Más de cien personas se reúnen en Móstoles para denunciar los montajes policiales
Activistas y movimientos sociales de Móstoles denunciaron ayer en una rueda de prensa la existencia de “montajes policiales” en el municipio.
España | Félix Povedano Mínguez-Tercera Información | 15-04-2012 |
El acto, celebrado en una plaza del centro ante más de cien personas, contó con las intervenciones de varios activistas sociales que se han visto envueltos en problemas con la Justicia por su participación en movilizaciones ciudadanas.
El último caso es el de la activista Paola Márquez, participante del movimiento 15-M de Móstoles y del centro social La Casika, quien fue detenida el pasado 2 de abril por unos hechos que supuestamente habían sucedido durante la huelga general del 29 de marzo, en el marco de un piquete informativo.
Según relató la madre de Márquez durante su intervención de ayer, el día 2 recibió la visita de un hombre que decía ser amigo de su hija, la cual se encontraba trabajando. El desconocido le pidió el teléfono móvil de la chica, a lo que la madre accedió. Poco después, Márquez recibió mientras trabajaba una llamada de la comisaría de Policía en la que le decían que si no acudía inmediatamente por unos hechos ocurridos durante la huelga, se le podrían “complicar las vacaciones”.
Cuando la activista se presentó con su abogada, ninguna persona en la comisaría sabía nada sobre esa llamada, hasta que una agente de Policía aseguró reconocer a Márquez como la persona que le agredió durante el piquete (dice que le agarró de una oreja y le propinó patadas), por lo que, acto seguido, puso una denuncia contra la activista, que fue detenida y llevada a los calabozos. Al día siguiente, el juez admitió a trámite la denuncia contra Paola Márquez, que fue soltada con cargos por atentado a la autoridad.
La joven, sin embargo, desmiente esas acusaciones y explica que, de hecho, ella y otras compañeras fueron las que sufrieron lesiones durante la carga contra el piquete, por lo que inmediatamente se dirigieron al hospital y pusieron una denuncia por lo sucedido, algo que ha podido motivar a la Policía a detenerla.
“No me voy a quedar en casa; voy a seguir en la calle luchando por mis derechos”, aseguró Márquez ante el centenar largo de personas que se congregó la mañana de ayer en el municipio madrileño. Asimismo, apeló a “la gente del pueblo” a que entienda que lo que le ha sucedido a ella, “mañana le pueda pasar a cualquiera”. Tras mostrar después su apoyo a “los detenidos de Barcelona” y a Íñigo Cabacas, muerto hace días al recibir un pelotazo de goma de la Ertzaintza, sentenció: “La lucha es del pueblo y yo soy parte de él”.
Aparte del de Paola Márquez, hubo más testimonios de activistas que han sufrido situaciones similares. Juanjo, también asiduo en la Asamblea Popular de Móstoles, fue identificado aleatoriamente por la Policía el día de la huelga, cuando se encontraba andando por la calle, y detenido tras encontrar los agentes un espray en su mochila. En su opinión, “lo que pone nerviosas a las autoridades policiales es el carácter horizontal de estas protestas, algo que les impide identificar a organizaciones o cabecillas”.
Un caso bastante más antiguo es el de los hermanos Eduardo y Naiara Cabrera, que el próximo 24 de mayo se enfrentan a un juicio por lanzar vivas a la República y ondear la bandera tricolor delante del príncipe Felipe durante su visita a Móstoles en 2006. El fiscal pide para cada uno de ellos dos años de cárcel y 2.500 euros por “atentado contra la autoridad, faltas de lesiones contra los agentes y desorden público”. Los jóvenes republicanos, sin embargo, afirmaron en su momento haber recibido una verdadera paliza por parte de los policías, así como continuas vejaciones durante su arresto.
“Hoy es 14 de abril y sólo me queda decir: ¡Viva la República!”, exclamó Eduardo Cabrera par acerrar su intervención, que fue respondida con otro ¡viva! por parte de los asistentes.
Otro conflicto, más reciente, entre las autoridades y la sociedad civil es el que afectó al activista Moisés Blanco, acusado de organizar actos en el centro social La Casika después de recibir una resolución por la cual debía cesar la actividad en el centro. Blanco aseguró que “la democracia brilla por su ausencia” y que “la judicatura y los cuerpos policiales no han sido depurados (tras la dictadura)”. Asimismo, apeló a emular la lucha del norte de África y de otros pueblos.
La causa de Márquez ha recibido el apoyo de distintas organizaciones y movimientos con presencia en el municipio, como la Asamblea Popular de Móstoles, la Unión de Juventudes Comunistas de España, Izquierda Castellana o Comisiones Obreras.
Tras la rueda de prensa, se dio paso a una asamblea monográfica sobre represión policial organizada por el 15-M.