Os adjunto una noticia publicada en La Vanguardia que demuestra la gravedad de la situación vivida por los compa?eros, asimismo deciros que en la ma?ana de hoy ya estavan concentrados un grupo de guarros delante de los Juzgados de Instrucción de Barcelona, los he mirado hi he sentido asco.
Por otra parte solidarizarme con los compa?eros heridos en Canarias.
Dos detenidos, acusados de intentar matar al guardia urbano
Un joven de 21 a?os lanzó una piedra al urbano, que cayó fulminado al suelo, y luego otro de los detenidos le golpeó con otra
"Se veía venir que pasaría algo grave; lástima que haya tenido que haber heridos para que esto se solucionara", dice una vecina
ENRIQUE FIGUEREDO | AITZIBER AZPEITIA - 06/02/2006
BARCELONA
Dos de los nueve detenidos por la agresión que sufrió un guardia urbano de Barcelona, la madrugada del sábado, pasarán a disposición judicial acusados de un delito de intento de homicidio. Se trata de los ciudadanos chilenos Rodrigo Andrés L. H., de 21 a?os, y Alex C. A., de 25.
Según la información recopilada hasta el momento, el primero de ellos fue el que lanzó la piedra que causó la fractura del cráneo del agente. Le arrojó la piedra a muy poca distancia, según fuentes conocedoras del caso, y tras el tremendo golpe el urbano cayó desplomado al suelo. El segundo de los detenidos le lanzó una segunda pedrada. El agente ya nada podía hacer para defenderse, ya que había perdido la consciencia y yacía sobre el suelo.
Sólo la actuación de otro guardia urbano que se echó sobre el compa?ero malherido impidió que le siguieran golpeando. según fuentes de la investigación. Llegó un momento en que la lluvia de lanzamientos era tan intensa, que los policías se vieron obligados a arrastrar al agente a una zona cubierta.
La lista de detenidos se completa con cinco jóvenes de nacionalidad espa?ola: Alfredo Carlos P. M., de 26 a?os; Patricia H. M., de 31; Alejandro C. R., de 19; Jordi M. G., de 28; y Silvia R. O., de 23. Además, se arrestó a la ciudadana alemana Heike B., de 29 a?os, y al argentino Juan P. G., de 22. Todos ellos fueron detenidos bajo la acusación de atentado a la autoridad, al haber participado en los altercados que se desataron sobre las seis de la madrugada del sábado. Un grupo de unos 30 individuos arremetieron contra los cuatro guardias urbanos que les instaron a que no se quedaran en plena calle armando alboroto. Los jóvenes habían intentado entrar sin exito en una fiesta ilegal que se estaba celebrando en el edificio okupado del número 55 de la calle Sant Pere més Baix, y por el que pasaron más de 1.000 personas. Se lo impidieron los organizadores de la fiesta, ya que el inmueble estaba a rebosar. Después de esto, se desató la violencia contra los guardias.
A resultas del ataque, el guardia urbano J. S. D., de 39 a?os, resultó herido muy grave. Fuentes municipales confirmaron ayer que el paciente se encuentra estable dentro de la gravedad.
Los vecinos del barrio de La Ribera lamentaban ayer que se hubiera tenido que llegar al altercado de la madrugada del sábado para que el Ayuntamiento tomara cartas en el asunto y decidiera desalojar el lugar.
"Se veía venir que cualquier día pasaría algo grave. Lástima que haya tenido que haber heridos para que esto se solucionara ", comentaba una vecina, que afirmó haber denunciado reiteradamente la situación a los responsables municipales. "Hoy ha sido el guardia urbano, pero cualquier otro día podrían haber sido esos cientos de chicos que asisten a las fiestas en un lugar que no está en condiciones", apostillaba la mujer. Bomberos y técnicos municipales corroboraron ayer por la tarde el peligro que suponía una macrofiesta como la del sábado en un inmueble en estado ruinoso.
Otros vecinos ponían en duda la filosofía de los okupas del número 55 de Sant Pere més Baix, ya que aseguraron que era habitual el cobro de entrada para acceder al edificio tanto para asistir a las fiestas como para pernoctar. "Ellos no pagan impuestos por vivir aquí, pero no dejan entrar a cualquiera si no paga", afirmaron. La Guardia Urbana no pudo confirmar que los okupas cobraran por ceder habitaciones. Respecto a las fiestas. los okupas indicaron que las montaban para recaudar dinero con el que pagar al abogado que los defiende en el litigio que les enfrenta al Ayuntamiento, propietario del edificio y que cursó una orden de desalojo de éste.