Si, si...y las diligencias fueron impecables...creo que también dice algo el juez sobre ello.
SPP
Del pronóstico de lo pasado a la extravagancia como elemento constitutivo de la actuación judicial
El día 4 de octubre de 2012, el Ilustrísimo señor Magistrado-Juez del Juzgado Central de Instrucción número Uno Santiago J. Pedraz Gómez acuerda y firma un Auto judicial, en relación al cual, el Sindicato Profesional de Policía manifiesta:
1).- Se trata de una actuación judicial técnicamente deficiente, jurídicamente inexacta y moralmente reprobable, por cuanto está trufada de juicios de valor inauditos en un documento que ha sido redactado por un representante del Poder Judicial cuya capacidad para trascender y afectar los derechos de aquellos a quienes se dirige o alude es real y cierta. Esto le diferencia de este escrito, que se hace por los representantes de miles de honestos policías que dan lo mejor de su vida por servir eficazmente a más de 47 millones de personas que residen en nuestro país y que, en el mejor de los casos, servirá únicamente para que muchos tomen conciencia de la grave irresponsabilidad que ha cometido esta alta autoridad del Estado.
2).- El auto confunde los parámetros de tiempo y espacio de forma negligente, posiblemente porque el talento de Su Señoría se canaliza en función de otros intereses, o por cualquier otra causa. Las referencias temporales son muy importantes en la emisión de un auto judicial y el pronóstico del pasado es una técnica fácil para quien tiene la voluntad de adaptar la realidad a sus deseos, para quien utiliza los prejuicios con la alegría y desenvoltura de quien se sabe poderoso y ajeno al aire que mueve suavemente sus cabellos.
Asimismo, el espacio es ciertamente importante. Vale decir, en este sentido, que el perímetro de seguridad establecido por la Policía alrededor del edificio del Congreso de los Diputados, sede de la soberanía popular, resultó ser un elemento decisivo para la continuación ordinaria de los trabajos parlamentarios que dentro debían producirse.
Pero, siendo importante lo anterior, quizá lo sea más considerar que el tiempo y el espacio siendo, como son, elementos constitutivos de actuaciones concretas (las cosas pasan en un momento y un lugar determinado), también son referencias abstractas que permiten establecer inferencias de algo que puede suceder, aunque finalmente no ocurra. El tiempo cuando pasan las cosas que Pedraz menciona en el auto es ahora, cuando el enojo de buena parte de la ciudadanía viene proyectándose en forma de concentraciones o manifestaciones airadas, cuando no violentas. El espacio es el centro de Madrid, donde se interpreta la liturgia del descontento popular y donde los efectos de alguna de estas reuniones públicas pueden verificarse claramente. Si, además, las convocatorias a la ocupación de la sede de la soberanía de la Nación Española se realizan a través de Internet y cuentan con miles de simpatizantes, la prevención activa de eventuales amenazas contra la seguridad de la misma constituye una importante responsabilidad para el Cuerpo Nacional de Policía.
3).- El auto puede ser cuestionado desde el punto de vista de la calificación jurídica que el magistrado-juez Pedraz hace. De hecho, parece que va a serlo. No es función de este sindicato realizar una valoración sobre ello. Simplemente nos limitamos a decir que, partiendo de las propias consideraciones fácticas que en el auto se contienen, otros operadores judiciales podrían fácilmente llegar a conclusiones jurídicas diferentes.
4).- El auto es moralmente reprobable porque, además de lo que ha sido escrito en el punto primero, contiene alusiones a la Policía injustas y, además, innecesarias. Si se hubiere cometido algún error técnico en la actuación policial, señálese y corríjase, pues finalmente es el juez quien decide, no la Policía.
5).- Finalmente, el auto es, sencillamente, más que extravagante, ridículo, especialmente cuando se refiere a la ocupación de “instrumentos peligrosos” a algunos manifestantes, como adoquines, una maceta de albañil, un cincel…. y se justifica su tenencia porque van a ser empleados contra la Policía (como lo fueron) y no para coaccionar, amedrentar o intimidar a los diputados y diputadas que pretendían entrar o salir del Congreso.
La extravagancia del auto, en este punto, resulta altamente ofensiva para nuestros compañeros, especialmente para aquellos que han sido seriamente lesionados en la actuación policial (un Inspector fue brutalmente apaleado por algunos manifestantes y sufre gravísimas lesiones en un ojo, hasta el punto que puede perder la visión del mismo). Nadie va a quejarse por ello. Cuando se recuperen para el servicio volverán a defender los intereses de sus compatriotas en la misma forma que lo vienen haciendo, algunos, desde hace más de 30 años. La frivolidad de Pedraz, la extravagancia de sus resoluciones, la negligencia en que se produce jurídicamente, los subproductos que genera con cierta frecuencia no desanima la actuación de miles de hombres y mujeres que formamos el