Fernando Lázaro sigue insistiendo en la viejas teorías, sabiendo que no son verdad, un comportamiento poco presentable en estos difíciles tiempos para la profesión periodística
EDITORIAL
04 de Enero del 2016 a las 12:15
Lázaro ¡Levántate y miente!.. Otra vezLa manipulación a través de la perversión
Desde INFORMACIÓN SENSIBLE siempre hemos defendido la importancia de ser independientes y hacer información veraz, libre de censura y sin presiones. Como periodistas que creemos en esta profesión, debemos denunciar que no todo vale a la hora de publicar noticias y que supone un gran atentado contra el periodismo lanzar informaciones que sabemos que son falsas con el único objetivo de difamar como arma de venganza.
Y así, una vez más, debemos denunciar la gratuita y negativa campaña que durante año y medio se ha dado en los medios de comunicación contra el comisario José Villarejo a cuenta del ‘caso López Madrid’. Un tiempo en el que se han publicitado hasta la saciedad unos hechos que han supuesto una negativa campaña de prensa hacia una persona que nada tenía que ver con aquello, siempre ofreciendo una parte de la versión sin intentar contrastar o buscar el otro lado. Pues bien, a día de hoy y tras los exhaustivos trabajos realizados por la Policía, la Guardia Civil y las dos juezas que instruyen el caso, esos hechos se han esclarecido.
En relación a ello, el 9.12.2015 el periódico digital ‘El Confidencial’ publicaba: “La doctora que denunció a López Madrid por acoso fabricó pruebas usando a su propio hijo” y añadía que “la Policía ha terminado la investigación sobre el acoso que habría sufrido la dermatóloga Elisa Pinto por parte del empresario Javier López Madrid, y concluye que la doctora urdió una trama falsa”.
Posteriormente, el 13.12.2015 el periódico digital ‘El Español’, haciéndose eco de dicho medio, puntualizaba: “El Confidencial apuntan a un giro de ciento ochenta grados en este oscuro asunto. Los investigadores de la Policía Nacional concluyen que la doctora se habría inventado el acoso y hasta habría fabricado pruebas falsas”. Dicho medio explicaba que “la dermatóloga Elisa Pinto aseguraba haber sido acosada y amenazada por el empresario López Madrid así como apuñalada en dos ocasiones, una de ellas en presencia de su hijo, por alguien al que ella identificó como el comisario Villarejo”.
Las juezas que investigan el caso han levantado el secreto del sumario y sendos informes policiales constatan, sin lugar a dudas, que todo lo denunciado por la doctora Pinto es falso y que, posiblemente por venganza, urdió una serie de engaños que finalmente han podido ser desenmascarados. Pues bien, hay compañeros, como Fernando Lázaro de ‘El Mundo’ que no parece haberse enterado de todo esto. O sí, pero por aquello de “no dejes que la realidad te estropee una buena noticia” sigue insistiendo en la viejas teorías, lo que a estas alturas supone un comportamiento poco presentable en estos difíciles tiempos para la profesión periodística.
Fernando Lázaro oculta una larga serie de datos e informes donde se detalla de forma meticulosa la conducta de la demostrada falsa denunciante y en su lugar utiliza un viejo informe de la Guardia Civil para publicar un artículo que titula “las investigaciones sobre el denominado caso López Madrid salpican a altos mandos de la Policía”. Salpicar tiene connotaciones negativas siempre, y el compañero Lázaro lo emplea de forma deliberada para predisponer al lector.
Después menciona de forma genérica y sin concretar nada, pero insinuando, cierta suerte de complicidad del empresario Lopez Madrid con “varios mandos policiales, tres pertenecientes a la Comisaría de Policía Judicial de Madrid y otros dos, de la Comisaría General de Información”, porque mantuvo contacto con ellos… ¡!a saber con qué fin!!. Todo ello para tener lo que en la profesión llamamos “una percha” y justificar así la salida a escena de su vieja obsesión: el comisario Villarejo.
De esta forma, vuelve a señalar al policía como autor del ya probado como falso apuñalamiento y sin ningún reparo afirma que está “aún pendiente de que se concrete una rueda de reconocimiento sobre él, ya que fue suspendida en dos ocasiones a petición del policía, al alegar estar fuera de España en misiones de trabajo”. Lázaro publica lo que sabe que no es verdad. No hay ninguna rueda de reconocimiento pendiente porque ya se ha acreditado de manera fehaciente que la doctora no fue apuñalada por nadie y que todo fue una invención en la que llegó a implicar a su propio hijo de 10 años.
Un dato tan importante y a la vez tan grave no ha podido ser ocultado por Fernando Lázaro de forma inocente y tan sólo evidencia que lo que se pretende con esta noticia no es informar, si no retorcer la realidad para confundir al lector.
Un periodista tiene el sagrado deber de informar y con este artículo suyo, así como con otros anteriores, Lázaro no lo hace y en su lugar intenta saldar sus cuitas personales y sus disputas, aprovechándose del privilegio que un informador tiene de poder publicar bajo el paraguas de su medio y respaldado por el prestigio de una cabecera. Eso, señores no es libertad de información, es otra cosa. Es abuso de posición escudado en un falseado deber. Con la “cobertura” de periodista, el redactor una y otra vez calumnia y tergiversa la realidad justificándose en que con ello está informando.
Lamentablemente no es el único caso. Otros compañeros que se han sentido vejados o no “atendidos como creen merecer” por el comisario Villarejo también han emprendido una guerra de datos y comentarios falsos, llevando al extremo la máxima fascista de Goebbels, padre de la manipulación, que reza: “repite una mentira cuantas veces sea necesaria hasta que se convierta en verdad”. Sin embargo, en el siglo XXI, en plena era del periodismo digital, eso no funciona y con mucho esfuerzo al final la verdad se abre paso ante la infamia.
El lector, que ahora tiene numerosas posibilidades de conocer un suceso por tantos medios como abundan en la red, al final sabe distinguir y juzgar al periodista que es objetivo y solo cuenta la realidad, del comentarista que opina pero lo advierte y del que disfraza la calumnia envenenada aunque el envoltorio resulte aparente. Y no digamos el Juez y/o el Fiscal, que busca y sabe la verdad de lo que se trae entre manos por muchos juicios de valor, paralelos e intencionados con los que algunos pretenden alterar la cruda realidad de los hechos.
Por eso, compañero, al final, la manipulación de la información a través de la perversión que genera el odio o el rencor, solo te permitirá tener el recorrido que te quiera tolerar el lector.
Lea aquí las cartas de petición de rectificación enviadas por el comisario José Villarejo a los medios de comunicación en los que explica su versión.
16.01.4. Burofax Rectificación a El Mundo
http://www.informacionsensible.com/news/7706/EDITORIAL-Lazaro-Levantate-y-miente-..-Otra-vez/