Pues eso....una administración...una competencia.
Interior insiste en privilegiar a la Guardia Civil: le da acceso a la base de datos de Europol, hasta ahora cosa de la Policía
Roberto Ruiz Ballesteros / Seguridad y Tribunales
miércoles, 26/02/14 - 16:39
Una instrucción del Ministerio del 28 de enero autoriza al instituto armado a conocer toda la información que llega de Europol
Una orden anterior ya permitió al departamento dirigido por Arsenio Fernández de Mesa contactar directamente con el organismo comunitario
La Ley 2/1986 concede la competencia exclusiva en relaciones internacionales a la Policía Guardia Civil y Policía se equiparan en la práctica en las relaciones internacionales.
La rivalidad entre la Policía y la Guardia Civil no se visualiza en la calle. Se trata de una suerte de guerra fía que enfrenta a las cúpulas de ambas corporaciones y que existe desde hace décadas. Su campo de batalla son los despachos del Ministerio del Interior, donde generales y comisarios principales se disputan la sonrisa del secretario de Estado. A veces son estos últimos los que se llevan el gato a la cartuchera, pero en la mayoría de ocasiones resultan vencedores los militarizados.
A niveles más bajos, la pugna es anecdótica y, según algunos, incluso sana para mantener la competitividad en la lucha contra el delincuente. Así lo reconocía el secretario general de la Confederación Española de Policía, Ignacio López, hace un año en los micrófonos del programa Seguridad y Tribunales Radio justo después del penoso suceso que enfrentó a guardias civiles y policías en las puertas del Consulado de Francia en Madrid por la competencia de un paquete sospechoso que resultó ser una falsa alarma.
Años antes, de un incidente similar en la Embajada de Estados Unidos se había encargado la Policía. Hace doce meses, el secretario de Estado, Francisco Martínez, se decantó por la Guardia Civil. Si vuelve a aparecer un paquete sospechoso, “veremos lo que pasa”, asegura el presidente del Sindicato Profesional de Policía, José Antonio Calleja. “En el caso del Consulado de Francia no pasó nada, porque al final no había bomba, pero ¿y si la hubiera habido?”, se pregunta Calleja, para quien las competencias están “muy claras” y son del Cuerpo Nacional de Policía. “A pesar de que en ese caso la Secretaría de Estado dictaminara lo contrario”, añade.
Sin embargo, el enfrentamiento más duro no se lleva a cabo al aire libre ni tampoco en este terreno de las amenazas a sedes diplomáticas. Actualmente la pugna más feroz entre ambas direcciones generales tiene lugar entre las paredes de Castellana, 5, la sede del Ministerio del Interior y a cuenta de las relaciones con las policías de otros países.
En ese terreno, la jurisdicción es clara, pero solo sobre el papel. La práctica se aleja del negro sobre blanco e incluso genera sus propios documentos. La Ley 2/1986 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad atribuye la competencia de las relaciones internacionales al Cuerpo Nacional de Policía. Sin embargo, en noviembre de 2013 el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, firmó un acuerdo de cooperación con Colombia en materia de terrorismo, tráfico de drogas y crimen organizado.
La disputa por Europol
El convenio levantó ampollas en la sede de la Dirección General de la Policía, cuyo máximo responsable, Ignacio Cosidó, se enteró por la prensa de esas nuevas relaciones. Además, ya llovía sobre mojado, ya que en julio del año anterior, la Secretaría de Estado, con Ignacio Ulloa entonces al frente, emitió una instrucción por la cual autorizaba a la Guardia Civil a mantener contactos directos con Europol, orden que también puso nerviosos a los miembros de la Junta de Gobierno de la Policía.
El pasado 28 de enero, la Secretaría de Estado, ahora con Francisco Martínez, desarrollaba esa primera orden de 2012 a través de la denominada instrucción 3/2014, que concede nuevas competencias a la Guardia Civil en materia de relaciones internacionales. Entre ellas, la de tener "acceso a toda la información procedente y con destino a Europol", lo que significa poder consultar todas las bases de datos del organismo, cosa que hasta el momento solo podía hacer la Policía.
En consonancia con la orden de 2012, el nuevo documento habilita tanto a los guardias civiles como a los policías a establecer contactos directos con los miembros de Europol siempre que esa comunicación sea “remitida al mismo tiempo a la Unidad Naciona de Europol (UNE)”, incardinada orgánicamente en la División de Cooperación Internacional del Dirección General de la Policía.
En la práctica, este punto habilita a la Guardia Civil a establecer sus propias relaciones internacionales al margen de la Policía, ya que el único requisito es que éstas sean comunicadas a la UNE, que en teoría centraliza las relaciones con Europol y, como la propia instrucción destaca, “es responsable de la coordinación y supervisión del flujo de información”.
La propia instrucción admite la posibilidad de que este nuevo sistema de competencias compartidas lleve a posibles tensiones y establece que, “en caso de discrepancia entre las autoridades competentes (Policía y Guardia Civil), resolverá la Secretaría de Estado de Seguridad”.
La última reforma de la estructura del Cuerpo Nacional de Policía, por su parte, también incidió en dar más protagonismo al área de relaciones externas con la creación de la División de Cooperación Internacional. Según el presidente del Sindicato Profesional de Policía, José Antonio Calleja, en declaciones al último programa de Seguridad y Tribunales Radio, esta división debe llevar a que las cosas vuelvan a su sitio "por la vía de los hechos".