El ganadero denuncia al guardia civil
17.03.12 - 00:15 -
C. J. VINAGRE | MÉRIDA.
Desde diciembre, asegura, se han producido tres ataques en la finca que tiene en Garlitos y, al lado de ésta, el agente tiene un olivar con los canes
Un vecino de Peñalsordo acusa a los perros del sargento de la localidad de haberle matado 20 ovejas
El agente no quiere polemizar y dice que el asunto está en manos de las aseguradoras
El ganadero Emilio Risco está desesperado. Es de Peñalsordo (1.130 habitantes, en la comarca de La Serena, pegada a la de La Siberia) y hace unos meses recibió un hermoso rebaño en Garlitos, a 15 kilómetros, que sin embargo ha ido diezmándose paulatinamente de forma violenta. Desde diciembre le han matado 20 ovejas y asegura que hay otras siete moribundas en su finca. Los culpables -recalca- son un pastor alemán y tres mastines de una explotación contigua, donde abundan olivos, cuyo dueño
es un agricultor que ejerce como tal salvo en su tiempo libre porque esa no es su profesión principal. El agricultor ocasional es el sargento de la Guardia Civil del cuartel de Peñalsordo, al que el ganadero ha denunciado por las muertes de su ganado y tras haber avisado que lo haría «si no controlaba a sus perros y los ataba, como también le han dicho otros ganaderos».
El pasado martes, cuando Risco llegaba a la parcela, fue testigo de cómo los cuatro perros atacaron al rebaño y propinaron mordeduras en el cuello y partes traseras a los animales. Ese día murieron dos ovejas. Otras han sufrido heridas muy importantes en zonas vitales.
Días después -recalca- se han producido más bajas porque muchas de las ovejas atacadas estaban preñadas y varias han abortado a causa del estrés de los ataques y las heridas.
En diciembre, el ganadero perdió otras 18 ovejas y según su testimonio habló con el sargento de la Benemérita para avisarle del peligro de dejar los perros sueltos en su finca porque podían atacar a otros animales o incluso a personas que estuvieran por su entorno. Lo mismo le indicaron otros ganaderos. «Me dijo que los perros estaban asegurados y que su seguro me pagaría por ello. No le denuncié por eso. Pero no ha cumplido con lo que dijo», insiste.
«Los perros no están sueltos por allí, se soltarían de las cadenas. Si se comprueban que fueron los mismos los que atacaron a esas ovejas, el seguro lo pagará. Falta ahora que los peritos digan cuánto», indica a HOY José Ángel Cuadrado, el mando de la Guardia Civil denunciado.
Fotos y chip
Aunque el ganadero insiste en que todo el mundo en Garlitos y en Peñalsordo sabe que los perros son de Cuadrado, Risco ha conseguido lo que asevera que son pruebas contundentes. Ha hecho fotografías en las que se vislumbra el momento del último ataque a las ovejas. También consiguió poco después capturar al pastor alemán y verificar, a través de un chip, que es del sargento. Tras el último incidente llamó a la Guardia Civil de Siruela, que acudió al lugar de los hechos y recogió también pruebas visuales de lo sucedido.
«Uno de los guardias ya estuvo en diciembre, por lo que sabía llegar. Otro día se produjo otro ataque al rebaño pero cuando llegué ya no estaban los perros y lo único que queda de las ovejas eran sus huesos porque los buitres se las habían comido enseguida», lamenta.
«No me parece normal esta situación. No tiene explicación», insiste Risco. Mientras, el guardia civil no quiere entrar en controversia pública con el ganadero y añade que el asunto «está en manos de las compañías aseguradoras. Que hagan las comprobaciones necesarias y resuelvan». Cuestionado porque haya sido denunciado, el agente indica que poco tiene que decir. «Que el juzgado decida lo que tenga que decidir, si es el caso».