Autor Tema: El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"  (Leído 195336 veces)

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2240 en: 15 de Diciembre de 2019, 07:32:44 am »

Sagunt: 30 años con policías con nombre de mujer
Apenas llegan al 10% de la plantilla y sólo hay dos en la escala de mando, pero son "todoterreno" y trabajan en unidades de todo tipo
mónica arribas | sagunt 13.12.2019 | 22:44


La policía más veterana, Pilar Navarro, junto a otras compañeras. D. TORTAJADA

Siguen siendo pocas y apenas llegan al 10% de la plantilla actual. No obstante, las mujeres han ido ganando cada vez más presencia en la Policía Local de Sagunt desde que, hace 30 años, la ahora oficial Pilar Navarro entrara en su plantilla «como un agente más» en un momento en el que ni siquiera había vestuarios para chicas.

«La verdad es que, en la calle, había gente que se sorprendía mucho al verme. Les chocaba que fuera una mujer. Pero con mis compañeros nunca he tenido problemas», contaba tras haber sido también la primera mujer en la escala de mando de este cuerpo y pasar por todo todo tipo de servicios antes de estar ahora en la patrulla de los motoristas, en la sección de Tráfico.

Aunque al principio era la única mujer en el cuerpo, al poco tiempo se incorporó Celia Cosín, que también ha sido una «todoterreno».

Tras ellas llegó Nuria Bru, la única que con Navarro es también oficial y ahora se ocupa de la sección de Movilidad Urbana. «A mí no se me ha podido olvidar cómo un niño me vio uno de los primeros días en el paso de peatones y le dijo a su madre sorprendido: ¡Mamá, mira, es una chica!», comentaba. «Muchas señoras mayores también nos decían que no nos metiéramos en líos y algunas aún nos lo dicen, pero bueno...», añadía tras haber hecho todo tipo de servicios como policía.

Esta «polivalencia» es común a otras compañeras del cuerpo, que también han pasado por distintas unidades. Sin embargo, no falta quien tiene claro que «prefiere estar en la calle», como Isabel Ávila, que lleva unos 20 años de experiencia y está «en la sección de Seguridad Ciudadana», como explica mientras los ojos le brillan de una forma especial.

Esa evidente vocación no es un caso aislado. Y eso que muchas aseguran no haber tenido referentes familiares hasta llegar ahí. «Desde pequeña ya quería dirigir el tráfico», contaba Isabel entre risas mientras la agente Natacha Paredes afirmaba que «sólo ha sido una coincidencia» el haber compartido profesión con su prima, la oficial Nuria Bru. «Yo quería presentarme para ser Policía Nacional, pero un amigo me hizo ver que aquí iba a poder estar siempre cerca de casa y allí igual me enviaban a cualquier lugar de España. Así que me decidí por esto», comentaba Pilar Navarro.

Acostumbradas a responder ante cualquier servicio, la asignatura pendiente que ven es la conciliación familiar, por mucho que haya habido avances. «Eso es una bonita utopía», decía Isabel, aunque rápidamente añadía: «Hay que reconocer que ahora es todo más fácil que hace 10 años. Es verdad que se nota que ha habido mejoras, pero queda mucho por hacer a ese nivel», apuntaba tras vivir en primera persona esas dos épocas como madre y policía.

Otro reto es ascender más posiciones en la escala de mando, algo que requiere volver a examinarse, pero que algunas están dispuestas a intentar para así romper «más techos de cristal»; otro de esos que rasgó Pilar Navarro en septiembre de 1989, como se reconoció el pasado mes de octubre, al distinguirla como primera mujer que entró en el cuerpo.
Todo tipo de intervenciones

Al echar la vista atrás, entre sus muchos servicios realizados, no faltan intervenciones por casos de violencia machista que les han dejado huella, unos casos donde su condición de mujer ha propiciado «una mayor complicidad» con las víctimas, según afirman. «Quieras que no, siempre se abren más al vernos a nosotras. Pero, en general, yo creo que en todos los servicios, es bueno que haya mujeres policía. Tenemos otra manera de hacer las cosas. Otra visión diferente», contaba Pilar en algo que ratificaban sus compañeras, sobre todo, después de que Nuria recordara un caso también muy especial: Cuando ayudó a dar a luz a una mujer que se puso de parto en un coche, de madrugada, cuando iba hacia el hospital; una historia «de las bonitas» que, según coinciden, siempre ayuda a compensar los malos tragos «que no faltan en la vida profesional de cualquier policía», sea hombre o mujer.


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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2241 en: 24 de Enero de 2020, 07:18:48 am »

El número de mujeres coronel se duplica en un año
La presencia femenina en las Fuerzas Armadas aumenta en la Escala de Oficiales pero se estanca en el conjunto del personal militar

Fecha
24/01/20access_time 1:03

De siete a finales de 2018 a catorce al terminar 2019: el número de mujeres con empleo de coronel se ha multiplicado por dos en las Fuerzas Armadas españolas en sólo un año, según las estadísticas del Ministerio de Defensa.

Confidencial Digital ha consultado las cifras que maneja el Observatorio militar para la igualdad entre mujeres y hombres en las Fuerzas Armadas. Este organismo del ministerio recopila en informes anuales la presencia de las mujeres en las Fuerzas Armadas, a partir de datos de la Dirección General de Personal del Ministerio de Defensa referente a militares profesionales y personal civil en activo a fecha de 31 de diciembre.
Mayor presencia entre los oficiales

La presencia porcentual de mujeres en los tres ejércitos y en los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas se mantuvo este 2019 estancado respecto a los años anteriores. Pero yendo al detalle por escalas, durante este pasado año las mujeres ganaron presencia en las escalas de Oficiales y Suboficiales, mientras que disminuyeron entre Tropa y Marinería, una tendencia que se repite respecto a 2018.

Si 2019 fue el año en que fue ascendida por primera vez una mujer al empleo de general de Brigada y por tanto a la Escala de Oficiales Generales (Patricia Ortega), justo un escalón por debajo hubo también pasos importantes hacia una mayor proporción femenina entre los mandos militares.

El año 2017 se cerró con una única mujer coronel, que había sido ascendida en 2016. En 2018 ya eran siete a final de año, y la cifra se duplicó en 2019, ya que a 31 de diciembre ya eran 14 las coroneles en las Fuerzas Armadas.

En total, las mujeres crecen ligeramente entre los oficiales, desde el 9,2% de 2018 al 9,7% de 2019. El año pasado acabó, en lo que respecta a mujeres, con 190 tenientes coroneles frente a 161 de un año antes; 556 capitanes respecto a 537; 418 tenientes frente a 405, por destacar los casos de mayores aumentos del número de mujeres por empleo. Hay cuatro comandantes menos, de 240 se ha bajado a 236.

En la Escala de Suboficiales, la presencia de mujeres creció del 5,1% al 5,4%, con aumentos en términos absolutos importantes en el número de brigadas: 111 ante 58 de doce meses atrás.

Igual que pasaba en 2018 comparando con los datos de un año antes, la tendencia se mantiene en el sentido de que aumenta el porcentaje de mujeres en las Escalas de Oficiales y Suboficiales, pero baja ligeramente en Tropa y Marinería: de 16,4% cae al 16,2%.
El porcentaje de mujeres, estancado

En general, pese a la voluntad expresa de aumentar la participación de las mujeres en las Fuerzas Armadas que abandera Margarita Robles, durante 2019 -primer año completo de la ministra al frente del departamento, ya que llegó en junio de 2018-, la proporción de hombres y mujeres militares no crece en los últimos años.

Según las estadísticas recogidas en el informe del Observatorio militar para la igualdad entre mujeres y hombres en las Fuerzas Armadas, las mujeres suponían al cierre de 2019 el 12,7% del total.

En los gráficos del informe se redondean las cifras: con más detalle, las mujeres eran el 12,76% del total de efectivos de los tres ejércitos y los Cuerpos Comunes a 31 de diciembre de 2019.

Por tanto, ha crecido muy ligeramente su porcentaje respecto al 12,69% de un año antes.

El gráfico y los datos muestran que tras unos incrementos importantes entre 2000 y 2006, del 6,6% al 12%, el avance de la mujer en las Fuerzas Armadas se ralentizó en cuanto al número proporcional del total de militares.

Los incrementos anuales pasaron a ser de décimas, y en 2017, 2018 y 2019 se repite la cifra redonda: 12,7%.

Hay que subrayar, en todo caso, que entre 2018 y 2019 ha aumentado tanto el total de militares como tanto de hombres como de mujeres, en términos absolutos. A cierre de este pasado año había 15.706 mujeres militares, frente a las 14.893 de 2018. Por contra, había menos mujeres funcionarias y del personal laboral del Ministerio de Defensa.

Creció el número total de mujeres en los tres ejércitos y en los Cuerpos Comunes, pero proporcionalmente crecieron en los Cuerpos Comunes (pasaron de ser el 28% al 30% del total), se mantuvieron en la Armada (13%), y cayeron ligeramente, en porcentaje, en el Ejército de Tierra (del 11,8% al 11,6%) y en el Ejército del Aire (del 14% al 13,9%).

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2244 en: 17 de Febrero de 2020, 07:31:24 am »

ENTREVISTA A GEMA MORETÓN MARTÍN
«La policía no es un trabajo de hombres, somos válidas»
Es agente de la Policía Local de Plasencia
 


«La policía no es un trabajo de hombres, somos válidas» - TONI GUDIEL


Raquel Rodríguez Muñoz
16/02/2020

Gema Moretón Martín lleva trabajando como policía local 20 años, hasta el 2007 en Coria y, desde entonces, en la jefatura de Plasencia. Ha recibido recientemente la Medalla al Mérito para Mujeres Policías, que concede la Unión Nacional de Jefes y Directivos de Policía Local (Unijepol).

-Por qué decidió ser policía?

-Por vocación. En mi familia no hay ningún policía, pero desde pequeña supe que quería serlo. Me gustaba, siempre me ha llamado la atención.

-¿Qué supone esta medalla?

-Es una satisfacción, un orgullo, que te reconozcan el trabajo realizado.

-Uno de los aspectos que le reconocen es su trabajo en seguridad vial. ¿Cuánto tiempo lleva en este área y por qué es tan importante?

-Empecé en Coria en el año 2002 porque me gustaba la materia, trabajar con niños, porque creo que la educación debe empezar desde pequeños. Después, en Plasencia había una plaza en la sección de educación vial, opté y entré en el departamento. Creo que la educación vial lo es todo, es fundamental para tener una buena seguridad vial.

-¿Por qué cree que falta concienciación? ¿No somos conscientes de los peligros reales?

-Creo que se trata de hábitos mal adquiridos. La gente piensa que no pasa nada, que nunca le va a pasar nada, no piensa en las consecuencias. Por ejemplo, los sistemas de retención infantil se ponen muchas veces por evitar una denuncia, pero no hay una percepción de riesgo real y no se ve tan importante, no es una prioridad. Yo siempre digo que a un niño no le dejas meter las manos en un enchufe, pues esto es lo mismo.

-¿Cómo se trabaja actualmente en la policía local para cambiar los hábitos?

-Por ejemplo, tenemos un proyecto en colaboración con el SES y nos dirigimos a las matronas de la región para dar charlas sobre la importancia de los sistemas de retención infantil para que lo transmitan a las mujeres embarazadas y padres primerizos porque hay cosas que no saben. También vamos a colegios e institutos a hablarles de distintos temas según su edad y son esponjas.

-¿El parque de tráfico no está infrautilizado?

-No. Lo utilizamos. Somos ocho personas en el departamento de segurida vial y hay un policía de segunda actividad de lunes a viernes. Lo utilizamos como lo que es, un parque educativo, no lúdico. Se lo ofrecemos a los colegios y acuden para charlas teóricas y la práctica.

-Unijepol también reconoce su compromiso con la igualdad de género, ¿existe en la Policía Local?

-En Plasencia hay más de 70 policías y tenemos cinco mujeres y una en prácticas, hay una diferencia abismal, pero en Extremadura, de 1.500 agentes, solo 103 son mujeres.

-¿A qué achaca esa diferencia?

-A que las mujeres no se presentan en la misma medida que los hombres, quizás por desconocimiento de la profesión o porque piensan que es un trabajo de hombres. En las pruebas físicas, algo falla. Debería haber una discriminación positiva para reducir los tiempos para las chicas.

-Precisamente, se ha creado la Asociación Extremeña de Mujeres Policías, de la que es directiva, ¿con qué objetivo?

-Queremos dar a conocer el trabajo de la mujer policía. Tenemos un proyecto y vamos a los cursos de Bachillerato para que lo vean también como una salida. En Plasencia ya hemos empezado. La hemos creado porque somos muy pocas y queremos potenciar el trabajo policial femenino. Las mujeres somos muy válidas y hay que eliminar estereotipos como que hay que ser fuerte y valiente, se pueden hacer muchas cosas.

-¿Por ejemplo?

-Hay muchas secciones, no solo denunciamos ni nos dedicamos a correr y perseguir a infractores. Está la sección de familia y menores, atestados. En violencia de género, por ejemplo, las mujeres buscan chicas policías porque se sienten más identificadas y en menores, el niño siempre nos busca, por la figura materna.

-Además, la policía local también es solidaria.

-Sí. Acabamos de colaborar en un proyecto para entregar mochilas a niños de Burkina Faso, Malí y Mauritania. Ha sido un éxito porque hemos recogido 500. La policía ha cambiado, está más cerca del ciudadano porque somos servicio público y somos solidarios.

-¿Qué es lo mejor de ser policía local?

-Lo mejor de este trabajo es que no es nada monótono, cada día surge algo nuevo y no sabes qué te vas a encontrar, lo que también es estresante. También que está muy cerca del ciudadano.

-¿Cómo le gustaría que estuviera el cuerpo dentro de 20 años?

-Con muchos más efectivos porque nos hemos quedado muy pocos y no podemos abarcar todo lo que podríamos. Y con muchas más mujeres, mitad y mitad sería lo suyo, así que, que las chicas no se asusten y se animen.

 

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2245 en: 17 de Febrero de 2020, 11:02:53 am »
Pués que bien, en PMM hay más mujeres, pero . . . en la calle cuántas? . . . porque las hay que no la han pisado nunca . . . así que esto, una vez más, es lo de siempre . . . a mí ya me aburre el tema, la verdad . . .

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2246 en: 17 de Febrero de 2020, 11:50:12 am »
Pues la de la entrevista tiene buen currículum:

Educación vial y jefatura.

No hay más que decir.

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2247 en: 17 de Febrero de 2020, 20:36:54 pm »
Vaya esperpento de declaraciones.

Que lo ideal sería "mitad y mitad"......Ya....y también en Sanidad, y en Justicia y en educación y en general en todos los puestos de la Administración donde hay un 70% de mujeres como poco y nadie facilitada nada a los hombres ni hay discriminaciones "positivas" ante la minoría masculina.

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2248 en: 17 de Febrero de 2020, 20:46:54 pm »
Vaya esperpento de declaraciones.

Que lo ideal sería "mitad y mitad"......Ya....y también en Sanidad, y en Justicia y en educación y en general en todos los puestos de la Administración donde hay un 70% de mujeres como poco y nadie facilitada nada a los hombres ni hay discriminaciones "positivas" ante la minoría masculina.

Y en la obra, y en la mina, y en soldadores submarinos.

O sólo lo piden para los puestos cómodos y los directivos?

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2249 en: 18 de Febrero de 2020, 09:05:06 am »
Pues la de la entrevista tiene buen currículum:

Educación vial y jefatura.

No hay más que decir.

Eso es...y esa es la cuestión..dice que las mujeres son tan validas como los hombres y yo que he patrullado con una puedo asegurarlo, pero lo cierto es que una amplia mayoría no soportarían tener que extraer del coño de la bernarda un fajo de billetes manchados de sangre tras un hurto...y esa es la cruda realidad de las calles, que a veces, muchas, te tienes que manchar de mierda... y en educación vial y jefatura la mayor mierda que te puedes encontrar en un pasillo es que coincidas con alguna mierda con patas.

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2250 en: 29 de Febrero de 2020, 07:26:02 am »

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2251 en: 08 de Marzo de 2020, 07:19:58 am »










Las 'boomer' pioneras: "Decían que le quitábamos el trabajo a los hombres"



Las mujeres nacidas entre 1960 y 1975 lograron la gran incorporación femenina al mercado laboral. Hasta entonces, tres de cada cuatro estaban recluidas en el hogar, ahora más del 70% están activas



08/03/2020 05:00
Adelantado en

La primera vez que Conchi Rodríguez entró a trabajar en una mina le dieron una escoba para barrer. Una mujer con un mono lleno de carbón en la Asturias de los 90 todavía era una provocación para una sociedad que no la situaba en ningún otro sitio que no fuera al cuidado del hogar. "Se decía que íbamos a perder la feminidad", recuerda.

Hija, sobrina, prima, nieta y hermana de mineros, Conchi reconoce que nunca tuvo una vocación especial por picar minerales. "Lo que quería era trabajar y ser independiente porque mi madre siempre me había dicho que no dependiera de ningún hombre. Y, en la cuenca, las únicas opciones que teníamos eran o ser empleada de hogar u opositar. El resto era para los hombres".

Así era hasta que un día de 1985 su padre llevó el boletín minero a casa. En él se anunciaba una oferta de mil puestos de trabajo como peón de interior en Hunosa, empresa pública de extracción de carbón. "Tenía 29 años y vi que esa era una de las pocas oportunidades que había en el pueblo de tener un trabajo fijo", cuenta. Pasó las pruebas igual que cualquier hombre pero su solicitud y la de una decena de mujeres que también las pasaron empezaron a coger polvo en un cajón.

Conchi, en la mina de Hunosa. (Cedida)
Conchi, en la mina de Hunosa. (Cedida)

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La empresa se amparó en una ley de 1897 en la que se prohibía a los menores y las mujeres acceder a las minas con el argumento de "protegerles de la explotación". "Eso pudo tener sentido un tiempo, pero cuando nos presentamos nosotras ya no había esas condiciones salariales ni laborales", considera Conchi. Además, la única forma de trabajar en cualquier puesto dentro de la empresa, aunque fuese en administración, pasaba necesariamente por entrar como peón de interior y hacer promoción interna. Ni siquiera las hijas de mineros fallecidos tenían derecho a un puesto que sí estaba abierto a sus hermanos.

Lo que para Conchi era una injusticia se convirtió en una batalla judicial y social por los derechos de las mujeres. "Pensé que si mi hermano era minero, por qué yo no iba a poder”. Tuvieron que pasar ocho largos años hasta que el Tribunal Constitucional le dio la razón, en 1992, lo que la convirtió en la primera mujer en sacarse una plaza de minera de interior. "Derribamos muchos mitos: decían que le íbamos a quitar el trabajo a los hombres, que la mina era muy dura… La realidad es que muchas mujeres pasamos las mismas pruebas que los hombres. Y eso que nos miraban más con lupa que a ellos", recuerda.

Conchi en su último destino. (Cedida)
Conchi en su último destino. (Cedida)

Para las mujeres de la generación del 'baby boom', la incorporación al mercado laboral fue una lucha por sus derechos. Fue una lucha silenciosa y que apenas se ha reconocido con el tiempo, pero realmente fueron ellas quienes consiguieron liberarse de la reclusión en el hogar y construyeron una carrera profesional similar a la de los hombres. Si a finales de los 70 se consiguió la igualdad formal y legal, fue en los 90, con las 'boomers', cuando las mujeres se abrieron paso a codazos en el mundo laboral, muchas con juicios que les reconociesen ese derecho que solo estaba sobre el papel. "La dificultad vino sobre todo por la falta de precedentes en algunas actividades, que estaban directamente prohibidas para las mujeres", cuenta Lucía Ruano, histórica abogada que llevó muchos casos laborales de mujeres en aquella época.

Cuando la primera generación del 'baby boom' accedió al mercado laboral (las nacidas entre 1960 y 1965), el porcentaje de mujeres en edad de trabajar activas apenas superaba el 30% y en el caso de las mujeres casadas, la tasa de actividad era del 25%. Esto es, tres de cada cuatro mujeres estaban recluidas en el hogar y eran sus maridos quienes 'llevaban un salario a casa'. Sin embargo, estas mujeres, que crecieron durante los últimos años del franquismo y la transición, se negaron a aceptar que su destino sería cuidar de los hijos. "Habíamos visto la gran dependencia emocional y económica de nuestras madres y abuelas por quedarse en casa al cuidado de los hijos. Y no queríamos eso; queríamos independencia económica porque eso nos daba independencia y libertad a todos los niveles", añade Ruano.

A partir de su generación, comenzó la gran incorporación de la mujer al mercado laboral, en especial de las mujeres casadas (las solteras sí tenían que trabajar para ganarse la vida). Si se realiza el análisis por franjas de edad se observa que fueron las mujeres del 'baby boom' quienes rompieron el muro del mercado laboral. De hecho, los niveles de actividad que consiguieron apenas han mejorado desde entonces, lo que muestra que todavía hace falta un gran impulso para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres.

Cuando la generación del 'baby boom' empezó a cumplir 25 años (edad para entrar en el mercado laboral después de acabar los estudios), las tasa de participación de las mujeres casadas, que en esa época eran una amplia mayoría, era inferior al 45%. Más de la mitad de las mujeres entre 25 y 29 años estaban recluidas a cuidar del hogar y los niños. Las 'boomers' cambiaron esta realidad de forma radical. Cuando ellas atravesaron esta franja de edad, dejaron una tasa de actividad del 66%.

En una sola generación fueron capaces de recortar la brecha de actividad en más de 20 puntos y, además, lograron normalizar la incorporación de la mujer al mercado laboral. Desde entonces, la tasa de actividad de las mujeres de entre 25 y 29 años no ha mejorado, de hecho, se ha reducido marginalmente hasta el 65%. Por el contrario, en el caso de los hombres casados, los niveles de actividad se mantienen por encima del 97%.
Estrella, la primera maquinista de Metro

Cuando va en Metro, a Estrella le saludan trabajadores que ni conoce. Fue la primera maquinista mujer de Metro de Madrid, y como Conchi, más que por vocación, fue pionera por pura necesidad. "Yo quería trabajar y aquí había plazas. Solo pedían medir más de 1'60, tener bien la vista y haber pasado el servicio militar. Como mujer esa parte no la podía aportar, así que recurrí".

Era 1983 y hasta entonces las únicas conductoras que había conocido el subsuelo madrileño fueron las que cubrieron las bajas masculinas durante la Guerra Civil. "Los primeros días había de todo, desde gente que como mínimo te mandaba a fregar, como los que se alegraban de ver a una mujer ahí".

Ni siquiera Metro estaba preparado para la incorporación de mujeres a su plantilla: no tenían baños ni vestuarios femeninos, por lo que Estrella tenía que subir a la superficie o el vestíbulo cada vez que lo necesitaba. De hecho, no fue hasta que se reformaron paulatinamente las estaciones cuando se incorporaron estos espacios.

Estrella en su primer día al frente de un vagón de Metro
Estrella en su primer día al frente de un vagón de Metro

Legalmente, en España las mujeres casadas tuvieron prohibido trabajar hasta que se aprobó la Constitución —también debían abandonar su carrera si se casaban— y aún tuvieron que pedir permiso a sus maridos para ganarse un sueldo fuera de casa hasta 1981. Socialmente, esta situación se mantuvo hasta los años noventa, cuando las mujeres del 'baby boom' empezaron a llegar a la treintena. Durante la década de los ochenta, menos de la mitad de las mujeres casadas de entre 30 y 35 años estaban activas, pero todo cambió rápidamente. En apenas 15 años, las 'boomers' llevaron la tasa de actividad de este grupo de edad hasta el 75%, una cifra que no está muy lejos del 78% actual.

Sin embargo, en el caso de los hombres casados, la tasa de actividad entre los 30 y los 35 años se ha mantenido estable por encima del 95%. Esta brecha muestra que todavía hay muchas mujeres que abandonan el mercado laboral cuando cumplen la treintena, esto es, cuando son madres. Son ellas quienes abandonan su empleo para cuidar a los hijos, mientras que los hombres se mantienen activos, lo que evidencia la gran diferencia social que se mantiene desde los noventa.
« Última modificación: 08 de Marzo de 2020, 07:37:52 am por 47ronin »

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2252 en: 08 de Marzo de 2020, 07:42:06 am »

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2253 en: 18 de Mayo de 2020, 06:57:07 am »


Eulalia González Peña en su despacho. Jorge Barreno

La comisaria Eulalia, el triunfo de una policía: “Hasta 1979 no podíamos entrar en el cuerpo y ya estamos en la cúpula”
Eulalia González Peña, comisaria principal y subdirectora general del Gabinete Técnico de la Policía Nacional:  "Las mujeres hemos pasado de ser el 1% de la Policía, en los noventa, al 15%. Con el tiempo llegaremos" | "Mi marido ha sacrificado muchas cosas de su trabajo para que yo pudiera ascender"
18 mayo, 2020 02:03


Joana Rei @joana_rei


En la familia de Eulalia González (57 años) la carrera policial corre en la sangre. "Mi padre y todos sus hermanos, mi abuelo y mi bisabuelo… He vivido siempre rodeada de policías", cuenta. Y, sin embargo, ella nunca imaginó llegar a vestir el uniforme. "Pese a tener ejemplos tan cercanos, yo creía que no había mujeres en la policía y no me lo planteaba como una opción", recuerda. Estudió periodismo casi por descarte -"no tenía mucha vocación pero la carrera me gustaba"- pero se desilusionó pronto con la profesión: "Te pagaban tarde y mal", bromea. Ahora, Eulalia González es comisaria principal de la Policía Nacional, subdirectora general del Gabinete Técnico y una de las dos mujeres en la cúpula del cuerpo.

Recogió el testigo de su padre poco tiempo después de acabar la carrera de periodismo y se convirtió en la primera mujer de su familia en dedicarse a la profesión. "Fue él quien me dijo que sí había mujeres en la policía, que por qué no miraba las condiciones, que a lo mejor me podía interesar. Yo no había pensado nunca en entrar en el cuerpo, no sabía que una mujer podía ingresar en la policía, pero después de hablarlo con mi padre lo miré y me gustó". Ingresó en la escuela de Ávila en 1987, con 24 años, y descubrió su vocación. "Me encanta, lo vivo con mucha ilusión y, mirándolo ahora, no lo hubiese dejado por nada, ni lo cambio por otra profesión", dice.

Allí pasó los siguientes dos años, el primero viviendo en la academia, y el segundo en un piso compartido con dos de sus compañeras. En su promoción eran 37 alumnos y sólo cinco eran mujeres. "Es verdad que éramos muy pocas pero nunca he tenido ningún problema, ni he sentido ninguna dificultad añadida o discriminación por ser mujer", recuerda. "Eso no quiere decir que no la haya habido, mis compañeras que entraron en 1979, que fueron las primeras en abrir camino, han tenido que sufrir actitudes de todo tipo".

Eulalia González Peña, en entrevista a MagasIN Jorge Barreno

P. ¿Por ejemplo?
R. Paternalismo, machismo… pero no sólo dentro de la policía, sino en la sociedad. Iban por la calle y la gente no se creía que eran policías porque eran mujeres. Ellas tuvieron que romper esa barrera de las primeras veces. Una vez superada, las cosas se empezaron a ver con cierta normalidad.

Antes de 1979 no había mujeres en la policía. En 1978, en plena Transición, el BOE del 14 de marzo publicó la convocatoria de las primeras pruebas de selección para el entonces Cuerpo General de Policía, en las que se reservaban cien plazas para "miembros femeninos". Un año después, el 30 de junio de 1979, juraron el cargo 42 mujeres.

Desde entonces, mucho ha cambiado y, en la actualidad, las mujeres representan un 15% del total del cuerpo de la Policía Nacional. "A inicios de los años noventa representábamos un 1%. El avance ha sido notable". Una revolución que está empezando en las nuevas generaciones que acceden a la academia. "Entre los que ingresan en la escala básica hay cerca de un 25% de mujeres y si miramos en la escala ejecutiva, la cifra sube al 40%. Son muchas y es muy buena señal", dice orgullosa.

Para ello también ha contribuido la Oficina Nacional para la Igualdad de Género, creada en 2018, dedicada a la igualdad de género en todos los ámbitos de la policía nacional y de la que Eulalia González también es responsable. "Es una de las cosas de las que más me siento orgullosa de haber impulsado", dice con una sonrisa. "Estamos haciendo un estudio que arrojará muchos datos valiosos cuando lo terminemos, para saber quiénes piden los permisos, quiénes ascienden, quiénes hacen cursos de formación… Cuando sepamos todo esto será más fácil saber qué hay que hacer para fomentar la igualdad", explica.
Eulalia González trabajando en su despacho.

Eulalia González trabajando en su despacho. Jorge Barreno

A lo largo de nuestra conversación, Eulalia recalca que no ha tenido más trabas en el camino por ser mujer, pero escuchando la determinación con la que habla, no es difícil imaginar que las hubiese superado, una tras otra, si hubiese hecho falta. Esta madrileña es una mujer determinada y hecha a si misma que, en sus palabras, se limitó a trazar un camino y a seguirlo. Y así, escuchando como lo dice, parece hasta fácil.

"Hay muchas oportunidades de ascender y desarrollar una carrera dentro de la policía, si uno quiere y se aplica. Lo bonito cuando entras en una organización es aspirar a lo máximo. Fue lo que hice yo. Mis hijos llevan toda la vida preguntándome cuando voy a dejar de estudiar", cuenta entre risas.
Corresponsabilidad, la clave

Sin embargo, Eulalia sí reconoce que detrás de cada ascenso tiene que haber un soporte familiar que no siempre existe. "Las posibilidades de ascender son reales y están ahí, pero luego cada uno, con sus circunstancias, tiene que valorar si puede hacerlo, si encaja con su vida", explica. "Desarrollar una carrera en esto exige sacrificio. Hay horarios dispares, lo más normal es que te cambien de residencia… y es verdad que algunas mujeres lo pueden tener más difícil porque estamos acostumbrados que sean ellas las que renuncien a sus metas por su familia”.

En su caso no fue así. Su marido, con el que lleva 30 años casada y 10 más de novios, siempre ha sido un apoyo fundamental. Él la ha animado a seguir creciendo y la ha seguido allí donde hizo falta. "Nos casamos, él se vino conmigo a mi primer destino, en Barcelona, luego nos volvimos a Madrid. Cuando me nombraron comisaria me fui a Tenerife y él se pidió una excedencia. Siempre hemos estado toda la familia junta y gracias a eso no he tenido ningún problema", recuerda. "Mi marido ha sacrificado muchas cosas de su trabajo para que yo pudiera ascender en el mío. Es una decisión personal, que cada uno tiene que valorar".

P. ¿La corresponsabilidad es el primer paso para la igualdad?
R. Sin duda. Si no existe en tu casa, en tu entorno, es muy difícil. Sin el reparto de tareas, sin el apoyo familiar no se puede. Sin corresponsabilidad es imposible llegar a la igualdad real.

P. ¿Medidas como igualar las bajas de paternidad ayudan?
R. Por supuesto. Cuando se tiene un hijo, aunque sólo las mujeres podemos dar a luz, la responsabilidad es de los dos. Y más en los tiempos en los que estamos, que los dos trabajan fuera de casa, tienes que organizar tu vida en ese sentido. La responsabilidad de los primeros meses de un hijo no puede ser solo de la madre. Los hombres tienen que vivirlo también.

Su primer destino fue Barcelona, en la recién estrenada Unidad de La Mujer, que empezaba a dedicarse a los temas de violencia de género entonces. "En las primeras unidades dedicábamos agentes del sexo femenino exclusivamente a estas labores, de estar en contacto con mujeres en riesgo, o maltratadas porque, en ese momento, en que todavía no había tanta sensibilización para este tema, las mujeres se sentían más cómodas para denunciar".
La comisaria charla con dos agentes.

La comisaria charla con dos agentes. Jorge Barreno

Pese a todos los avances, la violencia de género sigue siendo una lacra difícil de erradicar, que sobrepasa ya las 1.000 víctimas mortales desde que se empezó a hacer recuento, en 2003. "Se ha hecho mucho desde entonces pero, más que las medidas policiales, importa la educación, el cambio de mentalidades", dice.

Para ello, la Policía Nacional imparte algunas charlas en colegios con la intención de concienciar a los más jóvenes sobre el problema. "Se adaptan a la edad de los participantes e intentamos romper estereotipos y llamarles la atención para determinadas situaciones que ya tenemos incorporadas como normales y que no lo son. Que aprendan a identificar situaciones de acoso, de control, entre ellos mismos, y que pidan ayuda, para que no llegue a más”.
La importancia de los referentes

Eulalia fue la primera de su familia en ingresar al cuerpo nacional de policía y el referente, -que ella no tuvo-, para que otras siguieran sus pasos. Detrás de ella fueron su hermana pequeña y su hija, de 28 años. Y, a juzgar por los dibujos que cuelgan de la pared de su despacho, donde recibe a MagasIN, sus sobrinas recogerán el testigo. Entre parches de policía de otros países y ciudades, hay hojas de papel coloreadas con agentes de policía uniformadas, de coleta alta y sonrientes. "A mis sobrinas y a mis sobrinos les tengo a todos convencidos ya. Todos quieren ser policías", cuenta riéndose.
Lo dibujos de sus sobrinas junto a los parches de polícia de distintas ciudades del mundo.

Lo dibujos de sus sobrinas junto a los parches de polícia de distintas ciudades del mundo. Jorge Barreno

En ese despacho luminoso, presidido por la bandera de España y la foto de Felipe VI, Eulalia pasa la mayor parte de su tiempo. La pandemia del coronavirus vino a cambiar algunos procesos de trabajo, pero la adaptación fue rápida. "Hay cosas que no se pueden hacer desde casa y por eso algunos, como yo, seguimos viniendo a trabajar a la oficina. Pero hemos adaptado muchas cosas para que vengamos menos personas y podamos minimizar los riesgos. Nos coordinamos, hacemos muchas reuniones por videoconferencia e intentamos organizarnos para que la gente no termine trabajando todo el día. Al final funcionamos muy bien y el trabajo sigue saliendo".

P. ¿En qué consisten sus labores?
R. Me encargo de la asistencia y apoyo al director general. Como somos un órgano muy transversal aquí entran situaciones de todo tipo, desde responder a preguntas parlamentarias, a las quejas del defensor del pueblo, o cuestiones de transparencia y el área de derechos humanos e igualdad.

Al lado de la mesa donde trabaja, junto a la ventana, hay una mesita más pequeña con unos 15 cochecitos de policía de juguete y un ‘playmobil’ de una mujer policía. "Son de mi hijo pequeño. Siempre que me iba de viaje le traía uno y ahora que ya no los quiere pues me los he traído aquí". Él, con 26 años, también seguirá los pasos de su madre. "De pequeño se sabía hasta las categorías de los puestos", cuenta.

Eulalia asegura que ella no ha influido en la decisión de ninguno de su dos hijos pero no esconde su orgullo. "Los hijos hacen caso a todo el mundo menos a sus padres. Pero claro que me alegro de que los dos quieran ingresar en la policía. Sobre todo que hagan lo que les gusta. Ahora ya somos cinco generaciones".

Nadie sabe mejor que Eulalia la importancia de los referentes. Ella, que nació en una familia de policías y no sabía que una mujer podía aspirar a serlo, fue luego el espejo donde su hermana y su hija se pudieron mirar. "El año pasado se celebraron los 40 años de la mujer en la policía. Tuvimos muchas iniciativas y lo hicimos para darle la visibilidad que se merece, que se vea que hay mujeres en todas las escalas, que estamos en puestos de responsabilidad y en todas las categorías", recuerda. "Es importante que podamos ser un referente para las niñas, que vean una salida profesional dentro de la policía porque la profesión es muy variada y tienen muchas posibilidades de desarrollo", añade.
Eulalia González durante la entrevista.

Eulalia González durante la entrevista. Jorge Barreno

Una salida que cada vez más aparece en el horizonte de las más pequeñas. "El otro día vi una encuesta de estas que hacen a los niños de qué quieren ser de mayores: en los niños, policía aparecía de tercero y en las niñas había subido de la octava a la cuarta posición. Por eso la visibilización es tan importante, para que sepan que no hay profesiones de niños ni de niñas. Pueden ser lo que ellos quieran".

En este sentido, la Policía Nacional desarrolla sus campañas de participación ciudadana, en colegios, con charlas para dar a conocer sus labores y despertar la curiosidad en los más pequeños. "El cuerpo tiene 200 años. Nosotras ingresamos en 1979 y ya hay un 15% de mujeres, de los cuatro puestos más importantes que hay – Director Adjunto Operativo y tres subdirectores – dos somos mujeres. Con el tiempo llegaremos".

Preguntada por las cuotas, Eulalia González dice no estar a favor porque "creo que las personas tienen que estar en los puestos por su valía, no por ser hombre o mujer". Pero, en cambio, sí defiende que los equipos deben ser mixtos: "En los equipos tiene siempre que haber mujeres porque hay que buscar la diversidad".
Eulalia González, en la Dirección General de la Polícia.

Eulalia González, en la Dirección General de la Polícia. Jorge Barreno

Tras más de 30 años de carrera en la Policía Nacional, a la hora de mirar atrás y ver el recorrido, Eulalia no esconde el orgullo, sobre todo el que ve reflejado en la cara de sus padres. “Han estado en todas mis juras y no sabes lo que es eso para ellos, un orgullo enorme. Sobre todo para mi padre, que nunca ascendió, verme a mí en este puesto… está muy contento”, cuenta.

Eulalia González ha llegado a donde se ha propuesto llegar y quizás ahora, como le preguntaban sus hijos, deje de estudiar. "A lo mejor ahora, sí", dice entre risas. "Estoy muy a gusto, muy contenta con todo lo que he hecho".

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2254 en: 25 de Mayo de 2020, 07:11:19 am »

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2255 en: 25 de Mayo de 2020, 07:13:05 am »

50 años patrullando la ciudad
En 1970 se incorporaron al cuerpo de la Policía Local de Córdoba diez mujeres que marcaron un hito en España | Fueron pioneras al ejercer una actividad hasta entonces reservada a los hombres
 


Lola, Paqui, Delfi y Loli, ante un coche de la Policía Local, se han reunido ahora para recordar aquellos tiempos. - LADIS


Ladislao Rodríguez Galán
24/05/2020

Mañana, 25 de mayo, hará 50 años que la Policía Municipal femenina comenzó a patrullar por la ciudad. Eran diez mujeres valientes que dieron el paso adelante e irrumpieron en un acotado reservado exclusivamente a varones. Esa actitud, al ser pionera, las convirtió en referente en todo el territorio nacional e, incluso, en algunos otros países. Fue una imagen diferente de un cuerpo policial cercano y querido por los ciudadanos. La mujer conquistó, en aquel lejano 1970, una parcela más de un mundo totalmente masculino.

Lola y Delfi Tapia Olmo, Paqui Serrano Corpas y Loli Romero Escobedo, cuatro de aquellas diez pioneras valientes, siguen viviendo en Córdoba. Otras cuatro, Begoña Quiroga Salvador, Mª Ángeles Blanco Berenguer, Paqui Osuna y Mª Carmen Jiménez García, residen fuera de la ciudad y Manoli Rodríguez Quintana y Ana Vega Repiso fallecieron hace algún tiempo.

Las cuatro vecinas de Córdoba recuerdan que su inclusión en el Cuerpo de la Policía Local no fue, precisamente, un paseo de rosas. Aunque, en general, fueron bien recibidas, algunos compañeros no las aceptaron y no encontraron en ellos la colaboración necesaria para desempeñar su labor, asegurando que influyeron en ellos sus esposas, que no veían muy claro que la pareja laboral de sus maridos fuera una mujer.

La idea de incorporar a la plantilla de la Policía Local la figura femenina nace en el seno de la Corporación que presidía el Alcalde Antonio Guzmán Reina. Un alcalde que iba por delante de su tiempo cuando convocó, a través de los medios de comunicación, diez plazas de policía local exclusivamente para mujeres. Las pruebas de acceso consistían en un examen de cultura general, y las que lo pasaban tenían que superar una segunda prueba. Las diez seleccionadas se curtieron durante un mes en la Academia de la Policía Local y el día 27 de abril el alcalde les entregó la credencial acreditativa de su condición de policía, aunque su primera salida a patrullar no tuvo lugar hasta un mes después, justamente el día 25 de mayo, primer día de feria.

Una vez concluida la feria, realizaban servicios de patrullaje por la zona de la Judería, la Mezquita-Catedral, el Potro... Y como es natural fueron el objetivo de miles de fotografías de los turistas que las miraban con simpatía. Igualmente, la labor de las nuevas policías se centró en la regulación del tráfico, ya que apenas había semáforos en la ciudad y existían puntos muy conflictivos. Además, era una manera de «ponerlas en valor» como una nueva joya cordobesa.

Las flamantes agentes posan en el patio del Ayuntamiento en 1970.Las flamantes agentes posan en el patio del Ayuntamiento en 1970. / LADIS

Cuentan que los días de fútbol y toros las situaban en los puntos de tráfico más retirados del estadio y la plaza, mientras los varones se colocaban en las cercanías para acceder al recinto una vez que la zona quedaba tranquila de tráfico. «Una discriminación tremenda», dicen. Entre las policías que ingresaron en el cuerpo estaban Lola y Delfi Tapia, dos hermanas, hijas del jefe de la Policía Local de Villa del Río, y fue precisamente Delfi la elegida para mostrar ante los componentes del pleno municipal los tres modelos de uniformes para elegir el que lucirían en la vía pública. El equipo estaba formado por falda pantalón por debajo de la rodilla, guerrera, gorro, corbata, guantes blancos, medias, zapatos de tacón de seis centímetros y bolso de correa larga para colgar en el hombro. A todo esto había que añadir pendientes de perla.
Por debajo de la rodilla

Delfi rememora una anécdota muy sabrosa de la picaresca que tuvieron para no parecer mojigatas. Cuando ella lució los uniformes ante los ediles, vestida de policía local, le pidieron que se sentara y cruzara las piernas para comprobar que no se le veía nada. Los moralistas concejales dieron el visto bueno y se le entregó a cada agente su equipación, pero ellas se pusieron acuerdo para dejar las faldas por encima de la rodilla. Los medios de comunicación más diversos realizaron un peregrinaje a la ciudad para conseguir imágenes y realizar reportajes de las agentes, que se convirtieron en un icono y ejemplo.

Pero cuando fuera de Córdoba se miraba con cierta simpatía la figura de la mujer policía, a los cordobeses les costó asimilar que una mujer les dirigiera el tráfico, les diera indicaciones e, incluso, les multara. Y era habitual que recibieran insultos, frases soeces y desprecios. Cuentan que fue duro hasta que se convirtió en una rutina ver a una mujer uniformada y con autoridad en las calles de la ciudad, allanando el camino a las 32 mujeres que hoy en día forman parte de la plantilla de la Policía Local cordobesa.
La página negra

A quien no han podido olvidar estas mujeres es a sus compañeras Marisol y Mª Ángeles, que fueron asesinadas en acto de servicio el 18 de diciembre de 1996, cuando perseguían a los atracadores del banco de Santander. Aquello, se lamentan, fue «un palo muy duro para toda la Policía Local», dicen, agradeciendo a la ciudad su sensibilidad al perpetuar su memoria con la instalación de un monolito en el lugar donde fueron abatidas. En definitiva, estas mujeres guerreras y luchadoras se saltaron tabúes anacrónicos y fueron capaces de dar el paso adelante en una época en la que su decisión se podía ver como una temeridad. Y gracias a estas diez valientes cordobesas la mujer conquistó una nueva parcela en su pugna por la igualdad

 
 

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2256 en: 07 de Junio de 2020, 07:45:59 am »

rosana gallardo, inspectora de la policía local de vila-real, anuncia su jubilación

"La profesión de policía es aún muy masculina y esto se hace más evidente a la hora de ascender"

“La Unidad de Mediación Policial de Vila-real la creé y será mi legado", señala la que es hoy una de las pocas mujeres que ha alcanzado en la provincia el rango de inspectora en la Policía Local.
6/06/2020 -

VILA-REAL. Rosana Gallardo Campos (Barcelona, 1961) es inspectora de la Policía Local de Vila-real y una de las pocas mujeres que ha alcanzado ese rango en la provincia de Castellón. Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, se jubilará en octubre aunque su último día de servicio lo prestará el próximo 29 de julio. En esta entrevista repasa su trayectoria y el papel de la mujer en su ámbito profesional.

-¿Qué balance personal y profesional realiza de su trayectoria como policía local?

Soy policía desde los 19 años. Lo soy por vocación. Elegí esta profesión y me parece un privilegio trabajar toda una vida haciendo lo que te gusta. Cuando el trabajo te llena consigues una plenitud que afecta en positivo a tu vida personal. Me voy con un buen catálogo de vivencias, algunas muy duras, otras no tanto, y muchas satisfactorias y enriquecedoras. Me voy con la íntima satisfacción de saber que mi tarea está hecha y que, si me dieran a elegir, volvería a ser policía local.

-¿Por qué decidió trasladarse de la Vall d’Uixó a Vila-real cuando su objetivo inicial era trabajar en la Policía Local de Castellón?

Cuando decidí ser policía mi objetivo era la capital, pero entonces, cuando opositabas, te presentabas en los diferentes municipios, sobre todo para tener experiencia en las oposiciones. Me presenté en la Vall d’Uixó y aprobé, pero yo seguía queriéndome acercar a Castellón. A los dos años aprobé en Vila-real, conocí la plantilla que era más grande y con una media de edad más joven, otra ciudad, otra visión… y ya no tuve ninguna inquietud por irme. Me hice de aquí, de la idiosincrasia de Vila-real, me hice vila-realera.

-¿Por qué quiso ser policía local en un contexto social en el que no era habitual que las mujeres accedieran a este tipo de trabajo?

Vi un reportaje de las primeras mujeres policías en Córdoba. Me pareció fascinante y decidí que yo quería ser policía. Empecé a informarme sobre cómo era el acceso, las pruebas, la oposición, y empecé a prepararme. Tenía un hándicap: las pruebas físicas para mí eran difíciles aunque el temario no tanto porque siempre me gustó estudiar y tenía facilidad. Me esforcé y conseguí un nivel físico más que aceptable y un teórico muy bueno, así que iba progresando en mi formación, me iba motivando y cada vez tenía más ilusión.

Es cierto que no era una profesión de mujeres. Aún no lo es. En mi círculo familiar y social se entendía poco o nada mi opción, pero yo lo tenía bien claro, había tomado una decisión y no tuve ninguna duda. Hasta que lo logré.

-¿Percibe que el ámbito de la Policía Local, tradicionalmente masculino, está evolucionando hacia una mayor igualdad entre hombres y mujeres?

El debate sobre la igualdad, al igual que ahora, ya estaba instalado antes en la sociedad y, por tanto, también en la Policía. El mito sobre la fuerza y la capacidad física, más que la inteligencia o la competencia social, trazaba una característica distintiva en el quehacer policial. En aquella época pasé la etapa en la que, si había que ser valiente, yo la primera; si había que correr, yo delante; si había que saltar alguna valla, sin dudarlo… sentía la pulsión de tener que demostrar mi valía.

    "Una compañera me dijo que, mientras sus compañeros iban a opositar, ella en cada prueba de ascenso iba a la guerra. Si no te rindes, hay muchas posibilidades de desafiar al destino. Yo no me rendí y lo conseguí".

Hemos avanzado mucho. Por ejemplo, entonces no teníamos ni uniformes de mujer y ahora ya tenemos de todo. Está más normalizado en nuestra sociedad que las mujeres podamos ser policías, ya no se nos ve tan raras. Sin embargo sigue siendo una profesión eminentemente masculina y esto es muy evidente a la hora de ascender.

Las mujeres, en general, sufrimos un veto a la hora de acceder a puestos de responsabilidad, y en la Policía, una organización tradicionalmente masculina, ni te cuento. Esto, aunque algo mejor, sigue sin evolucionar y para que no involucione aún hemos de estar en la lucha. Una compañera hace bien poco me dijo que, mientras sus compañeros iban a opositar, ella en cada prueba de ascenso iba a la guerra. Si no te rindes, hay muchas posibilidades de desafiar al destino. Yo no me rendí y lo conseguí.

Lamentablemente somos muy pocas mujeres a partir de la escala técnica. Que yo sepa, en la provincia de Castellón, solo estoy yo, Esmeralda en Oropesa del Mar y Charo, en Castellón.

-¿Cómo surgió la posibilidad de que usted formara parte de la Unidad de Mediación Policial en Vila-real?

El proyecto de mediación policial lo construí y será mi legado. Con un enfoque humanístico, poniendo el énfasis en las personas, en las relaciones interpersonales, en el trabajo en equipo y flexibilizando los procedimientos, me inventé una metodología a partir de una de nuestras funciones, que es la de resolver los conflictos privados cuando seamos requeridos para ello. Aquello que en su día pareció una ocurrencia, durante estos años ha ido creciendo y consolidándose como una práctica que ofrece resultados y que es bien valorada por la ciudadanía.

-¿En qué consiste su día a día en esta Unidad?

Me encargo de la gestión de la Unidad. A día de hoy, tenemos protocolos claros para los asuntos. Mi equipo y yo diseñamos el procedimiento adecuado a cada asunto que recibimos. Aunque yo hago fundamentalmente la supervisión, los policías que están adscritos a la Unidad tienen un gran potencial de eficacia y eso contribuye a que el proyecto siga creciendo y renovándose cada día.

También me ocupo de la gestión de los proyectos que sustentan la Unidad, como por ejemplo el de Convivencia en las Aulas, o el Servicio de Atención a las Víctimas de Accidentes, que lo desarrollan los mediadores policiales.

-¿Cuántos casos abordó la Unidad de Mediación Policial el año pasado?

El número de procedimientos derivados a trámite en el año pasado fue de 304 asuntos. En las estadísticas oficiales que anualmente publicamos en la web del Ayuntamiento constan todos estos datos así como el desglose de los mismos; cuáles son de índole comunitaria porque tienen que ver con tipos de molestias como ruidos, animales, humos, rencillas vecinales, usos de zonas comunes…; los que suceden en el ámbito rural como la quema de rastrojos, animales, riegos, lindes, poda de árboles…; también se atienden mediaciones policiales relacionadas con menores como mala relación, acoso, insultos… y, aunque nuestro campo de trabajo es la vía extrajudicial precisamente para no judicializar las relaciones, también gestionamos algunos asuntos que nos derivan desde el ámbito judicial. En cualquier caso, el marco de intervención de la Unidad tiene que ver con conflictos que afecten a la convivencia.

-¿Existe una buena receptividad entre los vecinos a las intervenciones de los agentes adscritos a esta Unidad para evitar que los conflictos acaben en el juzgado?

En la estadística del año pasado se puede comprobar que el índice de gestión positiva de conflictos fue del 79%, pero es que lo más gratificante para el equipo fue el resultado de la satisfacción de los y las usuarias, que fue del 96%. Estos resultados confirman la bondad del proyecto y nos motivan para seguir aprendiendo y progresando.

 -Usted también es subdirectora de la Cátedra de Mediación Policial. ¿En qué consiste su labor?

En el año 2015, vista la proyección que estaba tomando la propuesta de la Mediación Policial, tanto en el plano nacional como en el internacional, el alcalde de Vila-real, José Benlloch, propuso impulsar un convenio con la Universitat Jaume I para crear la Cátedra de Mediación Policial Ciudad de Vila-real. Cabía ya en aquel momento revestir académicamente el proyecto, su metodología. De ahí nacieron más convenios, como por ejemplo el suscrito con la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, que a través del Ivaspe impulsa la formación en mediación policial. Este convenio implica a la Universidad, al Ayuntamiento de Vila-real y a la Agencia.

Mi labor como subdirectora consiste en ser el enlace entre las tres instituciones y todo lo que tiene que ver con la formación, la difusión e investigación de la mediación policial, la organización de cursos formativos, la organización de congresos y simposios y también la representación del proyecto en todos los ámbitos, pero sobre todo en el policial.

-¿Cuál ha sido el grado de cumplimiento, por parte de los vecinos de Vila-real, de las restricciones de movilidad impuestas en esta pandemia sanitaria?

Aunque en algún momento de forma casi inconsciente pudiéramos poner el foco en las personas que no cumplen, hay que mirar con sensatez los datos y la realidad para comprobar que predomina la sensatez y la madurez social. Son muchísimas más las personas responsables que las que no lo son.

-¿A qué tiene previsto dedicar su tiempo una vez alcance la jubilación?

A disfrutar de mi familia más que nada. Tengo pendientes esas otras cosas que por la vorágine de la vida no he podido hacer. Durante estos años he viajado mucho, eso me ha enriquecido y lo he disfrutado, pero ahora me gustaría poder viajar, como yo digo, ‘sin ordenador’, de vacaciones.

Me planteo cerrar este círculo de vida avanzando. Seguir haciendo lo que me gusta, pero a otro nivel. Por mi propia forma de ser creo que me las arreglaré para seguir generando inquietudes y remover conciencias. En definitiva, seguir bien y con ganas de generar energía positiva, porque creo que el positivismo y el optimismo se contagian.


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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2257 en: 07 de Junio de 2020, 18:13:29 pm »
Será en su cuerpo, porque en el mío asciende una proporción importante de mujeres.


rosana gallardo, inspectora de la policía local de vila-real, anuncia su jubilación

"La profesión de policía es aún muy masculina y esto se hace más evidente a la hora de ascender"

“La Unidad de Mediación Policial de Vila-real la creé y será mi legado", señala la que es hoy una de las pocas mujeres que ha alcanzado en la provincia el rango de inspectora en la Policía Local.
6/06/2020 -

VILA-REAL. Rosana Gallardo Campos (Barcelona, 1961) es inspectora de la Policía Local de Vila-real y una de las pocas mujeres que ha alcanzado ese rango en la provincia de Castellón. Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, se jubilará en octubre aunque su último día de servicio lo prestará el próximo 29 de julio. En esta entrevista repasa su trayectoria y el papel de la mujer en su ámbito profesional.

-¿Qué balance personal y profesional realiza de su trayectoria como policía local?

Soy policía desde los 19 años. Lo soy por vocación. Elegí esta profesión y me parece un privilegio trabajar toda una vida haciendo lo que te gusta. Cuando el trabajo te llena consigues una plenitud que afecta en positivo a tu vida personal. Me voy con un buen catálogo de vivencias, algunas muy duras, otras no tanto, y muchas satisfactorias y enriquecedoras. Me voy con la íntima satisfacción de saber que mi tarea está hecha y que, si me dieran a elegir, volvería a ser policía local.

-¿Por qué decidió trasladarse de la Vall d’Uixó a Vila-real cuando su objetivo inicial era trabajar en la Policía Local de Castellón?

Cuando decidí ser policía mi objetivo era la capital, pero entonces, cuando opositabas, te presentabas en los diferentes municipios, sobre todo para tener experiencia en las oposiciones. Me presenté en la Vall d’Uixó y aprobé, pero yo seguía queriéndome acercar a Castellón. A los dos años aprobé en Vila-real, conocí la plantilla que era más grande y con una media de edad más joven, otra ciudad, otra visión… y ya no tuve ninguna inquietud por irme. Me hice de aquí, de la idiosincrasia de Vila-real, me hice vila-realera.

-¿Por qué quiso ser policía local en un contexto social en el que no era habitual que las mujeres accedieran a este tipo de trabajo?

Vi un reportaje de las primeras mujeres policías en Córdoba. Me pareció fascinante y decidí que yo quería ser policía. Empecé a informarme sobre cómo era el acceso, las pruebas, la oposición, y empecé a prepararme. Tenía un hándicap: las pruebas físicas para mí eran difíciles aunque el temario no tanto porque siempre me gustó estudiar y tenía facilidad. Me esforcé y conseguí un nivel físico más que aceptable y un teórico muy bueno, así que iba progresando en mi formación, me iba motivando y cada vez tenía más ilusión.

Es cierto que no era una profesión de mujeres. Aún no lo es. En mi círculo familiar y social se entendía poco o nada mi opción, pero yo lo tenía bien claro, había tomado una decisión y no tuve ninguna duda. Hasta que lo logré.

-¿Percibe que el ámbito de la Policía Local, tradicionalmente masculino, está evolucionando hacia una mayor igualdad entre hombres y mujeres?

El debate sobre la igualdad, al igual que ahora, ya estaba instalado antes en la sociedad y, por tanto, también en la Policía. El mito sobre la fuerza y la capacidad física, más que la inteligencia o la competencia social, trazaba una característica distintiva en el quehacer policial. En aquella época pasé la etapa en la que, si había que ser valiente, yo la primera; si había que correr, yo delante; si había que saltar alguna valla, sin dudarlo… sentía la pulsión de tener que demostrar mi valía.

    "Una compañera me dijo que, mientras sus compañeros iban a opositar, ella en cada prueba de ascenso iba a la guerra. Si no te rindes, hay muchas posibilidades de desafiar al destino. Yo no me rendí y lo conseguí".

Hemos avanzado mucho. Por ejemplo, entonces no teníamos ni uniformes de mujer y ahora ya tenemos de todo. Está más normalizado en nuestra sociedad que las mujeres podamos ser policías, ya no se nos ve tan raras. Sin embargo sigue siendo una profesión eminentemente masculina y esto es muy evidente a la hora de ascender.

Las mujeres, en general, sufrimos un veto a la hora de acceder a puestos de responsabilidad, y en la Policía, una organización tradicionalmente masculina, ni te cuento. Esto, aunque algo mejor, sigue sin evolucionar y para que no involucione aún hemos de estar en la lucha. Una compañera hace bien poco me dijo que, mientras sus compañeros iban a opositar, ella en cada prueba de ascenso iba a la guerra. Si no te rindes, hay muchas posibilidades de desafiar al destino. Yo no me rendí y lo conseguí.

Lamentablemente somos muy pocas mujeres a partir de la escala técnica. Que yo sepa, en la provincia de Castellón, solo estoy yo, Esmeralda en Oropesa del Mar y Charo, en Castellón.

-¿Cómo surgió la posibilidad de que usted formara parte de la Unidad de Mediación Policial en Vila-real?

El proyecto de mediación policial lo construí y será mi legado. Con un enfoque humanístico, poniendo el énfasis en las personas, en las relaciones interpersonales, en el trabajo en equipo y flexibilizando los procedimientos, me inventé una metodología a partir de una de nuestras funciones, que es la de resolver los conflictos privados cuando seamos requeridos para ello. Aquello que en su día pareció una ocurrencia, durante estos años ha ido creciendo y consolidándose como una práctica que ofrece resultados y que es bien valorada por la ciudadanía.

-¿En qué consiste su día a día en esta Unidad?

Me encargo de la gestión de la Unidad. A día de hoy, tenemos protocolos claros para los asuntos. Mi equipo y yo diseñamos el procedimiento adecuado a cada asunto que recibimos. Aunque yo hago fundamentalmente la supervisión, los policías que están adscritos a la Unidad tienen un gran potencial de eficacia y eso contribuye a que el proyecto siga creciendo y renovándose cada día.

También me ocupo de la gestión de los proyectos que sustentan la Unidad, como por ejemplo el de Convivencia en las Aulas, o el Servicio de Atención a las Víctimas de Accidentes, que lo desarrollan los mediadores policiales.

-¿Cuántos casos abordó la Unidad de Mediación Policial el año pasado?

El número de procedimientos derivados a trámite en el año pasado fue de 304 asuntos. En las estadísticas oficiales que anualmente publicamos en la web del Ayuntamiento constan todos estos datos así como el desglose de los mismos; cuáles son de índole comunitaria porque tienen que ver con tipos de molestias como ruidos, animales, humos, rencillas vecinales, usos de zonas comunes…; los que suceden en el ámbito rural como la quema de rastrojos, animales, riegos, lindes, poda de árboles…; también se atienden mediaciones policiales relacionadas con menores como mala relación, acoso, insultos… y, aunque nuestro campo de trabajo es la vía extrajudicial precisamente para no judicializar las relaciones, también gestionamos algunos asuntos que nos derivan desde el ámbito judicial. En cualquier caso, el marco de intervención de la Unidad tiene que ver con conflictos que afecten a la convivencia.

-¿Existe una buena receptividad entre los vecinos a las intervenciones de los agentes adscritos a esta Unidad para evitar que los conflictos acaben en el juzgado?

En la estadística del año pasado se puede comprobar que el índice de gestión positiva de conflictos fue del 79%, pero es que lo más gratificante para el equipo fue el resultado de la satisfacción de los y las usuarias, que fue del 96%. Estos resultados confirman la bondad del proyecto y nos motivan para seguir aprendiendo y progresando.

 -Usted también es subdirectora de la Cátedra de Mediación Policial. ¿En qué consiste su labor?

En el año 2015, vista la proyección que estaba tomando la propuesta de la Mediación Policial, tanto en el plano nacional como en el internacional, el alcalde de Vila-real, José Benlloch, propuso impulsar un convenio con la Universitat Jaume I para crear la Cátedra de Mediación Policial Ciudad de Vila-real. Cabía ya en aquel momento revestir académicamente el proyecto, su metodología. De ahí nacieron más convenios, como por ejemplo el suscrito con la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, que a través del Ivaspe impulsa la formación en mediación policial. Este convenio implica a la Universidad, al Ayuntamiento de Vila-real y a la Agencia.

Mi labor como subdirectora consiste en ser el enlace entre las tres instituciones y todo lo que tiene que ver con la formación, la difusión e investigación de la mediación policial, la organización de cursos formativos, la organización de congresos y simposios y también la representación del proyecto en todos los ámbitos, pero sobre todo en el policial.

-¿Cuál ha sido el grado de cumplimiento, por parte de los vecinos de Vila-real, de las restricciones de movilidad impuestas en esta pandemia sanitaria?

Aunque en algún momento de forma casi inconsciente pudiéramos poner el foco en las personas que no cumplen, hay que mirar con sensatez los datos y la realidad para comprobar que predomina la sensatez y la madurez social. Son muchísimas más las personas responsables que las que no lo son.

-¿A qué tiene previsto dedicar su tiempo una vez alcance la jubilación?

A disfrutar de mi familia más que nada. Tengo pendientes esas otras cosas que por la vorágine de la vida no he podido hacer. Durante estos años he viajado mucho, eso me ha enriquecido y lo he disfrutado, pero ahora me gustaría poder viajar, como yo digo, ‘sin ordenador’, de vacaciones.

Me planteo cerrar este círculo de vida avanzando. Seguir haciendo lo que me gusta, pero a otro nivel. Por mi propia forma de ser creo que me las arreglaré para seguir generando inquietudes y remover conciencias. En definitiva, seguir bien y con ganas de generar energía positiva, porque creo que el positivismo y el optimismo se contagian.

Desconectado Der Kaiser

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2258 en: 07 de Junio de 2020, 18:24:59 pm »
El porcentaje de mujeres en la Escala Ejecutiva del CNP, es superior al porcentaje de mujeres en el cuerpo.

Si hablamos del porcentaje de mujeres en agujeros o sitios golosos, el porcentaje se dispara.

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Re:El acceso de la mujer en las funciones "reservadas"
« Respuesta #2259 en: 16 de Junio de 2020, 06:57:40 am »

Mª Carmen Garrido Gómez: "Las mujeres de mis compañeros no querían que patrullase con ellos"

"Mi padre era guardia civil, mi abuelo era guardia civil y yo quería ser guardia civil, pero entonces no podía ser"
ana lucas 14.06.2020 | 21:09


Mª Carmen Garrido posa sonriente para LA OPINIÓN en el Parque de Seguridad de Cartagena. iván urquízar

Hija y nieta de guardia civil, Garrido Gómez acabó en la Policía Local porque era el único Cuerpo al que pudo presentarse. Trabajadora incansable, ha cumplido los 60 y se jubilará en enero sin ganas de hacerlo. En tiempos de confinamiento, ha detectado en la gente «más miedo de lo normal».

Natural de Toledo, llevaba en las venas formar parte de la Benemérita, pero no se le permitió por el hecho de ser mujer. Mª Carmen Garrido fue la primera policía local de la Región de Murcia y, a día de hoy, con seis décadas a sus espaldas, sigue en activo. Trabaja en Cartagena, en el Parque de Seguridad, y ahí recibe a LA OPINIÓN. Admite haber pasado «miedo» durante el confinamiento, pero especialmente por su hija, sanitaria en primera línea.

¿Cómo ha sido la relación con sus compañeros varones durante estos años?

Bien, por parte de los compañeros. No he tenido nunca ningún problema con ninguno. El problema fue con las mujeres.

¿No era usted la única mujer en el Cuerpo entonces?

Con las mujeres de los compañeros. Algunas decían que sus maridos no podían ir con una mujer, conmigo, en un coche patrulla...

¿No es muy antiguo eso?

Estamos hablando de 1980, con la democracia recién estrenada, las Constitución es del 78. Entonces no había mujeres ni en la Policía ni en la Guardia Civil...

¿Y las esposas de sus compañeros qué le decían a usted?

A mí nada, yo me enteré después. Pero, sí, alguna mujer de un compañero vino a decir que no pusiesen a su marido conmigo. Iban a la oficina de personal a pedirlo...

¿Y ser la única mujer en un mundo de hombre fue difícil?

No tuve ningún problema, al contrario. Y he estado en seguridad ciudadana, en grúa, en dependencias y ahora en la emisora. Nunca he tenido ningún problema con un compañero.

¿Siempre ha estado trabajando en Cartagena?

Siempre.

¿Y nunca ha visto machismo?

No he visto nunca machismo aquí. Puede haber algún tonto, pero no he tenido ningún problema con nadie. Yo no veo tanto machismo como la gente dice que hay. Si yo te digo a ti que estás guapa, eso no es machismo.

¿Cómo celebró el pasado Día de la Mujer?

Como un día normal. Yo no veo necesario un día de la Mujer Trabajadora, como no hay un día del Hombre Trabajador. Eso, a lo mejor hace 40 años, vale. Pero yo gano lo mismo que un compañero, por ejemplo.

Su padre era guardia civil y usted acabó en la Policía...

Mi padre era guardia civil, mi abuelo era guardia civil y yo quería ser guardia civil, pero no podía ser. Me presenté a la Policía Municipal y por eso estoy aquí.

¿Hay mucha diferente entre la Benemérita y la Local?

Tampoco tanta, ambos tenemos Tráfico, Seguridad Ciudadana...La única diferencia es que ellos hacen investigaciones y nosotros no hacemos. Y que cogen denuncias.

Como pionera, ¿qué mensaje mandaría a las mujeres?

Que pueden conseguir todo lo que quieran. Una vez que estás donde quieres estar, puedes seguir haciendo esa labor, respetando y haciéndote respetar. Si yo me hago respetar, me van a respetar.

Por otra parte, ¿cómo ha afrontado estos meses de estricto confinamiento por la pandemia de coronavirus?

Como el resto de los españoles, confinados en casa. La única ventaja que yo tenía es que iba a trabajar. El resto de días, salía solamente a pasear al perro.

¿Ha sentido usted miedo?

¿Quién no tiene miedo? Además, yo tengo una hija que es medico y estaba en todo el foco. Ella no se vino a mi casa porque dijo: «Yo estoy en zona de riesgo, más incluso que tú». Aunque, gracias a Dios, todos estamos muy bien.

¿Y el día a día en el trabajo, durante estos meses atípicos?

Antes de vez en cuando nos reuníamos para merendar, ahora todo eso ha sido imposible. Íbamos, pero no nos juntábamos. Lo que hacíamos era saludarnos desde lejos los compañeros.

¿Y el servicio policial?

No dábamos abasto: ni para cubrir los servicios, por desgracia, ni para coger llamadas. Que si puedo hacer esto, 'mire usted, que mis vecinos tienen una fiesta'... aparte de las normales, de las violencias de género o de los vehículos que estaban en el vado. Han llegado a saturar las líneas de teléfono. Llamando avisando de lo que hacía el vecino.

¿Lo que llaman la 'Policía de balcón'?

¡Yo la llamo la Gestapo!

¿Por qué cree que ha pasado esto, que los ciudadanos parece que se han dedicado a vigilar a sus propios veicnos?

Realmente, porque hay muchísima gente que sí ha pasado mucho miedo, más de lo normal. Si ellos veían que el vecino recibía a alguien en su casa, algo que no estaba permitido, o que no llevaba mascarilla... ya estaban llamando a la Policía.
«Me jubilo en enero porque me preocupa mi pensión»


Mª del Carmen Garrido se presentó a Policía Municipal en la primera convocatoria en la que se permitió que lo hiciesen mujeres. Por aquel entonces lo hicieron ya 75 féminas, de las cuales únicamente ella llegó a la última prueba del examen. Y aprobó. Corrían los años 80 y la democracia estaba recién estrenada en España. Era enero de 1981 cuando, de 26 nuevas incorporaciones en el Cuerpo de la ciudad portuaria, 14 fueron féminas.

P ¿Sabía usted de las existencia de otras mujeres policías en España cuando empezó?
R Entonces había mujeres policías en Madrid y en Córdoba. En Madrid me parece que eran dos y en Córdoba eran tres.

P Aunque en esa época no habría Internet, ¿tenían contacto, las conocía usted?
R No, no las conocía de nada.

P ¿Aprendió el oficio entonces sin referentes mujeres?
R Bueno, pero tenía lo que había aprendido en el cuartel de la Guardia Civil, viviendo ahí.Antes se vivía en la casa cuartel.

P En la promoción del 81 la Policía Local de Cartagena incorporó a 14 mujeres.
R Ya se han jubilado todas las que entraron después que yo. Llevo aquí 40 años, me podría haber jubilado en enero del 2019 y aquí estoy. Yo no quiero jubilarme, pero me voy a jubilar en enero, por las circunstancias que tenemos: no me fío nada de que nos cambien las bases para sacarnos la pensión. Me voy a ir por eso. Poca fe, no: ninguna. Es que no me fío.