Tanto criticar el pais de las libertades, y lo que se hace aqui es lo mismo solo que se disfraza de chaqueta de pana y pu?o en alto.
MEDIDAS ANTITABACO
Nueva York se plantea prohibir fumar en los parques y las playas
* Desde 2003, en Nueva York no se puede fumar en restaurantes y bares
* La idea es que los más de 1.700 parques públicos de Nueva York queden libres de humo
Playa de Santa Mónica, en California. (Foto: Damian Dovarganes | STF-AP - A)
Playa de Santa Mónica, en California. (Foto: Damian Dovarganes | STF-AP - A)
Actualizado miércoles 16/09/2009 12:52 (CET)
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EFE
NUEVA YORK.- El alcalde de Nueva York, Michael Bloomerang, se está planteando prohibir fumar en los parques y las playas de la ciudad. Esta medida ha originado las críticas de los fumadores, que creen que su intención cae en lo ridículo.
"Esto es absurdo. Bloomberg se cree que es la madre de todos nosotros y que, para cuidarnos, nos tiene que imponer normas constantemente", asegura Christian Lisa, un fumador neoyorquino que, como muchos otros, considera que los límites impuestos al tabaco y sus elevados precios en la ciudad son ya excesivos.
Desde 2003, en Nueva York no se puede fumar en restaurantes y bares, lo que incluso afecta muy a menudo a las terrazas de los establecimientos y a las zonas de la calle cercanas a sus puertas.
"Como fumadora, la medida me parece desproporcionada, aunque no me sorprende en absoluto. Además, me parece bien que las autoridades promuevan hábitos saludables entre la población", a?ade María José Gámez, una espa?ola que vive desde hace a?os en Nueva York.
El anuncio que hizo el responsable municipal de Salud, Thomas Farley, sobre que Bloomberg propuso que los más de 1.700 parques públicos de Nueva York y sus siete playas queden libres de humo, es el gran debate en numerosos blogs y medios locales.
"Es absurdo. Esto está llegando a un punto en el que no vamos a poder hacer nada por nosotros mismos", aseguró en el diario gratuito AM New York una fumadora de El Bronx.
En esta ciudad ya está prohibido beber en espacios públicos y en las veladas veraniegas no es extra?o, por ejemplo, ver a grupos de personas sentadas en el Central Park sobre sus mantas de cuadros y en torno a una bolsa de papel marrón en la que ocultan una botella de vino para acompa?ar el 'picnic'.
El alcohol, también prohibido
El propio Bloomberg reconoció recientemente que la prohibición del alcohol en los espacios abiertos no tenía demasiado sentido, aunque desde luego no se muestra tan flexible con el tabaco, cuyo combate ha convertido casi en una batalla personal.
La eliminación del tabaco en parques y playas forma parte de un programa más amplio que prevé también más impuestos sobre las cajetillas, que en Manhattan ya superan los diez dólares.
Además, se pedirá a las empresas que no patrocinen ni acepten financiación de la industria. Se impulsarán mensajes contrarios al tabaco en las tiendas donde se vende y se reducirán las posibilidades publicitarias.
Las críticas hacia la polémica propuesta se han multiplicado hasta el punto de que el propio Bloomberg, inmerso en una campa?a electoral por la reelección, ha tenido que salir al paso con un comunicado en el que suavizaron sus intenciones.
Una medida difícil de aplicar
Así, dijo que previamente "habrá que estudiar si fumar en los parques es negativo para la salud de la gente" y reconoció que "logísticamente puede ser imposible" garantizar el cumplimiento de la prohibición en parques tan grandes como el Central Park.
"Sin embargo, hay ciertas áreas de los parques en las que la restricción puede proteger la salud", a?adió el alcalde, un ex fumador que ya se desató la ira de los due?os de restaurantes y bares en 2002 cuando, nada más llegar a la alcaldía, propuso acabar con el tabaco en prácticamente todos los espacios públicos cerrados.
En cualquier caso, sus esfuerzos parecen estar dando sus frutos, ya que en 2007 ya sólo fumaba el 16,9% de los neoyorquinos (frente al 21,5% de 2002) y, en general, existe un amplio rechazo social al tabaco en la ciudad.
Como era de esperar entre los no fumadores ,la idea ha sido mucho mejor recibida, pues consideran más agradable "no tener que aguantar el humo de nadie", asegura Barbara Nicos, una neoyorquina de 32 a?os, que a?ade: "Si se quieren matar ellos mismos, que lo hagan sin molestar a nadie más. Es de sentido común".
Cheryl Helton, responsable de la organización antitabaco American Legacy Foundation, recordó en una entrevista que el riesgo de los llamados "fumadores pasivos" es "real" y aseguró que "tener a alguien al lado fumando es una de las cosas más desagradables en los parques públicos".