Pues eso . . . si no se apellidara Ussía segurametne las cosas se habrían desarrollado de otra manera y seguramente lo de la bilbioteca . . . ni de broma, en fin, un ejemplo más de que todos somo iguales . . . ya pero unos más iguales que otros.
http://www.soitu.es/participacion/2008/11/29/u/gatoconbotas_1227972199.htmlUssía: la importancia de un apellidoActualizado 29-11-2008 16:23 CET Por gatoconbotas
El pasado 15 de noviembre, unos porteros de la discoteca Balcón de Rosales, en Madrid, mataron, presuntamente, a un joven a la salida del local. Tras una fuerte discusión a las 5.30 de la ma?ana con los porteros, estos derribaron al chaval y, según los testigos, "se cebaron con él a patadas".
A la ma?ana siguiente, la policía detuvo a los tres presuntos homicidas, que pronto pasaron a disposición judicial. Las reacciones ante el hecho no se hicieron esperar: los amigos del joven pronto acudieron a la discoteca para manifestar allí su dolor y su repulsa, y los políticos comenzaron a jugar su papel de aprovechar el más mínimo resquicio para ara?ar algunos votos.
Hasta aquí los hechos, que son, más o menos y dentro de lo que cabe, normales. Ahora es cuando viene el plus.
El joven se llamaba Álvaro Ussía, pariente lejano del escritor Alfonso Ussía. Vivía en Aravaca, en un chalet compartido con su madre, su hermano mayor, su hermana peque?a, sus primas y los padres de éstas. Según su mejor amigo cuando acabó el servicio religioso "También era muy deportista, le gustaba el tenis, el fútbol, el pádel y esquiar". Al poco de fallecer Ussía, sus compa?eros y amigos del Colegio Monte Tabor se movilizaron. Este colegio, según su página web "es una iniciativa de la Fundación Tiempos más nuevos", la cual tiene como fin "la promoción de los ideales católicos y, en concreto, del humanismo y de la pedagogía del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, fundado por el Padre José Kentenich bajo la advocación de la Santísima Virgen María".
El día 19, cuatro días después del suceso, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón reciben a los alumnos de este colegio, quienes pidieron respuestas por el presunto asesinato de su amigo y compa?ero. Sin embargo, solo recibieron vagas promesas de unos políticos que bien salieron en la televisión con los alumnos de este colegio en el fondo, como si de un mitin con militantes se tratara. De Aguirre consiguieron el compromiso de aprobar el reglamento que regulará la actividad de la seguridad en discotecas y bares de copas; mientras que de Gallardón les dijo que aumentará la presencia policial en las zonas de copas y les permitirá instalar una placa de recuerdo a Ussía en las inmediaciones del lugar donde murió.
Después llegó la represión. Como la opinión pública estaba preocupada por los acontecimientos de aquel suceso, a nuestros políticos madrile?os les entraron las prisas por hacer lo que no habían hecho en estos a?os. En pocos días se cerró la Sala de la Riviera, Moma, Macumba, But y, por supuesto, El Balcón de Rosales. Las explicaciones fueron que los locales clausurados no disponían de las licencias de uso pertinentes y que, además, acumulaban denuncias de la policía. ?Por qué no se habían cerrado en su momento? Porque no interesaba o porque, directamente, las licencias que se concedían eran un poco al libre albedrío, basta con recordar la Operación Guateque, que aún sigue abierta.
La gota que colmó el vaso llegó ayer desde el pleno del Ayuntamiento de Madrid. En ella, el vicealcalde de la capital, Manuel Cobo, anunció que la discoteca donde murió Álvaro Ussía, El Balcón de Rosales, se convertirá en una biblioteca pública que, además, llevará el nombre del joven fallecido.
?Hipocritismo? ?Favoritismo? Las preguntas que me surgen ante todo esta mediatización política son: ?Por qué no se ha hecho lo mismo cada vez que han asesinado a alguien en las puertas de una discoteca (Polvoranca, 2002; Fuenlabrada, junio 2008, etc)? ?Por qué no se pone una biblioteca o una placa a cada persona asesinada en Madrid? ?Cuánto y en qué medida influye apellidarse Ussía, vivir en Aravaca e ir a un colegio ultracatólico? ?Por qué, por qué, por qué?