Convocatoria de los afectados por las ocupaciones en el PAU de Vallecas
Protesta en Vallecas contra las mafias que okupan los pisos
El presidente de la FRAVM, Quique Villalobos, dirgiéndose a los manifestantes. FRAVM
PAU de Vallecas, el barrio abandonado por todos
Los vecinos aseguran que nadie toma en serio su desesperación
LUIS F. DURÁNMadrid
05/02/2016 21:14
Un centenar de vecinos se ha manifestado frente a la Junta Municipal de Vallecas para protestar por la okupación de viviendas por parte de mafias organizadas en los edificios de las calles de Eduardo Chillida y Antonio Gades, en la zona del metro de Valdecarros. La protesta estaba convocada por la Asociación de Vecinos del Pau y por los Afectados por la Venta de Viviendas del Ivima (AVVI).
Los vecinos calculan que hay 123 casas okupadas por grupos organizados que llegan a comercializar luego con los pisos y que amenazan al resto de los vecinos. "Debemos lanzar un mensaje claro a todas las administraciones de que no se puede seguir consintiendo este tipo de mafia en nuestros barrios que hacen de sus vecinos ciudadanos sin derechos e indefensos ante estos comportamientos delictivos", denuncian los residentes.
Los vecinos aseguran "que no han recibido ningún tipo de ayudas de las autoridades, que la Policía Nacional no les protege y que la Policía Municipal ni aparece". "El IVIMA dice que esas casas ya no son suyas y se desentiende, la Comunidad de Madrid nos escucha pero no nos da soluciones y el Ayuntamiento de Madrid, más sensible, viene colaborando con nosotros con el nuevo gobierno, pero lo cierto es que seguimos igual. Las mafias están en nuestros edificios y nosotros malviviendo".
"No es lo mismo okupar que acosar o amenazar. No es lo mismo convivir que destruir. No es lo mismo reclamar una vivienda que traficar con ella. Acabemos con las okupaciones mafiosas en el Ensanche de Vallecas y en el resto de Madrid", expresaron los vecinos.
Además, aseguran que la única entidad que ha ayudado a los vecinos es la Asociación Vecinal PAU del Ensanche de Vallecas y la FRAVM, cuyos dirigentes respaldaron a los vecinos en la manifestación del jueves entre ellos el presidente de la FRAVM, Enrique Villalobos, muy sensibilizado con el problema y muy crítico con la falta de soluciones por parte del conjunto de las administraciones.
"Ellos nos abrieron su casa cuando el IVIMA vendió nuestras viviendas, nos ayudaron a organizarnos, pusieron a nuestra disposición todos sus medios materiales y humanos y nunca nos pidieron nada a cambio. Ellos han sido nuestra voz en medios de comunicación, en las instituciones donde no podíamos llegar y sobre todo, nuestro apoyo cuando flaqueábamos, cuando no sabíamos cómo seguir luchando por nuestros derechos", resaltan los perjudicados.
Convivencia imposible
Según la Asociación de Afectados por la Venta de Viviendas Ivima (AVVI), el barrio está muy degradado y la convivencia es imposible. "Sufrimos un grave problema que nos impide vivir en nuestras casas con las mínimas condiciones de seguridad". Añaden que "viven en casas que la Comunidad de Madrid vendió al fondo buitre Goldman Sachs/Encasa Cibeles. En la primera reunión que tuvimos con ellos nos dijeron que no nos preocupáramos, que ellos iban a dejar nuestras casas que no las íbamos a reconocer. Y así fue. Las viviendas en las que vivíamos la mayoría de las familias que teníamos ayudas al alquiler por estar desempleados, por tener una renta tan baja que no podíamos asumir el precio completo de nuestro alquiler, fueron abandonadas a su suerte. Nuestro nuevo casero, para el que éramos más molestos que rentables, se desentendió de nuestros edificios y se despreocupó de lo que pudiera ocurrir con ellos".
"Así fue cómo empezaron a producirse okupaciones que nada tenían que ver con algunas que se habían dado en el pasado. Eran bandas que se metían en muchas viviendas a la vez y empezaban a hacer negocio con ellas, alquilándoselas a otras familias o a sus propios familiares. Estas bandas no venían por necesidad, con intención de convivir, de tener buena relación de vecindad, al contrario. Desde el primer día empezaron a intimidarnos, a ensuciar las zonas comunes de los edificios, a romper los cristales de los portales, los buzones, los porteros automáticos, los ascensores, a robar los extintores, a destrozar los garajes y un largo etcétera de actos vandálicos", prosiguen el relato de los vecinos.
Amenazados con palos y pistolas
"Se apropiaron del espacio común e impusieron su ley. Ya no pudimos descansar por la noche en verano porque montan fiestas hasta altas horas de la noche, tuvimos que sacar nuestros coches del garaje porque nos los destrozan, dejamos de tener limpieza en los espacios comunes y todo fue progresivamente a peor", contínuan. "Cuando intentamos evitar que okupasen nuevas viviendas nos amenazaron con palos, cuchillos e incluso pistolas. Desde entonces la relación es insoportable. Nos insultan cuando nos ven, ya no podemos dejar a nuestros hijos que bajen a jugar a las zonas comunes porque les pegan e intimidan. No nos atrevemos a recibir a la prensa en nuestras casas para denunciar nuestra situación porque cuando lo hemos hecho nuestros buzones han aparecido arrancados, han defecado en la puerta de nuestras casas, nos han apedreado y hasta amenazado de muerte", describen los vecinos.
Con el fin de arreglar el problema los afectados se dirigió a Encasa Cibeles para pedirles que denunciasen a estas bandas "para desalojarlas y que pusieran medidas de seguriad que nos protegiesen". Sin embargo, añaden, "la empresa se parapetó en argumentos legales y no tomó en serio la situación desesperada que vivimos".
Por último, también los vecinos recuerdan "que este problema también se da en barrios de Madrid como Entrevías, San Cristóbal de los Ángeles, Alto de San Isidro y en municipios como Móstoles, Parla, Navalcarnero...
