El gilipollas
Mira ‘Tangana’, tú no dices lo que piensas, porque para decir lo que se piensa primero hay que pensar algo. Hablas de oídas (de oídas muy lejanas) sobre la monarquía o sobre la democracia, por llamar de algún modo a lo que segregas por esa boca
Iframe de C. Tangana en uno de sus videoclips
Iframe de C. Tangana en uno de sus videoclips
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09.06.2018 - 05:15
Estimado Antón Álvarez Alfaro, alias Tangana, y perdona por lo de estimado porque no es verdad, es tan solo una forma de hablar:
Hace unos cuantos días, en una rueda de prensa que se produjo en el Primavera Sound de Barcelona, dijiste que el Rey es un “gilipollas” y que la madre del Rey “te come los cojones”. Lo lamento si alguien tuerce el gesto al leer eso pero no son mis palabras, son las tuyas. Añadiste que la monarquía es una cosa medieval inventada para proteger a los campesinos de los dragones. Que la democracia representativa es terrorismo. Que aquí “nos insultamos todos” y hay que aprender a vivir con eso (te referías de nuevo al Rey). Y alguien, no recuerdo ahora si tú mismo, añadió que si te meten en la cárcel se demostrará que tienes razón.
No creo que tengas esa suerte. Naciste en Madrid y el mes que viene vas a cumplir 28 años. Lograste terminar el bachillerato en el colegio San Viator y luego, según la entrada de Wikipedia que muy probablemente has escrito tú mismo (o tu madre, que debe de adorarte), “estudiaste la carrera de Filosofía” en la Complutense. Eso quiere decir, obviamente, que no la terminaste: en tal caso allí pondría “se licenció en Filosofía”. Tu falta de formación cultural explica muchas cosas, entre ellas esa maravilla que has dicho de los reyes medievales, los campesinos y los dragones. Sé que te va a doler pero alguien tiene que abrirte los ojos, muchacho: los dragones, tal y como tú los imaginas, no han existido nunca. Es duro pero es así. Quizá ahora las compañías discográficas y los distribuidores de música en internet, de los que tú vives, hagan un trabajo parecido al de los dragones, pero eso lo dices tú mismo deprisa y corriendo ante el micrófono: no se vayan a enfadar.
He visto uno de tus últimos vídeos, 'Llorando en la limo'. Es basura. Tú lo sabes. Una letra imbécil para consumo rápido de adolestontos y adolestontas"
No eres tonto ni muchísimo menos. Eres, como tantísima gente de tu edad, un completo ignorante de muchísimas cosas, yo diría que de la mayoría de las cosas, pero de bobo no tienes un pelo. Tu discusión con el trapero granadino Fernando Gálvez, alias Yung Beef, sobre cómo ganar todo el dinero posible, habría maravillado al más listo de los fenicios: hasta tu colega, algo amoscado, parecía preferir la honestidad artística a la pasta, cosa con la que tú, obviamente, no estabas del todo de acuerdo. Has logrado hacerte un hueco nada despreciable en tu tipo de música: ya has ido tres veces al Primavera Sound. Has logrado un disco de platino con la canción Mala mujer. Y te ha fichado Sony, lo cual parece haber colmado tus sueños y alejado de ti el fantasma de volver a ser camarero. Pero te ha convertido en un personaje. Repito: un personaje.
Por eso has dicho lo que has dicho sobre el Rey, sobre su madre y sobre todo lo demás. Porque eso te hará ganar más dinero. Tú no sabes si el Rey es un gilipollas. No le conoces de nada. No tienes ningún argumento sobre él, ni a favor ni en contra. No dices lo que piensas, porque para decir lo que se piensa primero hay que pensar algo, y está claro que no es tu caso. Hablas de oídas (de oídas muy lejanas) sobre la monarquía, sobre la democracia representativa y desde luego sobre los dragones, así que tu opinión, por llamar de algún modo a lo que segregas por esa boca, no tiene el más mínimo valor. Y tú lo sabes. Pero te da igual: lo dices, porque sabes muy bien que eso te hará ganar más dinero, más likes, más seguidores en internet.
Tu compañía te habrá diseñado (siempre lo hacen) una manera de comportarse, de hablar, de vestir y hasta de hacer música. Los consumidores de música urbana, a los que tú halagas, te han llamado vendido cincuenta veces, porque tu música es untuosa, relamida, absolutamente comercial. He visto uno de tus últimos vídeos, Llorando en la limo. Es basura. Tú lo sabes. Una letra imbécil para consumo rápido de adolestontos y adolestontas, una música ramplona, un montaje de doscientos pavos (limusina y abriguito aparte) y encima esa manía que tienes de cantar con una pinza enganchada en la nariz (tú no hablas así), lo cual te hace parecer muchísimo más gilipollas que el Rey, dónde va a parar. Pero lo vendes muy bien, chaval.
No eres tonto ni muchísimo menos. Eres, como tantísima gente de tu edad, un completo ignorante de muchísimas cosas, yo diría que de la mayoría de las cosas"
Al público latinoamericano que te sigue le importa un pimiento tu opinión sobre la monarquía y sobre la democracia representativa (tú lo que tienes es un serio problema de bachillerato, muchacho). También sobre los dragones. Pero al de aquí no. El público de aquí no te toleraría que no insultases al primero que se te ponga por delante, sobre todo si es el Rey. Tus fans de internet se mueven como los estorninos y como los tuiteros, todos a la vez detrás de no se sabe quién ni por qué, y la competición no estriba ya en quién hace mejor música: se trata de ver quién dice la burrada más gorda. Eso vende. Tú eso lo tienes muy claro. Por eso lo haces. Te debes a tu público. Mejor dicho, te debes a tu compañía de discos, que te deja fingir que piensas por ti mismo. Como hacen los autores con sus personajes.
El corte del vídeo de la rueda de prensa en el que insultas al Rey ha pasado de las 300.000 reproducciones. Eso es exactamente lo que tú querías. No es que hayas batido un récord pero oye, es dinero, ¿no? Y popularidad, aunque sea negativa: no dejan de ser likes. Y tienes los huevos de decir en tus canciones “que se joda el dinero”, cuando tú no buscas otra cosa.
No todos nos insultamos, Antón, en eso también estás equivocado. Insulta, y sobre todo gratuitamente, la gente como tú, que no tiene formación ni siente verdadero respeto por nadie: ni siquiera por la verdad. Eso se ha generalizado con las redes sociales, tú lo sabes bien. Y en tu caso da dinero, eso es evidente. Quieres parecerte al tal Valtonyc, de quien tú mismo, nada más mencionarlo, dices que no tiene “ni puta idea” y que “no es ningún lumbreras”. Es decir, que quieres parecerte, pero un poco nada más: tienes que ser moderadamente sarcástico, como tú dices, para ganar el dinero que ganas, y en eso cabe insultar al Rey; pero luego tienes que ser insufriblemente banal y mediocre en tu música para que te compren, o te vean, o te descarguen: pasta.
El gilipollas no es el Rey, Antoncito. El gilipollas no es el Rey. De dragones y campesinos no sabrás gran cosa, pero lo que sí sabes mejor que nadie es quiénes son los gilipollas. Chico listo.