Autor Tema: Violencia doméstica y de género  (Leído 185715 veces)

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1020 en: 26 de Septiembre de 2017, 15:28:01 pm »
Pero han de ser notificadas a las partes . . .

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1021 en: 26 de Septiembre de 2017, 17:12:14 pm »
Y entonces como nos enteramos de un quebrantamiento de la orden cuando la mate o que lo diga la interesada

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1022 en: 26 de Septiembre de 2017, 17:18:12 pm »
Y entonces como nos enteramos de un quebrantamiento de la orden cuando la mate o que lo diga la interesada

Del.quebrantamiento?


Pues generalmente por llamada de la interesada que avisa tras haberlo visto.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1023 en: 26 de Septiembre de 2017, 19:51:48 pm »
Porque comprobada la filiación por informática ha de salir un control específico y ahí figuran todos los datos de la orden de alejamiento . . .

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1024 en: 26 de Septiembre de 2017, 20:01:36 pm »
Que no somos policías es un vecino que ve aparecer al pájaro por su domicilio

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1025 en: 27 de Septiembre de 2017, 11:51:04 am »

 La Guardia Civil desmantela una red que presentaba denuncias falsas por violencia de género para cobrar ayudas públicas


Hoy nos llega esta nota de prensa de la Guardia Civil que es totalmente increíble. Según La Guardia Civil los detenidos ponían en contacto a mujeres inmigrantes que aspiraban a regularizar su situación en España con personas residentes en Almería.

Simulaban tener una relación, y a continuación las mujeres denunciaban a sus parejas por violencia de género, obteniendo así la regularización e iniciando la tramitación de una subvención de 400 euros. Se ha detenido a 18 personas como presuntas autoras de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito, amenazas, coacciones, falsedad documental y pertenencia a organización criminal.

Como resultado de la investigación iniciada el pasado mes de septiembre, agentes de Comandancia de la Guardia Civil de Almería, en el marco de la operación “Pomelo”, han detenido a 18 integrantes de una organización criminal, que ponían en contacto a mujeres inmigrantes con personas que tuvieran residencia legal en Almería, con el fin de regularizar su situación en el país. Asimismo , acordaban presentar denuncias por violencia de género para cobrar las ayudas públicas que pudieran corresponder.

Se ha detenido a los 3 organizadores de la trama, además de otros 6 varones y 9 mujeres que participaron en los hechos, practicando también 2 registros en los domicilios de algunos de los implicados, donde han intervenido abundante documentación que está siendo analizada.

Hasta el momento, la investigación ha podido determinar la implicación de los detenidos en al menos 14 delitos de denuncias falsas por violencia de género, con las que pretendían obtener la regularización de su situación e iniciar la tramitación de una subvención.

De 2.000 a 4.000 € por denuncias falsas por violencia de género.

La investigación se inició después del verano, al detectar un aumento significativo de denuncias por violencia de género entre ciudadanos marroquíes, presentadas en el Puesto Principal de la Guardia Civil de El Ejido (Almería), en las que coincidían una serie de características y patrones comunes.



Tras las primeras averiguaciones se localizó a un grupo organizado compuesto por tres personas de nacionalidad marroquí que se dedicaban a buscar mujeres marroquíes en situación irregular en España. Les ofrecían poder acceder a regularizar su situación administrativa simulando ser víctimas de violencia de género, además de posibilitarles acceder a las ayudas económicas que se conceden en España para las víctimas de estos delitos.

Para ello contactaban con varones marroquíes, con situación administrativa regularizada en España, para evitar su expulsión por aplicación de la Ley de Extranjería, a los cuales les ofrecían una cantidad económica de entre 2000 y 4000€ por simular ser pareja y agresor de la mujer, con la promesa de que cuando ésta consiguiera su residencia legal en España retiraría la denuncia y la causa se archivaría, quedando sin antecedes por dichos delitos.



Una vez interpuesta la denuncia y con la sentencia provisional, las mujeres acudían a la Oficina de Extranjeros de Almería, donde presentaban una solicitud de residencia y trabajo por circunstancias excepcionales, conforme a su consideración de víctimas de violencia de género. En los casos investigados hasta el momento estas ayudas eran concedidas en el plazo de un mes.

Cuando las mujeres conseguían su regularización, abonaban al supuesto autor la cantidad económica acordada, así como a los miembros de la organización la cantidad previamente pactada con ellos por encargarse de todos los trámites.

La Guardia Civil también ha detectado varios casos en los que los varones inicialmente se negaron a participar en el engaño, motivo por el que fueron coaccionados y amenazados por los miembros de la organización desmantelada, viéndose obligados a colaborar en la trama.

Una de las detenciones se produjo en el puerto de Almería, cuando una de las denunciantes intentaba regresar a su país de origen al conocer la actuación policial que se estaba desarrollando.

Las diligencias instruidas, junto con los detenidos, han sido entregadas en el Juzgado de Instrucción nº 4 de El Ejido (Almería), quien ha decretado el ingreso en prisión de tres de los detenidos.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1026 en: 28 de Septiembre de 2017, 15:18:24 pm »

Mata presuntamente a puñaladas a su pareja en Sestao y se suicida arrojándose al vacío


Según ha informado el departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, un hombre habría matado a su pareja en esta localidad vizcaína y luego se habría suicidado.

Un operario coloca un lazo de apoyo a las víctimas de violencia de género en la fachada del Ministerio de Sanidad. EFE
POR AGENCIAS
28/09/2017 - 15:09
Un hombre ha matado este jueves a puñaladas a su pareja en la localidad vizcaína de  Sestao y luego se ha suicidado arrojándose al vacío desde la vivienda, según ha informado el departamento de Seguridad del Gobierno Vasco.

El suceso se ha producido unos quince minutos antes del mediodía en una vivienda de la plaza de los Tres Concejos, en la parte baja del municipio de Sestao.

La Ertzaintza baraja como principal hipótesis que el hombre asesinó a la mujer, que presentaba heridas por arma blanca, en la vivienda y después se arrojó por la ventana.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1027 en: 01 de Octubre de 2017, 16:47:52 pm »

Hallan a tres personas muertas por arma de fuego en Barcelona


Los Mossos d'Esquadra investigan la muerte de una mujer, un hombre y un bebé de once meses


EFE
01/10/2017 16:39h

Los Mossos d'Esquadra investigan la muerte de una mujer, un hombre y un bebé de once meses, cuyos cadáveres han sido localizados con heridas por arma de fuego en el distrito de Sant Martí de Barcelona.

Según han informado a Efe fuentes cercanas a la investigación, los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación para aclarar lo ocurrido, tras hallar, hacia las 14.50 horas el cadáver de la mujer en la calle y, poco después, el del hombre y el bebé en un piso de Sant Martí.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1028 en: 10 de Octubre de 2017, 13:12:02 pm »

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1029 en: 25 de Noviembre de 2017, 08:34:01 am »
"No sé quién me maltrató más, si el agresor o la jueza"

Cuatro mujeres describen la doble victimización a la que han sido sometidas al denunciar violencia machista

A Isabel el maltratador le puso una denuncia cruzada: "He sido cuestionada y criminalizada por quien se supone que debía protegerme"

Lourdes recuperó la custodia de sus hijos después de siete años de batalla judicial en la que, en vez de investigar por qué los menores rechazaban al padre, dictaminó que era la madre la que les manipulaba
Marta Borraz
24/11/2017 - 21:22h



Lo habían escuchado cientos de veces. En la radio, en la televisión, en una conversación cualquiera. Lo veían en los anuncios del metro, en los carteles de la sala de espera del centro de salud, en la parada del autobús. Lo vieron también cuando atravesaron los pasillos para llegar a la sala de vistas del juzgado: "Hay salida", "denuncia", "llama al 016", "pide ayuda". Isabel, Ruth, Gloria y Lourdes hicieron caso a las campañas contra la violencia de género y denunciaron, pero se encontraron con un sistema que les hizo sentir doblemente maltratadas.

Según la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer, elaborada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en 2015, un 65% de las víctimas nunca denuncia. Ni los juzgados ni la policía tienen conocimiento del grueso de la violencia machista que se da en nuestro país y si estas mujeres salen de la violencia, es por otras vías. Por eso, los colectivos feministas piden que junto al repetido mensaje de la denuncia, las instituciones sean capaces de garantizar la protección y acaben con la revictimización a la que, como a estas cuatro mujeres, somete la justicia a veces.
"No sabría qué responder"

Isabel López dice no quiere hablar más de los golpes y la humillación porque quieres contar algo que, afirma, nadie se atreve a relatar. "Yo he pasado un calvario judicial difícil de creer, he sido cuestionada y criminalizada por quien se supone que debía protegerme. Si me preguntan quién me ha maltratado más y quién me lo ha hecho pasar peor, el agresor o la jueza, no sabría qué responder".

La Audiencia Provincial de Madrid condenó el pasado mes de octubre a la expareja de Isabel por maltrato habitual y por una paliza que motivó la denuncia en abril de 2014. Sin embargo, la mujer ha estado inmersa en un largo proceso judicial en el que, además de víctima,  fue imputada y después absuelta. Y es que el agresor la denunció a ella el mismo día asegurando que el agredido había sido él.

Eso a pesar de que el Consejo General del Poder Judicial  ha alertado de que los jueces deben identificar este tipo de denuncias cruzadas para evitar tratar como violencia mutua lo que es violencia machista.

"La justicia falla cuando culpa a un inocente, pero cuando criminaliza así a una víctima, es terrible", prosigue Isabel. La mujer lucha ahora en los tribunales por rescindir el régimen de visitas que su hija de cinco años sigue manteniendo con el hombre condenado. "Me obligan a vivir con la horrible sensación de que me he salvado yo a costa de poner en riesgo a mi hija. No hay condena peor".

Isabel detalla el cuestionamiento al que, dice, ha sido sometida, con la permanente sensación de no ser creída, a pesar de los informes presentados que acreditan el maltrato. Aún así, la Fiscalía equiparó también al agresor y a la víctima –a la que pedía diez meses de prisión– hasta el día del juicio, cuando retiró la acusación hacia ella. De hecho, la jueza impuso una orden de alejamiento mutua que duró todo el procedimiento. "Después de tanto agotamiento y tanta lucha pierdes la esperanza, a mi me ha llevado hasta el intento de suicidio porque no puedes más. Sientes una indefensión absoluta porque la justicia te expone al agresor. Vas a pedir ayuda, pero te dan una patada para hundirte más".
"Me quitó a mis hijos por intentar protegerlos"

Lourdes (nombre ficticio) ha recuperado a sus dos hijos tras una larguísima batalla judicial. Una sentencia de abril de 2016 le devuelve la custodia que la justicia había entregado al padre en 2010 y da libertad a ambos para que elijan cuando ver al hombre sin establecer ningún régimen de visitas. Sin embargo, llevan sin verle desde entonces. La motivación del fallo radica en el "más que sabido rechazo que presentan hacia su padre y que ha quedado patente durante estos años".

Siete son los que han hecho falta para que esta frase acabe impresa en una sentencia. Eso a pesar de las inumerables denuncias por malos tratos –que acabaron archivadas o en absolución– que Lourdes interpuso contra su exmarido, del que se divorció tras años de maltrato. "Al principio la custodia fue para mí y él tenía que ver a los niños en un punto de encuentro, pero ellos se negaban. Lo más lógico hubiera sido que alguien investigara por qué lo rechazaban, pero no fue así y determinaron que yo les estaba influyendo y tenían un síndrome de alienación parental (SAP)".

El SAP no ha sido reconocido por los principales organismos científicos y  el CGPJ lo tilda de teoría pseudo científica y lo desacredita.  Pero en base a él, a Lourdes le prohibieron ver a los menores durante casi un año. El padre mantuvo la custodia a pesar de la batalla que había emprendido su madre, que incluso contaba con un informe de la psicóloga de un hospital público que acreditaba que los niños "le tienen realmente miedo a su padre". Sin embargo, nunca fue admitido.

La situación se prolongó así hasta que intervino el Servicio de Menores al ser avisado por el colegio debido a la ansiedad y malestar que mostraban los menores, que pasaron una temporada en una casa de acogida. El Servicio de Menores incluso temía "que pudieran llegar a realizar algún acto grave contra sus vidas si se mantenía la situación", dice la sentencia.

Tras ello, Lourdes, que lleva desde 2010 en terapia en el centro contra la violencia de género del municipio gallego en el que vive, recuperó la custodia. "No nos creían. Así que para nosotros no existió la justicia. Al contrario, contra mi cometieron la peor injusticia: quitarme a mis hijos por intentar protegerlos".
Gloria

Gloria Álvaro Minguito
"Me arrepiento de haber denunciado"

"Tanto 'denuncia' y tanto cartel...para esto". A Gloria (nombre ficticio) su exmarido tampoco le puso nunca la mano encima. Quizás por eso, sostiene, le costó tanto reconocer que había sido maltratada durante 25 años de matrimonio. Fue su hijo mayor, ahora de 24 años, el que en febrero de 2015 se acercó al cuartel de la Guardia Civil para avisar de la situación que estaban viviendo en casa. "Siempre fue una persona de carácter muy complicado, pero llegó un momento en que empezaron los insultos y las amenazas".

Dice que no encontró justicia y que denunciar, en vez de servir para protegerla, le ha producido un enorme desgaste físico y emocional "y un desamparo económico brutal porque trabajaba en una empresa que compartíamos". Finalmente la sentencia fue absolutoria. "La jueza me preguntó si había tenido miedo por mi integridad física, le dije que no y me respondió que entonces no tenía que verme un forense. A mi hijo, que había impulsado la denuncia, ni siquiera le tomó declaración".

Ahora Gloria acude periódicamente al punto de violencia del municipio madrileño en el que vive, donde está siendo tratada para recuperarse de la violencia. "Yo me arrepiento de haber denunciado porque no me sirvió de nada, es más, lo único que provocó es que él se creciera porque vio que su actitud no tenía consecuencias".
"El sistema te falla, pero al menos lo has intentado"

Ruth sigue teniendo miedo aunque han pasado varios años. Por eso utiliza un nombre que no es el suyo y pide preservar su imagen. Denunció a su expareja en 2012, pero el régimen de visitas con el hijo que tienen en común hace mantener el temor. Cuenta cómo la jueza encargada de dictar la sentencia le cuestionó por su aspecto y recuerda algunas frases literales. "Me dijo cosas como que si yo había accedido a las peticiones de mi pareja por algo sería".

La mujer contaba con un informe del equipo psicoscial del juzgado que la había evaluado y estaba siendo atendida por el Centro de la Mujer de su ciudad, pero finalmente la sentencia fue absolutoria. "Él salió reforzado y legitimado de los juzgados como si su comportamiento no hubiera tenido nada de malo. Yo sabía que en el procedimiento tenía que desenterrar todo y que sería desagradable, pero nunca pensé que la juzgada iba a ser yo, que cuestionarían más mi comportamiento que el de él".

Ruth fue víctima de violencia psicológica durante varios años, pero denunció cuando consiguió grabar las amenazas.   Sin embargo, sintió que para la justicia lo que ella había vivido no era suficiente, a pesar de que la policía que la atendió en comisaría le dijo que lo que ella iba a denunciar no era solo una simple amenaza, sino violencia de género. "Empecé a ser consciente de que algo no iba bien cuando intentaba romper con él y nunca lo conseguía. Él siempre me manipulaba para darle la vuelta a mis argumentos e invalidarlos. El control sobre mi vida se fue incrementando poco a poco, a medida que iba minando mi autoestima".

Ruth no consiguió protección, pero tras el divorcio y el tratamiento psicológico es capaz de afirmar que ya ha cerrado el capítulo: "Aun así, hay que arriesgarse y denunciar. El maltratador tiene que ver que luchas. Que destapas todo, pides ayuda y denuncias. Que luego el sistema te falla, pero al menos lo has intentado".

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1031 en: 25 de Enero de 2018, 08:27:55 am »
El Supremo no reconoce como violencia machista la paliza de un hombre a una mujer porque su relación duró 15 días

El Tribunal Supremo confirma la condena a un hombre por agredir y amenazar a una mujer, pero rechaza el recurso de la Fiscalía que pedía enmarcarlo en un caso de violencia de género

Considera que tenían una relación de amistad o esporádica por su escasa duración, porque no hablaron de tener hijos o convivir y porque ella le ocultó que se dedicaba a la prostitución

La Fiscalía, sin embargo, asegura que la ley no debe excluir a parejas con "formato no convencional" e interpreta que la agresión se produjo porque los celos del varón "dispararon el sentimiento de dominación" sobre ella
Marta Borraz
24/01/2018 - 21:11h

Que la mujer no recuerda el día en que se conocieron, que la relación no duró más de 15 días o que no fue sincera y le ocultó que se dedicaba a la prostitución. Son algunos de los argumentos que utiliza el Tribunal Supremo para mantener inamovible la sentencia de la Audiencia Provincial de Álava que condena a un hombre a un año de prisión y dos meses de multa por un delito de lesiones y amenazas contra Rocío (nombre ficticio), a la que conoció a través de la red de contactos Badoo y con la que mantuvo cinco encuentros repartidos en dos semanas. El tribunal rechaza los recursos de la mujer y de la Fiscalía, que pedían enmarcar el caso en una situación de violencia de género.

La sentencia, dictada por la Sala Penal el pasado 25 de octubre y de la que fue ponente el magistrado Juan Ramón Berdugo, considera hechos probados que el último día que se vieron, Carlos (nombre ficticio) "comenzó a pegar" a la mujer mientras estaban ambos en el coche "agarrándole primero del pelo y después propinándole varios puñetazos en la cara y cabeza". Cuando ella logró salir del vehículo, el hombre "siguió pegándole puñetazos" hasta que huyó al ver a una persona auxiliando a Rocío, que fue trasladada en ambulancia al hospital.

La Ley Integral contra la Violencia de Género de 2004 solo considera como tal la que ejerce un hombre contra una mujer que sea o haya sido "esposa del autor o que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aún sin convivencia". Este precepto lleva al Tribunal Supremo a considerar que la ley excluye relaciones "puramente esporádicas y de simple amistad, en las que el componente afectivo todavía no ha tenido ni siquiera la oportunidad de desarrollarse".

No es lo mismo encuadrar una agresión en la Ley de Violencia de Género que no hacerlo. Señalarla como tal supone reconocer que es producto de la desigualdad entre hombres y mujeres y que se da porque el agresor concibe a las mujeres como carentes de derechos. Además, hay delitos que cuentan con agravante de algunos meses más de condena. Pero, ¿qué es una análoga relación de afectividad? ¿Pueden darse las condiciones en 15 días para que el móvil del agresor sea el machismo? El fallo del Supremo pone en la diana  la concepción social y jurídica de la violencia de género y aviva el debate sobre su ampliación más allá de la pareja o expareja.
No hablaron de vivir juntos o tener hijos

Tanto el fallo de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Álava, dictado en febrero de 2017, como el del Supremo absuelven al ahora condenado de un delito de agresión sexual por el que también fue denunciado. Lo que sí consideran probadas son las amenazas mantenidas en el tiempo que Carlos le envió a Rocío a través de Whatsapp. "Pues igual hoy duermes en caja de pino!!", "porque no me la chupas? y nos dejamos de tonterías, venga k te pago", "eres una puta y toda tu vida serás puta! folla viejos" x 15 euros!!", "voy a ir a pagar y te voy a follar a dolor", son algunos de los mensajes que citan.

Rocío y Carlos se conocieron en septiembre de 2014 a través de la red de contactos Badoo, en la que se intercambiaron varios mensajes "ocultándole que en realidad se dedicaba a la prostitución", dice el Supremo de la mujer. Ella vivía en Vitoria y él en Gipúzcoa. Durante un periodo de unos 15 días se encontraron en unas cinco ocasiones, manteniendo en una de ellas relaciones sexuales. La relación se terminó "al descubrir Carlos que Rocío se dedicaba a la prostitución", tras lo que comenzaron las amenazas, que culminaron con la paliza.

A pesar de que la investigación la llevó el Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº1 de Vitoria por entender que sí se había establecido una relación de pareja aunque "de breve duración y de carácter incipiente", el Supremo utiliza varios argumentos para posicionarse en contra. Entre ellos que Rocío sí mantenía que ambos eran novios pero Carlos negaba que lo fueran o que la mujer no recordaba el día exacto en el que comenzaron a hablar por Badoo. Algo que a juicio del tribunal es destacable porque  "una persona suele acordarse de cuando empieza una relación de noviazgo".

Apunta también a que el periodo de duración de unos 15 días "hace difícil inducir una relación de afectividad análoga a la del matrimonio" y que durante este tiempo prosiguieron viviendo cada uno en su ciudad sin que hablaran de una posible convivencia común o de manera estable en la distancia ni de tener hijos. Con todo ello el Supremo concluye que la relación carecía de "estabilidad y persistencia".
Contexto de dominación masculina

La Fiscalía argumentaba en su recurso que sí  se trató de un caso de violencia machista. Afirma que la agresión "es reflejo de una visión sesgada de la relación de pareja viciada por un contexto de dominación masculina" y a pesar de que el tribunal lo considere una relación que no excede la amistad, existen elementos en los hechos probados "para valorarla de otra manera".

Para el Ministerio Público la relación no ha de ser estable ni tener una mínima duración para ser calificada como tal y considera "perfectamente posible" que en 15 días se de "una relación personal e íntima que traspasa los límites de la amistad". Un supuesto que no debe medirse por la existencia o no de un proyecto de vida en común: "La Ley de Violencia de Género "no puede excluir a parejas que, pese a su formato no convencional, viven una relación caracterizada por su intensidad emocional" que "entendida de forma patológica está en el origen de las agresiones".

Es ahí donde enmarca el caso de Carlos y Rocío y apunta a que conocer que Rocío se dedicaba a la prostitución, provoca el "despecho" del agresor y, una vez finalizada la relación, "sus celos disparan el sentimiento de dominación". El Supremo, sin embargo, utiliza el ejercicio de la prostitución para argumentar que no es una relación sentimental: "Si habían empezado una relación de noviazgo o de pareja ya desde el inicio debía haberle contado el acusado este dato fundamental para una relación con un mínimo de fidelidad y sinceridad".

El Ministerio Fiscal rechaza este supuesto e incluso interpreta que la Audiencia Provincial de Álava "ha querido ocultar o por lo menos silenciar los móviles" porque las acciones del agresor, explica, parten del "despecho y desengaño" de Carlos al conocer que Rocío se dedicaba a la prostitución. "El único sentido de la agresión, de las amenazas y vejaciones reside en la sumisión de la mujer como instrumento de la violencia masculina", concluye.

Por otro lado, señala como elementos que confirman que se trata de una relación a la que puede aplicarse la Ley de Violencia de Género que se conocieron en Badoo, una red de contactos, que mantuvieron en una ocasión relaciones sexuales, que la instrucción fue llevada por un juzgado especializado en violencia de género y que Rocío necesitó atención psicológica por tener ansiedad y trastorno adaptativo. Esta consecuencia "solo es comprensible" desde el padecimiento por parte de la mujer "de una conducta de sumisión y subordinación que menoscaba su integridad moral".

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1032 en: 15 de Febrero de 2018, 08:08:46 am »
también le exigía fotos para saber con quién había estado
Bajaba los pantalones a la fuerza a su pareja para ver "si se había depilado para otro"

Un juzgado le condena a 21 meses de cárcel y a cinco años de prohibición de residir en Navarra por constantes vejaciones, humillaciones y agresiones durante los más de cinco años de relación

Jose Mari Alonso. Pamplona

15.02.2018 – 05:00 H. - Actualizado: 7 H.

¿Hasta dónde pueden llegar las humillaciones y agresiones hacia la pareja entre la juventud? Entre la larga lista de vejaciones a las que sometió un joven a su novia durante más de cinco años se encuentra el bajarle los pantalones a la fuerza para ver “si se había depilado para otro”, amenazarla de forma constante con matarla, llamarla innumerables veces al día para controlar todo lo que hacía o exigirle que demostrara con fotos o mediante llamadas a otros teléfonos con quién había estado.

Por estas y otras actitudes agresivas e intimidatorias que se sucedieron de forma “constante” durante la relación, el Juzgado de lo Penal número 5 de Pamplona ha condenado al joven a una pena de 21 meses de cárcel y a la prohibición de residir en Navarra durante cinco años, periodo en el que tampoco podrá comunicarse con la afectada, que lleva en tratamiento psicológico con sintomatología de tipo ansioso desde junio de 2016, cuando finalizó la relación sentimental.

La víctima lleva en tratamiento psicológico con sintomatología de tipo ansioso desde junio de 2016, cuando finalizó la relación sentimental

En la sentencia, la titular de este juzgado detalla las constantes “vejaciones y humillaciones” A que el condenado sometió a su pareja con "la intención de doblegar su voluntad" durante los más de cinco años de convivencia sentimental, desde principios de 2011 hasta mediados de 2016. El condenado, natural de Vitoria, tenía 26 años cuando se inició la relación, durante la cual convivieron en Calatayud (Zaragoza) y Huarte (Navarra).

Las “imposiciones” comenzaron ya “desde el inicio” de la relación a través de una “actitud agresiva e intimidante” que incluía insultos, agarrones de pelo, puñetazos y zarandeos entre otras agresiones o amenazas físicas hacia su persona, con expresiones del tipo “si quiero te mato” o “cojo esa barra y te rompo el cuello en mil pedazos”. Las vejaciones también se plasmaron mediante conductas de control de su actividad. Así, el condenado llegó a llamar a su pareja 203 veces en 19 días (una media de 12 al día). El control no solo lo ejecutaba con “preguntas sobre lo que hacía, dónde estaba, con quién estaba”, sino que además exigía que “le demostrase con fotos” lo que había hecho y con quién, incluso mediante llamadas a otros teléfonos. También le requisaba el móvil. Asimismo, la amedrentaba diciéndole que “se iba a suicidar si le dejaba”.

La tenía controlada en todo momento: exigía que le demostrase con fotos lo que había hecho y con quién, incluso mediante llamadas a otros teléfonos

La víctima ha padecido lesiones físicas. Durante una cita en Huarte concertada el 7 de junio de 2016 a requerimiento del condenado, este la acusó de mantener otra relación, dando paso a una discusión en que el joven “le dio un puñetazo, la agarró del pelo, zarandeó y arrojó al suelo a la vez que le decía que le iba a romper la nariz”. Como consecuencia de estos hechos, la afectada sufrió contusiones que precisaron para su curación de una primera asistencia médica, “invirtiendo en su sanación 12 días”. Cuando aún no se había recuperado de esta agresión, apenas cuatro días después, un nuevo encuentro derivó en una nueva discusión en que el condenado “le dijo que se merecía que le partieran el cuello”.

El joven, con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, ha sido condenado como autor de un delito de maltrato habitual a una pena de 21 meses y un día de prisión, con inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo, y privación del derecho al porte y tenencia de armas durante cinco años, según se refleja en la sentencia, dictada de conformidad entre ambas partes. El fallo impone al condenado la prohibición de aproximarse a la víctima, su domicilio, lugar de trabajo u otro que frecuente a una distancia inferior a 500 metros, así como a comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante cinco años. Durante este mismo periodo deberá residir además fuera de la Comunidad Foral de Navarra en virtud de la sentencia, que le impone una indemnización de 3.000 euros a su expareja por daños morales.

En un primer momento, tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaban cerca de cinco años de cárcel para el acusado. Ambas reclamaban tres años de prisión por un delito de maltrato habitual, 11 meses por maltrato no habitual y otros tantos por amenazas leves, así como una indemnización de 3.000 euros por los daños morales ocasionados y otros 360 por las lesiones causadas el 7 de junio durante su encuentro en Huarte.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1033 en: 22 de Febrero de 2018, 07:18:53 am »

Detenido un hombre que inmovilizó a su ex pareja con un taser y la agredió tras secuestrarla

        EFE
        MADRID
 
    21 feb. 2018 14:05

Material incautado al detenido.

La Policía Nacional ha detenido a un hombre que inmovilizó a su ex pareja con un arma paralizadora -un taser eléctrico- para introducirla en su domicilio, en cuyo registro los agentes hallaron 250 gramos de cocaína, una escopeta y diverso material policial.

Los hechos ocurrieron la tarde del pasado 8 de febrero en el barrio madrileño de Latina, cuando la mujer acudió a la vivienda de su ex pareja para recoger unos enseres y este empleó el arma paralizante para introducirla en el domicilio.

Una vez dentro, continuó agrediéndola con golpes y amenazas de muerte hasta que ella consiguió huir a la calle en un descuido de su agresor y pedir ayuda, según informa la Policía en un comunicado.

Un transeúnte llamó a la Policía e inmediatamente acudieron varios agentes que, tras asistir a la víctima, detuvieron al hombre que estaba en el interior del domicilio donde se incautaron de 250 gramos de cocaína y diverso material policial oficial que el hombre poseía sin ningún tipo de licencia.

Entre ello una escopeta Franchi, gran cantidad de munición, dos chalecos de dotación -uno de la Policía Nacional y otro de la Guardia Civil- y seis lazos que emplean los cuerpos de seguridad para inmovilizar a detenidos.

La investigación continúa abierta para comprobar la presunta participación del detenido en otros hechos delictivos cometidos por personas que se hacen pasar por agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Existe un teléfono de asesoramiento en materia de violencia de género, el 016, que es gratuito, anónimo y confidencial, ya que no deja rastro en la factura, según la Policía Nacional.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1034 en: 05 de Marzo de 2018, 08:32:59 am »
Archivan la causa contra los guardias civiles por la muerte de Lucía Patrascu

La mujer fue asesinada por su marido en el balcón de su casa cuatro horas después de haber acudido al cuartel de Pollença

03.03.2018 | 01:16

El Juzgado de Instrucción número uno de Inca ha decretado el archivo de la causa abierta contra dos guardias civiles, en el caso del crimen de Lucía Patrascu, de 47 años, a manos de su marido en Pollença, al considerar que no eran constitutivos de un delito penal. Y, por tanto, no cree acreditado que los agentes del Instituto Armado hubieran incurrido en un presunto delito de omisión del deber de perseguir delitos.

A tenor de la prueba practicada, la titular del Juzgado de Instrucción número uno de Inca concluye que, de las diligencias practicadas, no se desprende la existencia de responsabilidad alguna respecto a los dos guardias civiles investigados, asistidos por los letrados Luis Ventanyol y Gaspar Oliver.

En dicho auto, la juez considera que en los momentos de personarse Lucía Patrascu en el cuartel de la Guardia Civil de Pollença "no evidenciaba en ningún caso la necesidad de interponer denuncia por un presunto delito de violencia de género, entendiendo esta Instructora que: no existió ninguna conducta reprochable penalmente en el comportamiento de los Agentes de la Guardia Civil".

Asimimo, la magistrada sustenta esta apreciación en que "se investiga en la base de datos y no aparecen denuncias previas contra el marido de Lucía Patrascu", resalta. En este sentido, la juez subraya que, tanto el brigada como el agente de la Guardia Civil, señalaron que la víctima ya no vivía con su marido. También abunda en que la mujer, cuando se personó en el cuartel, "no aportó parte de lesiones, ni se evidencia la existencia de lesiones anteriores y que quería que su marido abandonase el domicilio conyugal".

Los hechos ocurrieron el domingo 29 de mayo de 2016 en Pollença. Apenas cuatro horas antes de ser asesinada, sobre las seis de la mañana, Lucía Patrascu acudió al cuartel de la Guardia Civil, en la plaza Joan Cerdà del Port de Pollença con la supuesta intención de denunciar a su marido Ioan Clotau. Aunque esta no se llegó a materializar.

Lucía Patrascu regresó a su domicilio en el Port de Pollença y cuatro horas después, sobre las diez de la mañana, su marido, de 58 años, le asestó cinco puñaladas en el balcón de la vivienda que acabaron con su vida. El espeluznante crimen de violencia de género fue presenciado por numerosos vecinos que acertaron a pasar en esos momentos por la calle.

A la espera de su detención

Tras el asesinato a la vista de todos los viandantes, Ciotau salió a la calle y se sentó a esperar la llegada de los agentes de la Policía Local de Pollença y de la Guardia Civil para que procedieran a detenerle.

Mientras, varios testigos subieron al domicilio en un intento desesperado por tratar de salvar la vida de Lucía Patrascu. Así, una de las personas que presenció el acuchillamiento subió a la casa junto con el hijo de la víctima. También acudió una comadrona, que vivía en una finca cercana, y el médico del PAC. Entre todos practicaron a la víctima maniobras de reanimación cardiopulmonar y presionaron las heridas para tratar de contener la hemorragia masiva que presentaba.

Los esfuerzos resultaron vanos. Cuando las asistencias sanitarias del Ib-salut se personaron en el domicilio de la víctima para atenderla, solo pudieron certificar la defunción. Por su parte, agentes de la Guardia Civil detuvieron al presunto autor material del asesinato de su esposa, que estaba en la calle aguardando su llegada.

La presencia de Lucía Patrascu, cuatro horas antes de su asesinato, en el cuartel de la Guardia Civil del Port de Pollença con la supuesta intención de interponer una denuncia por malos tratos contra su marido dio lugar a una investigación interna y a la apertura de un expediente.

Los investigadores de Asuntos Internos de la Guardia Civil trataron de dilucidar si había existido negligencia por parte de los agentes que se encontraban en ese momento de servicio en dicho acuartelamiento. Paralelamente, la familia de la víctima denunció a los funcionarios por omisión del deber de perseguir delitos.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1035 en: 21 de Marzo de 2018, 08:01:43 am »
Los Turpin de Sevilla: Antonio pegó a sus 7 hijos, abusó de una hija y violó a su mujer en casa

La Audiencia de Sevilla ha condenado a ocho años de prisión a Antonio M. U., nacido en 1982, por los delitos de abuso continuado y maltrato habitual. Adicto al alcohol y a las drogas, el condenado sometió a sus hijos menores de edad a una generalizada y permanente situación de violencia.
21 marzo, 2018 03:06


Andros Lozano @AndrosLozano Sevilla

El 29 de noviembre de 2013, la Junta de Andalucía puso fin al calvario que habían padecido durante los tres años anteriores siete hermanos sevillanos menores de edad (cuatro niñas y tres niños nacidos entre los años 2001 y 2013). Ese día, la Delegación Territorial de Salud y Bienestar Social los sacó de su residencia después de haberlos declarado en desamparo previamente.

El padre de los menores, Antonio M. U., estaba obsesionado con el sexo y era adicto a las drogas y al alcohol. Abusó en reiteradas ocasiones de su hija mayor, que empezó a sufrirlo con 10 años, y a diario pegó e insultó a los otros seis. Los siete hermanos, además, tuvieron que escuchar durante numerosas noches cómo su progenitor forzaba a su mujer, la madre de todos ellos, a mantener relaciones sexuales con él.

La residencia familiar, ubicada en el deprimido barrio sevillano de Las Tres Mil Viviendas, se convirtió en una casa de los horrores. Así la describió ante un tribunal una de las hijas de Antonio, quien ahora ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Sevilla a ocho años de cárcel. Seis de ellos por un delito continuado de abuso sexual. Los otros dos, por maltrato habitual. Otro juzgado será quien dictamine si violó o no a su esposa.

La historia de Antonio M. U. recuerda, salvando las distancias, a la de David Turpin, el norteamericano que en febrero de este año saltó a los medios de comunicación de todo el mundo debido a que, en este caso con la colaboración de su esposa, Louise Turpin,  maltrató y mantuvo cautivos a sus trece hijos en California durante casi tres décadas.

En una sentencia fechada el siete de marzo de 2018 por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Sevilla, a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se explican algunos pasajes protagonizados por Antonio M.U, nacido en 1982.

En ella se recoge que, en un ocasión, “para satisfacer su deseo sexual acarició los pechos de su hija [mayor], lo que provocó que la menor le diera una bofetada”. O que “una noche, mientras dormía, el acusado, con idéntico ánimo lúbrico, la despertó, le quitó la ropa, acarició sus pechos y zona vaginal y puso su pene en contacto” con la niña, quien padeció los abusó desde los 10 hasta los 12 años.

Era frecuente que Antonio M. U. insultara a su hija llamándola “puta” o “guarra” y que le dijera que “no valía para nada”. En ocasiones amenazó con matarla o romperle la cabeza y le propuso consumir droga juntos. Como la niña se negaba, un día la castigó metiéndola durante varias horas en una bañera con agua fría. A sus otras tres hijas llegó a decirles: “Chúpamela”.

La hija mayor de Antonio M. U. también denunció que su padre la obligaba a ella y a sus seis hermanos a ver películas porno junto a él, que se masturbaba delante de ellos y que la había violado en reiteradas ocasiones.

Todo esto no quedó probado durante el juicio, pero a preguntas de la Fiscalía la niña explicó aquellos pasajes. “Ocurrió varias veces; de hecho, una vez me pidió que durmiera a los niños y que, cuando estuvieran dormidos, íbamos a ver él y yo una película porno. Yo le suplicaba a los niños que no se durmieran, pero mi madre vino y gracias a ella eso no pasó”.

El Ministerio Fiscal también le pidió que concretara cuántas veces ocurrió “esto de que te metiera el pene en la vagina”. La menor contestó: “Intentarlo, casi diariamente. Conseguirlo, una vez... o dos (sic)”.

Antonio M. U., según el relato de una de sus hijas, solía dejar solos y pegar a los siete hermanos, “incluso a los más pequeños, aunque no hubieran hecho nada”. El ahora condenado también maltrataba a su mujer y mostraba pistolas y escopetas en casa. Aunque él decía que era para proteger a su familia, las tenía “para cuando se metía en peleas o disparaba a animales”.

“Obligaba a follar a mi madre”

Durante el juicio fueron claves los testimonios de la mujer de Antonio M. U. y de uno de sus hijos. El niño contó que les pegaba a él, a sus hermanos y a su madre. “Nos daba cosquis y guantazos”.

El menor explicó que cuando su madre venía de trabajar y no traía dinero, su padre se enfadaba y les pegaba. También reconoció que Antonio M. U. hacía “cosas sexuales” con la madre y que él se enteraba porque su progenitora gritaba. “La obligaba a follar (...) Le pegaba (...) Le decía puta y cosas de esas”. La madre, en ese momento, se ponía muy nerviosa y temblorosa.

El niño, quien medió en una ocasión para que su padre no pegara a su madre, contó ante el tribunal que Antonio M. U. fumaba droga delante de ellos, que sólo quería dinero para irse con sus amigos, fumar, beber y ponerse “to borracho”.

Por su parte, la madre de los menores admitió que mantuvo relaciones sexuales delante de los niños porque el acusado la obligaba y le pegaba si se negaba. “Una vez se despertó mi hija y lo vio, ocurrió varias veces”, dijo la mujer.

La madre de los menores corroboró la versión dada por un hijo y una hija suyos. Dijo que Antonio M. U. consumía droga delante de los niños, que a veces llegaba borracho y les pegaba a ella y a los menores, que mantuvieron relaciones sexuales delante de ellos y que fue testigo de aquella vez en la que su hija mayor le pegó un bofetón al padre cuando le tocó un pecho. “Él decía que para que otro se liara con su hija, lo hacía él”, explicó la mujer del condenado.
La barriada en la que residían los menores es una de las zonas más empobrecidas de Sevilla.

La barriada en la que residían los menores es una de las zonas más empobrecidas de Sevilla. E. E.
Todo comenzó tras la muerte de un hijo

Otra de las hijas de Antonio M. U. contó a los especialistas el que podría ser el origen de la actitud de su padre. La menor dijo que Antonio M. U. no siempre les trató de esa forma, que todo empezó cuando murió uno de los hijos (él y su mujer tuvieron ocho en total). Según el testimonio de la menor, fue entonces cuando el condenado comenzó a consumir droga y "perdió la olla".

Aquel, según la niña, fue el detonante que desencadenó la violencia de su padre. A partir de esa fecha se sucedieron las palizas, las vejaciones y los abusos. "La mitad de las cosas me las tenía que callar", contó la menor, quien definió la realidad vivida por su familia durante tres años de forma escueta y contundente.  "Las cosas horribles que pasaban en casa".

En la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, a la que cabe interponer recurso por Antonio M.U., se concluye que el condenado sometió a sus hijos menores de edad a una generalizada y permanente situación de violencia y maltrato. Esto desembocó en un constante sufrimiento moral y una permanente sensación de angustia, miedo y humillación por parte de los siete niños.


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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1037 en: 13 de Abril de 2018, 09:56:38 am »

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1038 en: 20 de Abril de 2018, 14:33:26 pm »


Un hombre mata a su expareja y la madre de ésta en Vitoria


Policia Local de Vitoria-Gasteiz. Efe
 VOZPÓPULI

20.04.2018 - 12:39
Un hombre ha asesinado a su exmujer y la madre de ésta en un domicilio de Vitoria. El Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco ha informado de que la primera mujer ha sido degollada; mientras que la madre, que había quedado gravemente herida, finalmente también ha fallecido.


Algunas fuentes señalan que el agresor ha quemado el domicilio, donde se había atrincherado,y después se ha arrojado al vacío. Los bomberos han colocado una lona ante la posibilidad de que el hombre se tirara a la calle y posteriormente ha sido detenido e introducido en una ambulancia para trasladarlo a un hospital.

El suceso, del que aún no se conocen detalles, se ha producido en una vivienda ubicada en el número 6 de la calle Julián de Arrese y la Ertzaintza ha tenido conocimiento del mismo a las 11.30 horas de la mañana.

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Re: Violencia doméstica y de género
« Respuesta #1039 en: 21 de Abril de 2018, 08:33:56 am »
apuñalado
Un hombre se entrega tras matar a su hijo de 8 años en El Ejido (Almería)
Según la Guardia Civil, ha sido el propio padre el que, tras apuñalar a su hijo, ha alertado de lo sucedido

El Confidencial

20.04.2018 – 20:39 H.

La Guardia Civil ha detenido a un hombre que se ha entregado después de matar a su hijo de 8 años en la localidad de Balerma, en El Ejido (Almería). Fuentes de la Guardia Civil y el 061 han informado a Efe de que los hechos han tenido lugar sobre las 16:15 horas en la calle del Mar de Balerma.

Según el instituto armado, ha sido el propio padre el que, tras apuñalar a su hijo, ha alertado de lo sucedido y posteriormente se ha entregado. Han apuntado que, en principio, el caso no está vinculado a un asunto de violencia de género. El 061 señalado que la Guardia Civil solicitó sus servicios por el apuñalamiento de un niño de 8 años en esta localidad ejidense, a donde acudió un equipo de emergencias, que no pudo hacer nada por salvar la vida del niño.

Un hermano de 12 años y la madre de la víctima han sido trasladados al Hospital de Poniente de El Ejido con una crisis de ansiedad