y era demasiado aficionada al vino. Su marido, para no cruzarse con ella prefería jugar a la pelota y salir de caza, hasta que un día, harto de sus desmanes, la encerró en el viejo y tétrico alcázar de los Austrias. "Pese a todo, el rey Luis quería a su esposa y temía aumentar el escándalo con el castigo, por lo que la perdonó muy pronto, tras sólo dieciséis días de encierro", explica María Ángeles Pérez Samper, autora de la entrada de la reina consorte en el DB-e.

Pese a la difícil tarea de reinar un Imperio, a la que se dedicaron en cuerpo y alma, la joven pareja en realidad no tenía la batuta del gobierno que ejercían Isabel de Farnesio y Felipe V, aunque este no quisiera. De todas formas apenas estaban asentados en el trono, el joven Luis de apenas 17 años enfermó de viruela el 15 de agosto.

"La reina Luisa Isabel, que tantas muestras había dado de frivolidad y extravagancia, mantuvo durante la enfermedad de su esposo un supremo ejemplo de generosidad y abnegación, cuidando personalmente a su marido con total entrega, hasta el punto de contagiarse y caer enferma de viruela también ella", explica Pérez Samper. Poco pudo hacer la consorte por su marido que, delirando de fiebre y con terribles dolores de cabeza, falleció en apenas 15 días.

La muerte de "el Bienamado" apenas siete meses y medio después de subir al trono, ensombreció la mente del cada vez más deprimido Felipe V. Tras aquella extraña sucesión de un padre a un hijo reinó hasta 1746. Una leyenda afirma que su intrigante esposa Isabel de Farnesio reprochó al Borbón su decisión de abdicar en un niño enfermizo y le instigó a recuperar la corona cuanto antes. En cuanto a Luisa Isabel, sobrevivió a la enfermedad y, pese a corregir su comportamiento ya nadie la soportaba. Al año siguiente abandonó Madrid rumbo a Francia, jamás regresaría.

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Re: CURIOSIDADES
« Respuesta #1043 en: 25 de Septiembre de 2024, 08:22:43 am »
Vulvas explícitas, orgías linajudas, falos erectos y posturas prohibidas: festín de sexo en la iglesia más erótica del románico


Historia de Henrique Mariño • 2 h • 5 minutos de lectura

Una orgía protagonizada por damas y nobles en diversas posturas. Una mujer con el pecho desnudo que agarra un falo. Una señora a cuatro patas dispuesta a ser penetrada por un caballero. Los capiteles de la iglesia zamorana de Santiago el Viejo evidencian que las clases nobiliarias eran muy liberales en el sexo durante el siglo del amor, pero también reflejan el intento de la Iglesia católica por aumentar su autoridad a costa de la represión sexual y de la propia nobleza. A ese caballero a punto de copular, por ejemplo, le cercenaron el pene tiempo después, un vestigio de la censura eclesiástica.

"De repente, pasamos de un desbordamiento sexual en las iglesias románicas al control del matrimonio, las posturas sexuales o el cuerpo desnudo por parte del clero", explica a Público Isabel Mellén, autora de El sexo en tiempos del románico (Crítica), donde destaca que las manifestaciones artísticas de la época muestran "el comportamiento de unas clases nobiliarias para las que el sexo era su razón de ser y una práctica cotidiana", con la reproducción como valor supremo y base de su supremacía. De ahí que la Iglesia, en su intento de escalar a la cúspide social, emprendiese una cruzada contra el sexo.

Así, como contrapeso a la prodigalidad sexual de la nobleza, a partir del siglo XI impuso el celibato en el clero, la virginidad femenina antes del matrimonio y las posturas menos placenteras y orientadas a la reproducción, al tiempo que cuestionaba el incesto, que buscaba mantener puro el linaje. "Arranca así una reforma radical, rigorista o fundamentalista con el objetivo de lograr un poder político que en ese momento no tenían, conscientes de que la piedra angular del edificio de la nobleza era el ejercicio de una sexualidad desbordante, incestuosa y a través de matrimonios que implican un negocio entre familias", recuerda la historiadora del arte y profesora universitaria de Filosofía.

Sorprende la paradójica profusión de iconografía erótica en portadas, capiteles y canecillos de los templos religiosos, pero la explicación es sencilla: entonces no eran propiedad de la Iglesia, sino privados y laicos, pertenecientes a los nobles. Incluso destacaba el papel de matronazgo que ejercían algunas damas, responsables de la creación de obras de arte que plasmaban su "autopercepción corporal", aunque con el tiempo también se convertirían en "las principales financiadoras de la ideología de la represión sexual" de algunas órdenes religiosas.

Sucedió cuando la Iglesia se propuso "socavar los cimientos del poder nobiliario apoderándose y transformando para su propio beneficio uno de sus espacios de representación más exitosos: las iglesias", escribe Isabel Mellén, quien subraya que algunas imágenes también reflejan la sexualidad femenina, la homosexualidad y la transexualidad. Ante tal festín de sexo, la curia no podía destruir los templos ni su iconografía erótica por falta de dinero, lo que llevó a "reaprovechar los espacios e incluir sus mensajes", en lo que la profesora de la Universidad de Zaragoza entiende como una falsificación de la historia.

En los canecillos de la colegiata de San Pedro de Cervatos perduran, diez siglos después, "coitos explícitos, mujeres y hombres mostrando los genitales, damas pariendo, representaciones de cuerpos femeninos con serpientes, saltimbanquis, músicos, bebedores de barriles de vino o cerveza, mascaradas y animales domésticos", en lo que podría interpretarse como la representación de una boda medieval. Ubicada en el municipio cántabro de Campoo de Enmedio, está considerada la catedral erótica del románico español por la profusión de una iconografía tan explícita.

"El exceso sexual y la exhibición de los placeres que se representa en Cervatos seguramente resultó inapropiado para el obispado de Burgos, que recibió el templo y lo transformó en colegiata para expandir el poder eclesiástico por la región de Campoo", escribe Isabel Mellén. "Quizá por ello realizaron un ritual de dedicación del edificio, una suerte de exorcismo para limpiar el templo de sus usos anteriores, tras el cual incluyeron imágenes nuevas [de carácter religioso] destinadas a reescribir el mensaje de celebración del sexo que sobrevive en la cabecera".

Sin embargo, la celebración de la vida salta a la vista, así como las consecuencias del coito. "Vemos parir a algunas mujeres con gesto de dolor y toca de casadas. Incluso una de las ventanas absidiales está presidida por la figura ya icónica de una dama con las piernas abiertas y los pies por encima de la cabeza mostrando su vulva junto a un capitel bastante deteriorado en el que un noble enseña el pene. Imágenes de desnudez sin tapujos, repetidas por decenas de iglesias románicas repartidas por toda la geografía europea que subrayan la idea de fertilidad y de matrimonio reproductivo", detalla esta investigadora del arte románico con perspectiva de género.

Esa mujer exhibicionista con las piernas elevadas, también presente en la iglesia de San Miguel de Corullón (León) y en la de San Juan Bautista de Villanueva de la Nía (Cantabria), podría remitir al consejo del médico Al-Razi para favorecer que el semen penetrase en el útero y, así, provocar el embarazo, tal y como figura en el Thesaurus Pauperum. A veces, la dama aparecía en compañía del señor, mostrando ambos sus genitales por debajo de la ropa, un detalle significativo porque la indumentaria indicaba que eran de clase alta, lo que desecha la teoría católica de que la iconografía sexual encarnaba la idea del pecado. Es el caso de la pareja de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Añua (Álava).

En realidad, en aquellos templos la nobleza rural hacía propaganda de su linaje y plasmaba, no solo con el sexo sino también con la guerra, los usos y costumbres que la distinguía de otros estamentos y clases sociales. Una moral, unos valores y un estilo de vida aristocráticos que se reflejaban, junto a los roles de género y de clase, en una imaginería laica "mucho menos intelectualizada que la que apreciamos en los programas iconográficos regios o eclesiásticos". En resumen, "la práctica habitual de sexo [y su representación] contribuía a forjar una identidad de clase", escribe la historiadora del arte.

Isabel Mellén cree que durante los últimos tiempos la sexualidad femenina se ha convertido en un tabú porque "nos han censurado la mirada". En cambio, "el arte románico está lleno de penes y vulvas por una cuestión de prestigio, hasta el punto de que la dama de Cervatos utiliza la exposición genital como una muestra de poder. Si el cuerpo femenino es depositario de prestigio y poder político, porque son ellas las que paren a la descendencia, ¿cómo no van a exponer sus cuerpos y sus vulvas?", se pregunta la autora de El sexo en tiempos del románico.

Lo que vino a continuación es conocido y llega hasta nuestros días. "El prestigio que el sexo había dado a las damas medievales, el orgullo con el que exhibían sus genitales, sus partos, sus coitos, fue reconvertido en vergüenza y maldad intrínseca", escribe Isabel Mellén, quien recuerda que no solo ellas fueron tachadas de lujuriosas. "Algunas representaciones de hombres se transformaron en mujeres por boca de expertos para respetar la sagrada heteronormatividad, y lesbianas, bisexuales, transexuales y hombres homosexuales pasaron a la clandestinidad del pecado, del delito y de la historia".

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Re: CURIOSIDADES
« Respuesta #1044 en: 06 de Octubre de 2024, 12:39:25 pm »
La impuntualidad debería estar considerada delito...





¿Qué significa cuando una persona llega siempre temprano a todos sitios? La psicología lo explica


Llegar temprano con regularidad puede indicar un alto nivel de autocontrol, planificación meticulosa o una necesidad de complacer a los demás
 By Sofía Narváez  1 hora Ago

Mujer, temprano, psicología
Mujer.

En la vida cotidiana, la puntualidad juega un papel fundamental en nuestras interacciones sociales y laborales. Mientras algunos son inquebrantablemente puntuales, otros parecen estar destinados a llegar tarde. ¿Qué hay detrás de estas conductas? La psicología ofrece interesantes respuestas sobre cómo estos hábitos pueden influir en nuestras relaciones y desempeño en distintas situaciones.

Las personas que llegan siempre temprano tienen más autocontrol
Aquellos que siempre llegan a tiempo son frecuentemente vistos como organizados y responsables. Sin embargo, la realidad es más compleja. Según investigaciones recientes, estas personas suelen tener mayor autocontrol y una percepción más precisa del tiempo. Este rasgo les permite planificar mejor y prever inconvenientes con antelación.


El psicólogo Oliver Burkman señala que los puntuales tienden a visualizar los peores escenarios, lo que los impulsa a asignar tiempo suficiente para cualquier eventualidad. Este comportamiento no sólo refleja una habilidad para la planificación, sino también una tendencia a procrastinar menos, ya que prefieren mantener todo bajo control.

No obstante, la puntualidad extrema también puede tener un lado negativo. Burkman menciona que la obsesión por llegar a tiempo puede estar vinculada a una preocupación excesiva por agradar a los demás. La expectativa de que todo debe ser perfecto puede generar frustración cuando se ven obligados a esperar más de lo previsto.

¿Qué hay detrás de quienes siempre llegan tarde?
Por otro lado, aquellos que suelen llegar tarde enfrentan retos psicológicos distintos. En una entrevista con la BBC, Burkman explica que, en muchos casos, estas personas son controladoras. Su llegada tardía puede interpretarse como una forma de captar atención, lo que puede parecer una falta de respeto, pero es más complicado que eso.

Un estudio del Departamento de Sociología de la Universidad de San Diego sugiere que quienes llegan tarde son excesivamente optimistas sobre el tiempo que necesitan para realizar tareas.

Por su parte, la doctora Diana DeLonzor, experta en manejo del tiempo, identifica dos perfiles entre los impuntuales: aquellos que disfrutan de la adrenalina de hacer todo en el último minuto, y los que tienen un optimismo desmesurado sobre lo que pueden lograr en un tiempo limitado.

Mientras que quienes llegan puntuales demuestran autocontrol y habilidades de planificación, aquellos que suelen llegar tarde enfrentan sus propios desafíos emocionales y psicológicos.

Comprender las motivaciones detrás de la puntualidad y la impuntualidad no sólo nos ayuda a ser más empáticos hacia los demás, sino que también nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre nuestras propias costumbres y cómo éstas afectan nuestras relaciones. Al final del día, la clave radica en encontrar un equilibrio que fomente el respeto mutuo y una comunicación abierta, mejorando así nuestras conexiones personales y profesionales.