Autor Tema: Lo llaman periodismo.  (Leído 203729 veces)

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2000 en: 12 de Octubre de 2021, 21:14:33 pm »
En Francia en 50 años casi 200.000 menores abusados sexualmente por la Iglesia católica,  qué empresa tan noble.
se te ve igual de preocupado por las menores prostituidas al amparo del gobierno de baleares. Hipócrita.


Pues no será porque no salen noticias del asunto en los medios en los últimos tiempos..., será que no ve la TV ni lee la prensa...
mas bien que en su Baremo no entran las atrocidades cometidas por los de su cuerda.... ni la mayor condena de la historia al Psoe por robar , ni las violaciones de niñas bajo el gobierno de izquierdas....ahora, tu pregúntale por Franco.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2001 en: 12 de Octubre de 2021, 21:20:55 pm »
Pero de un tal Stalin, ese que lucen orgullosos los podemitas, no se acuerda...

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2002 en: 12 de Octubre de 2021, 22:07:36 pm »
Pero de un tal Stalin, ese que lucen orgullosos los podemitas, no se acuerda...
y los homosexuales (de izquierdas y progres claro...) con sus camisetas del Che... si es que de absurdos esta el mundo lleno.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2003 en: 12 de Octubre de 2021, 23:02:28 pm »
Pero de un tal Stalin, ese que lucen orgullosos los podemitas, no se acuerda...
y los homosexuales (de izquierdas y progres claro...) con sus camisetas del Che... si es que de absurdos esta el mundo lleno.

Ya te digo  :carcaj, es como si un judío lleva la camiseta de Hitler.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2004 en: 14 de Octubre de 2021, 20:03:12 pm »

La Fiscalía rebaja la petición de condena de cárcel para el fotoperiodista Albert Garcia a una multa



Durante el juicio, el fotógrafo de 'El País' niega haber empujado a un policía y dice que fue agredido durante su detención por retratar una actuación "fuera de protocolo" de los agentes






El fotógrafo de "El País" niega haber empujado a un policía y dice que fue agredido
El fotógrafo de "El País" niega haber empujado a un policía y dice que fue agredido
ACN

Barcelona —
14 de octubre de 2021 12:18h
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El Juzgado Penal 8 de Barcelona ha celebrado este jueves el juicio al fotoperiodista Albert García, del diario 'El País', acusado de haber empujado el 18 de octubre de 2019 a un agente de la Policía Nacional durante las protestas contra la sentencia de la 1- O. García ha negado los hechos y ha defendido que fue arrestado por haber fotografiado una actuación policial "fuera de protocolo" en un momento en que la situación ya era "tranquila" en la zona. Ha añadido además que no solo no golpeó a ningún agente, sino que los policías le agredieron a él. "Al contrario, me golpearon a mí", ha declarado.


Protesta en la Delegación del Gobierno en Barcelona contra el juicio al fotoperiodista Albert Garcia

SABER MÁS
El fotoperiodista también ha declarado que iba correctamente acreditado como periodista y que los agentes le retuvieron con mucha dureza. A Garcia se le acusaba inicialmente de un delito de atentado y lesiones leves, por lo que le la fiscalía pedía para él año y medio de cárcel. Finalmente, sin embargo, el ministerio público ha cambiado el primero de los delitos por el de resistencia y ha rebajado la petición de condena a una multa de 4.800 euros.

A lo largo del juicio, García ha explicado que ese día estuvo cubriendo las protestas desde las 18.00 horas hasta pasadas las 22.00. En un primer momento, se encontraba en la calle Via Laietana, uno de los focos del conflicto y los disturbios, donde subió a un piso para poder captar imágenes aéreas de todo lo que estaba pasando. Posteriormente, se dirigió hacia las calles paralelas a la avenida.


El fotoperiodista ha relatado que en todo momento llevaba el casco y las gafas protectoras, y que iba debidamente acreditado con el brazalete identificativo de prensa. Según su declaración, cuando se encontraba en una plaza con otros compañeros de profesión, pasaron dos jóvenes a quienes los agentes pidieron que abandonaran el lugar. Después de un intercambio de palabras los detuvieron y golpearon. "Llevaron a cabo una actuación que, a mi juicio, estaba fuera de cualquier protocolo policial", ha asegurado el acusado. Cuando fotografió los hechos, a pesar de encontrarse a una "distancia prudencial", se le puso un agente delante. "Cuando le pedí explicaciones, gritó que le había agredido y avisó al resto de compañeros", ha asegurado. Posteriormente, estos lo cogieron por el cuello y lo tiraron al suelo. Justo después lo trasladaron a la comisaría policial de Via Laietana. "No opuse resistencia, tenía miedo y quería proteger mi equipo", añadió.


A preguntas de la defensa, García ha subrayado que el ambiente de ese día en la ciudad "era muy tenso" y que no era "cómodo" para nadie. No obstante, también ha insistido en que en el momento de los hechos ya no había disturbios y que él, al igual que el resto de periodistas y fotógrafos, se encontraba en esa ubicación en un ambiente ya "tranquilo".

Durante la vista también han declarado los agentes implicados, que han relatado que presenciaron cómo el acusado agredió al agente de la Policía Nacional. De hecho, uno de ellos ha asegurado que vio "como le daba un puñetazo". Además, han descrito un ambiente distinto al que presentaba el fotoperiodista, citando "una masa hostil" formada por cientos de personas. El policía que asegura haber sido agredido también ha mantenido su versión del relato, explicando que el acusado le empujó y le hizo daño en un dedo. Posteriormente, ha afirmado que se agruparon una serie de periodistas a su alrededor, diciéndole que todo saldría a la televisión, mientras él les pedía que se echaran para atrás.

En cuanto al resto de testigos, la mayoría de ellos profesionales de la comunicación que estaban trabajando esa misma noche, han coincidido en que el ambiente donde ocurrieron los hechos estaba calmado y que tuvieron la sensación de que los agentes "no querían que se tomaran imágenes de la detención de los jóvenes".


Modificación de la pena
Durante todo el procedimiento la petición de condena ha ido cambiando. Una parte de la acusación de la fiscalía fue revocada por la Audiencia de Barcelona tras un recurso del acusado. Así, según la Audiencia, no había suficientes indicios de que García agrediera a un subinspector en la plaza Urquinaona, cogiéndolo por el chaleco y tirándolo al suelo para facilitar supuestamente la fuga de otra persona que estaba a punto de fue arrestada,

En cambio, por los hechos de dos horas más tarde, la Audiencia sí vio indicios suficientes para ir a juicio. Por todo ello se le pedían al acusado nueve meses de prisión, así como una multa de 480 euros y una indemnización de 360 euros al agente lesionado. Tras la celebración del juicio, la fiscalía ha rebajado de nuevo la pena, pasando de un delito de atentado a uno de resistencia, junto con uno de lesiones leves. Por todo ello, pide a García un total de 4.800 euros. Por otra parte, la defensa del fotoperiodista pide su absolución.

La defensa celebra la rebaja
Al salir del juicio, García ha destacado que durante la sesión todos los policías han intentado mostrar una situación "de tensión" en el momento de su detención mientras que él ha sostenido que no era así. También ha explicado que él actuó "al igual que toda la prensa".


Por su parte, la abogada Marisa Díaz, ha celebrado en declaraciones a los medios la rebaja de pena solicitada por la fiscalía, ya que con la prueba practicada el delito de atentado "no existía por ningún lado". La letrada ha apuntado que confía en que la sentencia sea absolutoria y ha recordado que se ha impugnado el informe pericial porque no existe ningún informe de lesiones con fecha del 18 de octubre, cuando supuestamente ocurrieron los hechos, ni tampoco el día siguiente.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2005 en: 17 de Octubre de 2021, 08:44:12 am »
Con lo que le costó a este hombre la alcaldía, que cosas.

EL PSC APOYA MOCIÓN DE CENSURA

La implicación de García Albiol en los papeles de Pandora pone en un brete a Pablo Casado



El beneficiario indirecto sería Rubén Guijarro, portavoz del PSC en el grupo municipal de Badalona, quien podría asumir la alcaldía gracias a una moción de censura en la ciudad
Foto: Pablo Casado y Xavier García Albiol. (EFE)
Pablo Casado y Xavier García Albiol. (EFE)
Por Marcos Lamelas. Barcelona
17/10/2021 - 05:00
Efecto mariposa en versión paraíso fiscal. El que Xavier García Albiol haya aparecido implicado en los Papeles de Pandora, como titular de una sociedad opaca en Belice, coloca en una situación muy incómoda a Pablo Casado. El líder de los populares había nombrado al catalán presidente del comité de alcaldes del partido. Casado y la dirección nacional apoyan al alcalde de Badalona, pero se está negociando una moción de censura contra él por parte de PSC, ERC y Badalona Guanyem —una alianza de la CUP y los Comunes—. Si los conservadores pierden la cuarta ciudad de Cataluña, difícilmente podrán mantener a García Albiol en ese cargo, simple y llanamente porque ya no sería alcalde.

García Albiol se niega a dimitir, pero no depende de él. Gobierna en minoría con solo 11 diputados, aunque es un alcalde muy popular y querido por los vecinos. El pasado viernes, ya con el escándalo en marcha, se dio un paseo por un mercadillo de la ciudad donde recibió el apoyo de sus conciudadanos. Pero la aritmética electoral va en otro sentido, según explican fuentes municipales de Badalona.
Foto: El líder del PP de Badalona, Xavier García Albiol, besa la vara de alcalde después de recuperar la alcaldía. (EFE)
La política da una segunda oportunidad a García Albiol con la alcaldía de Badalona
Marcos Lamelas. Barcelona
Albiol aparece como titular de la sociedad Luverne International Inc, con sede en Belice. Lo hace junto al que fue su mentor político de entonces, Ramón Riera, quien ahora ocupa la concejalía de Sanidad en Badalona. Según ha publicado 'El País', la operación es de 2005, que es cuando se configuró el poder en esta firma. El PP apoya a García Albiol y el alcalde pretende no dimitir, aunque sus explicaciones sobre esta firma en un paraíso fiscal, sus objetivos y los fondos vinculados no han sido nada claras. Sigue asegurando que no tiene dinero fuera de España, pero si la moción de censura acaba tomando forma, como parece en este momento, el alcalde con mayor relevancia y proyección del PP en Cataluña está sentenciado.
 El beneficiario indirecto sería Rubén Guijarro, portavoz del PSC en el municipio. Guijarro era el número dos de Alex Pastor, anterior alcalde de la ciudad, que tuvo que dimitir al ser pillado por los Mossos una noche en su coche en elevado estado de embriaguez. Es decir, ya antes había una mayoría contra los populares en Badalona, pero era muy frágil, y con la caída de Pastor fueron incapaces de volver a ponerse de acuerdo, en especial por la posición de Dolors Sabater, antigua alcaldesa de la CUP que formaba parte de alianza Badalona Guanyem.
Acuerdo en ciernes
El acuerdo está en ciernes, pero fuentes del PSC lo dan por hecho, a pesar de que el PP está intentando que los socialistas no se sumen en aras de un apoyo entre constitucionalistas. Así que previsiblemente, Rubén Guijarro será el futuro alcalde de Badalona. En esta legislatura la localidad habrá cambiado de edil tres veces, en un clima de total inestabilidad y donde los populares fueron los más votados. Sin Dolors Sabater en Badalona es más fácil que la alcaldía vuelva a manos del PSC Fuentes del Consistorio en Badalona explican que al contrario de lo que pasó en 2020 con la caída de Pastor, cuando la desunión permitió a García Albiol recuperar la alcaldía, ahora Dolors Sabater ya no está en el Ayuntamiento, sino que es diputada en el Parlament —fue la cabeza de lista de la CUP—. Y sin esta, el pacto es posible y los anticapitalistas acabarán apoyando a los socialistas para arrebatar la alcaldía a Albiol.

Futuro incierto

El problema serán las nuevas municipales. Fuentes del PP dan por hecho que Xavier García Albiol volverá a presentarse. Incluso podría ganar apoyo popular, ya tiene mucho, porque los votantes pueden entender que se ha desplazado de una manera artera. Pero a casi dos años de las nuevas elecciones, todo eso son especulaciones. Otra cosa son las consecuencias a corto en el Parlament. Si cae García Albiol las relaciones entre Alejandro Fernández (PP) y Salvador Illa (PSC) se deteriorarán. Y las posibilidades de unidad constitucionalista se agrietarán aún más, en beneficio de Pere Aragonès y el independentismo. Hasta Cs ha pedido la dimisión del alcalde popular. Como en el caso de Casado, la onda expansiva del 'caso Albiol' llega muy lejos.


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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2006 en: 18 de Octubre de 2021, 14:29:35 pm »


Pablo Iglesias Turrión
Investigador en la Universitat Oberta de Catalunya, exvicepresidente del Gobierno español


Ana Rosa


El éxito electoral de la ultraderecha y el proceso de involución que promueve junto a la derecha judicial y económica es indisociable de la derecha mediática que se encarga de fabricar y difundir la ideología del odio.

El pasado domingo, desde las páginas del poco sospechoso de radicalismo periódico "La Vanguardia", los periodistas Carlota Guindal y Joaquín Vera daban cuenta de algunos detalles de la pieza "Pintor" del caso Villarejo, donde aparece con nombre propio la periodista Ana Rosa Quintana como facilitadora de un encuentro entre su marido y el famoso comisario, en el que se habrían confabulado para cometer una serie de delitos.

Perro no come carne de perro, se dijo durante muchos años de los periodistas y su conciencia corporativa. Nunca fue del todo cierto (que se lo digan a los de "Egin") pero es innegable que, durante los últimos tiempos, la demostración de los estrechos vínculos entre una cierta casta periodística y las cloacas del Estado ha hecho cada vez más impresentable en la propia profesión mantener la actitud corporativa y el código canino. Las relaciones y amistades de Villarejo con políticos, empresarios, jueces y fiscales generaron un amplio rechazo social. Durante un tiempo los periodistas pudieron librarse aduciendo que su trabajo requería de ese tipo de encuentros con «fuentes» como Villarejo, pero tras hacerse evidente que el grupo de periodistas afines al comisario eran la condición necesaria para sus fechorías, la cloaca ha salpicado de lleno a los otrora intocables profesionales de los medios que compartieron mesa, mantel y risotadas con el comisario.

Pero vayamos al caso. En la pieza de "La Vanguardia" se explica en detalle cómo Ana Rosa Quintana usó su amistad y cercanía con el comisario Villarejo para organizar una comida a la que asistieron la propia Quintana, Villarejo y sus respectivas parejas. Permítanme que les resuma. Juan Muñoz, marido de Quintana, quería contratar a Villarejo para extorsionar a un antiguo socio. Para hacerlo el comisario ofreció, por tarifa «de estudiante» (unos 200.000 euros), un vídeo en el que el abogado del socio al que había que extorsionar practicaba sexo con supuestas prostitutas y esnifaba cocaína. En el pack que vendía Villarejo a Muñoz iba incluida la colocación de una cámara en los baños de local nocturno, al que al parecer acudía con regularidad el citado abogado. La cámara debía servir para seguir acreditando vicios adecuados para la extorsión. Imaginamos que el abogado, que antes había sido juez, usaba el baño para hacer algo más que sus necesidades.

La gravedad de los hecho hizo que la Fiscalía Anticorrupción pidiera ocho años de cárcel para el marido de Ana Rosa. Juan Muñoz, junto a su hermano, reconoció los hechos, pactando finalmente con la fiscalía una condena que les librara de entrar en la cárcel a cambio de proporcionar información que ayudara a inculpar aún más al comisario Villarejo. 

Si hubiera un mínimo de decencia y pudor en los medios de comunicación en España, con estos hechos reconocidos por los acusados, ninguna televisión permitiría que Ana Rosa dirigiese y presentarse un programa. Su presencia diaria en las pantallas no solo es un alarde de la putrefacción de buena parte del periodismo con más poder en España, sino que representa un paradigma de éxito empresarial, mediático y político. Ana Rosa sigue partiendo el bacalao cada mañana en el programa líder de su franja horaria.

Ha escrito el periodista Antonio Maestre que Ana Rosa es la mayor representante del periodismo de extrema derecha y que su programa es equivalente a los que han servido para aupar en Francia a Zemmour a la carrera presidencial superando por la derecha a la mismísima Marine Le Pen. Maestre define bien el modus operandi de algunos de sus colegas de profesión: periodismo que miente con descaro para influir políticamente defendiendo posiciones ultras.

Pero Ana Rosa es más que eso. Como reveló una investigación publicada por el digital LúH!, Ana Rosa es propietaria junto a su marido de la productora Unicorn Content, que produce programas para Mediaset y la Telemadrid de Isabel Díaz Ayuso. Esta productora habría incrementado sus beneficios en 2019 al eliminar el 88% de los contratos fijos y sustituirlos por eventuales, básicamente precarizando a sus trabajadores. La productora propiedad de un delincuente confeso y de la periodista que le facilitó delinquir con Villarejo, declaró en 2020 una cifra de negocio de 22,6 millones de euros –3,1 millones de euros más que en el ejercicio anterior– procedentes de la producción de programas para Mediaset y Telemadrid. La línea política de los programas de la productora de Ana Rosa y su marido ya se la pueden imaginar. Es de una indecencia sin límites pero es clave para entender las cartas políticas de la derecha y la ultraderecha españolistas. Tienen a su favor a muchos jueces relevantes, a mandos militares y policiales, a grandes empresarios y, por supuesto, también, a grandes medios y periodistas influyentes. De hecho, el éxito electoral de la ultraderecha y el proceso de involución que promueve junto a la derecha judicial y económica es indisociable de la derecha mediática que se encarga de fabricar y difundir la ideología del odio.

Es más, lo fundamental para entender las cloacas del Estado español es su relación con los medios. El poder de Villarejo no descansó nunca en sus habilidades como huelebraguetas, sino en sus relaciones con buena parte de los referentes del periodismo español. El hedor ha llegado a tal extremo que cada vez más profesionales del periodismo señalan por fin lo evidente. Menos mal.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2007 en: 18 de Octubre de 2021, 20:58:29 pm »
Como.lo saquen de la alcaldía me meo.



El PSC da luz verde a una moción de censura para echar a Albiol de la alcaldía de Badalona


Los partidos de la oposición han mantenido contactos pero será el candidato socialista, Rubén Guijarro, el encargado de abrir conversaciones formales
— La oposición en Badalona negocia echar a Albiol de la alcaldía tras su aparición en los Pandora Papers





Arturo Puente

18 de octubre de 2021 19:24

@apuente
El enésimo giro en la política local badalonesa puede ser cuestión de días. Después de que el nombre del actual alcalde, Xavier García Albiol, apareciese en los Pandora Papers, la oposición de la ciudad ha estado en contacto para buscar alternativas, aunque por el momento los partidos se mantenían en reclamar al alcalde del PP que fuera él mismo quien dimitiera. Sin embargo este lunes la Ejecutiva del PSC ha dado un paso más y ha avalado a su líder municipal, Rubén Guijarro, para tratar de buscar un pacto de mínimos y plantear una moción de censura contra Albiol y proponer su nombre a la alcaldía.


García Albiol tuvo un poder de una sociedad de Belice abierta en Andorra

SABER MÁS
"La decisión [sobre la moción de censura] no corresponde a esta Ejecutiva sino a la agrupación local", ha explicado la portavoz socialista, Alicia Romero. "Pero hemos transmitido a Rubén Guijarro nuestra confianza porque tome la mejor decisión. No nos gusta que la ciudad salga manchada por un hecho deshonesto de su alcalde", ha apostillado, dando vía libre a su candidato badalonés para activar la nueva alianza en el pleno.

Socialistas y Guanyem son los dos principales grupos de la oposición, con seis y cuatro ediles respectivamente, seguidos por ERC, con tres, los Comuns que tienen dos, y Junts, que cuenta con un solo representante. Todos ellos son necesarios para evitar que el PP se imponga con sus 11 ediles. Este pacto fue imposible al inicio de la legislatura por el choque entre los dos partidos más grandes y después de una sonada salida, en la legislatura pasada del exalcalde del PSC por conducir bajo los efectos del alcohol durante el toque de queda. Pero las circunstancias han cambiado mucho desde entonces y evitar que Albiol siga con la vara de primer edil es ahora una prioridad para todos.


Guijarro tiene opciones de convertirse en el nuevo alcalde de la ciudad, después de que la semana pasada se produjeran contactos entre las fuerzas de la oposición. Con todo, los socialistas se muestran cautos por el momento pues no quieren precipitarse hasta tener los apoyos atados. Sin embargo, tanto Guanyem como ERC han enviado mensajes contundentes sobre la necesidad de que el PP deje el Gobierno municipal, sin poner condiciones –al menos públicamente– sobre el nombre del nuevo alcalde. Será por tanto Guijarro quien decida cómo y cuándo comenzar las conversaciones oficiales con sus socios y, también, que tipo de gobierno quiere plantear.


El PSC, que hasta ahora se había mantenido en un segundo plano y únicamente reclamaba la salida de Albiol, ha ido este martes un paso más allá. Después de que el líder catalán de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, haya enviado una carta a los líderes del PSC y PP reclamándoles un acuerdo "constitucionalista" en la cuarta ciudad de Catalunya, la portavoz socialista ha rechazado una vía de este tipo. "No podemos ponernos a negociar en estos momentos con un señor que ha salido en un caso como el que hablamos, con el que los ciudadanos son muy críticos y nos piden que seamos exigentes", ha indicado Romero.

La aparición de Albiol y su mano derecha, Ramon Riera, en unos documentos que acreditan que poderes para gestionar una sociedad en Belice, un paraíso fiscal, ha desencadenado esta situación, que puede acabar con el cuarto cambio de alcalde en seis años. La sociedad descubierta, Luverne International, fue creada en 2005 mediante un despacho de Andorra y estuvo activa 10 años, hasta 2015. Albiol fue alcalde entre 2011 y 2015, en su primera etapa, y para el momento el que se disolvió la sociedad ya había perdido la alcaldía y presentado su candidatura para ser presidente de la Generalitat.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2008 en: 19 de Octubre de 2021, 00:21:19 am »
Una pregunta, para ser un verdadero patriota hay que abrir una cuenta en Suiza,  no?

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2009 en: 19 de Octubre de 2021, 00:42:34 am »
¿Lo dices sólo por los de la derecha o también incluyes a los de la izquierda como Narcís Serra, Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Jordi Sevilla, etc...?

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2010 en: 19 de Octubre de 2021, 15:38:56 pm »
Pues lo digo por Albiol, Alcalde de Badalona.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2011 en: 19 de Octubre de 2021, 23:36:29 pm »


Si la Policía actuara bien no tendría ningún problema en que los fotoperiodistas estuviéramos allí grabando el que fuera"



ENTREVISTA A ALBERT GARCIA, FOTOPERIODISTA DETENIDO DURANTE LAS PROTESTAS POSTSENTENCIA
"Si la policía actuara bien no tendría ningún problema en que los fotoperiodistas estuviéramos allí grabando el que fuera"
El fotoperiodista Albert Garcia ha ido a juicio acusado por la Policía Nacional de agredir a dos agentes mientras cubría las protestas contra la sentencia. Él lo niega y afirma que fue detenido por fotografiar una actuación policial irregular. La causa ha despertado el rechazo unánime de la profesión, que lo ha tachado de "juicio a la prensa"
     

El fotoperiodista Albert Garcia antes del inicio del juicio.
El fotoperiodista Albert Garcia antes del inicio del juicio. -  Pool  El País / ACN
BARCELONA10/19/2021 17:58
EMMA PONS VALLS@EMMPONS
Albert Garcia es fotoperiodista y fue detenido mientras trabajaba para El País a las protestas contra la sentencia por el 1-O,  el 18 de octubre de 2019.  Era el día de la conocida como la batalla de Urquinaona , y cuando ya era tarde y las calles se habían calmado, unos agentes le intentaron impedir que fotografiara una detención irregular. Terminó detenido y la semana pasada fue a juicio: la Fiscalía le pedía  18 meses de cárcel y 480 euros de multa  por supuestamente agredir a dos antidisturbios de la Policía Nacional. Él niega haber cometido agresión y apunta a que lo detuvieron por haber fotografiado una actuación policial "irregular".


"Durante el juicio quedaron claras muchas contradicciones de los testigos policiales"
Durante el juicio, la Fiscal cambió los cargos y retiró la petición de prisión. A Garcia se le acusaba inicialmente de un delito de atentado y lesiones leves , pero finalmente el primero fue sustituido por el de resistencia y la petición de condena quedó en una multa de 4.800 euros , igualmente "elevadísima", explica en una conversación telefónica con Público . El sector se unió para pedir la absolución de Garcia y denunciar lo que califican de "juicio a toda la profesión y ataque a la libertad de prensa". En un manifiesto, tildaban el caso de "montaje policial" y de "detención injusta, desproporcionada y represiva".  Entre los firmantes están el Colegio de Periodistas , elGrupo de Periodistas Ramon Barnils, el comité de empresa y de redacción de El País , la Federación Internacional de Periodistas y la Plataforma por la Libertad de Información (PLI), entre otros.


Gracias for watching

Como ha ido el juicio? ¿Cómo estás?
Estoy satisfecho porque de alguna manera me pude explicar. Quedaron claras muchas contradicciones de los testigos policiales. No estoy contento de cómo fue, porque no deberíamos haber llegado a juicio, pero estoy satisfecho y tranquilo de haberme podido explicar.

Plan general de personas concentradas en apoyo al fotoperiodista Albert Garcia.
El fotoperiodista Albert Garcia niega haber cometido agresión
PÚBLICO
Durante el juicio, la Fiscalía retiró la petición de prisión y rebajó la condena a 4.800 euros de multa. ¿A qué crees que se debe?
Se debe a que este proceso judicial no se sostiene. La Fiscal que estaba en la sala lo vio bastante claro, rebajó la petición fiscal hasta dos veces, al incio y al final del proceso. Esto sólo significa una cosa: la causa no tiene ningún sentido. Me da la sensación de que no puede retirar todo para salvar los papeles al Ministerio Fiscal, para que por su parte sería decir que los compañeros durante la instrucción lo hicieron mal.


Muchos compañeros grabaron tu detención y fue muy mediática. ¿Por qué crees que aún así ha sacado adelante el caso?
"Creo que no eran conscientes de la repercusión que podía tener [la detención], que tuvo mucha"
Creo que no eran conscientes de la repercusión que podía tener, que tuvo mucha. Desde el primer día tuvo. Durante la instrucción no quise hacer ruido, pensaba que caería por su propio peso. Ha habido una falta de cuidado con las personas que están juzgando, no sólo en este caso, sino en todos. No piensan en que hay personas detrás del expediente.

¿Cómo te sentiste aquellas horas, durante la detención y la puesta en libertad?
En el momento de la detención no daba crédito, no entendía que me estaba pasando. Estoy fotografiando una actuación policial irregular, están apalizar un chico, sin más ni menos, y me dispongo a documentarla y me encuentro un policía delante que me intenta tapar para que no pueda hacer fotografías. Este policía, sin decirme que me aparte, m'empenta y le reprocho. Entonces me dice que la he agredido y me detienen. Entonces no doy crédito. Entiendo que pueda ser una situación tensa, pero no tiene justificación lo que me pasó. Cuando me dicen que me detienen, no me creo lo que me está pasando y comienzo a avisar a mis compañeros.

Dentro de la comisaría pasé miedo. No me trataron muy bien, en Via Laietana. En la Verneda, mejor. Era todo muy incierto. Hasta que llega un punto que me doy cuenta que mi detención ha tenido eco y cambian el tipo de trato.


¿Por qué crees que lo hicieron?
"Hubiera tenido un problema muy grave si me hubiera pasado esto en un callejón sin otros compañeros"
Mi detención se transmitió en directo. Estaba rodeado de compañeros periodistas y quedó registrada. Esto hizo que mucha gente lo viera y se movilizara para pedir explicaciones de lo que pasaba. Tuve esta suerte, porque ha sido mi prueba. Hubiera tenido un problema muy grave si me hubiera pasado esto en un callejón sin otros compañeros que lo hubieran grabado, debido al principio de veracidad que tienen las autoridades policiales. Ellos dicen una cosa y ante un juez va a misa, sea verdad o no. El problema lo tienes cuando es mentira, como en mi caso.

Y ahora, como te sientes? Te has podido recuperar?
A mí me gusta mucho el trabajo que hago, y ahora mismo no me ha afectado en nada, en mi día a día en el trabajo. Hago los mismos trabajos que hacía antes. No me lo he replanteado. Sí que me siento como con rabia, con este procedimiento. Desgraciadamente pienso que no será la última vez que pase, aunque sí que espero que no sea con mi nivel de gravedad . Desgraciadamente es el pan de cada día de trabajar muy cerca de la policía. Nos encontramos con impedimentos que nos obstaculizan hacer nuestro trabajo.


Aquellos días muchos periodistas resultaron heridos,  unos setenta según Mèdia.cat , la mayoría por actuaciones de la policía. El periodismo molestaba especialmente?
"Desgraciadamente es el pan de cada día de trabajar muy cerca de la policía"
Aquellos días fueron muy tensos. Es proporcional, cuando más tensión hay en la calle, más situaciones irregulares se encuentran, hay algunos agentes que se saltan los protocolos. No sólo ocurre cuando hay tensión, pero cuando hay más, es más fácil que se visualicen. Cuando pasan, a la policía no le gusta que salgan a la vista de todos. Si la policía actuara bien no tendría ningún problema en que nosotros estuviéramos allí grabando lo que fuera.


Con la Ley Mordaza es más difícil informar?
Mientras la policía tenga el principio de veracidad, estará por encima de ti en cualquier problema que tengas con ellos. Esto crea un desequilibrio muy grande y con Ley Mordaza o sin no se solucionará. Creo que este principio es gravísimo en estas situaciones. Yo, si hubiera estado en un callejón, hubiera sido vendido. Quizás entonces no me hubieran hecho ningún tipo de rebaja en la petición fiscal. En cualquier caso, la de ahora es elevadísima igualmente. Es surrealista. Pero creo que el ministerio fiscal no podría pasar de pedirme un año y medio de cárcel a nada, sería dejarlo en evidencia y decir que han hecho mal trabajo.

Cuando te detuvieron ibas identificado con el brazalete de prensa. Sirve de algo?
"Ha habido una reacción unánime y pienso que esto ha fortalecido la profesión en general contra este tipo de situaciones"
Cuando trabajas tienes que ir identificado, porque estás al lado de la policía y te lo deberían facilitar. Pero soy de la opinión que hay que ir acreditado con la mínima expresión. Con un carné de prensa ya vamos acreditados. Pero aún así, ese día llevaba el brazalete, porque cuando está a punto de actuar la policía me lo pongo. Aunque no sea obligatorio, es como si lo fuera. La policía te pone más problemas cuando no lo llevas. No estoy a favor de ir con los chalecos, pienso que no nos ayudan en nada: ni cuando estás cerca de la policía, ni entre los manifestantes. Además, estás contaminante la escena por otros compañeros que pueden estar en el otro lado de la calle. Para mí, un fotógrafo debería ser invisible, por eso intento ir con la mínima expresión.


Crees que tu caso quiere ser ejemplarizante por toda la profesión?
Lo ha sido. Está claro que ha sido un ejemplo de "tenga cuidado de lo que le puede pasar". Pero pienso que ha sido muy buena la reacción de la profesión, ha habido una respuesta global, casi de "id más cuidado vosotros que nosotros". He tenido un apoyo unánime y eso pienso que ha fortalecido la profesión en general contra este tipo de situaciones.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2012 en: 20 de Octubre de 2021, 01:32:44 am »
Y si los fotoperiodistas podemitas no aprovechasen la situación para agredir a policías,  como ha ocurrido en más de una ocasión, pues igual la Policía no tendría ningún problema en que se acercasen.


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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2013 en: 20 de Octubre de 2021, 17:12:39 pm »

Algo habrán hecho


MIQUEL RAMOS

   
18/10/2021

Varias personas alzan sus manos en una manifestación contra las leyes represivas, a 16 de octubre de 2021, en Madrid. Alejandro Martínez Vélez / Europa Press

"Existen contradicciones en lo manifestado por los agentes.
 La labor de un juez no es encajar un relato para justificar una sentencia. Su labor es juzgar unos hechos, más allá de la idea preconcebida de que si estaban allí, algo habrán hecho". Francho Aijón es el padre de uno de los seis jóvenes antifascistas condenados recientemente por unos altercados sucedidos en un acto de VOX en Zaragoza en enero de 2019. Acompañado de Pilar Vázquez, madre de otro de los condenados, hablaron el pasado mes de abril en las Cortes de Aragón representando a la Plataforma de Madres y Padres por la Absolución de los seis de Zaragoza. No hay pruebas que impliquen a sus hijos en los incidentes. Tan solo la palabra de los policías. Esta semana, acaban de recibir un año más de cárcel por parte del Tribunal Superior de Justicia de Aragón. Siete años de prisión. Siete. Sin más pruebas que la palabra de la policía. "Si estamos aquí no es por el convencimiento emocional", sino porque "no hay pruebas y la única vara de medir que recoge el juez son los atestados policiales y la veracidad que se les presume", recordaba Aijón

El caso de los seis antifascistas de Zaragoza ha pasado bastante desapercibido. A pesar de las altas penas impuestas y de las irregularidades manifiestas durante el juicio. Pero los chavales no han estado solos. Una gran campaña de solidaridad los ha acompañado desde el principio, y han contado con el apoyo de doce eurodiputados y de más de 400 personas del mundo de la cultura, anónimas, y colectivos de todo el Estado que se han indignado por este caso.

Esta misma semana, el fotoperiodista de El País, Albert Garcia, era juzgado en Barcelona acusado de atentado contra la autoridad por, según varios agentes, empujar y golpear a dos policías mientras cubría las protestas por la sentencia del procés. El Fiscal retiró la petición de año y medio de cárcel que le solicitaba inicialmente, pero propuso una sanción de 4.800€ al considerar que hubo resistencia a la autoridad y que causó lesiones a los agentes. Garcia, por su parte, defendió su inocencia y acusó a varios policías de incurrir en falso testimonio. Numerosas asociaciones de prensa y periodistas a título individual se solidarizaron con su compañero y manifestaron su preocupación ante estos hechos.

Recientemente conocíamos la sentencia que condenaba también al diputado de Podemos Alberto Rodríguez, a un mes y quince días de prisión por otra presunta agresión a un agente de policía durante una manifestación en Tenerife contra las políticas del ex ministro de educación, José Ignacio Wert en 2014. La única prueba fue la declaración de la policía. Ninguno de los documentos gráficos aportados a la causa muestra dicha agresión. El analista de redes y responsable de la web Pandemia Digital, Julián Macías, elaboró un hilo en Twitter con imágenes de los hechos de aquel día, las declaraciones de las partes durante el juicio y el tratamiento mediático del caso. De nuevo, la palabra de la policía fue lo único que sirvió al juez para dictar sentencia.

Hace justo un año, la diputada de Podemos, Isa Serra, fue condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a 19 meses de prisión e inhabilitación de cargo público por un delito de atentado a la autoridad, un delito leve de lesiones y otro de daños. Los hechos se remontan a una protesta contra el desahucio a una persona discapacitada en el barrio de Lavapiés en enero de 2014. La defensa aportó más de 100 videos para acreditar la actitud pacífica de la diputada. Fueron rechazados por el Tribunal, considerando que no aportaban nada, y solo tuvo en consideración la palabra de tres agentes de la Policía Nacional que la acusan de los hechos por los que fue condenada.  Un proceso plagado de contradicciones entre los declarantes y en el que la acusada siempre negó los hechos que se le atribuían.

Un agente de la Policía Nacional me filtró el pasado año capturas de varios chats policiales donde se compartían bromas macabras y fotomontajes sobre manifestantes heridos durante manifestaciones, incluso de aquellos que habían perdido un ojo por disparos de balas de goma. Como en otras ocasiones, cuando otros agentes o militares me han hecho llegar informaciones similares, me pidieron la máxima discreción. Tienen miedo, pero querían que se supiera. Lo mismo pasó en un foro policial en Facebook plagado de insultos machistas y racistas contra miembros de Podemos, feministas o antifascistas, que nunca fueron advertidos ni borrados por el administrador. Cuando publicamos la información en La Marea, varios usuarios salieron a la defensiva advirtiendo a 'los chivatos' en el mismo foro. Ni una sola autocrítica. Lo mismo cuando retratamos a varios agentes almorzando en un bar fascista de Madrid bajo banderas de Falange y retratos de Franco y Primo de Rivera. Que ellos desayunan donde les da la gana, dicen.

La desconfianza de una parte de la ciudadanía con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es evidente. Digo una parte, quizás pequeña, puede ser, porque la mayoría de la ciudadanía todavía cree que todo lo que dice la policía es cierto y todo lo que hace está justificado. Sin embargo, nuestra labor como periodistas es cuestionarlo todo. Sobre todo, al poder. Cuestionar si determinadas actuaciones policiales están justificadas, como el cabezazo a un joven detenido y esposado en una protesta por la sanidad pública en Vallecas, por ejemplo. El juez, por su parte, no lo consideró así, y archivó la denuncia de varios jóvenes contra la policía por este y otros comportamientos denunciados durante la actuación policial que terminó con varios heridos y seis detenidos, y de las que hay abundantes imágenes.

Esto sucede porque en muchos casos los periodistas no hacemos nuestro trabajo y compramos la versión oficial sin rechistar. O por miedo a perder alguna simpatía del policía de turno que a menudo nos proporciona información en exclusiva para publicar y colgarnos una medalla de exclusiva. Como las filtraciones de los antecedentes policiales o informaciones que solo la policía conoce, de los detenidos en las cargas policiales contra antifascistas durante el mitin de Vox en Vallecas, por ejemplo. A veces, también sucede porque todos participan. Porque el periodista quiere creer lo que le cuentan, y le encaja en su relato criminalizador y estigmatizador habitual de estos grupos, ya sean movimientos sociales o diputados de izquierdas.

Pero quien corona estos casos son los jueces y los fiscales. La veracidad que tiene la palabra de un agente ante un tipejo con rastas, una feminista podemita o seis guarros antifascistas es obvia. Y ellos se encargan de sentenciar La Verdad. Y en estos casos, no es que haya una gran cantidad de pruebas que avalen la versión policial. Es que solo cuentan con su palabra, y desestiman las numerosas pruebas que la contradicen. Será cuestión de fe.

Lo preocupante es que quien gobierna prefiera dejar las cosas como están y no meterse en estos asuntos. Ni siquiera cumplir sus promesas de derogar la Ley Mordaza, que ha servido para multiplicar estos casos. Más vale tener a policías y militares tranquilos que meter mano y causar todavía más desafección contra el Gobierno dentro de estos cuerpos. El militar al que entrevisté para La Marea denunciando varias irregularidades en las FFAA y la existencia de una célula neonazi dentro del Ejército ya me lo advirtió: hay un pacto desde la Transición de que ni ejército ni policía se tocan. Tuvo que salir en la entrevista encapuchado por miedo a represalias. Si esto no es un síntoma de que algo no va bien, los gobernantes callan y los medios pasan de puntillas o se unen al relato oficial, lo que venga en un futuro no será inesperado. Al menos, no podrán decir que algunos no lo veíamos venir

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« Respuesta #2014 en: 21 de Octubre de 2021, 01:40:07 am »
Miquel Ramos, La Marea...

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« Respuesta #2015 en: 25 de Octubre de 2021, 14:38:10 pm »

En España, un diputado electo, representante legítimo de la soberanía popular, va a perder su escaño. ¿Ha robado, ha abusado, se ha corrompido? No



 
ALMUDENA GRANDES
25 OCT 2021 - 05:00 CEST

España es el país de la libertad. En España, un jefe del Estado puede hacer negocios, cobrar comisiones, abrir sociedades en paraísos fiscales, con la certeza de que al final no le pasará nada, porque sus cortesanos le protegerán de todo mal. España es el país de la libertad. En España, los malos sacerdotes pueden abusar sexualmente de los niños a los que deberían proteger, con la seguridad de que sus superiores tomarán medidas para que escurran el bulto y no asuman la responsabilidad por sus actos. España es el país de la libertad. En España, los organigramas de los partidos clásicos a menudo se parecen




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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2017 en: 29 de Octubre de 2021, 13:46:02 pm »

Marchena y Manos Limpias, de aquellos polvos...


ANA PARDO DE VERA
   
27/10/2021
El lunes 25 de octubre, en una columna titulada "Luego vinieron por mí, pero...", trataba de poner en contexto todo lo que rodea a la expulsión de su escaño del exdiputado de Unidas Podemos, Alberto Rodríguez, y con él, a todos los que le votaron. No obstante, y porque el espacio en la red también es (y debe ser) limitado, me dejé un episodio que considero de singular importancia para confirmar la constatación de una derechización judicial que va más allá de los nombramientos del PP -que también- e incide en los valores de base de la ideología conservadora-no liberal, y permítanme la redundancia, pues todavía hay políticos que se autoconsagran "liberales y conservadores", y tan anchos.

En 2008 Manuel Marchena ya estaba en la Sala Segunda del Tribunal Supremo, la que hoy preside y que quería controlar "desde detrás" el PP nombrando presidente del Supremo y el CGP a este magistrado, orgulloso padre de fiscala en plaza de nueva creación. Como bien informa la periodista Ana Pascual en esta pieza de Público que acabo de enlazar, ese 2008 fue un gran año para Marchena, cuando fue ovacionado y fichado por el Partido Popular para futuras altas responsabilidades por expulsar de la Presidencia del Parlamento Vasco a Juan María Atutxa, de la Vicepresidencia a Gorka Knörr y de la Secretaría Segunda a Kontxi Bilbao, tres representantes institucionales integrantes entonces de tres partidos diferentes, dos nacionalistas y uno de izquierda verde: PNV, EA y Ezker Batua-Berdeak.

El actual presidente del PP en Euskadi, Carlos Iturgaiz, que entonces era presidente del PP vasco, como ahora, calificó a Atutxa de "delincuente" y le dijo que "no estaba en condiciones psicológicas" de seguir presidiendo el Parlamento vasco. Por si ustedes, jóvenes lectores, a tenor de las palabras de Iturgaiz, creen que Atutxa era simpatizante de ETA o un encapuchado de la kale borroka, decirles que la banda terrorista intentó atentar contra él diez veces, que se sepa, cuando fue consejero de Interior entre 1991 y 1998.

Marchena, ponente de la sentencia del Supremo contra Atutxa, Könrr y Bilbao, aceptó el recurso de casación del sindicato ultra y organización criminal Manos Limpias -sí, el mismo pseudosindicato liderado por un exsecretario general de Fuerza Nueva, Manuel Bernard, que denunció a Los Lunnis por homosexuales-. Esta organización homófoba, condenada por varios delitos, emprendió acciones legales contra Atutxa, Knörr y Bilbao por negarse a disolver Socialista Abertzaleak (SA), heredera de la ilegalizada Batasuna, al entender el presidente de la Cámara de Euskadi que no existía marco legal que aplicar. Ell Tribunal Superior de Justicia Vasco (TSJC) los absolvió en 2004 por gozar de inmunidad parlamentaria y el Supremo los condenó en casación.


Dominio Público -
Dominio Público - "Luego vinieron por mí, pero..."


Thank you for watching

El Tribunal Constitucional, no obstante, dio la razón a Marchena en 2013 al desestimar el recurso de amparo de los condenados y en 2017, la bomba estalló en las manos del presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que había sido ascendido en 2015 por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Manuel Marchena: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) consideró que, en el proceso judicial contra los condenados por el Supremo, se vulneró el artículo 6 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, nada menos: a Atutxa, Knörr y Bilbao, en definitiva, se les vulneró el acceso a un juicio justo, con todas las garantías. Estrasburgo condenó al Estado español por eso.

Este asunto tan grave para un magistrado del Supremo no impidió que Marchena continuara en la presidencia de la Sala Segunda del alto tribunal y, posteriormente, como se desvela en el dantesco episodio recogido ya en este mismo artículo, se acordara que ascendiera y presidiera el conjunto de éste y el CGPJ para que el PP controlara la sala de lo Penal "desde detrás", algo que fue abortado al filtrarse la literalidad de los mensajes. Conviene insistir en este punto porque tal vez algún día, nuestros hijos e hijas, nietas y nietos, se asombren de que los ciudadanos podamos resistir semejante capacidad de caciquismo partidista en el poder judicial. Si es así, además, significará que les hemos dejado un país mejor y unas instituciones más dignas.

En mi opinión, Atutxa, Knörr y Bilbao fueron condenados por el Supremo y expulsados del Eusko Legebiltzarra por nacionalistas vascos y roja cómplice de éstos, respectivamente, aunque entonces es probable que muchas no lo percibiéramos, como quizás el PSOE está tardando en percibir que los cómplices de Alberto Rodríguez, EH Bildu y ERC, ahora y a ojos del Supremo y otras instituciones españolas del Estado profundo, que bien conocen, son los socialistas; los que lideran esa compleja coalición para la investidura de Pedro Sánchez, el mismo secretario general del PSOE que si puede volver a gobernar tras las generales de 2023, tendrá que repetir aliados. Por eso entiendo menos la decisión de Meritxell Batet, presidenta del Congreso, tercera institución del Estado, de acatar el sinuoso e inconcreto escrito del magistrado Marchena, precisamente, consciente como es éste de que Estrasburgo ya le avisó una vez. Y entonces no pasó nada. Entonces.


Rodríguez presentará un
Rodríguez presentará un "incidente de nulidad" por la condena de inhabilitación

(*) Un recordatorio, para muy cafeteros: el 27 de junio de 2017, el Parlamento vasco celebró un acto de reconocimiento a Atutxa por haber defendido la "soberanía" de la institución al negarse a disolver a Sozialista Abertzaleak. El homenaje se celebró dos semanas después de que el TEDH condenara a España por la decisión del Supremo de inhabilitar al entonces presidente del Parlamento vasco, a Knörr y a Bilbao y asistieron todos los grupos de la Cámara menos el PP y el PSE-EE, hoy PSE-EE PSOE.

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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2018 en: 31 de Octubre de 2021, 14:03:39 pm »

Los Mossos, un muñeco al que patear



Josep Martí Blanch
31/10/2021 00:30
En un pasado todavía reciente todo en Catalunya fue rebau­tizado como una estructura de Estado. No había iniciativa, proyecto o colectivo que no aspirase a ser calificado como tal. La te­levisión, la sanidad, la educación, las ­aso­ciaciones profesionales, las judías de Santa Pau, los calçots, la ratafía, el embutido de Vic, las alpar­gatas, los monitores de las ­colonias, cualquiera podía aspirar a tal distinción. Era la muletilla preferida de los ­gobernantes para certificar la importancia del colectivo al que estuvieran dirigiendo su discurso en cada momento: “Sois una estructura de ­­Es­tado”.

Un solo dirigente, pongamos por caso un conseller de Cultura, podía acrecentar el listado de estructuras de Estado con media docena de nuevos miembros en un solo día. Cuarenta y dos a la semana. Bastaba con tener muchas reuniones –incluso los fines de semana– y ganas de contentar a sus interlocutores afirmando con cierta solemnidad: “Claro que entendemos vuestras necesidades y haremos todo lo que po­damos. Sois muy importantes, sois una estructura de Estado”. El modismo ahora ha caído en desuso. Así que las cosas han vuelto a ser lo que han sido siempre: muy importantes o prescindibles. Y entre ­ambos extremos, todas las graduaciones posibles.

GRAFCAT8943. LLINARS DEL VALLÉS (BARCELONA) (ESPAÑA), 26/10/2021.-Los Mossos d'Esquadra, en las inmediaciones de la comisaría de la Policía Local de Llinars del Vallés (Barcelona), donde han practicado por el momento cuatro detenciones en el marco de una operación contra una red de tráfico de marihuana centrada en esta población barcelonesa.EFE/Enric Fontcuberta
Enric Fontcuberta / Efe
Entre lo muy importante andaban y andan los Mossos de Esquadra. Institución a cuyo desgaste vienen dedicándose intensamente el Parlament y el Govern de la Generalitat desde hace ya tiempo por la incapacidad de entender, y ni siquiera pretenderlo, la dificultad, particularidades y trascendencia de su labor. El trabajo de zapa se ha hecho con tal conciencia que los Mossos son hoy un muñeco de trapo al que patear cuanto más fuerte mejor. Cada uno tiene sus motivos para propinarles un punterazo en el trasero. Para unos son una policía catalufa, para otros españolaza y, en el caso de que fallen las banderas, siempre queda verlos como un obstáculo para la revolución que ha de llevarnos, siempre con Catalunya como ariete, a un mundo mejor en el que la policía deja de ser necesaria porque todos, sin excepción, empezamos el día regalando flores frescas al primer desconocido que nos encontramos por la calle.

La nueva comisión de estudio del modelo policial del Parlament, presidida por la CUP, es un paso más en la progresiva e incansable degradación del cuerpo, aunque formalmente se trate de lo contrario. Y no porque la presida la extrema izquierda, que llevaba en su programa electoral dos propuestas para convertir la policía catalana en la más ineficaz del mundo –eliminación de las unidades de información y de las especializadas en orden público–, sino porque afianza la narrativa de que los Mossos de hoy en día son un grave problema para la preservación de los derechos y libertades de los ciudadanos en Catalu­nya, salvo que de un modo urgente se los meta en cintura. El propio Parlament, con el beneplácito del Govern, avala la tesis de que estamos prácticamente a merced de una policía antidemocrática. Insistimos, el problema no es que la CUP presida la comisión. Sí lo es que la mirada de la extrema izquierda sobre los uniformados sea la que empape la narrativa gubernamental y parlamentaria sobre la cuestión. ¿Quién puede extrañarse de que después los Mossos sean recibidos a pedradas y botellazos?

Parlament y Govern avalan la tesis de que estamos casi a merced de una policía antidemocrática
Los Mossos son una institución perfectible. Y nada es más perjudicial para una sociedad democrática que otorgar cheques en blanco a quienes ostentan a nivel práctico el monopolio de la violencia legítima. Las defensas numantinas de cualquier actuación policial son una estupidez, como lo sería también no dar por hecho que entre los miles de Mossos los hay que no son dignos de llevar el uniforme. Pero estas son casuísticas individuales. El problema es que la clase política catalana dirigente viene elevándolas a categoría porque se ha instalado cómoda y mayoritariamente en la convicción de que es el cuerpo policial entero el que necesita un aleccionamiento democrático por la vía de urgencia. Nada más ­lejos de la realidad.

Los Mossos, ¡cómo no!, también fueron catalogados temporalmente, cuando la moda era esa, como una estructura de Estado. Pero solo durante el tiempo que tardó en levantarse el velo del autoengaño y redescubrir que en el fondo no eran y son más que policías haciendo su trabajo. Así que han vuelto a ser el muñeco de trapo que siempre han sido. Lo cual es inevitable en un país sin ningún sentido de Estado (ni propio, ni ajeno).


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Re: Lo llaman periodismo.
« Respuesta #2019 en: 02 de Noviembre de 2021, 21:15:23 pm »



Absuelto por “falta de pruebas” el fotoperiodista de EL PAÍS Albert García


El juez niega que forcejeara con un policía: “Más bien es un agarrón del agente para detenerle”

Jesús García Bueno
JESÚS GARCÍA BUENO
Barcelona - 02 NOV 2021 - 16:35 CET
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El fotoperiodista de EL PAÍS Albert García, en el juicio.
El fotoperiodista de EL PAÍS Albert García, en el juicio.
MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)
El fotoperiodista de EL PAÍS Albert García ha sido absuelto por “falta de pruebas” del delito de resistencia a la autoridad que le atribuía la Fiscalía. El titular del Juzgado de lo Penal número 8 de Barcelona, Jorge González Ibarburen, concluye que hay “serias dudas” de que García forcejease con un agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) mientras cubría las protestas por la sentencia del procés en 2019 y de que le causara lesiones en una mano. La Fiscalía, que aún podría recurrir ante la Audiencia de Barcelona, solicitaba para García el pago de una multa de 4.800 euros.

La sentencia da credibilidad al relato de García y de otros testigos presenciales de los hechos frente a la versión del policía que presentó la denuncia y de sus compañeros. No hay “pruebas fehacientes”, señala el texto, de que el fotógrafo propinara un empujón al policía antidisturbios. Pese a lo manifestado en el juicio por el agente, el forcejeo “no es tal, más bien es un agarrón de un agente de la autoridad a una persona con el fin de proceder a su detención”, señala el juez.

El episodio que ha culminado con la absolución de García se produjo alrededor de las 22.30 del 18 de octubre de 2019 en la plaza de Urquinaona de Barcelona. El fotoperiodista de EL PAÍS estuvo todo el día cubriendo la quinta jornada de protestas por la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes independentistas. Hubo episodios de extrema violencia, pero a esa hora y en ese lugar el ambiente estaba ya más calmado. Pese a todo, dos antidisturbios golpearon a un joven en el suelo y García decidió fotografiar la escena.

El agente 11.171, la supuesta víctima del empujón, explicó en el juicio que indicó a los periodistas que se apartaran de la zona para facilitar la detención. Fue entonces cuando García le propinó “un empujón”, lo que dio inicio a un forcejeo que le hizo caerse al suelo y le causó lesiones leves en una mano, siempre según su relato, que ahora se ha visto desmentido en los tribunales.

Una de las claves de la absolución son los vídeos del suceso, que arrojan “diferentes conclusiones según el espectador”. En el que recoge con más claridad el incidente “se ve un desequilibrio del agente presuntamente lesionado y una posición defensiva del acusado”, resume el juez, pero no “un forcejeo”. “Lo que aparentemente se ve”, sigue, “es un agarrón del agente de la autoridad al acusado de la muñeca y el antebrazo”, tras lo cual cae al suelo.

Los testigos del juicio, que dieron versiones opuestas según se tratase de periodistas o policías, tampoco avalan el relato de la acusación. Un policía dijo que vio el empujón pese a que estaba de espaldas a su compañero. Pero su testimonio queda “contradicho” por un testigo directo (otro fotoperiodista) que afirmó que el agente lesionado les empujó a García y a él mismo.

Lesionado y trabajando
Como no le empujó, García tampoco pudo causarle las lesiones. El policía 11.171 explicó que, dolorido por el golpe, pidió ayuda a sus compañeros. No consta parte médico de ese día y el agente siguió trabajando con normalidad en los días posteriores y hasta el 25 de octubre, cuando por primera vez fue visitado por un médico. “El hecho de estar de alta, interviniendo en una situación tan compleja como la del procés, con la violencia existente, es ciertamente incompatible con una lesión” como la que describió.

La Fiscalía solicitaba inicialmente un año y medio de cárcel para García por dos delitos de atentado a la autoridad. Uno de ellos, por un incidente de unas horas antes que nunca ocurrió y que fue archivado de plano por la Audiencia de Barcelona. El otro, por el supuesto forcejeo de plaza Urquinaona. Al finalizar el juicio, sin embargo, la Fiscalía rebajó sus pretensiones y pidió solo una pena de multa por resistencia a la autoridad.

Las asociaciones profesionales de periodistas consideraron el proceso contra Albert García como un “juicio a la prensa”. Creen que el origen de la detención y posterior investigación fue el rechazo de la Policía a que los fotoperiodistas captasen imágenes de la agresión al joven de la plaza de Urquinaona. El juez, sin embargo, cree que el juicio no va sobre la libertad de prensa, sino que “se trata de dilucidar si efectivamente existió o no una resistencia activa grave del acusado a un agente de la autoridad y si la misma provocó lesiones”. Y la respuesta es que no.