No hay cura, pero se puede prevenir
EPOC: gran desconocida y otra razón para no fumarHayda Ramos
El tabaco está detrás del 90% de los casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Un neumólogo nos da las claves para sospechar de su presencia.
Aunque la EPOC no se puede curar, sí se puede prevenir: el tabaquismo está detrás del 90% de los casos. ¿Solución? No fumar. Y si ya se tiene el hábito, abandonarlo cuanto antes.
¿Tose la mayoría de los días? ¿Tiene flemas con frecuencia? ¿Siente que se fatiga más fácilmente que otras personas de su edad? ¿Tiene más de 40 años? ¿Fuma o ha fumado? Si responde sí a tres o más de estas preguntas, puede tener EPOC, es decir, enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La tos caracteriza la EPOC, que provoca que circule menos aire por las vías respiratorias. De hecho, uno de los primeros síntomas es la tos crónica productiva, esto es, con flemas. Cuando la enfermedad avanza, aparece la disnea, que acarrea una disminución de la función pulmonar, con lo que se limita la capacidad de hacer ejercicio. Si progresa, el paciente puede necesitar tratamientos más avanzados e incluso oxígeno.
En los casos más extremos se dan situaciones invalidantes y que precisan hospitalización, "pero no es lo habitual. Lo más probable es que un paciente con EPOC pueda hacer vida normal", explica Germán Peces Barba, jefe asociado del Servicio de Neumología de la Fundación Jiménez Díaz y presidente de Neumomadrid. Una vida en la que el paciente va notando cómo le cuesta llevar a cabo ciertas actividades cotidianas como levantarse, vestirse, pasear o subir unas escaleras.
El 73% de los afectados desconoce su diagnóstico
La EPOC implica una inflamación del pulmón y los bronquios por haber fumado. El doctor, que ha participado en la Semana de la Ciencia de Madrid, hace un símil que permite poner imagen a la enfermedad: "Si un pulmón sano fuera como una esponja fina, uno con EPOC sería como una gruesa y negruzca con los bronquios parcialmente obstruidos".
Uno de los principales problemas de la EPOC es que "tarda mucho en dar la cara", a lo que se suma que es una enfermedad infradiagnosticada: "Su alta prevalencia es un problema importante, pero, sobre todo, el bajo nivel de diagnóstico; sólo un 27% de los afectados que tienen EPOC lo saben", explica el doctor Juan Antonio Trigueros, coordinador del Grupo de Habilidades en Patología Respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia. Un problema que pone de manifiesto el estudio EPI-SCAN (Epidemiologic Study of COPD in Spain), que revela que más de un millón y medio de españoles sufre esta enfermedad, aunque el 73% de ellos desconoce su diagnóstico.
¿Cuándo y por qué sospechar?
"Cuando un paciente tiene problemas, significa que la enfermedad está avanzada", expone Peces Barba, que vuelve a recurrir a un símil: un edificio que tiene la fachada intacta, pero que, sin embargo, está destruido por dentro. ¿Cómo empezar entonces a sospechar? Lo primero es hacerse las preguntas que se avanzaban al inicio: ¿tose la mayoría de los días? ¿Tiene flemas con frecuencia? ¿Siente que se fatiga más fácilmente que otras personas de su edad? ¿Tiene más de 40 años? ¿Fuma o ha fumado? Recuerde: si responde al menos tres veces sí, existe la posibilidad de que tenga EPOC. En las etapas iniciales puede no haber síntomas; y cuando los hay, son leves: tos persistente (a menudo llamada tos del fumador), dificultad para respirar (sobre todo, con la actividad física), presión en el pecho o sibilancias.
El diagnóstico lo confirmará una espirometría, una prueba rápida e indolora que mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. "Hay que ir al médico lo antes posible, en cuanto hay síntomas", afirma el doctor Peces Barba: "Cuanto antes se diagnostique y se inicie el tratamiento, más posibilidades tendrá el paciente de llevar una vida mejor".
No tiene cura, pero se puede prevenir
Confirmada la enfermedad, "es imprescindible suprimir el tabaco", expone el neumólogo. Es el primer paso y el más importante. La EPOC no se cura, pero hay varios tratamientos que ayudan a respirar más fácilmente, palían los síntomas y mejoran la calidad de vida. Es el caso, por ejemplo, de los broncodilatadores, que, generalmente inhalados, relajan los músculos alrededor de las vías respiratorias, por lo que mejoran la disnea.
Y aunque no se puede curar, sí se puede prevenir: el tabaquismo está detrás del 90% de los casos. ¿Solución? No fumar. Y si ya se tiene el hábito, abandonarlo cuanto antes. "Es una enfermedad crónica, por lo que el mejor tratamiento es la prevención, es decir, dejar de fumar”, dice José Antonio Quintano, coordinador del Grupo de Trabajo de Respiratorio de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria.
Unas 18.000 personas mueren en España cada año por EPOC, una desconocida para la opinión pública, según los neumólogos; en Europa, los fallecidos son más de 300.000 anualmente. Lo peor de todo es que las cifras van en aumento, a pesar de que es una enfermedad evitable.