El fenómeno de las pandillas juveniles en España no es nuevo.
A lo largo de las décadas
de los años sesenta y setenta del pasado siglo era habitual su presencia en las grandes ciudades
españolas y sus áreas metropolitanas. Los medios de comunicación informaban prácticamente a
diario, y especialmente los fines de semana, de las intervenciones de los cuerpos de seguridad en
relación a la actividad de esos grupos. En todo caso, si nos referimos a la situación actual, hay
algunas características que confieren a las pandillas una dimensión, especialmente en la percepción
social, claramente distinta: las pandillas juveniles actuales, o mejor dicho, lo que hoy se
identifica como el fenómeno pandillero por excelencia en España, se identifica por su adscripción
étnica. Hablamos pues de lo que se conoce como “bandas latinas”. Estas bandas son el centro de
atención tanto de la población como de los medios y del sistema de control. Así pues, hablar hoy
en día del fenómeno de las pandillas en España es hablar de jóvenes latinos llegados al país en
los últimos diez años, mayoritariamente a partir de procesos de reagrupación familiar. Los diferentes niveles de la administración pública española −central, autonómico y local− han realizado
diversas aproximaciones, la mayoría de ellas centradas en la respuesta del sistema de control, y
la minoría, como el caso de Barcelona, que plantean la intervención pública en el marco de un
entendimiento global que incorpora junto a las intervenciones de conocimiento y anticipación al
conflicto, la defensa de la legalidad constitucional y el Estado de Derecho, buscando respuestas
complejas a fenómenos también complejos, en los que las intervenciones de los diferentes sistemas
públicos (educación, salud, seguridad, etc.) persigan una alternativa preventiva y, en la
medida de lo posible, de recuperación social del conflicto.
http://www.flacsoandes.org/urvio/img/Urv4_Inv3.pdf