. . . en la medida que con la crisis los ricos ven una oportunidad de negocio de manera que cada día son más ricos, que los pobres sufren y pagan la crisis y cada vez son más pobres viendo como sus pocas o únicas pertenecidas se las llevan los bancos . . . que los trabajadores y empleados públicos cada vez cobran menos, ven recortados sus derechos y son mal valorados por la opinión pública, que los jóvenes no tienen un futuro claro, que los jubilados, el que llega, va viendo recortadas sus ayudas sociales y su estado del bienestar, que lo público se denosta hasta el punto que la privatización aparece como la única solución neoliberal a su deterioro . . . para que unos cuantos sigan ganando cada día más . . . la indignación se extiende como una marea y lo será así por toda Europa . . . ya que se está terminando con un concepto de estado del bienestar que hasta ahora y desde la IIGM era el que se había construido . . . EEUU gana la batalla, como ganó la guerra fría, impone un modelo de capitalismo y de concepción del estado donde el mercado es quien fija las reglas y donde lo que no está en el mercado no existe, de manera que poco a poco vemos como todas nuestras coberturas sociales y nuestros derechos se van a ir recortando . . . y este cambio de modelo indigna e irá indignado más conforme se vayan conociendo los recortes que están por venir y con el aumento de la indignación aumentará la conflictividad social y nosotros estaremos ahí, en medio, como parapeto de los indignados contra los políticos que toman las decisiones . . . pero nos blindará eso de nuestra propia indignación? ? ? . . . yo creo que no, y esto es lo que habrá que reflexionar, ahora es la policía portuguesa la que se indigna pero nosotros quizás deberíamos de haberlo estado ya. . .