Autor Tema: El acoso en los cuerpos policiales  (Leído 166496 veces)

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #920 en: 23 de Marzo de 2024, 07:26:35 am »
Investigan un poema en las taquillas de una Comisaría que acusa a un mando de acosar a una agente


La Brigada de Información trata de esclarecer los hechos y conocer quién envió el anónimo que acusa a uno de los mandos de acosar a una agente en prácticas



Borja Méndez
Borja Méndez

Publicado: 23/03/2024 04:45

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Un aventurado poema anónimo ha generado malestar e inquietud en la Comisaría de la Policía Nacional de Ourense. El escritor de los versos ha puesto en jaque a sus compañeros de dependencias policiales. De un modo jocoso y mordaz el autor de la lírica ha hecho una denuncia velada de unos hechos que podrían ser constitutivos de un delito de acoso hacia una de las agentes en práctica de la unidad. La Brigada Provincial de Información tiene el encargo de esclarecer qué hay detrás de este documento que fue enviado a los mandos del complejo y después fue depositado en las taquillas de los funcionarios. Vozpópuli ha tenido acceso a una de las cartas que se localizaron por los agentes.

Esta misteriosa historia se remonta a la época navideña pero no ha salido a la luz. En plena celebración de las fiestas, los mandos de la Comisaría de Ourense recibieron una carta anónima sin remitente ni descripción. Muchas de ellas no llegaron a su destino porque el supuesto objetivo de la misiva consiguió interceptarlas.

Sin embargo, el autor del poema no se dio por vencido. Pocos días después dejó el escrito en las taquillas de los vestuarios masculinos y femeninos de las dependencias policiales. Esta circunstancia generó una gran tensión en la Comisaría. El responsable de la misma solicitó a la Brigada Provincial de Información que abrieran diligencias para esclarecer los hechos e identificar a su autor. Aún trabajan en este caso.

El historial del mando
Con el poema, al que ha tenido acceso Vozpópuli, se acusa a uno de los mandos policiales de acosar a una agente en prácticas. Los focos se dirigen a este inspector jefe que ha estado en el epicentro de las polémicas desde hace meses.

El mando ha protagonizado denuncias cruzadas con un oficial por temas amorosos. Un conflicto que se inició a raíz de unas escuchas por un caso y derivó en una separación matrimonial, según informan fuentes policiales a este medio.

No solo eso. También se le acusó de otros conflictos laborales como entorpecer el ascenso de una compañera que aspiraba a un puesto en Extranjería. Para que no subiera de rango alegó que esta agente había falsificado unas firmas en una de sus actuaciones.

Otra de sus actuaciones polémicas se produjo cuando escapó uno de los detenidos de las dependencias policiales. Este arrestado volvió a comisaría por su propio pie y llegó a un acuerdo judicial con este mando para que no siguiera el procesamiento de lo qué sucedió.

La investigación del poema anónimo
No siempre el ambiente laboral de Ourense ha estado mermado. A su llegada a las dependencias, las fuentes consultadas señalan que ejercía como un mando amable y atento dispuesto a colaborar en todo lo posible para el buen hacer de las intervenciones.

Cinco años después dos secretarias de "toda la vida" de la comisaría se han marchado de las oficinas por este policía. Un inspector que también ha protagonizado comentarios hirientes y vejatorios hacia sus compañeras de trabajo.

La Policía investiga un poema anónimo enviado a una comisaría que acusa a un mando de acosar a una agente.
La poesía que ahora investiga la Brigada Provincial de Información solo detalla "una minúscula" para de todo lo que concierne a este mando. Sin embargo, la agente víctima de este presunto acoso no ha denunciado las actitudes de su compañero. "Lo único que quiere es que llegue la jura y pasar página", relatan estas fuentes policiales que saben todo lo que concierne en Ourense.

Aún no se ha aclarado si también se ha ordenado investigar los hechos que aparecen reflejados en la poesía. Algunos superiores han calificado los hechos de "rumor" y se espera aclarar quién está detrás del envío anónimo que ha sacudido estas dependencias policiales por la gravedad de los hechos que se denuncian en su contenido.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #921 en: 25 de Marzo de 2024, 13:07:44 pm »

Investigan al comisario provincial de la Policía Nacional de Cádiz por presunto acoso laboral


 Un inspector jefe de El Puerto, ex marido de su actual pareja, lo denuncia por insultos y amenazas


REDACCIÓN CÁDIZ
25 Mar 2024 06:00
El comisario provincial de Cádiz, Santos Bernal, está siendo investigado por la Jefatura de la Policía Nacional de Andalucía Occidental por un presunto caso de acoso contra un inspector jefe de El Puerto de Santa María. Fuentes consultadas han confirmado a este medio la existencia de esa denuncia en la que su subordinado afirma haber sido objeto de supuestas vejaciones, insultos y amenazas.


Según estas mismas fuentes, los problemas entre Santos Bernal y el inspector jefe vendrían de atrás y tendrían su origen en el hecho de que la actual pareja del comisario provincial, también inspectora de la Policía Nacional destinada en Cádiz, es a su vez la ex mujer del inspector jefe portuense. Por este motivo, la Dirección General de la Policía no entró a valorar una primera acusación contra el comisario realizada en otoño de 2023, al entender que se trataba más de un conflicto personal que laboral.

Sin embargo, a principios del presente mes de marzo el inspector volvió a denunciar a Santos Bernal y presentó como pruebas algunos mensajes de whatsapp que, presuntamente, Bernal le habría enviado desde su móvil profesional.

En la denuncia presentada por el inspector este asegura que Santos Bernal, valiéndose de su posición jerárquica, le envía mensajes en los que le acusa de un supuesto comportamiento violento con su ya ex mujer.

El denunciante asegura que el comisario provincial le habría amenazado el 4 de marzo nuevamente y que, al sentirse intimidado y acosado, decidió denunciar a Santos Bernal, una persona que es toda una institución en el cuerpo, llegando a ser durante años jefe de la Udyco Central en Madrid y que ostenta numerosas condecoraciones por su labor contra el tráfico de drogas en nuestro país. En el año 2021 el Ministerio del Interior lo nombró jefe regional de Operaciones en Andalucía y en abril de 2022 fue designado comisario provincial de Cádiz, sustituyendo al zamorano Antonio Ramírez.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #922 en: 29 de Marzo de 2024, 08:18:21 am »
Defensa reconoce a una guardia civil acosada que sus secuelas se deben al “acto de servicio” y le da la baja definitiva


La resolución establece una relación de “causalidad directa” entre el trastorno de estrés postraumático que sufre la víctima y su trabajo en el instituto armado, donde un teniente la sometió a acoso laboral

Elena Herrera / Alberto Pozas

28 de marzo de 2024 22:11h Actualizado el 29/03/2024 05:30h 8

El Ministerio de Defensa ha accedido a la petición de baja definitiva de la Guardia Civil de una agente de Vitoria que fue acosada por su jefe directo durante más de un año y que no fue ayudada por sus superiores cuando les relató la situación que estaba sufriendo en su puesto de trabajo. El departamento que dirige Margarita Robles le otorga la “incapacidad permanente” por pérdida de las condiciones psicofísicas en acto de servicio como consecuencia del acoso laboral que sufrió, según la resolución a la que ha tenido acceso elDiario.es. En consecuencia, la agente accederá a la pensión máxima, de unos 3.000 euros al mes. El acosador fue condenado en firme a un año de cárcel y el Estado, a hacerse cargo de la indemnización de la víctima.

La resolución revierte la doctrina tanto de la Administración como de los tribunales que, por regla general, no califican como ocurridas en acto de servicio las situaciones de acoso —laboral o sexual— que tienen lugar en el ámbito laboral, según recoge el informe. La consideración habitual es que el servicio no es el “productor” o “autorizante” del acoso y que éste es imputable a título individual a su autor, no a la institución.

De hecho, esta es la posición que mantuvo en el expediente el director general de la Guardia Civil, que se mostró favorable a la declaración de incapacidad permanente pero “en acto de no servicio”. Sin embargo, la asesoría jurídica del Ministerio de Defensa sí ve en este caso una relación de “causalidad directa” entre el trastorno de estrés postraumático que sufre la víctima y las vicisitudes del servicio prestado en el instituto armado.

La resolución constata que la situación de acoso fue “prolongada en el tiempo, persistente, desarrollada siempre en el ámbito de la Guardia Civil y en horario laboral”. Y apunta que fue la conducta del teniente —que era su jefe directo— el “desencadenante” de su estado físico y psicológico actual. La víctima no tenía “rasgos predisposicionales” que la hicieran “especialmente psicovulnerable” y sólo empezó a sufrir síntomas tras el “trato denigrante” de su jefe directo, afirma. En el procedimiento judicial los médicos certificaron que padecía un trastorno de ansiedad y una depresión irreversibles e incapacitantes para volver a ejercer como agente de la Guardia Civil.

Además, la resolución de Defensa recuerda que los tribunales acreditaron que el superior de la víctima —un guardia civil con rango de capitán— era “conocedor” de la situación. La agente le contó lo sucedido y pidió un cambio de ubicación, pero este se negó, según recogen las sentencias del caso. La razón que alegó fue que en su puesto se necesitaba gente con mucha experiencia y que en ese momento no tenían ningún sustituto. Sí accedió a prohibir al teniente salir con ella en inspecciones y le exigió que dejara de contactar con ella aunque especificando que, fuera del trabajo, no tenía nada que decirle.

“Control permanente” de su vida 

La situación de acoso se produjo en 2016, cuando ambos estaban destinados en la Intervención de Armas y Explosivos de Vitoria. Un año antes habían mantenido una breve relación a lo largo de unos pocos meses. Pero fue cuando coincidieron en ese emplazamiento cuando empezó lo que los jueces definieron de forma unánime como una “actitud de control permanente sobre su vida personal y profesional” a través de mensajes, llamadas y reuniones injustificadas en el despacho del teniente. Todo a pesar de que ella imploraba que le dejase en paz y de que lo bloqueó en el teléfono móvil.


El acoso se fue recrudeciendo y de nada sirvió acudir a sus superiores. De hecho, la actuación del capitán fue duramente criticada por los tribunales que examinaron el caso y se tradujo en la condena del Estado como responsable civil subsidiario. “La víctima se vio huérfana de amparo por parte de su superior, el Jefe de la Intervención de Armas y Explosivo”, dijo el Tribunal Militar, que determinó que la situación de acoso empeoró y nadie hizo nada hasta que la guardia civil cogió una baja por depresión y ansiedad. Los médicos que examinaron a la víctima afirmaron en sus informes que esta falta de apoyo cronificó la situación.

El teniente hizo caso omiso a las órdenes del capitán y siguió acosando por teléfono y en persona a la agente. Incluso aprovechó días en los que se quedaba al mando de la Intervención de Armas para salir con ella en las inspecciones que hacían en armerías y cartucherías y continuar con el acoso para que ella retomase la relación con él. La investigación por acoso no se inició hasta que los partes médicos de la agente llegaron a sus superiores.

Las sentencias del caso muestran, además, cómo el teniente intentó quitar hierro a su actuación y cómo los superiores de la víctima no tomaron ninguna medida efectiva para acabar con el acoso que estaba padeciendo la agente. De hecho, el condenado reconoció episodios de acoso pero llegó a afirmar que “era de broma” o que “igual era un poco pesado” con algunas formas de abordar constantemente a la víctima.

Las pruebas y testimonios descartaron por completo la versión del acosador. Un teniente coronel, por ejemplo, llegó a afirmar en el juicio que cuando conoció el caso entendió que era una situación similar a la violencia de género“. Varios compañeros de la comandancia relataron episodios de acoso y una agente relató cómo acompañaba al coche a la víctima al salir del trabajo para evitar que se encontrara a solas con el acosador.

Ahora, ocho años después y tras un largo procedimiento judicial, el Ministerio de Defensa ha concedido a la agente la pensión máxima al establecer una vinculación entre al acoso que sufrió y su trabajo como guardia civil.



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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #923 en: 29 de Marzo de 2024, 19:16:35 pm »

La leonesa Yohanna Alonso denuncia acoso laboral en el GAR


La campeona del mundo de Muay Thai, natural de Valdepiélago, lleva al juzgado unos hechos relacionados con su faceta de formadora de la Guardia Civil
LNC
26/03/2024
 Actualizado a 26/03/2024

Yohanna Alonso en una imagen de archivo. | MAURICIO PEÑA
La leonesa Yohanna Alonso, campeona del mundo de Muay Thai y guardia civil, ha interpuesto una denuncia por acoso laboral por vía penal en el juzgado por unos hechos relacionados con su faceta de formadora en la unidad de elite de la Guardia Civil. La mujer, natural de Valdepiélago, es formadora en defensa personal en la Unidad de Acción Rural (UAR), en la que se encuadra el Grupo de Acción Rápida (GAR) del Instituto Armado con sede Logroño (La Rioja).


Relacionado
Yohanna Alonso, luchadora
Alonso, conocida también por su faceta de modelo, activista contra la violencia de género y por haber luchado contra un cáncer, ha denunciado unos comentarios publicados en redes sociales a raíz de una charla que impartió en la sede de la Comandancia de la capital riojana. No han trascendido los comentarios publicados por los agentes salvo uno en el que calificaban a la leonesa como "mascota de la Guardia Civil". En cualquier caso, la denunciante tuvo que ser atendida por un especialista por un ataque de ansiedad tras la publicación y comentarios expuestos en unas redes sociales donde Alonso cuenta con miles de fieles seguidores, según informan desde El Día de La Rioja.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #925 en: 05 de Abril de 2024, 15:37:17 pm »

Condenan al jefe accidental de la Policía Local del cuarto municipio de Asturias a 18 meses de cárcel por acosar a un agente


El subinspector aprovechaba sus sustituciones en el cargo en ausencia del comisario para insultar, vejar y humillar a su subordinado de forma constante delante de otros compañeros e incluso le retiró el arma
— La Fiscalía sube de uno a dos años su petición de cárcel para el jefe accidental de la Policía Local de Siero por acoso
Fidel Fernández, en el banquillo del juzgado de lo Penal 2 de Oviedo
Fidel Fernández, en el banquillo del juzgado de lo Penal 2 de Oviedo Archivo/ EFE
Pilar Campo

Oviedo —
3 de abril de 2024 16:14 h
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El subinspector Fidel Fernández ejerció como jefe accidental de la Policía Local de Siero, el cuarto municipio de Asturias, en los períodos de ausencia del comisario, entre los años 2018 y 2022. En el desempeño de esta sustitución, uno de los agentes, Daniel M.G., le denunció por acoso laboral.

El acusado atribuyó la denuncia a una guerra sindical entre el CSIF, al que él pertenece, y el Sindicato Independiente de la Policía Local de Asturias (Sipla), al que el denunciante está afiliado.

El juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo no ha dado credibilidad a su versión y le ha condenado a una pena de un año y seis meses de prisión y a la pena accesoria de inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión durante el tiempo de la condena por su responsabilidad en un delito contra la integridad moral.

Los dos policías coincidieron en sus turnos laborales tanto inicialmente en las dependencias policiales ubicadas en la localidad de Lugones como posteriormente en la Comisaría de Pola de Siero.

La magistrada asegura en la sentencia que el jefe accidental era conocido en el ámbito policial “por su actitud vejatoria hacia otros compañeros”, de forma que el agente tenía conocimiento de la existencia de “algún caso” anterior de acoso laboral por parte del acusado.

Los episodios de tensión y enfrentamiento
El primer incidente se produjo en la Nochevieja de 2018. Sobre las once y media de la noche, el jefe accidental envió una foto al grupo de Whatsapp que llevaba el nombre “Bolsa de horas” e integrado por varios policías locales de Siero. En ella se veía la imagen de un ciclista cayéndose de la bicicleta y le puso como título: “Dani M. os desea FELIZ 2019”, ya que, según la sentencia, conocía que el agente había sufrido lesiones a causa de varias caídas cuando practicaba ciclismo.

La reacción del agente no se hizo esperar y le contestó con las siguientes frases: “Entiendo que estás borracho”, “Pero si quieres discutirlo a solas te lo explico en castellano”, “No le des tanto a la botella”.

Fidel Fernández le replicó con estas expresiones que reproducimos textuales: “Yes un payaso y lo sabes”, “y si quies explicame algo ya me dicrs donde quedamos porque lo promero que voi hacer va ser date dos ostiea”, “sunormal”, “que pasa, vas cogerla bici yespetaren la roronda?”.

Seguidamente, envió la foto del ciclista cayéndose seis veces más y la utilizó como icono del grupo al menos dos veces, siendo retirada por el administrador, quien finalmente eliminó al acusado del grupo. Antes de ser expulsado del grupo le dio tiempo a enviar una imagen de un animal dándole una patada a un oso panda con la palabra “payaso”.

El denunciante causó baja laboral todo el año 2019 tras sufrir un trastorno de ansiedad y el mismo día que le dieron el alta definitiva -enero de 2020- presentó en el registro municipal una solicitud por las vacaciones y días de asuntos propios correspondientes al año 2019.

Los coches-patrulla y los carteles
Su reincorporación al puesto de trabajo no mejoró en absoluto la situación de enfrentamiento entre ambos. Así, entre otros episodios, la magistrada relata una ocasión en la que Fidel Fernández requirió a Daniel y a otro agente para que emitieran un informe escrito sobre el motivo de la presencia de dos coches patrulla estacionados detrás del auditorio de Pola de Siero.

Según el fallo, los vehículos se encontraban ahí por una razón: “la parada de 15 minutos de descanso que los agentes realizaron para tomar un café en el transcurso de su jornada laboral”.

No fue, sin embargo, la última situación de tensión que vivía la plantilla policial. Según consta en la sentencia, a la que ha tenido acceso elDiario.es Asturias, el 8 de marzo de 2020 aparecieron en la Comisaría de Siero varios carteles donde aparecía la imagen de un varón tapándose la nariz y otros con la imagen de pastillas de jabón Chimbo. Unos carteles que estaban puestos “con el beneplácito del acusado, que no intervino para la retirada de los mismos”, añade.

Esta situación generó en Daniel un estado de nerviosismo que provocó que se enfrentara a otro compañero al que le espetó la frase: “Cuando quieras decirme algo quedamos fuera y me lo dices” y al que propinó “dos pequeños golpes” en la creencia de que había sido él quien había colocado los carteles.

El agente agredido no sufrió lesiones, pero sí denunció a Daniel por un delito leve de maltrato de obra por el que resultó condenado.

Al día siguiente, el acusado dirigió un escrito a la Concejalía de Personal del Ayuntamiento de Siero en el que tras ilustrar a modo de introducción sobre la baja psicológica de Daniel y su incorporación tardía tras el alta al considerar que disponía de permisos de asuntos propios y vacaciones “cuando no era el caso”, explicaba que había observado en él “conductas desafiantes”.

En ese mismo escrito, Fidel Fernández relataba el suceso de la noche del 8 de marzo de 2020 y solicitaba la adopción de una medida cautelar consistente en la retirada de su arma reglamentaria, su sometimiento a reconocimiento médico a fin de dilucidar si se encontraba en condiciones de prestar servicio como Policía Local, la apertura de un expediente disciplinario, su suspensión provisional hasta la resolución del procedimiento judicial, que aún no había sido incoado, y la superación del reconocimiento médico sugerido.

La 'inmediatez' de la reacción del alcalde
La propia magistrada hace constar en la sentencia que el alcalde de Siero, el socialista Ángel García, “con una inmediatez inusual y sin motivación alguna”, firmó a las ocho y media del 10 de marzo de 2020 una resolución decretando la retirada del arma reglamentaria junto a la documentación correspondiente en la Intervención de Armas de la Guardia Civil de Langreo.

Para llevar a efecto tal medida, ese mismo día el acusado solicitó los servicios de un cerrajero que procedió a abrir el armero de agente correspondiente a Daniel, haciendo uso de un taladro, sin previa notificación al afectado de la resolución municipal y sin requerirle para su entrega voluntaria.

Al día siguiente, en el transcurso de una reunión de trabajo matinal y en presencia de varios agentes de la Policía Local y de personal de la limpieza, el acusado, blandiendo la resolución del alcalde, se dirigió a Daniel diciéndole: “Ésta es tu nueva situación”, “Esto te pasa por estar mal asesorado”, y le indicó que no hacía falta que le entregara el arma porque ya había procedido él. Una vez finalizada la reunión, Daniel fue notificado oficialmente de esta resolución.

A partir de ese momento, el agente siguió desempeñando sus funciones como policía pero desprovisto de arma y, por tanto, sin protección.

La reincorporación del comisario
En abril de 2020 se reincorporó el comisario-jefe, José Manuel Fernández Rodríguez, cuyas funciones venía realizando el acusado, quien envió un escrito al alcalde solicitando la devolución del arma reglamentaria asignada a Daniel, que le fue entregada una semana más tarde.

La resolución judicial hace hincapié en que a raíz de estos incidentes y las frecuentes órdenes del acusado para realizar cometidos “innecesarios e impropios de su función como policía”, motivaron que Daniel dirigiera un escrito al Ayuntamiento de Siero denunciando “hostigamiento en el ámbito laboral” por parte de un superior.

Quirón Prevención apreció la existencia de indicios de ese acoso, lo que derivó en la activación del Protocolo Antiacoso el 12 de junio de 2020.

Esta circunstancia no fue óbice, sin embargo, para que continuara “la actitud despectiva” del acusado hacia Daniel que, según la magistrada, se mantuvo de forma constante: “Mofándose de él, ordenándole servicios innecesarios, evitando dirigirse directamente a él en su presencia cuando estaba delante un agente con titulación superior o un superior jerárquico y, en definitiva, mostrándole menosprecios reiterados”.

Entre 2021 y 2022, Daniel permaneció de baja laboral y actualmente continúa a tratamiento por estos episodios de acoso sufrido. Fidel Fernández ha sido condenado a pagarle una indemnización de 9.000 euros.

La sentencia no es firme y contra la misma cabe interponer un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Asturias.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #926 en: 12 de Abril de 2024, 17:36:41 pm »

Un juez investiga al jefe de la Policía de Molina por presunta discriminación laboral


La denuncia de un inspector obligará también a pasar por el juzgado, como investigados, a la secretaria y al jefe de personal del Ayuntamiento

LA VERDAD

Murcia

Viernes, 12 de abril 2024, 14:05

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Molina de Segura ha llamado a declarar como investigado al jefe de la Policía Local de este municipio por un presunto delito de discriminación laboral. La denuncia, según ha podido saber LA VERDAD, parte de uno sus subordinados y obligará también a pasar por el juzgado a la secretaria del Ayuntamiento molinense y al jefe de personal.

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En un auto reciente, el juzgado remarca que, por el momento, no están determinadas «la naturaleza y circunstancias de tales hechos ni las personas que en ellos habrían intervenido». El instructor fija la declaración de los tres investigados el próximo 11 de noviembre.

Fuentes del cuerpo aseguran que este no es el único procedimiento judicial iniciado contra este mismo cargo policial y remarcan que son varios los agentes de la Policía Local que, en los últimos meses, han activado el protocolo contra el acoso que contempla el cuerpo.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #927 en: 25 de Abril de 2024, 21:23:33 pm »

Una policía nacional, obligada a trabajar con la jefa a la que ha denunciado por acoso laboral


El sindicato ASP responsabiliza de la decisión al comisario de Toledo. La agente, que se ha incorporado tras una baja médica de tres meses, grabó a su superiora decir «no te quiero en Judicial y el lunes empiezas en otro puesto de trabajo»
Otra policía denuncia a su jefa por acoso laboral: «Me escondía a llorar en el baño del trabajo por impotencia»
Fachada principal de la Jefatura Superior de Policía en Castilla-La Mancha, donde se encuentra la comisaría de Toledo
Fachada principal de la Jefatura Superior de Policía en Castilla-La Mancha, donde se encuentra la comisaría de Toledo GOOGLE MAPS

MANUEL MORENO

Toledo


25/04/2024
Actualizado a las 19:45h.


Una de las tres policías nacionales de baja médica que han denunciado en la comisaría de Toledo a su jefa, a la que culpan de un presunto acoso laboral, se ha incorporado después de tres meses. Pero lo ha tenido que hacer en la misma brigada que dirige, la de Policía Judicial, aunque la agente había solicitado otro puesto de trabajo para evitarla. Porque es la misma subordinada que tuvo que oír de su superiora el 12 de enero decir: «No te quiero en Judicial y el lunes empiezas en otro puesto de trabajo».


Según el sindicato ASP, el comisario provincial Carlos Julio San Román sería el responsable de haber ninguneado a la funcionaria. «La situación no ha cambiado ni se han tomado medidas preventivas. No tienen en cuenta la protección de su salud mental y la someten a una doble victimización», apuntan desde la formación sindical. Además, todavía no le han devuelto su pistola reglamentaria, que entregó cuando el 12 de enero cogió la baja después de grabar las palabras que le dirigió su jefa.

Justo tres meses después, el pasado 12 de abril, esta policía recibió el alta médica voluntaria. Para no depender de su superiora, ese mismo día solicitó que le fuera asignado un puesto de trabajo en otra brigada, preferentemente en la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), donde ya estuvo durante un lustro.

Sin embargo, tres días después se le comunicó desde la secretaría general que, «por decisión del comisario provincial», no iba a haber cambio de puesto, según el sindicato ASP. Además, se debía incorporar esa misma mañana a las órdenes de su inspectora jefa, Olga Lizana, a pesar de haber solicitado la activación del protocolo de acoso laboral contemplado en la Policía. Curiosamente, le asignaron una ocupación que no puede desempeñar porque todavía tiene retirada su arma reglamentaria.

No regresará a la comisaría hasta el lunes y tiene la esperanza de que se active entonces el protocolo de acoso laboral solicitado por la agente

La funcionaria se quejó en Toledo del puesto asignado ante el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, que está tramitando su denuncia por un presunto acoso laboral. Pero su responsable le dijo que él no tiene competencias y que ella debería gestionarlo a través de su sindicato, según el relato de ASP.

El 15, la afectada trabajó irremediablemente a cargo de Lizana. Sin embargo, «al estar sometida a esa situación y para evitar problemas», solicitó unos días de libranza a cuenta de las vacaciones de Semana Santa, que no había disfrutado por su baja, y unió todos los días del año que tiene como asuntos particulares.

No regresará a la comisaría hasta el próximo lunes y tiene la esperanza, apuntan desde su sindicato, de que la Subdirección General de Recursos Humanos y Formación active el protocolo de acoso laboral solicitado por la agente. «Sólo quiere que la reubiquen en otra brigada donde no dependa de su jefa», recalcan desde ASP.

Precisamente, el pasado 19 se le tomó declaración, después del escrito que presentó el 20 de febrero ante el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Jefatura Superior de Castilla-La Mancha, que se encuentra en el mismo edificio de la comisaría de Toledo. En su declaración, la funcionaria aseguró que el conflicto con su superiora comenzó a raíz de su baja por embarazo, en 2020, cuando la denunciante se encontraba en la UFAM (Unidad de Atención a la Familia y Mujer), que también depende de Lizana.

La policía que ha estado de baja tres meses es quien realizó la grabación a la inspectora jefa de la Brigada de Policía Judicial que propició finalmente la apertura de una investigación, como ya informó ABC, y que sigue abierta. En el audio se oye cómo su superiora arremete contra ella: «No te quiero en Judicial y el lunes empiezas en otro puesto de trabajo».

Por entonces, varios compañeros ya habían presentado a los mandos de la comisaría escritos (minutas en el argot) en los que describían el comportamiento de Olga Lizana hacia ellos. Entre los que se sentían perjudicados, se encontraban otras mujeres que siguen de baja médica por un supuesto acoso laboral de esta inspectora jefa. Además, otras dos policías que ya no están destinadas en estas dependencias también la han denunciado en sus órganos internos por el mismo motivo.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #928 en: 26 de Mayo de 2024, 10:40:05 am »

ACOSO EN LA GUARDIA CIVIL

Una agente denuncia a su jefa y la envían a 500 kilómetros de sus hijos, de 4 y 7 años


Marta fue cesada en Información de Pontevedra y le abrieron diligencias tras señalar a su capitán
Ha pasado de ser condecorada con la Cruz de Plata por detener yihadistas a que la persiga su propia institución
35 años de la mujer en la Guardia Civil: «Entré por vocación. Me crié en un cuartel y no concibo vivir de otra manera»

Marlaska, en unas jornadas sobre la igualdad de la mujer en la Guardia Civil ABC

CRUZ MORCILLO

Madrid


26/05/2024
Actualizado a las 10:21h.

Marta ha pasado de detener a los peores yihadistas a mediar en riñas de bar y lindes; de la élite de la investigación en la Guardia Civil a seguridad ciudadana en un pueblo de 800 habitantes de Burgos, un destino forzoso, un castigo, «una condena» que arrastra desde que llegó en 2018 a la
Comandancia de Pontevedra
, la que creía que iba a ser su casa. El cambio de trabajo, con todo, no es lo que la angustia: sus hijos de 4 y 7 años, están a más de 500 kilómetros. Su futuro profesional pende de un hilo y un juzgado militar la investiga tras denunciarla sus jefes.


La agente y madre, con una hoja de servicios impecable, lidia ahora con ese procedimiento judicial más otros dos contenciosos en los que ella es la denunciante (uno contra su calificación y otro contra su cese) sin acabar de digerir cómo ha podido llegar a esa situación. Marta, condecorada con la cruz de plata, entre otras, y especializada en terrorismo en los Servicios Centrales de la Guardia Civil, jamás había recibido un reproche ni de jefes ni de compañeros en sus anteriores destinos, como ha podido confirmar ABC.

La pesadilla empezó al poco de llegar a la Comandancia de Pontevedra, en concreto al Grupo de Información, en mayo de 2018. «Has venido como has venido», le recriminó su superior, la teniente al mando, ahora capitán al frente de ese grupo. La agente se había trasladado en comisión de servicio a ese puesto en el que se iba a producir una vacante inminente. La pidió para estar cerca de su madre que sufría una grave enfermedad y la acompañó su marido, también miembro del Cuerpo, que obtuvo una plaza, y su hijo de año y medio.

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Acoso dentro de la Guardia Civil: un 72% de casos quedan en nada
ADRIANA CABEZAS
Tres de cada cuatro denuncias internas por acoso dentro de la Benemérita acaban archivadas

Entre su llegada y septiembre de 2019, los desencuentros entre la teniente Ana y la guardia son una constante. Marta estaba de baja por el embarazo de su segunda hija, pero decidió pedir el alta y acogerse al permiso por gestación que recoge la normativa del Cuerpo a partir de la semana 36, dado que en la unidad había varios miembros de baja. El absentismo por bajas en esa Comandancia ronda el 12 por ciento, frente al 7 por ciento de media en el resto de España. Su jefa le ordenó presentarse en su despacho a la mañana siguiente, amenazándola con expedientarla por abandono del servicio. La razón esgrimida es que no tenía constancia del mismo. El parto de la niña se adelantó.

Permiso de maternidad
Durante su permiso de maternidad y lactancia, Marta decide poner tierra de por medio y acompaña a su marido a una comisión de servicio en otra provincia. A la vuelta nada ha mejorado: todo lo contrario y el hostigamiento se acrecienta. En el informe personal de calificación del guardia civil, el llamado IPECGUCI, en el que cada dos años se evalúan las competencias de todos los agentes, su jefa la califica con un 6,6 frente a sus anteriores notas por encima del 9. «¿Cómo pasa alguien de una calificación excelente a una tan negativa con un desempeño similar?», se pregunta la abogada de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en Pontevedra Dolores Carpintero, que la representa en los dos contenciosos y en la denuncia interpuesta contra la agente por sus jefes.

Su evaluadora esgrime como argumentos en contra los embarazos y descansos ante las alegaciones de Marta obviando que esos permisos están previstos para cualquier miembro del Cuerpo. El superior directo de ambas ordena repetir la evaluación (de la que se encarga un sargento) y la calificación es entonces de 8,5.

Entre abril y mayo de 2021, la guardia civil, acompañada de nuevo de su familia, se desplaza a Las Palmas en otra comisión de servicio esperando que el alejamiento calme las aguas. Se lesiona la muñeca durante unas prácticas. Pide una prórroga de la comisión que le deniegan, pese a concedérsela al resto de sus compañeros.

Al regresar a Pontevedra, las horas de trabajo de oficina empeoran su lesión, avalada por informes médicos, y la agente está de baja dos meses. El coronel jefe, Simón Venzal, se refiere a esa situación como «la baja que Marta se coge» por no haberle renovado en Las Palmas. Para el mando es una «pataleta». El entorno laboral se convierte en irrespirable, pero lo peor no ha hecho más que empezar. La teniente Ana asciende a capitán y el desprecio hacia su subordinada se acentúa. Vive situaciones surrealistas. Le ordenan que cada vez que se levante de su puesto de trabajo, aunque sea para ir al baño, tiene que comunicárselo al brigada o que no vaya a tomar café con otros compañeros.

Conciliación
En el otoño de 2021, la guardia civil, que tiene labores de oficina en Información, pide una flexibilidad horaria por conciliación familiar para poder entrar una hora más tarde al trabajo y salir una hora después con el fin de llevar a sus hijos al colegio. La respuesta de sus jefes es invitarla a abandonar Información, algo a lo que no está dispuesta.

En enero de 2022, la capitán propone el cese en el destino de su subordinada. Esgrime la baja por la lesión de la muñeca, falta de motivación y empatía con sus compañeros, poca predisposición, insuficiente iniciativa o ausencias largas, entre otros argumentos. Han perdido la confianza en ella. El general de Estado Mayor archiva la propuesta pero la trituradora está en marcha y ya no se va a detener.

Marllaska, en la entrega de diplomas de la Academia de la Guardia Civil de Baeza  ABC
En la evaluación de 2022 su nota baja a un 4,72 y ella vuelve a recurrirla. Alegan falta de disciplina y compromiso, escasa calidad del trabajo y de adaptación… todo lo contrario de la tónica habitual en su trayectoria hasta entonces. La sentencia le da la razón el 12 de junio de 2023. Señala que no debería haberla calificado quien ha propuesto su cese y ordena que repitan dicha evaluación dos nuevos calificadores. Al mes siguiente gana otro recurso: el de los descansos no disfrutados, otro derecho legalmente reconocido, que también le habían denegado. Sus jefes adujeron que nadie pedía esos días libres.

Gana pequeñas batallas, pero pierde la principal. En agosto de 2023, la cesan en plenas vacaciones. A esas alturas, la guardia no había cejado en su empeño y había denunciado a la capitán Ana por acoso laboral en el Juzgado Togado Militar. La juez archiva provisionalmente esa denuncia sin abrir juicio oral. Los argumentos de la magistrada le sirven de munición a sus mandos para la propuesta de cese. Señala que es soberbia y que cuestiona a sus jefes, que han perdido la confianza en ella. Ese cese está recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

De forma paralela, la agente descubre que la han dado de alta en una base de datos de terrorismo –una de sus tareas era gestionar esa base de contrainteligencia–, de forma que si la guardia se aloja en un hotel o reserva un billete, salta una alarma. Como una delincuente. La supuesta consulta que hace a esa base en busca de información extra –que ella niega, según consta en las actuaciones– provoca que sus mandos la denuncien en el juzgado Togado Militar. Aún no hay decisión judicial.

Destinable forzosa
Pero Marta ya estaba cesada y, por tanto, quedaba como destinable forzosa, es decir, la podían mandar donde quisiera. Y eso hacen: enviarla a un pueblo perdido de Burgos de 800 habitantes. Su nuevo puesto: seguridad ciudadana. El trabajo concreto no es lo que le preocupa, según su entorno, sino que la hayan separado de sus hijos, de solo cuatro y siete años, en mitad del curso escolar y sin posibilidad de tenerlos con ella. La niña, más pequeña, es la más afectada. La abogada Dolores Carpintero sospecha que persiguen separarla del servicio, es decir, echarla del Cuerpo.

En paralelo, la agente ha recurrido –a través de un bufete privado– a la vía social para buscar amparo respecto al acoso que denuncia haber sufrido. El final de la partida de todos los procedimientos pendientes está aún por escribirse.




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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #929 en: 26 de Mayo de 2024, 11:33:25 am »
Una pregunta, si la teniente hubiera sido el teniente. . . de qué estaríamos hablando?. . .

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"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #930 en: 27 de Mayo de 2024, 09:34:09 am »

Absueltos tres mandos de Mossos d’Esquadra de Tarragona denunciados por acoso laboral


Los procesados –el jefe, el subjefe y un jefe de una unidad– se enfrentaban a penas que iban de los 20 a los 44 años de prisión y a pagar una indemnización de 1,1 millones de euros
25 mayo 2024 12:44 | Actualizado a 26 mayo de 2024

Las desavenencias y mala relación entre cinco agentes del Àrea Regional de Recursos Operatius (ARRO) de los Mossos d’Esquadra del Camp de Tarragona hacia tres de sus jefes directos terminó en el Juzgado.

El caso acabó juzgándose en la Audiencia Provincial, donde los denunciantes –la Fiscalía no acusaba– pedían penas que iban de los 20 a los 44 años de prisión y el pago de una indemnización total de 1,1 millones de euros. Finalmente, la Sección Cuarta ha absuelto a los tres procesados, según la sentencia de 57 páginas a la que ha tenido acceso el Diari.

La sentencia considera probado que entre finales de 2008 y hasta el 2012 uno de los acusados era inspector del cuerpo y ejercía las funciones de jefe, otro era cabo –y ascendió a sargento– y ejercía las funciones de jefe de la unidad 2 y el tercero era sargento y era el subjefe.

Los tres eran los superiores jerárquicos de los cinco denunciantes –un cabo y cuatro agentes–. Todos ellos estaban destinado en el ARRO.

Durante dicho periodo de tiempo se produjo una «intensa conflictividad laboral, que afectó esencialmente pero no de forma exclusiva, a los sargentos acusados y a los denunciantes. Se sucedieron diferentes episodios que generaron tensiones laborales y afectaron a las relaciones profesionales y personales de los dos sargentos acusados y de los denunciantes. Se cruzaron notas informativas, quejas, expedientes y sanciones disciplinarios, recursos y procedimientos contenciosos administrativos.

Reparto de servicios

Para los magistrados, resultó acreditado que el reparto de servicios entre tres de los querellantes se realizó tanto cualitativamente, en función del contenido de casa servicio, como cuantitativamente, en relación al número de servicios asignados, de forma equitativa y proporcionada respecto al resto de miembros de dicha área operativa regional de Mossos d’Esquadra». Asimismo, no ha quedado acreditado que respecto a los otros dos denunciantes «se realizara reparto y asignación de servicios mayor cuantitativamente o peor cualitativamente».

El reparto de horas extraordinarias se realizaba, según la sentencia, de forma poco transparente y altamente subjetiva, sin que existiera un protocolo de asignación. Pero era un sistema deficitario y opaco que afectaba a la totalidad de miembros de dicha unidad operativa, «generando desconfianza y quejas sindicales, sin que conste acreditada discriminación concreta respecto de los denunciantes en relación con el reparto de dichas horas extraordinarias».

Para los magistrados, no ha quedado demostrado que los sargentos acusados denegaran habitual y sistemáticamente los permisos de asuntos propios solicitados por los denunciantes por el mero hecho de ser ellos quienes los solicitaban.

Formación física

Un día, a primera hora, los agentes de ARRO realizan formación o mantenimiento físico, sin que exista un protocolo. Uno de los denunciantes, tras incorporarse de una baja laboral, solicitó a uno de los sargentos ejercicios de rehabilitación en el gimnasio, no autorizándolo y asignándole la realización de tareas como la revisión de vehículos policiales.

Una tarea que habitualmente ejercían los agentes que utilizaban los mismos. Entre otros aspectos consistía en la revisión del material y aspectos propios del vehículo, como estado de los neumáticos, niveles de aceite, etc.

Los cinco agentes sufren un trastorno adaptativo mixto ansioso depresivo, precisando de tratamiento psicoterapéutico y farmacológico, reactivo a la conflictiva situación laboral.

Suspendieron la valoración profesional anual

Cuatro de los denunciantes suspendieron la valoración profesional que se realiza anualmente y la valoración profesional que hace referencia a la productividad de 2011 y 2012. En esta última, la evaluación la hizo el inspector, quien mantuvo una reunión con cada uno para explicarles la evaluación.

Tras dicho encuentro realizó un informe: «Los cuatro agentes se mostraron en desacuerdo con la valoración dada, y se negaron a aceptar que este inspector les hiciera la valoración, manifestaron con todo despectivo frases como «usted no es nadie para evaluarnos, usted no trabaja cada día con nosotros y no puede hacer ninguna evaluación porque no sabe nada de lo que hacemos. Además, el agente (...) me dijo que además de presentar el recurso por no estar de acuerdo con la valoración, pondría una denuncia penal al juzgado por acoso laboral».


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #931 en: 02 de Junio de 2024, 06:53:23 am »

Un guardia civil lleva a un tribunal militar a su sargento por acoso laboral


Los hechos podrían acabar en inhabilitación

Fabián Barca

Radio Zaragoza
31/05/2024 - 18:01 UTC
Un cabo de la Guardia Civil de Zaragoza denuncia acoso laboral por parte de su sargento. Los hechos se juzgarán en un tribunal militar esta semana y si se demuestra la culpabilidad del superior podría inhabilitarlo.


El acoso laboral, según afirma la defensa de la supuesta víctima, comenzó en 2023. "El cabo ya llevaba bastantes años en la compañía y hacía sus funciones con normalidad y estaba bien considerada. Sin motivo aparente, se le hizo un parte disciplinario por supuestamente haberse portado mal con una víctima de violencia de género que se ha demostrado que tal acusación era falsa", ha explicado el abogado de la asociación Independientes de la Guardia Civil (IGC) y de este cabo, Jorge Piedrafita.

La presión, según Piedrafita, fue en aumento y los expedientes continuaron. Aseguran que todas estas acusaciones de mala praxis al cabo se han demostrado que son falsas.

"Todo ocurrió con la permisividad de la Comandancia. Se le acusó hasta tres veces", ha añadido. Van a pedir el delito de la falsedad documental porque "el teniente y el sargento han emitido documentos con acusaciones falsas. Son conductas graves".

"Estas prácticas no se deben consentir y se le deben poner coto", ha explicado el abogado.

Un mal ambiente de trabajo que ha terminado con el cierre de este cuartel, situado en un municipio de la provincia de Zaragoza.

"Ese puesto de la Guardia Civil que estaba compuesto por siete componentes se ha quedado vacío", ha explicado.

Piden para el sargento la inhabilitación y señalan a la Comandancia de Zaragoza también como responsable por permitir, aseguran, estas conductas.

 .

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #932 en: 20 de Junio de 2024, 16:40:17 pm »


Un juez tramita una denuncia contra la consejera de Seguridad por acoso laboral al exjefe de la Policía Canaria


El comisario Santos Jara acusa a Nieves Lady Barreto (CC) de seis delitos. La consejera sostiene que se limitó a abrirle una información reservada tras recibir una información del director general de Emergencias





Nieves Lady Barreto en el Parlamento.
Nieves Lady Barreto en el Parlamento.
Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —
20 de junio de 2024 14:31h
Actualizado el 20/06/2024 15:07h
0

SEGUIR AL AUTOR/A
Luis Santos Jara, ex jefe de la Policía Canaria, ha denunciado a la consejera de Presidencia, Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Nieves Lady Barreto (Coalición Canaria), por un presunto caso de acoso laboral en relación con un expediente reservado abierto al comisario en agosto de 2023. La denuncia ha recaído en el Juzgado de Instrucción 5 de Santa Cruz de Tenerife, que ya ha abierto diligencias previas y ha solicitado un informe a la Fiscalía para que se pronuncie sobre los hechos.

Además del presunto acoso, Santos Jara acusa a la consejera de  prevaricación, infidelidad en la custodia de documentos, provocación, conspiración y proposición para cometer delitos contra la administración pública, falsedad documental y de un delito contra su honor.

El origen del conflicto se remonta a mediados de agosto de 2023, en plena emergencia en la isla de Tenerife por la declaración de un virulento incendio forestal. Según el relato contenido en la denuncia, a la que ha tenido acceso este periódico, Santos Jara suspendió sus vacaciones y se incorporó a su puesto. El fuego se originó la noche del 15 al 16 de agosto. Dos días después, el 18, comienza a circular lo que el comisario califica de “rumor”, unas manifestaciones que habría realizado acerca de la inexperiencia de los miembros del Gobierno (que habían tomado posesión de sus cargos apenas dos meses antes) en la gestión de emergencias. Unas declaraciones que se habrían producido en la comisaría y en la sala del CECOES (Centro Coordinador de Emergencias del Gobierno de Canarias), pero que  el denunciante niega.


Según ha confirmado Nieves Lady Barreto a este periódico, decidió abrir un expediente de información reservada después de que un director general le comunicara “unos hechos” que no ha querido precisar, pero que corresponden a esas supuestas manifestaciones.

En la denuncia, la abogada de Santos Jara sostiene que, tras una breve reunión con él, la consejera decidió “expulsar” al comisario y prohibirle “de forma expresa, personal y sin justificación” que se incorporara a las reuniones que se celebraban a diario para la gestión de la emergencia. Una decisión que, en su opinión, “perjudicó la honorabilidad y profesionalidad” del alto cargo, que acabó causando baja médica.

La denuncia también acusa a la consejera de haber dilatado ese expediente y de haber omitido “todas las circunstancias, informes y solicitudes” presentadas por el comisario con “la clara intención de perjudicarle y causarle una evidente discriminación profesional, degradación y perjuicio profesional”. Nieves Lady Barreto, por su parte, defiende que su actuación se limitó a la apertura del expediente reservado cuando su director general le informó de los comentarios, a su cierre cuando el instructor finalizó su informe y a abstenerse de intervenir en el procedimiento cuando el propio comisario lo pidió.

El informe del instructor está datado el 15 de marzo de 2024 y proponía el archivo del expediente. Más de un mes después, el 18 de abril, Nieves Lady Barreto firma la orden que cierra ese procedimiento. A lo largo de la denuncia, la representación de Santos Jara insiste en que hasta la actualidad la consejera nunca le ha notificado de forma personal el archivo y que se enteró de esa resolución a través de la Presidencia del Gobierno.

El mismo día en que la consejera firmaba la orden con el archivo del expediente, la abogada de Santos Jara presentó una demanda de acta de conciliación previa a una querella contra Nieves Lady Barreto, a la que acusaba de negarse a contestar a los escritos del comisario. También solicitaba a la Presidencia del Gobierno que apartara a Nieves Lady Barreto en el expediente de información reservada. Es en la respuesta a esa solicitud cuando, según la denuncia, el ex jefe de la Policía Canaria se entera del archivo del procedimiento al inadmitir la recusación contra la consejera por “pérdida sobrevenida del objeto”, al estar cerrado.

Alta laboral

Santos Jara se reincorporó a su puesto el 25 de abril. Un día después, siempre según la versión del denunciante, la consejera dictó una nueva orden en la que nombraba a un suplente de la jefatura, lo que en la práctica supuso el “cese encubierto” del comisario.  También ha impugnado esa decisión al entender que se adoptó “sin convocatoria previa, propuesta ni informe”.

La orden justificaba ese nombramiento en la necesidad de “contar con una policía de proximidad centrada en la excelencia” y de implantar sistemas de gestión “con una clara orientación a la modernización de la organización policial”. El comisario sostiene en su denuncia que tiene “el mayor cargo y escalafón” dentro del cuerpo autonómico y que atesora “la mayor experiencia y currículo”.

El ex jefe de la Policía Canaria asegura, además, que fue relegado de su despacho y que estuvo cerca de un mes en “un absoluto limbo, aislado totalmente de la toma de decisiones y actividad del cuerpo” hasta que el pasado 27 de mayo se le asignaron nuevas funciones que ha asumido pese a considerar que suponen una “degradación”, puesto que se le han encomendado tareas “por debajo de su categoría profesional”.

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #933 en: 21 de Junio de 2024, 07:15:23 am »

Archivada la denuncia contra la superintendente de la Policía Local de Valladolid por acoso laboral


El comité asesor del Ayuntamiento concluye por unanimidad el expediente al no haber motivación que justificara el posible acoso laboral

Diego González
Valladolid
20.06.2024 | 13:11

Actualizado: 20.06.2024 | 19:14

EN:

Valladolid
Ayuntamiento de Valladolid
Sindicatos
CSIF
Trabajo
Archivada la denuncia de un oficial de la Policía Local de Valladolid por presunto acoso laboral por parte de la superintendente Julia González. Así lo dirime este jueves el comité asesor del Ayuntamiento de Valladolid por unanimidad de sus miembros una ves concluido el proceso de investigación, hace ya más de 30 días, sobre una supuesta 'encerrona' por parte de Julia González y otros dos mandos a un agente por unos comentarios escritos sobre aspectos del servicio en un chat privado de WhatsApp.


Fue el pasado 7 de mayo cuando el testimonio del agente de la Policía Municipal implicado quedó recogido, de forma que el comité asesor del Ayuntamiento inició una investigación para esclarecer el presunto acoso laboral denunciado por el agente contra la superintendente jefe, Julia González.

Valladolid

El TSJ confirma la condena a 8 años de prisión a un hombre por violar a su mujer en la vivienda familiar de Valladolid
No fue hasta este jueves, 20 de junio, cuando el órgano encargado de dirimir conflictos laborales entre el personal municipal emitió la resolución a las partes implicadas a las 10.00 horas, antes de que el sindicato CSIF enviase un comunicado a los medios a las 11.48 horas en el que exigía al comité asesor del Ayuntamiento que trasladase "inmediatamente" el informe sobre lo denunciado y diese "explicaciones de la demora de la resolución" al contabilizar más de 30 días desde el inicio del proceso de investigación, como estipula el ‘Protocolo de Actuación Frente al Acoso Psicológico en el Trabajo o Mobbing del Ayuntamiento de Valladolid y sus Organismos Autónomos’.

Esa posible denuncia ya no podrá materializarse por parte del sindicato ya que, más de una hora antes, el órgano había acordado archivar el expediente abierto contra Julia González, jefa de la Policía Local de Valladolid.

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #934 en: 21 de Junio de 2024, 07:17:06 am »
Oficial marcado de por vida.

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #935 en: 10 de Julio de 2024, 07:26:10 am »


El Ayuntamiento de Gorliz, condenado a indemnizar a una policía municipal tras sufrir acoso por parte de su compañero

La sentencia reconoce que el Ayuntamiento no adoptó medidas preventivas para evitar la situación de acoso
Arkaitz Aberasturi
Bilbao | 08·07·24 | 17:05 | Actualizado a las 06:53


Señales en contra del machismo en Gorliz
El Ayuntamiento de Gorliz, condenado a indemnizar a una policía municipal tras sufrir acoso por parte de su compañeroMARTA HERNANDEZ


El Ayuntamiento de Gorliz ha sido condenado a indemnizar a una policía que sufrió una situación de acoso proveniente de un compañero.


La sentencia reconoce que el Ayuntamiento no adoptó medidas preventivas para evitar la situación de acoso, por lo que la institución se verá obligada a abonar la cuantía de 29.690,76 euros a la agente damnificada.


La Justicia archiva la denuncia de la agente de policía de Gorliz
M. Hernández
El juzgado reconoce en su resolución que la trabajadora de la policía puso en conocimiento del Ayuntamiento la situación que vivía a diario y que dicha situación fue calificada como "una situación de acoso" al tratarse de "un comportamiento reiterativo tendente a socavar su integridad y menoscabar la valía profesional de la trabajadora, sin que el Ayuntamiento actuara», aclaró el sindicato ELA en una nota.

Fracaso de acción preventiva
ELA concluye el comunicado explicando cómo el tribunal evidencia un fracaso en las medidas de acción preventiva a las que está obligada el Ayuntamiento, que "no evitó el acoso y no adoptó las medidas preventivas necesarias para garantizar la salud de la trabajadora".

El sindicato ha aplaudido la sentencia, ya que "recuerda la obligación de las empresas y administraciones públicas para evitar situaciones de acoso en los centros de trabajo". Además, ha apoyado a la trabajadora en su proceso de reincorporación a su puesto de trabajo de forma segura.


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #936 en: 04 de Agosto de 2024, 07:46:52 am »

Moisés, el policía nacional jubilado que lucha contra «gigantes»


Un juzgado de Valencia investiga su querella por presunto acoso laboral contra 20 personas relacionadas con la Policía, entre las que hay antiguos mandos del denunciante.

Manuel Moreno

03/08/2024
Actualizado a las 22:51h.


Moisés habla muy deprisa. A veces se frena y rebobina, como las viejas cintas de casete, mientras relata la lucha que ha iniciado en los tribunales contra «gigantes», como los llama, dentro de un cuerpo que sigue siendo el suyo, la Policía Nacional, aunque lo jubilaron hace menos de un año.


«No hay dinero suficiente para pagar por todo lo que he pasado», afirma. Se refiere al acoso laboral que denuncia que sufrió en las comisarías valencianas de Alzira-Algemesí y Xátiva entre 2015 y 2023. Y todavía hoy, ocho años después, reprocha a sus mandos de 2016 que le hicieran trabajar unos días en la calle sin arma reglamentaria después de una baja laboral.


«Yo exploto a finales del verano de 2022», explica a ABC, «porque me decían que se presumía que simulaba las lesiones que padecía cuando yo estaba de baja laboral. ¡Pero luego me tuvieron que operar de la espalda, del hombro..! Y, claro, he estado siete años aguantando una presión y unas injusticias por parte de algunos de mis jefes que yo me las guardaba. ¡Me guardaba todo!». Lo cuenta sin pestañear junto a su mujer, a la que agradece que él siga aquí, porque ella tuvo que esconderle sus armas reglamentarias hasta que se las retiró la Policía. Y también le dio un consejo: «Si quieres hacer algo, lo hacemos por la vía legal».

A Moisés le brotan entonces unas palabras de una psicóloga del instituto armado: «Si tu cura está en hacer justicia, adelante; pero ten presente que vas contra Goliats». Y él también recuerda perfectamente lo que le respondió: «Lo sé, pero David venció».


Después de meses recopilando documentación, el 28 de marzo se admitió a trámite su querella de unas 800 páginas presentada contra veinte personas relacionadas con la Policía Nacional, entre ellas antiguos mandos del denunciante. Desde entonces, el Juzgado de Instrucción número 2 de Valencia investiga si es cierto lo que Moisés y su abogado, Carlos Catena, relatan detalladamente por escrito.

Los delitos que figuran son numerosos, cerca de una veintena: acoso laboral, prevaricación, falsedad documental, revelación y descubrimiento de secretos, coacciones, tráfico de influencias, lesiones psicológicas o contra la libertad sindical. Porque Moisés fue delegado del sindicato ASP durante más de siete años -«liberando solamente un día», puntaliza-, pero niega que todo esto sea una venganza. «Aunque he sufrido mucho por culpa de todos ellos, también existen personas maravillosas dentro de la corporación policial, tanto jefes como compañeros. No quiero criminalizar a todos los jefes por igual», responde el agente jubilado, quien continúa en tratamiento psiquiátrico.

Felicitaciones públicas
Moisés cita por sus nombres y apellidos los mandos y facultativos médicos que «peor se portaron conmigo», como sus antiguos jefes José Antonio Martínez (ya jubilado) y Carlos Julio San Román (actual comisario provincial de Toledo). También habla de los médicos Carlos Godas y Alfonso Rodríguez-Palancas (psiquiatra), jefes del Área Sanitaria y Jefe del Área de Salud Mental de la Policía Nacional, respectivamente.

Luego en la amplia querella se desgrana los delitos que supuestamente habrían cometido cada una de las personas denunciadas por Moisés, quien atesora 47 felicitaciones públicas de la Dirección General de la Policía y dos menciones honoríficas, en 2008 y 2011.

Esas cifras son destacadas por su abogado entre tantos folios, ya que su cliente recibió 33 felicitaciones públicas hasta que comenzó su primera baja psicológica, en 2015. Sin embargo, el número se redujo «extrañamente» y «notablemente» desde su reincorporación en 2016 hasta 2021: sólo 14. Dos años después, el 5 de octubre de 2023, ya fue jubilado de manera definitiva como policía.

Pero poco se ha avanzado desde que se admitió la querella. Moisés y su abogado aseguran que, hasta el 31 de julio, en el juzgado no se tenían noticias de que la Dirección General de la Policía hubiese remitido la documentación que la jueza solicitó hace cuatro meses. Mientras, toca esperar. «Ojalá se haga justicia y que nadie pase por donde yo tuve que pasar... No hay que tener miedo por muchos galones que lleven en el hombro», dice el policía jubilado que lucha contra «gigantes».

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #937 en: 05 de Agosto de 2024, 07:30:39 am »
Al.igual.que siempre les he dicho que el peor delito para sacar adelante es el.de prevaricacion, el de acoso laboral se sitúa en paralelo.



Proponen el archivo de las denuncias de cuatro policías nacionales contra su jefa por acoso laboral


«Son hechos puntuales y aislados que no suponen un hostigamiento», se concluye en el informe. Sí reconoce el «mal ambiente laboral», que «afecta incluso a otros funcionarios»
Alfredo Perdiguero, del sindicato ASP: «La investigación ha sido realizada por la comisaría y bajo la supervisión de los jefes a los que se les denunció el mal ambiente». Una de las denunciantes ha solicitado una excedencia
Mujeres policías, de baja por «acoso laboral»
Olga Lizana, en Toledo durante el bicentenario de la Policía Nacional
Olga Lizana, en Toledo durante el bicentenario de la Policía Nacional H. fraile

Manuel Moreno

Toledo


04/08/2024
Actualizado a las 23:45h.

La Policía Nacional podría archivar las denuncias de cuatro agentes, todas mujeres, contra la inspectora jefa Olga Lizana, responsable de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la comisaría de Toledo y a la que acusan de acoso laboral, como informó ABC.


En el informe de 394 páginas elaborado por la propia comisaría, una circunstancia censurada desde el sindicato ASP, se concluye que «no se dan los requisitos necesarios para estar ante una conducta de acoso laboral y, en consecuencia, se propone el archivo».


Firmado por un inspector, concretamente el segundo de la Secretaría General de la comisaría provincial, recoge los escritos que las denunciantes elevaron al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Jefatura Superior de Policía en Castilla-La Mancha. Hubo una quinta agente que también denunció, pero «no aportó» con su documentación el modelo que se recoge en el protocolo de acoso laboral, según consta en el informe, que tiene en cuenta la denuncia «solo para valoración».

También se han cotejado las declaraciones de las cinco policías implicadas, entre ellas la inspectora jefa, además de documentos y el testimonio de otros agentes como testigos. Incluso un jefe de grupo afirmó que la inspectora jefa «no veía bien» que se hablara con las denunciantes, y entregó también cuatro ficheros con información que pudiera guardar relación con los casos que se investigaban.


«Mal ambiente laboral»
Sin embargo, el inspector que rubrica el informe de valoración inicial advierte que «los hechos denunciados, para considerarse acoso laboral, deben tener una continuidad en el tiempo, con la finalidad de destruir psicológicamente a las denunciantes». Con esta premisa, concluye que «lo que se ha visto tanto en las declaraciones como en los escritos de denuncia son hechos puntuales y aislados que no suponen un hostigamiento a las denunciantes, sino que generan una desconfianza mutua». Esto crea un «mal ambiente laboral», que «afecta incluso a otros funcionarios» de la brigada, asegura. Pero estas «rencillas o situaciones de tensión no constituyen, en modo alguno, lo que se entiende en el marco legal como acoso laboral», sentencia.

En varias párrafos de las conclusiones, alude a que los problemas entre la inspectora jefa y las policías son «momentos puntuales». No obstante, reconoce que es «evidente» que su relación «se deterioró hasta tal punto que intentaban evitarse mutuamente», ya fuese en el saludo reglamentario o al coincidir en algún lugar. Por eso, «el hecho de que, en un ambiente tan tensionado, el resto de componentes de la brigada intentaran evitar el contacto con las denunciantes puede ser comprensible para evitar problemas».

Sin embargo, «no significa ni queda acreditado que esa haya sido la intención» de la inspectora jefa. Su acción «parece, en todo caso, encuadrarse más dentro de una conducta despótica», valora el instructor, «ya que es también bastante habitual en la documentación encontrar menciones a la personalidad» de la inspectora jefa «y su actitud, no solo con las denunciantes, sino con todo el personal» de la brigada.

Sobre insultos o menosprecios de palabra por parte de su jefa a algunas de las policías, sugiere que sería «más correcto» encuadrarlos «dentro de una ofensa puntual, motivado por el conflicto personal existente entre denunciante y denunciada, que quizá pueda enmarcarse dentro de alguna responsabilidad disciplinaria».

Tampoco aprecia descalificaciones, vejaciones, humillaciones, agresiones verbales o aislamiento social, «más allá de la percepción» como responsable de la brigada del trabajo de sus subordinados y su derecho, como jefa de todos ellos, «a fiscalizar y supervisar» su trabajo. Para el instructor, se trataría de una conducta «de otro tipo» de la inspectora jefa, que «parece ser bastante exigente con el trabajo de sus subordinados». Sin embargo, considera que Lizana no quiere crear a las denunciantes «un entorno hostil o humillante con la consiguiente lesión de su dignidad e integridad moral».

Afirma que, en una brigada «tan mermada de personal» como la de Policía Judicial de la comisaría de Toledo, «no se puede permitir el lujo de ir echando a gente». Y añade que, si hay carencias, las personas que trabajan en la brigada «son las que tienen que multiplicar su esfuerzo para que el servicio no se vea afectado».

Por otro lado, en el informe se prescinde de la grabación que una de las agentes hizo a Lizana el 12 de enero. «El único insulto que se recoge por parte de la inspectora jefa a su subordinada es un 'que te den por el culo'», pero el instructor no tiene en cuenta la grabación, «bajo ninguna circunstancia», porque la denunciada estaba en una situación de desventaja.

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Sobre los justificantes de unos exámenes que Lizana solicitó a una de las policías a la que «en diecisiete años nadie me los había pedido», el instructor razona: «El hecho de que, en situaciones similares anteriores no se haya solicitado dicho justificante y ahora sí, puede significar que, efectivamente, hay una pérdida de confianza de la inspectora jefa hacia la denunciante, pero no se puede considerar una represalia como acoso laboral».

El informe da también por buenas las explicaciones de la inspectora jefa, quien niega otras acusaciones de sus subordinadas. Por ejemplo, haber impedido a una policía conciliar la vida laboral y familiar; haber manipulado el ordenador de otra para eliminar documentos que la agente afirmaba que había elaborado; o haber transmitido a otros compañeros que «limitasen» su relación con las denunciantes.

El instructor de la comisaría de Toledo finaliza su informe afirmando que «muchas de las conductas denunciadas se refieren a posibles vulneraciones de derechos laborales, en referencia a conciliación y cambios de puesto de trabajo». No obstante, precisa que «tampoco puede constituir acoso laboral en sí mismo, independientemente de que exista otro tipo de responsabilidad». «Pero han de darse el resto de elementos esenciales», añade.

«Víctimas desamparadas»
Desde el sindicato ASP, critican duramente la instrucción y el contenido del informe. «Las conclusiones son tan llamativas como desconcertantes. Se ha dejado desamparadas a unas víctimas con una prometedora carrera profesional», sentencia su secretario general, Alfredo Perdiguero, quien recrimina que «la investigación ha sido realizada por la propia comisaría y bajo la supervisión de los mismos jefes a los que se les comunicó el mal ambiente y los problemas existentes».

En declaraciones a ABC, considera que el instructor desestima las denuncias «con razones tan desconcertantes como que él mismo describe el ambiente de la brigada como tensionado, y que sus componentes evitaban el contacto con las denunciantes para evitar problemas con la jefa de la brigada». «Sin embargo, no estima que las funcionarias se sintieran aisladas», precisa.

Perdiguero avanza que no van a recurrir porque no creen que la Dirección General de la Policía «quiera encontrar la verdad». Y desvela que una de las denunciantes ha solicitado una excedencia «para valorar si esta es la institución de la que desea formar parte».


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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #938 en: 07 de Agosto de 2024, 08:07:58 am »
https://x.com/PoliciaASP/status/1820918305508446705?t=smABWR85r6rZ4C6AI5azmw&s=19

Al.igual.que siempre les he dicho que el peor delito para sacar adelante es el.de prevaricacion, el de acoso laboral se sitúa en paralelo.



Proponen el archivo de las denuncias de cuatro policías nacionales contra su jefa por acoso laboral


«Son hechos puntuales y aislados que no suponen un hostigamiento», se concluye en el informe. Sí reconoce el «mal ambiente laboral», que «afecta incluso a otros funcionarios»
Alfredo Perdiguero, del sindicato ASP: «La investigación ha sido realizada por la comisaría y bajo la supervisión de los jefes a los que se les denunció el mal ambiente». Una de las denunciantes ha solicitado una excedencia
Mujeres policías, de baja por «acoso laboral»
Olga Lizana, en Toledo durante el bicentenario de la Policía Nacional
Olga Lizana, en Toledo durante el bicentenario de la Policía Nacional H. fraile

Manuel Moreno

Toledo


04/08/2024
Actualizado a las 23:45h.

La Policía Nacional podría archivar las denuncias de cuatro agentes, todas mujeres, contra la inspectora jefa Olga Lizana, responsable de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la comisaría de Toledo y a la que acusan de acoso laboral, como informó ABC.


En el informe de 394 páginas elaborado por la propia comisaría, una circunstancia censurada desde el sindicato ASP, se concluye que «no se dan los requisitos necesarios para estar ante una conducta de acoso laboral y, en consecuencia, se propone el archivo».


Firmado por un inspector, concretamente el segundo de la Secretaría General de la comisaría provincial, recoge los escritos que las denunciantes elevaron al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Jefatura Superior de Policía en Castilla-La Mancha. Hubo una quinta agente que también denunció, pero «no aportó» con su documentación el modelo que se recoge en el protocolo de acoso laboral, según consta en el informe, que tiene en cuenta la denuncia «solo para valoración».

También se han cotejado las declaraciones de las cinco policías implicadas, entre ellas la inspectora jefa, además de documentos y el testimonio de otros agentes como testigos. Incluso un jefe de grupo afirmó que la inspectora jefa «no veía bien» que se hablara con las denunciantes, y entregó también cuatro ficheros con información que pudiera guardar relación con los casos que se investigaban.


«Mal ambiente laboral»
Sin embargo, el inspector que rubrica el informe de valoración inicial advierte que «los hechos denunciados, para considerarse acoso laboral, deben tener una continuidad en el tiempo, con la finalidad de destruir psicológicamente a las denunciantes». Con esta premisa, concluye que «lo que se ha visto tanto en las declaraciones como en los escritos de denuncia son hechos puntuales y aislados que no suponen un hostigamiento a las denunciantes, sino que generan una desconfianza mutua». Esto crea un «mal ambiente laboral», que «afecta incluso a otros funcionarios» de la brigada, asegura. Pero estas «rencillas o situaciones de tensión no constituyen, en modo alguno, lo que se entiende en el marco legal como acoso laboral», sentencia.

En varias párrafos de las conclusiones, alude a que los problemas entre la inspectora jefa y las policías son «momentos puntuales». No obstante, reconoce que es «evidente» que su relación «se deterioró hasta tal punto que intentaban evitarse mutuamente», ya fuese en el saludo reglamentario o al coincidir en algún lugar. Por eso, «el hecho de que, en un ambiente tan tensionado, el resto de componentes de la brigada intentaran evitar el contacto con las denunciantes puede ser comprensible para evitar problemas».

Sin embargo, «no significa ni queda acreditado que esa haya sido la intención» de la inspectora jefa. Su acción «parece, en todo caso, encuadrarse más dentro de una conducta despótica», valora el instructor, «ya que es también bastante habitual en la documentación encontrar menciones a la personalidad» de la inspectora jefa «y su actitud, no solo con las denunciantes, sino con todo el personal» de la brigada.

Sobre insultos o menosprecios de palabra por parte de su jefa a algunas de las policías, sugiere que sería «más correcto» encuadrarlos «dentro de una ofensa puntual, motivado por el conflicto personal existente entre denunciante y denunciada, que quizá pueda enmarcarse dentro de alguna responsabilidad disciplinaria».

Tampoco aprecia descalificaciones, vejaciones, humillaciones, agresiones verbales o aislamiento social, «más allá de la percepción» como responsable de la brigada del trabajo de sus subordinados y su derecho, como jefa de todos ellos, «a fiscalizar y supervisar» su trabajo. Para el instructor, se trataría de una conducta «de otro tipo» de la inspectora jefa, que «parece ser bastante exigente con el trabajo de sus subordinados». Sin embargo, considera que Lizana no quiere crear a las denunciantes «un entorno hostil o humillante con la consiguiente lesión de su dignidad e integridad moral».

Afirma que, en una brigada «tan mermada de personal» como la de Policía Judicial de la comisaría de Toledo, «no se puede permitir el lujo de ir echando a gente». Y añade que, si hay carencias, las personas que trabajan en la brigada «son las que tienen que multiplicar su esfuerzo para que el servicio no se vea afectado».

Por otro lado, en el informe se prescinde de la grabación que una de las agentes hizo a Lizana el 12 de enero. «El único insulto que se recoge por parte de la inspectora jefa a su subordinada es un 'que te den por el culo'», pero el instructor no tiene en cuenta la grabación, «bajo ninguna circunstancia», porque la denunciada estaba en una situación de desventaja.

Noticia Relacionada
Moisés, el policía nacional jubilado que lucha contra «gigantes»
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Un juzgado de Valencia investiga su querella por presunto acoso laboral contra 20 personas relacionadas con la Policía, entre las que hay antiguos mandos del denunciante

Sobre los justificantes de unos exámenes que Lizana solicitó a una de las policías a la que «en diecisiete años nadie me los había pedido», el instructor razona: «El hecho de que, en situaciones similares anteriores no se haya solicitado dicho justificante y ahora sí, puede significar que, efectivamente, hay una pérdida de confianza de la inspectora jefa hacia la denunciante, pero no se puede considerar una represalia como acoso laboral».

El informe da también por buenas las explicaciones de la inspectora jefa, quien niega otras acusaciones de sus subordinadas. Por ejemplo, haber impedido a una policía conciliar la vida laboral y familiar; haber manipulado el ordenador de otra para eliminar documentos que la agente afirmaba que había elaborado; o haber transmitido a otros compañeros que «limitasen» su relación con las denunciantes.

El instructor de la comisaría de Toledo finaliza su informe afirmando que «muchas de las conductas denunciadas se refieren a posibles vulneraciones de derechos laborales, en referencia a conciliación y cambios de puesto de trabajo». No obstante, precisa que «tampoco puede constituir acoso laboral en sí mismo, independientemente de que exista otro tipo de responsabilidad». «Pero han de darse el resto de elementos esenciales», añade.

«Víctimas desamparadas»
Desde el sindicato ASP, critican duramente la instrucción y el contenido del informe. «Las conclusiones son tan llamativas como desconcertantes. Se ha dejado desamparadas a unas víctimas con una prometedora carrera profesional», sentencia su secretario general, Alfredo Perdiguero, quien recrimina que «la investigación ha sido realizada por la propia comisaría y bajo la supervisión de los mismos jefes a los que se les comunicó el mal ambiente y los problemas existentes».

En declaraciones a ABC, considera que el instructor desestima las denuncias «con razones tan desconcertantes como que él mismo describe el ambiente de la brigada como tensionado, y que sus componentes evitaban el contacto con las denunciantes para evitar problemas con la jefa de la brigada». «Sin embargo, no estima que las funcionarias se sintieran aisladas», precisa.

Perdiguero avanza que no van a recurrir porque no creen que la Dirección General de la Policía «quiera encontrar la verdad». Y desvela que una de las denunciantes ha solicitado una excedencia «para valorar si esta es la institución de la que desea formar parte».

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Re: El acoso en los cuerpos policiales
« Respuesta #939 en: 11 de Septiembre de 2024, 09:57:12 am »


Ocho agentes de la Policía Nacional denuncian por acoso laboral al comisario de Alcalá de Guadaíra


Varios colectivos policiales advirtieron el pasado mayo que cerca de un 5% de la plantilla estaba de baja médica por "la presión y el maltrato" a la que estaba sometida

Imagen de recurso de la Policía Nacional / POLICÍA NACIONAL



Carlos Doncel

Sevilla 05 SEPT 2024 13:25
La polémica ha acompañado a Elías Navarro desde que asumió el cargo de comisario de Alcalá de Guadaíra. El pasado mayo varios colectivos policiales advirtieron que cerca del 5% de la plantilla estaba de baja médica como consecuencia de "la presión y el maltrato" a la que estaba sometida. Ahora esta situación ha terminado por estallar, y un total de ocho agentes de la Policía Nacional han denunciado a Navarro por acoso laboral ante la Jefatura Superior de Andalucía Occidental, según ha podido saber El Correo de Andalucía.


Las dos primeras denuncias internas se interpusieron el martes, otras dos el miércoles y hasta cuatro este jueves contra un jefe policial que llegó a Alcalá hace poco menos de siete meses, el 8 de febrero. Como consecuencia de estas acciones legales, se debe activar el protocolo antiacoso en la comisaría de este municipio de la comarca de Los Alcores.


Las obras de las cocheras del del tranvía de Alcalá empezarán en otoño de 2024

Poco después de que Elías Navarro tomara posesión, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) emitió un comunicado en el que detallaba que entre los agentes había "un constante temor a ser expedientados disciplinariamente, de manera arbitraria e injustificada". Este mismo sindicato también remarcaba a finales de mayo que los más afectados "se encuentran adscritos a la Brigada Local de Policía Judicial, prácticamente desmontada debido al desajuste entre el Catálogo de Puestos de Trabajo y el capricho de la Superioridad".

"Ante esta tesitura y el desgaste mental que se produce a los policías, muchos se ven en la imperiosa necesidad de permanecer de baja médica hasta recuperarse de la ansiedad", señaló el SUP. "Se han incoado al menos cuatro procedimientos disciplinarios y casi el 5% de la plantilla está de baja médica. Los datos no tienen parangón ni con otros periodos anteriores ni contras plantillas de similares características", manifestó la Unión Federal de Policía (UFP).



De Alcalá a Senegal
La carrera de Elías Navarro en Alcalá de Guadaíra tiene fecha final. Se prevé que en pocos meses el actual comisario se traslade a un destino a miles de kilómetros de Sevilla, en Senegal. Allí ejercerá como agregado de Interior en la embajada de España en este país africano, tal como publicó Diario de Sevilla en junio.

Sin embargo, antes deberá resolver un conflicto laboral que se ha recrudecido este jueves. Tras las quejas recibidas en este tiempo, ocho agentes han dado un paso más allá y las han elevado de manera formal ante la Jefatura Superior de Andalucía Occidental, a la que le toca actuar ahora en consecuencia.