Desde Sol al Ministerio de Justicia
'¡Basta ya de montaje policial!'Miles de personas recorren las calles del centro pidiendo la libertad de Alfon, el joven preso por tenencia de explosivos
Los manifestantes a favor de la absolución de Alfon agitan carteles con la cara del joven preso OLMO CALVO
LORENA G. MALDONADO Madrid
Actualizado:21/06/2015 00:49 horas
Ayer partió de Sol un ejército de Alfons camino del Ministerio de Justicia: miles de personas agujerearon folios con la cara del joven preso a la altura de los ojos para colocárselos sobre sus propios rostros al grito de «Basta ya de montaje policial». Entre los manifestantes que apoyaron al condenado a cuatro años de cárcel por tenencia de explosivos no se encontraba ningún dirigente político de Podemos ni de Ahora Madrid, aunque miembros de ambos partidos se habían manifestado previamente a favor de su causa.
#SomosAlfon pasó de barrer las calles del centro a estallar en forma de trending topic. Fue entonces cuando el grupo de Carmena, a eso de las diez y cuarto de la noche, asomó la cabeza virtualmente para recordarse prosélito a pesar de ausente.
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Víctor, de 27 años, es amigo de Alfon y forma parte de la Plataforma que pide su libertad. Sostiene que su ingreso en prisión está «estrechamente relacionado» con la inminente aplicación de la Ley Mordaza. Tanto que parecen haber fluctuado los tiempos judiciales: «El juicio se estimaba para septiembre y se ha agilizado en junio para hacer más efectivo el golpe contra la movilización de la calle», apunta. Víctor señala que la bolsa que contenía los explosivos gozaba, según los informes, de «huellas positivas», es decir, fácilmente cotejables. Sin embargo, «Alfon dice no haberse sometido a ningún tipo de cotejo. No hay pruebas de que esas huellas sean suyas», y, además «la policía ha reconocido que ese día Alfon no llevaba guantes».
El joven denuncia que su colega ha estado sometido -incluso cuando era preso preventivo, aún sin condena, y también ahora- al régimen FIES 5, un método de vigilancia y control del recluso especialmente duro que se aplica, por ejemplo, a terroristas que hayan generado gran alarma social.
Alfon, así, en diminutivo, con confianzas, ha calado más allá de familiares, amigos y agrupaciones políticas simpatizantes: el chaval se ha convertido, sin comerlo ni beberlo, en un símbolo de la lucha de clases, en un mesías de Vallekas, en un héroe subversivo de trayectoria escueta. «Alfon es un preso político, un tío anónimo que ha pagado el pato arbitariamente», dice Xavi,de 19 años, encabezando la procesión. «Lo han cogido por las pintas, por ser bukanero». En cuanto a responsabilidades, igual da «jueces, policías o fiscales»: «Todo es un engranaje. Me recuerda al caso de Ciudat morta», relaciona.
Casimiro, doctor jubilado del Gregorio Marañón, lleva «más de 50 años en la lucha» y, refiriéndose al recurso que va a interponerse, no espera «milagros del Constitucional, que está politizado». La tarde cayó entre gritos libertarios