Los dueños de la nocheDesde hace bastante tiempo los criminales aplican la máxima <quién controla la noche tiene el poder>. Es una regla que se aplica casi con precisión matemática: 1º el acceso a locales de moda es controlado por los porteros; 2º el control de los locales permite controlar el tráfico de estupefacientes en su interior; 3º las drogas y su tráfico es la actividad más rentable del mundo criminal.
A mediados de los años 90 surgieron en Madrid y su periferia algunos grupos delictivos integrados por matones de tres al cuarto o porteros de discoteca. Gente joven asidua a los gimnasios que empezaban a organizarse por el control de la seguridad de los locales de ocio. El manejo de los accesos les permitía introducirse en un mundo de “delitos menores” tales como palizas por encargo, pequeñas extorsiones, etc.
Además, en aquellos años, el consumo y tráfico de estupefacientes estaba en pleno apogeo. Tener la seguridad de los locales les abría un mundo de posibilidades para esos matones. Empezaron por llevarse un porcentaje del tráfico de estupefacientes, autorizando el trapicheo en su interior, o denegándolo a los que no abonaban su cuota, y terminaron por organizar ellos mismos su propia actividad de narcotráfico.
Surgen grupos como los Miami, dirigidos por Juan Carlos Peña Enano y los hermanos López Tardon, que pronto adquirirían notoriedad en la noche madrileña y en el mundo delincuencial en general. A finales de los 90 también empiezan a llegar a España grupos delincuenciales extranjeros, pero la noche requiere de contactos y conocimiento del terreno. En esos momentos es territorio para los delincuentes nacionales.
En octubre de 1996 la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid detiene a 18 integrantes de la banda de los Miami y decomisaron varias armas y municiones, al menos 12.000 pastillas de éxtasis, cuatro kilos de cocaína pura, una prensa para la preparación de los llamados ‘ladrillos’ de coca, cuatro automóviles y otros enseres. La policía tuvo conocimiento de varios casos de palizas y lesiones en los que las víctimas no se atrevieron a denunciar pues las amenazas de muerte llegaban hasta las familias de los afectados.
Es en esos años, a finales de los 90, cuando el control de la seguridad de las discotecas empieza a adquirir tintes más violentos. El pastel era muy lucrativo y diferentes grupos criminales deseaban tener su parte. El 10 de mayo de 1999 un portero de la discoteca Amnesia, en la Ronda de Toledo de Madrid, es acribillado a tiros por “la banda de los iraníes”. La cosa se pone fea y en muchos locales de ocio los porteros van con chalecos antibalas, además de portar ilegalmente armas blancas y de fuego
Pero el negocio sigue su curso y es cada vez más jugoso. El mundo de la noche es hedonista. La gente quiere pasarlo bien. Felicidad en pequeñas dosis. Felicidad en papelinas. Están dispuesto a pagar un precio y las bandas que controlan la noche están dispuestas a cobrarlo. El dinero que se genera es cada vez mayor y algunos desean emprender su propio camino, montando su negocio personal. En el año 2004 surge la guerra en la banda de los Miami. Los hermanos López Tardon desean independizarse y Juan Carlos Peña Enano no está por la labor.
A comienzos de 2004 Juan Carlos Peña Enano pierde una pierna en un accidente de moto. El asegura que fue provocado por Artemio López Tardon, siguiendo instrucciones del hermano de este, Álvaro López Tardón. Al salir del hospital Juan Carlos retoma el mando del negocio, es el hombre en el que confían las oficinas colombianas (las sucursales de los cárteles en nuestro país), el que da la cara y el que se responsabiliza de la mercancía si pasa algo.
La lucha sin piedad continúa. En marzo de 2004 Artemio López Tardón sufrió una brutal paliza tras ser secuestrado en la calle de Príncipe de Vergara. Sus agresores le torturaron, le dispararon en una pierna y le abandonaron desnudo, 24 horas después, en las inmediaciones de la plaza de Castilla, al norte de Madrid. Perdería la visión en un ojo como consecuencia de esas torturas. Cuando la policía acudió a su vivienda encontró medio kilo de pastillas de éxtasis en su poder.
El 30 de noviembre de 2004 Juan Carlos Peña Enano es tiroteado cuando se encontraba a bordo de un Porsche Carrera parado en un semáforo en el distrito de Chamartín. Juan Carlos sobrevive y su leyenda se agiganta. Tras el intento de asesinato de Juan Carlos, éste aparece en público menos y se rodeó de una guardia pretoriana formada por ciudadanos búlgaros y rumanos armados hasta los dientes. La gente del Este empieza a dejarse ver en las puertas de los locales.
Álvaro Lopez Tardón se traslada a Miami y dirige desde allí sus actividades de narcotráfico y blanqueo. Su hermano Artemio mantiene los contactos y parte del negocio en Madrid, aunque la cabeza pensante es su hermano Álvaro que, desde Miami, mueve los hilos y hace los contactos necesarios para que gente en Madrid consiga sus cargamentos de cocaína a un buen precio. Entre los que se benefician de sus servicios está Ana Cameno, conocida como la reina de la cocaína.
Mientras tanto Juan Carlos Peña Enano tiene sus propias preocupaciones, a principios de 2005 él, junto a otros 20 integrantes de su banda, van a ser juzgados en la Audiencia Nacional por un cargamento de 70 kgs de cocaína procedente de Colombia que fue intervenido en Mazarrón (Murcia). Decide no comparecer al juicio y le ponen en busca y captura.
Juan Carlos Peña Enano está a la fuga, pero aún tiene tiempo de controlar el negocio y ajustar algunas cuentas pendientes. El 27 de octubre 2005 es asesinado a tiros junto al parque de El Retiro, con una pistola con silenciador, su abogado y antiguo hombre de confianza, Rafael Gutiérrez Cobeño. La policía encontró en el coche más de 30.000 euros en billetes de 500. Estaba siendo investigado por la Audiencia Nacional por su presunta relación con una trama de blanqueo de dinero. El Juzgado Central de Instrucción número 6 tenía abiertas unas diligencias en las que estaba encartado el letrado. En julio de 2001 fue detenido en Suiza junto a Fe Castrillo, la mujer de Juan Carlos Peña Enano, tras sacar de una cuenta 170 millones de pesetas en metálico.
La rama de los Peña Enano llega a su fin el 24 de julio de 2009, cuando es detenido Juan Carlos en un chalé de Navacerrada. Era el día del noveno cumpleaños de su hijo mayor. En esos momentos los matones del Este de Europa han tomado posiciones y el control de las puertas y la seguridad de los garitos está en manos del clan de Ivó y los búlgaros.
Ivo, un ciudadano búlgaro de origen turco, cuyo nombre real es Rafi Beyham Remzi llevaba unos 13 años en nuestro país trabajando como portero de discotecas. Con el tiempo y los contactos necesarios montó su propia empresa Apolo Checking que daba servicio de porteros de locales. El vacío dejado por los Miami era aprovechado por la gente de Ivo. Llegó a tener a unos 100 porteros trabajando para él, casi todos gente de países del Este, rumanos, búlgaros y ucranianos principalmente. Obligaban a los dueños de los locales a contratar sus porteros y cobraban a estos un 20% de su sueldo.
Como siempre en ese mundillo, las palizas, extorsiones y cobros de deudas se sucedían. En plena decadencia del negocio de seguridad en los locales por parte de los Miami, el 13 de enero de 2009 tiene lugar la muerte a tiros de uno de los hombres de confianza de Ivo, Catalin Stefan Craciun, en las inmediaciones de la discoteca ‘Heaven, Sala Palace’ de Madrid. El autor era un miembro de los Miami, Carlos M.H., de nacionalidad española, quien tenía antecedentes por tenencia de armas, amenazas, lesiones y robo con fuerza.
La competencia por el control de las puertas es alta. No todos son criminales. Ivo se queja de competencia desleal ya que también hay algunos agentes policiales, tanto nacionales como municipales, que hacen «horas extra» trabajando como porteros en algunas de las discotecas más conocidas de la capital. Ésta se trata de una práctica totalmente ilegal, vinculada generalmente a los bajos sueldos que cobran estos funcionarios. Pero supone una total incompatibilidad con su figura de policías. La Unidad de Asuntos Internos del Cuerpo Nacional de Policía abrió una investigación para investigar a miembros de diferentes patrullas nocturnas por su presunta relación con porteros de salas de fiestas y del mundo de la noche. Les dieron un toque de atención, y las «relaciones» laborales con los locales no han vuelto a trascender públicamente.
Diversas operaciones de Policía y Guardia Civil aportan información relevante sobre el control del mundo de la noche y el ingente tráfico de estupefacientes que se produce en ese entorno. El titular del juzgado de instrucción número 32 de Madrid, Santiago Torres, decide coger el toro por los cuernos y se embarca, con los grupos XIX y XVI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, junto con la Brigada Central de Estupefacientes y la UDEF, en una laboriosa investigación de dos años, con miles de intervenciones telefónicas.
El 28 de enero de 2011 es desmantelado en Villanueva de Perales (Madrid) el mayor laboratorio de producción de cocaína de Europa. La policía, en la denominada Operación Colapso, incauta 300 kilos de cocaína pura y 33 toneladas de sustancias para adulterarla. Es detenida Ana Cameno, conocida como la reina de la cocaína, y el empresario hispano-colombiano Lauro Sánchez Serrano. Ambos tenían numerosos contactos con el mundo de la noche y con Álvaro López Tardón.
El turno para los López Tardón llegaría el 17 de julio de 2011. En una operación conjunta entre la policía española y el FBI se detiene a Álvaro López Tardón en Miami, junto a otros tres colaboradores.
Madrid detienen a Artemio López Tardón y otras 16 personas. En casa de Artemio la policía interviene el mayor alijo de dinero procedente del narcotráfico incautado nunca en Europa, 25 millones de euros bien ocultos en dos caletas o escondrijos. A pesar de utilizar una unidad especial técnica para el rastreo de compartimentos ocultos, denominada GOIT, el dinero estaba tan oculto que tuvo que ser un informador desde EE.UU. el que señaló con precisión el punto exacto donde estaba escondido. Da una idea del volumen de negocio que se traían entre manos. El único problema de la operación, y que pone un pequeño punto negro, es que la policía superó el límite máximo de detención para poner a disposición judicial a los detenidos, establecido en 72 horas, y la autoridad judicial se vio obligada a poner en libertad a varios de ellos.
Ivo sabía que pronto le llegaría su turno. Andaba con la mosca detrás de la oreja desde hacía tiempo y había paralizado algunas operaciones de importación de estupefacientes. Finalmente el 11 de octubre de 2011 se le detiene junto a otras 25 personas en lo que denomina el mayor golpe contra el crimen organizado en España y dirigida especialmente contra los clanes que controlan la noche madrileña, es decir, el tráfico de drogas y las palizas y extorsiones en discotecas.
El mundo de la noche anda huérfano, pero probablemente en estos momentos ya haya gente ocupando ese vacío dejado por los Miami e Ivo y sus chicos. El negocio está en el control de la noche. Los malos lo saben.
video policial robre el recuento de los 25 millones de euros de los López Tardon y el zulo donde se encontraba