Ningún ser humano es ilegal
JUAN JOSÉ MILLÁS 31/07/2011
Miembros del 15-M se enfrentan a la policía en Lavapiés (Madrid) para evitar la detención de un inmigrante que se había colado en el metro.
¿Ha nacido un nuevo superhéroe colectivo?
El 15-M ha evolucionado a una especie de superhéroe colectivo que aparece allí donde está a punto de perpetrarse una injusticia. Ha evitado ya decenas de desalojos en los que los desahuciados eran viudas o ancianos o personas con problemas de movilidad. Llega antes que El Hombre Araña porque ni siquiera tiene que ponerse una capucha para ocultar su rostro. El 15-M posee una extraña identidad colectiva y proteica que le permite fenómenos tan raros como la bilocación, pues puede manifestarse al mismo tiempo en ciudades muy alejadas entre sí. Y no hay inspector capaz de pedirle el carné de identidad ni de detenerlo ni de llevarlo ante el juez porque carece de identidad y de rostro y de domicilio social. Hace poco, en el madrileño barrio de Lavapiés, el 15-M apareció de golpe para corregir una actuación absolutamente desproporcionada de la policía, que estaba deteniendo a un inmigrante sin papeles por haberse colado en el metro. Que las fuerzas del orden se movilicen por un euro, con la que está cayendo, tiene delito.
El 15-M tardó en acudir tres minutos al lugar de los hechos. En la foto pueden ver al superhéroe colectivo gritando "fuera del barrio / fuera del barrio / ningún ser humano es ilegal".
No hay nada como decir lo obvio para acojonar a la autoridad competente. La pasma pidió refuerzos que no fue preciso utilizar porque, como se ha dicho en otras ocasiones, las armas de los indignados son sus palabras y sus manos abiertas. Una vez disuelta la policía alborotadora, el 15-M se esfumó como si se lo tragara el asfalto. Hasta la próxima.
Estas gentes echadas a la calle y unidas por su causa común, causa que si todos siguiéramos nos conducirían a la miseria y a la edad de piedra, se han tomado como divertimento fastidiar a los Policías como si los Policías no actuasen en beneficio de todos, ellos que hablan de la no discriminación, contradicen sus postulados discriminado a miles de Policías, tachándoles de lo que no son.
Estos “Indignados” con sus reivindicaciones anti sociales y anti sistema se contradicen en si mismos al autoproclamarse pacifistas ya que la paz no es posible sin sistema y el sistema no es posible sin sociedad, lo que estas personas pretenden, desde mi punto de vista es que no exista aquello que ellos no tiene capacidad para asumir, eso es, responsabilidad, compromiso y disciplina.
Los actos que están perpetrando últimamente contra el orden publico, de manera organizada y en grupos, son actos de expresión de lo que muchos pudieran considerar como Derecho Natural -derecho a reivindicar lo que ellos consideran justo por naturaleza- pero en la actualidad nos guste o no ese Derecho Natural esta regulado en el Derecho Positivo, precisamente para intentar evitar discriminaciones y arbitrariedades como las que comenten los “Indignados” ellos -sin más participación que un puñado de personas- deciden lo que es justo o injusto e imponen al resto de la sociedad sus postulados con violencia física o psíquica mediante coacción y presión social, siendo sus principales victimas los Policías, que tienen que realizar su trabajo en nombre de la mayoría de la sociedad y por imperativo legal sufriendo una presión psíquica peor que cualquier mal trato o tortura, ya que bastante desagradable es en ocasiones su trabajo como para tener que aguantar a un grupo de “Indignos” que se lo ponen más difícil aún, obligándoles a elegir entre dejar o permitir la comisión de un ilícito penal cometiéndolo los agentes por omisión por su deber de perseguir el delito.
Habrá que empezar a aplicar nuestro código penal, el de todos los que vivimos en esta sociedad, y a los actos que realizan estas personas habrá que aplicarles lo que está escrito con todas las consecuencias, lo que hacen estos “Indignos” tiene nombre, su nombre es Delito de Sedición, artículo 544 del Código Penal:
“Son reos de sedición los que, sin estar comprendidos en el delito de rebelión, se alcen pública y tumultuariamente para impedir, por la fuerza o fuera de las vías legales, la aplicación de las Leyes o a cualquier autoridad, corporación oficial o funcionario público, el legítimo ejercicio de sus funciones o el cumplimiento de sus acuerdos, o de las resoluciones administrativas o judiciales”
Y a los cabecillas más.