Un policía era uno de los jefes de la banda que robaba camiones
La banda elegía vehículos cargados con electrodomésticos y ordenadores
F. JAVIER BARROSO - Madrid - 06/03/2010
Un policía local de Villanueva de la Cañada (16.800 habitantes), de 31 años, era uno de los responsables de la banda dedicada al robo de camiones y de establecimientos por el procedimiento del butrón cuya desarticulación se conoció anteayer. Así al menos lo creen los responsables de la Sección de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que mantienen que este agente era uno de los que dirigía la parte de la banda que se dedicaba a asaltar a los transportistas. Los investigadores calculan que el grupo ha cometido 57 delitos, la mayoría robos, por valor de 6,8 millones de euros.
El agente pertenece a las Brigadas Especiales de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam), un colectivo formado por 2.500 policías locales pagados por el Gobierno regional. Según fuentes municipales, el detenido ingresó en la Policía Local en prácticas en septiembre de 2005 y juró su cargo en julio de 2006. Cuando fue arrestado estaba de permiso. Fuentes policiales describieron a este agente como "un trabajador conflictivo". Acumulaba varios expedientes disciplinarios.Según fuentes de la Guardia Civil, la banda dedicada al robo de camiones estaba dividida en tres células distintas. Una de ellas es la que dirigía, supuestamente, el agente detenido.
Los integrantes de la banda seguían a camiones que se dirigían desde Madrid a cualquier punto de España. Disfrazados de policías municipales, guardias civiles o vigilantes de seguridad, hacían parar al camionero tras acercarse en un coche provisto de un lanzadestellos en su techo. Los delincuentes obligaban a parar al conductor y le decían que iban a inspeccionar la carga. El chófer bajaba de la cabina y entonces
le intimidaban y le metían en el maletero de un turismo, con el que se ponían a dar vueltas por autovías con bastante tráfico para no levantar sospechas. Cuando el camión ya estaba en un lugar seguro y fuera del alcance de la policía, soltaban al conductor. A veces les intimidaban pistola en mano. Según fuentes de la investigación, no dudaban en emplear una gran violencia para poder meterlo en el coche.
El policía de Villanueva de la Cañada era uno de los que se encargaba de intimidar y reducir a los chóferes, según fuentes de la investigación. Como responsable de esta célula, fijaba los objetivos y luego los seguía. Siempre buscaba camiones que transportaran material informático, electrodomésticos, videoconsolas y aparatos electrónicos similares, cuyo destino eran grandes superficies comerciales de toda España.
El Ayuntamiento de Villanueva de la Cañada, gobernado por el PP, anunció ayer a EL PAÍS que se personará en la causa como acusación particular. Su objetivo es mantener el buen nombre de la Policía Local, según explicaron fuentes municipales.
Otra célula de la organización también se dedicaba a robar camiones que iban en ruta. En este caso modificaban la forma de actuar: cruzaban sus coches delante de los camiones, por lo que los conductores se veían obligados a parar. A continuación los secuestraban y se hacían con la carga. Ésta la guardaban en un lugar seguro hasta que la mercancía se vendía a terceros, tras lo cual se deshacían del camión.
La Guardia Civil cree que en los últimos meses la organización desarticulada cometió al menos seis robos a camiones. Las investigaciones comenzaron en octubre a raíz de varias denuncias de conductores contra los que se habían empleado métodos similares.
El resto de la banda está acusada de cometer robos en establecimientos por el método del butrón. Tres fueron en administraciones de lotería, pero también los perpetraron en joyerías y salas de cine, entre otros comercios. Siempre iban a por las cajas fuertes, que se llevaban para desvalijarlas. Con el fin de evitar que saltaran las alarmas de los locales, empleaban inhibidores de frecuencia. Esto les permitía trabajar con total tranquilidad durante la noche, que es el horario preferido por esta organización para sus asaltos.
Muchas veces contaban con información de los propios empleados de los comercios que habían sido asaltados. Estos trabajadores han sido detenidos y acusados también de los delitos, según fuentes de la investigación. La mayoría de los robos se produjeron en la Comunidad de Madrid, pero también llegaron a Badajoz, Asturias, Ávila y Cuenca. El fruto de sus robos era rápidamente vendido a receptadores (compradores de material sustraído) para no ser descubiertos por las fuerzas de la seguridad.
Los agentes de la UCO han detenido a los supuestos integrantes de esta banda en el barrio de San Fermín (distrito de Villaverde) y en Usera, así como en Pinto, Navaluenga (Ávila) y Seseña (Toledo). Fuentes de la investigación explicaron que gran parte de los detenidos eran antiguos aluniceros (especialistas en empotrar un vehículo contra un comercio para robarlo) residentes en Villaverde. De hecho, gran parte de los 17 detenidos, con edades entre 20 y 35 años, tenían antecedentes por robos e incluso alguno por homicidio.
Uno de los presuntos integrantes de la banda fue arrestado en Guillena (Sevilla). Fue necesario un helicóptero para poder atraparle, ya que intentaba huir a pie por una zona del municipio. Otro huyó en San Cristóbal de los Ángeles (Villaverde) al ser identificado por los investigadores.
Los agentes de la UCO registraron 14 domicilios en Madrid, uno en Pinto, uno en Seseña y otro en Navaluenga. Esto ha permitido recuperar joyas, electrodomésticos, 15 vehículos de alta gama y dos armas de fuego, así como chalecos antibalas, inhibidores de frecuencia, grilletes y rotativos luminosos
Piden 8 años para cuatro acusados, dos de ellos policías locales, del robo de un camión en Collado-Villalba (Madrid)
La Audiencia Provincial de Madrid juzgará mañana a cuatro acusados, dos de ellos policías locales de Villanueva de la Cañada, por robar un camión con una carga valorada en 101.365 euros.
Carlos M.O.; José Manuel M.G.; Roberto N.Q. y Rafael Francisco H.C. se sentarán en el banquillo de los acusados por un delito de robo con violencia e intimidación, por lo que el Ministerio Público solicita ocho años y medio de cárcel.
Los agentes pertenecen a las Brigadas Especiales de Seguridad de la Comunidad de Madrid (Bescam), un colectivo formado por 2.500 policías locales pagados por la Comunidad de Madrid.
Según el fiscal, los dos primeros procesados interceptaron un camión, con una carga valorada en 101.365 euros, en la carretera de Collado-Villalba valiéndose de la indumentaria que utilizaban como parte de su uniforme de policías municipales de la localidad de Villanueva de la Cañada.
Tras detener el camión, solicitaron al conductor que les facilitara la documentación y les acompañara a su coche, lo que hizo con el pleno conocimiento de que se trataba de agentes de la autoridad.
Una vez el conductor del camión llegó a la altura del vehículo en el que viajaban los procesados, éstos lo inmovilizaron y metieron dentro, emprendiendo la marcha bajo la conducción de una persona no identificada.
Mientras tanto, Roberto N.Q. se puso a los mandos del camión, que condujo durante más de una hora hasta ocultarlo en un lugar indeterminado pero seguro para aprehenderse de la mercancía que portaba.
El último procesado fue el encargado de seguir el camión aprehendido desde su salida de Madrid hasta que fue retenido, indicando en todo momento su posición para facilitar el asalto.
En torno a las once de la noche de ese mismo día, el 15 de diciembre de 2009, los dos primeros procesados pusieron en libertad al conductor una vez que la mercancía estaba a buen recaudo, no sin antes hacerse con su DNI y advertirle de que no diera cuenta de lo sucedido.
Al final, se recuperó mercancía por un valor de más de 85.000 euros. Carlos M.O. se encuentra en prisión desde el 25 de marzo de 2010.