La crisis reaviva a las tribus urbanas
Los grupos radicales están en plena ebullición. La crisis es el caldo de cultivo para el aumento de su actividad. Los destrozos producidos por los ?antisistema? el pasado martes en Montera traen de nuevo a primer plano de la actualidad el resurgir de las tribus urbanas
M.J. ÁLVAREZ | MADRID
Publicado Domingo, 14-12-08 a las 06:43
La Fiscalía de Madrid ya constató en 2007 el ?fuerte incremento? de las bandas violentas en la Comunidad de Madrid. La Guardia Civil fue más lejos en sus apreciaciones y vaticinó que el incremento de grupos delictivos para el pasado ejercicio alcanzaría el 9,40%.
Los altercados protagonizados por grupos de distinta índole en los dos últimos a?os así lo demuestran. Éstos incidentes, lejos de descender o estabilizarse, han ido ?in crescendo?, hasta el punto de que el pasado ejercicio fue el ?a?o de las revueltas? en la calle. Éstas llenaron las páginas de los diarios y de las cabeceras de los informativos. Alcorcón, Malasa?a, Legazpi o Tirso de Molina fueron los escenarios de las virulentas turbas callejeras.
Son dos los grupos radicales de extrema derecha ??neonazis? y ?sinks heads?? y sus homónimos de signo opuesto, los ?antisistema?, los actores principales de esta contienda. En su particular batalla, han dejado atrás a las, hasta hace poco peligrosas y virulentas bandas latinas, desactivadas al estar los cabecillas de las que cuentan con más adeptos ??Latin King? y ??etas?? en prisión tras los últimos crímenes, pero que no hay que perder de vista.
La profunda crisis económica que atravesamos echa más le?a al fuego y abona el terreno de estos grupos con el resultado de que sus simpatizantes, actividades y delitos aumentan. Estos movimientos están en plena ebullición. Así lo subrayan algunos mandos policiales y expertos, como Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia.
Cambio de estrategia neonazi
En esta línea, recalca que ?las acciones de los grupos radicales van a más; la crisis las acentúa, si bien cada grupúsculo hace uso de ella por motivos distintos?. En el caso de los ultras de ideología nazi, su blanco son los extranjeros, a los que culpan de todos los males: desempleo, dificultad de acceso a guarderías públicas, colegios, viviendas de protección oficial o prestaciones sociales.<MC> El trasfondo de su ideología es la xenofobia y el nacionalismo, que se traduce en ataques a los más vulnerables pero, a sabiendas de que no es un mensaje políticamente correcto, lo revisten de unas pretendidas buenas maneras con la intención de ganar adeptos.
Por ello, ya no arremeten contra los indigentes, las personas de raza negra o los ?punkies?. Han cambiado de estrategia, y usan un disfraz nuevo. Incluso han abandonado su estética tradicional para no ser detectados y rebajar la presión social que existía sobre su presencia. Su anta?o habitual ?look? solo lo utilizan en conciertos, actos de militancia o cuando van a realizar alguna de sus ?haza?as?. Aprovechan actos políticos de partidos de extrema derecha no solo para captar adeptos y ?revestir? sus principios sino para arremeter contra sus enemigos.
Es la tribu urbana más numerosa y que más incidentes ocasiona. La integran unos 1.500 seguidores según estimaciones de distintas fuentes (entre ellas, de la Guardia Civil) que aluden a la dificultad de establecer cifras oficiales por lo fluctuante de su militancia.
La profunda crisis económica que atravesamos echa más le?a al fuego y abona el terreno de estos grupos con el resultado de que sus simpatizantes, actividades y delitos aumentan. Estos movimientos están en plena ebullición.
En el caso de los ?antisistema?, estos en lugar de atacar y agredir a las personas ?salvo a sus acérrimos rivales, los ?ultras? con los que sí ejercen el cuerpo a cuerpo? focalizan su odio hacia los símbolos visibles del capitalismo y del estado de derecho, tales como la banca, los representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, por ser el brazo legal de la autoridad y el orden, e instituciones públicas, ejes de su discurso lineal.
Suelen unirse a las protestas lideradas por movimientos sociales para utilizarlas como escudo en su necesidad de una bandera que enarbolar para atraer a jóvenes a ?antifascistas?, con los que no tienen nada que ver por el carácter pacífico de los primeros. El ?No a la guerra de Irak?, las reuniones del G-7, o lo ocurrido en la convulsa Grecia, a raíz del asesinato de un menor de 15 a?os por un policía, han sido alguno de los argumentos que han empleado para sembrar las calles de caos y destrozos. ?<MC2>El Plan Bolonia será su próxima excusa y lo de Montera se va a quedar peque?o?, indican fuentes policiales.Es difícil precisar el número de estos violentos radicales ?antisistema? por la amalgama de sus componentes: ?okupas?, algunos ?antiglobalización? pertenecientes a grupos anarquistas, ?sharp?, ?red skins?, etc. Fuentes policiales sitúan el número de los que tienen controlados en torno a los 400.
Bandas latinas e identidad
Entre los grupos más violentos de la Comunidad se encuentran también los ?Latin King? y los ??etas?, descabezados por los golpes policiales a raíz de los seis crímenes que causaron derivados de los enfrentamientos entre ambos, si bien, en ocasiones, algunas víctimas no pertenecían a ninguna bandas. El último asesinato fue un ejemplo de ello (2/5/06) cuando pereció un ecuatoriano apu?alado por varios ?Dominican Don't Play? en Lavapiés (la tercera banda más numerosa).<MC> En 2005, la época más virulenta de estas peligrosas bandas carentes de ideología, que luchan por defender un territorio que consideran suyo, la Policía tuvo a cerca de mil identificados entre la diversidad de grupos, ahora rondan los 300, 200 de los cuales serían ?latin? y ??etas?