Autor Tema: Esas series, esas pelis...  (Leído 162701 veces)

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1300 en: 16 de Febrero de 2015, 14:11:11 pm »

50 SOMBRAS DE GREY

El erotismo visto desde la pornografía

Si es que le matan a uno la ilusión

Narcis Bosch, autor de 35 películas pornográficas y los teóricos del 'asunto' Elisa Victoria y José Confuso, explican qué es lo que falla en películas como '50 sombras de Grey'.

 
 
Rourke y Basinger en el momento álgido de su belleza y su encanto: 'Nueve semanas y media'.


LUIS ALEMANY 
Actualizado: 16/02/2015 14:09 horas 

Volverán banderas de cuero que tú bordaste rojo ayer, me hallará la muerte si me espera. Decíamos hace nada que el erotismo había desaparecido del cine porque para qué, si, total, ya está la pornografía que cada vez es menos marginal, cada vez es más accesible, ya hay ocasiones en las que ni siquiera es machista y tal y cual y Erika Lust y Sasha Grey, así que quién necesita ahora un último tango, unas nueve semanas y media, qué posibilidad hay de sorprenderse porque Jessica Lange y Jack Nicholson se tiren nosedónde y, qué fuerte, había harina en la mesa. ¿Cuál fue la última película 'de alto voltaje erótico', que se decía antes, que vimos en un multicine?, nos preguntábamos el otro día. Si nos lo preguntásemos hoy, es posible que la respuesta sea '50 sombras de Grey', ayer mismo. Un millón de espectadores pasó por los cines de España en el fin de semana de su debut. Otra cosa es que muchos de ellos salieran de la sala con cara de que ni sí ni no, o más bien no.

Así que, ¿qué pasa con el erotismo? ¿Ya no existe? ¿Existe pero no dice nada, no excita, no da ganas? ¿Nos han matado la ilusión? Al otro lado de la cama, contestan el cineasta Narcís Bosch (35 películas pornográficas dirigidas y 16 guiones escritos en su currículo), el escritor José Confuso y la 'antóloga' Elisa Victoria, autora del 'listín' 'Porn and pains'

Elisa habla la primera: "El erotismo convencional me dice muchas cosas, no me resulta ajeno. En primer lugar me suele divertir cómo está presentado por lo pintoresco, por lo entrañable. Es un reflejo valioso de los anhelos y frustraciones de cada tiempo y lugar. Pero bueno, yo tengo mucho estómago, también soy capaz de tragarme varios capítulos seguidos de una telenovela, por ejemplo. Me resulta fácil suspirar por mis semejantes. Si la pregunta viene referida a la capacidad de estos productos para despertar mis propias cosquillitas de emoción, eso ya es otro cantar".

La escritora sevillana no ha visto '50 sombras de Grey' porque se ha ido a vivir a un pueblo en nosequé sierra remotísisma, a dos horas del cine más cercano. Pero no le falta interés: "Tengo curiosidad por verla, ¿eh? Con un saco de palomitas. Y luego sal de frutas para aguantar el tirón". José Confuso también se había propuesto acercarse al cine esta semana pero, al final aplazó sus planes para otro día, puede que le diera pereza o que tuviera lío. De todas formas, tampoco parece que espere gran cosa. Narcís Bosch, en cambio, sí que ha visto '50 sombras de Grey' y la resume con una bonita frase: "Esto es como visitar una ciudad sin bajarse del autobús turístico".

¿Sus reproches? La nadería del guión, lo planos que son los personajes, sobre todo el señor Grey, la ausencia de sorpresas. En resumen: tenemos a un cineasta pornográfico que se lleva las manos a la cabeza por la falta de interés psicológico de una película convencional. "La historia es la de siempre, la del depredador y la víctima. Todas las historias del porno son iguales pero cualquier película erótica normal también es así. Aquí la víctima es un poco sosa, no dice gran cosa, pero eso lo puedo tolerar. Lo que no puede ser es que el depredador sea plano, que no averigüemos nada de él a lo largo de la película".

Y en ese momento, Bosch empieza a hablar de la película de su vida, 'Nueve semanas y media'. "Piense en todo el juego de miraditas de Mickey Rourke. El tipo podría ser lo que sea, pero en cada una de esas miradas decía cosas increíbles. O la escena aquella en la que citaba a Kim Basinger, todos esperábamos que se metieran en la cama y fuera la bomba. Pero Kim Basinger llegaba y él estaba con una prostituta y no sabías si pensar '¡qué hijo de puta!' o '¿qué le pasa a este chico?'".

A Bosch, por cierto, sí que siente que el erotismo en el cine normal, "el 'soft'", como él lo llama, puede ser encantador y sugerente. "Pero es que a mí me puede resultar excitante un simple personaje. Había guiones que me llegaban, veía cómo estaba planteado el personaje del 'jefe' de la manada y ya me sentía excitado sin que hubiera empezado la descripción sexual".

José Confuso, autor de un famoso y no del todo recatado blog sobre la belleza masculina y sus posibilidades, es más escéptico con la posibilidad de que un 'blockbuster' como '50 sombras' pueda ser verdaderamente sexy: "El principal problema del cine pensado para un público mayoritario es que está muy preocupado por no ofender. Se habla de erotismo, se integran algunas prácticas menos convencionales -si es que, a estas alturas, atar a alguien a la cama con fines sexuales es algo novedoso-, pero todo en un grado muy superfluo, que cree curiosidad pero que no haga que los padres se manifiesten en la puerta del cine para salvar la inocencia de sus hijos adolescentes. Si lo que buscamos es verdadero erotismo, hay que acudir a otros productos más 'underground' que muestren el sexo con más naturalidad, que apelen a la excitación sin tantas florituras. Y en esto, desgraciadamente, hemos ido a peor. Mientras que ahora tenemos 'Cincuenta sombras de Grey', hace 40 años teníamos 'Emmanuelle'. ¡40! Y la carga erótica de una y otra no es comparable...".

Buenas intenciones

¿Y sabrían decir qué es lo que separa la pornografía que es sugerente de la que es una bobada y no dice nada o, directamente, de la que les irrita? Y una pregunta más: ¿Es la misma frontera que separa lo bueno de lo malo en el cine o la literatura convencional? Elisa Victoria es la primera en contestar: "Esta clase de juicio es muy difícil de establecer porque aquí se mezcla la moral con la estética. A veces la estética es atractiva pero la intención es oscura. Yo soy consciente de que consumo pornografía que podría considerarse fea y dañina. Creo que la única pornografía no dañina en absoluto es la 'amateur' o al menos la que ha sido grabada por gusto, porque a un grupo de gente le ha apetecido exhibir sus prácticas. Más allá, los límites son un lío. Hay actores que parecen contentos y eso resulta encantador, pero nunca puedes conocer del todo lo que está pasando. Me vuelvo bastante loca dándole vueltas a estos temas, las respuestas tampoco están a mi alcance.

"Extendiendo ese criterio tan elemental al cine o la literatura supongo que se concluye que lo único correcto es lo que a un autor le sale del corazón. Cuando un artista sólo busca impactar el resultado es dudoso, se intuye algo poco fiable detrás. Huele a negocio, y el arte no debe sostenerse sobre ese concepto. Por el contrario, si el autor lo que hace es abrirse las tripas y enseñarse a sí mismo, siempre hay algo provechoso, algo que puede calar al público. Hay películas de Cronenberg, Almodóvar o Zulueta llenas de cutrerío y excesos que sin embargo te dejan retorcido por su veracidad. Si la estética no acompaña, parte del mensaje se puede perder por el camino, pero la fuerza atraviesa la precariedad de medios. En dirección contraria esto no funciona. Una superproducción sin alma es flipante de ver pero nunca te va a revolver el estómago. Podemos hablar aquí de erotismo, de miedos, de contrariedad, de entusiasmo, de lo que sea que concierna al ser humano que se expone. Sus obsesiones palpitan por sí mismas, las sexuales también, y eso las convierte en poderosas. Son capaces de alterar el orden de tus propias ideas e influirte. De ponerte cachondo con su coherencia, con su sinceridad. Lo demás sólo es carne de 'merchandising'".

El siguiente en hablar es José Confuso: "Puede haber muchos factores, pero, posiblemente, que se note que estamos viendo una ficción suele ser la clave. Si los actores están más preocupados en dar bien en cámara y evitar mostrar más de lo que han estipulado por contrato, se rompe la fantasía y la escena acaba siendo más tediosa que otra cosa. Esto nos pasa por poner la atención en el desnudo de tal actor o tal actriz, que al final, ni es desnudo, ni es, en muchos casos, su cuerpo, en lugar del punto de vista del espectador. En el caso de las películas pornográficas los derroteros van por otros lados. Sabemos a lo que vamos y tenemos claro lo que queremos. Dependiendo de los gustos de cada uno, nos excitará más un cuerpo perfecto, una escena parecida a la realidad o una fantasía de esas que no nos vemos con valor de protagonizar. Una película pornográfica excesivamente artificial puede cumplir su objetivo sin demasiado problema".

Y, a estas alturas, las palabras realidad y realismo piden el centro de la pista. En '50 sombras' todo parece un poco caricaturizable: mucha sobreproducción, mucha dirección de fotografía, no mucho naturalismo. Pero eso mismo podría decirse de 'Nueve semanas y media', con sus solos de saxofón y sus 'striptease' a contraluz que, a lo mejor, si los viésemos hoy, nos darían un poco de risa.

-¿Ha visto 'Nueve semanas y media' en los últimos años?- pregunta Narcís Bosch.

-De adulto creo que no, me parece que sólo la vi de adolescente, y tampoco recuerdo mucho de la trama.

-Pues véala, ya verá qué sorpresa se lleva.

Pero, después, Bosch reconoce que el erotismo de hace 20, 30 años, "era una cosa más de opereta" y que, a menudo, es más excitante entrar en un foro de internet en el que los usuarios relaten su vida (lo más probable es que mientan, pero hay un lecho de verosimilitud) que la película pornográfica más suntuosa.

"Bueno, las modas van así, cambian todo el tiempo y no te enteras de casi nada", explica Elisa Victoria. "El gonzo va a saco pero eso no significa que refleje naturalidad, es sólo que ofrece una ilusión muy controlada tratando de aproximarse al espectador. Es verdad que la teatralidad del porno noventero era muy ridícula, pero también tenía su encanto, la he acabado echando de menos, era simpática. Los guiones aún existen pero se basan en otras pautas. A cualquier cosa le llaman hoy naturalidad. Sigue estando todo forzadísimo, hay planos secuencia extremadamente coreografiados, con mucho mérito actoral. El porno fino que se lleva ahora tampoco cumple a mis ojos lo que promete".

"En cualquier caso las modas me suelen interesar siempre. Se puede aprender de 'Nueve semanas y media' e incluso de la saga 'Crepúsculo'. Estas películas grandes me ayudan a empatizar con el entorno. Pero vamos, que sí, que todo lo relacionado con '50 sombras de Grey' tiene una pinta muy deshonesta. Decir simplemente que su rollo es anticuado es insultar a la gente del pasado".

Y termina José Confuso: "Los espectadores de ahora no somos tan inocentes como los de la década de los 80. Hemos visto mucho, hemos aprendido mucho y ya no se nos contenta tan fácilmente. De la misma forma que los efectos especiales de las películas tienen que ser impresionantes para que nos satisfagan, las escenas eróticas también. Ya no nos vale cualquier cosa, queremos más y mejor. Y puede que esta evolución sea la causante de encontrarnos con productos como 'Cincuenta sombras de Grey', donde se nos vende el sexo como extremo, pero, a la vez, es limpio, aséptico y perfectamente controlado. Tal vez la sociedad se ha cansado de 'lo natural', atiendo al éxito de la película, y quiere que el cine le ofrezca una visión mejorada del sexo. Pero, ¿eso es erotismo? Para mí, desde luego, no".

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1301 en: 17 de Febrero de 2015, 09:14:00 am »
Madrid se queda sin cine porno
tatiana g. rivas/beatriz. f. Rebolledo@abc_madrid / madrid
Día 17/02/2015 - 00.53h


La sala X de la calle Duque de Alba

Las cuentas no cuadran en la última sala X de Madrid, que aún sigue atrayendo a su público fiel –cada vez más escaso– en la calle Duque de Alba número 4. Se espera que eche el cierre de forma inminente; probablemente a finales de este mes. La propietaria del edificio, la Inmobiliaria Noroeste Barragán –que no la dueña del negocio– ha rescindido el contrato con el administrador de la sala X después de dejar a deber 140.000 euros de alquiler. O lo que es lo mismo: más de año y medio sin abonar la mensualidad.

Los dueños del inmueble aún no saben qué tipo de actividad continuará en este espacio con capacidad para más de 300 personas en una sala. Por el momento, ya están buscando un nuevo inquilino y tienen propuestas para continuar como cine o reconvertirse en un teatro.

Este «cine con pantalla divertida», como le gusta denominarlo a su histórico gerente, Rafael Sánchez, ha funcionado desde 1986 ininterrumpidamente; siempre ofreciendo al espectador la sesión continua. La última X no ha sido inmune al virus de la pérdida de espectadores en las salas, que en 2013, en términos generales fue más nefasto que el año anterior: 15 millones de personas dejaron de acudir a los cines, según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Rafael, que ha dedicado tres décadas de su vida a este lugar, está convencido de que un cine convencional aterrizará en el 4 de Duque de Alba. «Algunos de los interesados contarían conmigo». Si no, le será difícil dejar de recorrer el sórdido pasillo de esta sala, y más aún dejar de elaborar los simpáticos carteles para promocionar las películas que él mismo proyecta. Los títulos picantes y frases de cine clásico decoran el pasillo que conduce a la única sala del edificio.

Mientras se habla con Rafael, no paran de entrar hombres –alguna mujer se ha dejado ver, eso sí, acompañada por su pareja–. Todos los que acuden parecen cortados por un mismo patrón: varones de más de 50 años. La gran mayoría se tapa la cara para no ser reconocido. La taquilla tiene un pequeño hueco por el que se venden las entradas –a 8 euros–. Taquillero y espectador no pueden verse el rostro. Es un cine anónimo donde sobre todo se viene «buscando compañía». En la sala son conscientes de que, hoy en día, cualquiera puede ver porno en su casa, pero esta clase de proyecciones en público ofrece otro tipo de diversiones –también en los aseos, según asegura algún espectador–. La entrada permite al usuario disfrutar de las dos películas que se suceden una y otra vez a lo largo del día.
Los otros cierres

La sala de Duque de Alba ha aguantado tres años más de lo que lo hizo su competencia. Las X de la calle Postas y la de Corredera Baja de San Pablo bajaron el cierre para siempre en 2012. Entonces, los trabajadores de estas actividades extintas narraban a este diario que internet fue su principal verdugo. La crisis terminó de rematarles.

El último cine X empezó como un cine de barrio en 1941 y cambió de formato en los 80 gracias a la «Ley Miró». «Más que un cine es un club social», explica su gerente, quien cree que, introduciendo unas reformas, se podría tener un final feliz y mantener así el formato actual.



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« Respuesta #1302 en: 20 de Febrero de 2015, 18:23:08 pm »

Serpico sale de su guarida


El mítico policía que Al Pacino encarnó en la gran película de Sidney Lumet vive aislado en el campo, con 78 años.

Se encuentra lejos de Nueva York, pero está atento e indignado por la actitud de sus excompañeros tras las muertes de los afroamericanos Michael Brown y Eric Garner.

Los viejos problemas que denunció en los años sesenta, a sus superiores primero y a 'The New York Times' después, siguen vigentes.

Vicente Jiménez 20 FEB 2015 - 00:00 CET

Frank Serpico, el policía que denunció la corrupción de la policía de Nueva York en los sesenta y setenta, en una imagen actual. / Magnum Photos 

No es fácil dar con un fantasma. Frank Serpico, de 78 años, expolicía, héroe de película, bohemio, seductor, hippy, soplón, poeta, místico, actor y tantas otras cosas, prácticamente lo ha sido durante los últimos 40 años. Desde que en 1972 entregó su placa y, un año después, Sidney Lumet decidió inmortalizarle en Serpico, la aclamada película, Paco, como le conocen sus amigos, apenas se ha dejado ver.

EL PAÍS le buscó a finales del año pasado para conocer su opinión sobre las muertes a manos de la policía de los afroamericanos Michael Brown y Eric Garner, sucesos que han abierto una crisis sin precedentes entre la policía de Nueva York y el alcalde Bill de Blasio, agravada por el asesinato de dos agentes en Brooklyn en diciembre.

Sin embargo, el rastro de Serpico se perdía por las montañas del norte del Estado de Nueva York, junto al río Hudson, donde vive solo en una cabaña, sin conexión a Internet ni televisión. Como último recurso quedaba dejar un número de teléfono y una dirección de correo entre aquellos que habían estado con él en los últimos años. Y esperar. El fantasma apareció una cerrada y silenciosa noche de frío polar y nevadas en toda Nueva Inglaterra.

“Viceeeenteeee”, atronó una voz cascada y surcada de interferencias al otro lado del teléfono en la segunda semana de enero. “Sí, ¿quién es?”, respondió este reportero. “Soy Franceeescooo”, añadió la voz en español. Allí estaba, efectivamente, como es él: cálido, bromista, irónico, capaz de chapurrear hasta cinco idiomas… “Tú no escribes para los gringos, ¿verdad?”, preguntó. “No, trabajo en EL PAÍS”. “Bien”, resolvió. La cita se concertó para unos días después, en una granja del condado de Columbia, a dos horas al norte de Manhattan. “Sin fotógrafos”, advirtió.

La Hawthorne Valley Farm es un complejo agrícola con tienda y cafetería, rodeado de algunas casas y un colegio, al que acuden los lugareños para hacer la compra, recoger a los niños de clase y charlar entre ellos con un sopa humeante en las manos. Paco llega en un 4×4, sucio de nieve y barro, a la hora en punto. Su aspecto es el de una estrella de rock retirada. Gorro de lana, abrigo de lona hasta los pies, botas altas de piel, colmillos de marfil en forma de pendientes en ambas orejas, lente de aumento colgada del cuello, anillo de plata con una calavera en la mano izquierda y un cinturón con motivos indios repleto de turquesas. Tras sus gafas oscuras, unos ojos vivos e inteligentes rastrean lo que sucede a su alrededor.

En su mejilla no se aprecia la cicatriz del balazo que recibió en la cara durante una operación antidroga en Williamsburg (Brooklyn) en 1971. Es la escena con la que arranca la película. Serpico intenta acceder a una casa de traficantes, pero queda atrapado en la puerta sin poder utilizar su arma. Pide ayuda a gritos a sus compañeros, pero estos ven una ocasión perfecta para librarse de él y le abandonan a su suerte. Un narco dispara a quemarropa contra el rostro del policía. Queda malherido. Un vecino hispano llama a una ambulancia y le salva la vida. Un año después deja el cuerpo.

Serpico todavía tiene pesadillas con ese momento. No puede olvidarlo, aunque quiera. La nariz le moquea permanentemente por culpa de los fragmentos de plomo que todavía siguen alojados bajo su cerebro, en el canal nasal.

“¿Lo ves? Están todos muertos”, comenta a voces nada más tomar asiento en la cafetería de la granja mientras señala un anuncio a toda página en el periódico local de la serie de televisión The Walking Dead. “Sí, es una serie sobre zombis, muertos vivientes”, responde el periodista. “No me refiero a eso. Digo que están todos muertos, los que ven estas cosas, la gente… Solo quieren distracciones, consumir, ganar dinero. La gente habla de drogas sin saber que está drogada. Drogada por productos como este. Es otro tipo de corrupción. El mundo ha puesto la inteligencia en cosas que no son necesarias”, aclara. El alegato anticonsumista forma parte de la vida en soledad de Serpico. “Evito Nueva York. Aquello no es natural”, explica con un sonrisa burlona mientras devora unas sabrosas judías con vegetales.

Serpico compró en 1968 unos 50 acres (20 hectáreas) de terreno perdidos cerca del Hudson y allí construyó su cabaña. “Me propuso comprar la tierra un compañero del cuerpo. En aquella época muchos policías compraban tierras por el Estado. Eran los tiempos de la Gold Coast (Costa del Oro), que era como llamábamos a Harlem por el mucho dinero que los policías conseguían allí de sobornos”. Tras unos años por Europa, huyendo de las represalias de sus compañeros por haber denunciado la corrupción en la policía, Serpico volvió a Estados Unidos y se instaló en el campo en los ochenta.

Su días transcurren aislados cerca del poblado de Stuyvesant. Corta su leña, da de comer a las urracas, cría gallinas y cabras, pasea, escribe sus memorias, rescata animales heridos, asiste a las universidades cercanas a dar charlas, recita sus poemas en alguna radio, se aplica medicina china, medita, practica la flauta japonesa y los tambores africanos, y baila tangos con su novia (“amiga”, matiza). A sus 78 años, sigue siendo coqueto y seductor.

Posee un ordenador portátil, pero no tiene conexión a Internet ni televisión. Dos días a la semana acude al cercano pueblo de Hudson o a la granja Hawthorne, donde repasa su correo, toma café y charla con los vecinos. Todos le conocen, sobre todo los niños, con los que no cesa de bromear. Goza de buena salud, aunque tiene dañados los nervios de la pierna izquierda, lo que le produce un dolor intenso, y apenas oye de un oído.

Vive de su pensión y de los derechos que le reportó la biografía que escribió Peter Maas, de la que se vendieron tres millones de ejemplares. Conserva la placa de detective y su revólver. Le indignan las noticias del mundo. Entre las últimas, todo lo sucedido con la policía de Nueva York y las muertes por un excesivo uso de la fuerza. “El problema de la policía es de actitud. Yo soy la ley, dicen. No, yo soy el que defiende la ley. Yo no soy la ley. Representar la ley es un derecho, y hay que ganárselo”, clama. “Si matas y maltratas, cómo quieres que te quieran. Solo saben dar excusas, cobardes excusas. Estaba en riesgo mi vida, tenía miedo, dicen. Y las excusas son como el culo, cada uno tiene uno”, añade.

Serpico cree que la corrupción que anidaba en el cuerpo en sus años no es ya el principal problema, sino el uso excesivo de la fuerza. “Los policías de ahora se quejan como niños de que no quieren hacer sus deberes. Tienen miedo. Un policía con miedo es un policía mal preparado. No se puede ejercer este oficio con miedo”, argumenta. “Un policía te puede matar, porque la ley les permite usar la fuerza. Decir que lo hace por miedo es cobardía. Es legítimo querer regresar sano y salvo a casa cada noche, pero no a costa de la vida de un inocente. Eric Garner era un tipo inocente que vendía cigarrillos en la calle. Los policías de ahora son lobos con piel de cordero”, denuncia.

En 1994, el exagente mandó una carta al entonces presidente Bill Clinton en la que le advertía de que los niños tenían miedo de los policías. “Cuando yo era niño, mi madre me decía siempre que, si tenía un problema, llamara a un policía, que él me ayudaría. Yo me hice policía porque, de niño, quería atrapar a los ladrones que, según me contó mi madre, habían matado a mi abuelo para robarle. Ahora es distinto”, recuerda. En aquella carta, Serpico pedía a Clinton la creación de una comisión que analizara cómo se había corrompido la relación entre la policía y los ciudadanos. Solo recibió una respuesta de agradecimiento.

 

La gente habla de drogas sin saber que está drogada. Solo quieren distracciones”

En su opinión, los sindicatos policiales de Nueva York tienen demasiada fuerza. “Lo que hicieron con el alcalde, volverle la espalda durante los funerales, fue inaceptable. ¿Pero quién manda en la policía, el jefe del departamento o el sindicato? Tenían que haberles sancionado”. Sobre el alcalde, destaca su complicada situación: “Está en medio de los afroamericanos y de la policía. Es complicado. Su mujer es negra, sus hijos también…”.

La relación de Serpico con la policía de Nueva York sigue siendo tormentosa. No en vano, suyos fueron los testimonios que llevaron al cuerpo a la peor crisis de su historia. Hijo de inmigrantes italianos de Brooklyn, el niño Francesco veneraba a los agentes de su barrio. En 1959 logró su placa. Ocho años después, ya como detective, denunció la corrupción de sus compañeros ante sus superiores. Dio información detallada, pero no se hizo nada. Impotente, él y su compañero David Durk acudieron a The New York Times.

En 1970, presionado por la opinión pública, el alcalde John Lindsay abrió la comisión ­Knapp, ante la que testificó el policía. Los resultados mostraron un cuerpo corroído por los sobornos y la ley del silencio. El realizador Sidney Lumet hizo una película sobre estos hechos en 1973. El protagonista fue Al Pacino, que bordó uno de sus mejores papeles. Según el American Film Institute, Serpico es el número 40 de la lista de héroes de cine más queridos, por debajo del perro Lassie (el número uno es Atticus Finch, el protagonista de Matar a un ruiseñor, el filme basado en la novela de Harper Lee).

Serpico no disfrutó del filme que llevaba su nombre. Dejó EE UU y se instaló en Europa. Compró una granja en Holanda, se casó con una holandesa y recorrió el continente. Cuando su mujer murió, vendió la granja y regresó a Estados Unidos. Era la década de los ochenta. Durante un tiempo recorrió en caravana el país y Canadá. Finalmente, se instaló al norte de Nueva York, lejos pero cerca de la ciudad que casi acaba con su vida. Las cosas, asegura, han cambiado, pero no mucho. “No me sorprendió que el policía que mató a Eric Garner no fuera procesado por un gran jurado. ¿Cuándo ha sido la última vez que un agente ha sido procesado? Los fiscales no procesan a los policías y saben cómo controlar al gran jurado. Tienen relación con los policías, se sirven de ellos para enviar gente a la cárcel, son sus amigos”, enfatiza.

 



 
El entonces agente Serpico, en una imagen de 1970, abandonando los juzgados del Bronx tras testificar. / Getty

Para Serpico, hay un problema de falta de respeto hacia la ciudadanía en general y hacia las minorías en particular. “Se creen mejores que ellos. Es un problema de toda la sociedad, no solo de la policía. No hay respeto por la gente, solo se piensa en ganar dinero, en ganar poder… El ciudadano no importa. Ser policía es un honor, pero no un lugar en el que hacerse rico”. Mientras Paco habla, la gente acude a saludarle. A cambio de ser querido, reparte la bonhomía que tan bien retrató Al Pacino en la pantalla. Las anécdotas brotan de su boca: “¿Sabes lo que es la escuela de las siete campanillas? La escuela colombiana de carteristas. Practican con un maniquí con traje y siete campanillas. Si suena una sola campanilla mientras intentan robar la cartera, no valen para el oficio”.

Serpico se refiere a los delincuentes hispanos que llegaban a Nueva York en su época de agente. “Cogían la tarjeta plastificada con las instrucciones de seguridad del avión para abrir las habitaciones de los hoteles. La insertaban en la puerta y limpiaban la habitación. Los deteníamos en los pasillos. A mí me usaban de intérprete. En un interrogatorio, el teniente me pidió que preguntara a uno qué hacía en el pasillo con aquel folio plastificado. El tipo respondió, socarrón, que esperaba la guagua. La verdad es que algunos tenían gracia”, recuerda entre risas.

Es media tarde y los carámbanos de hielo que cuelgan de las vigas exteriores de madera del café gotean pertinazmente. Es el momento de volver a Nueva York, la hora de que el fantasma vuelva a su guarida. Antes de la despedida, Serpico se levanta, acude a su coche en el aparcamiento y vuelve con unos papeles en una carpeta. El primero de ellos huele a viejo.

Se trata del Código Ético de los Agentes de la Ley que estudió en la academia de policía a finales de los años cincuenta. Entre otras cosas, dice: “Como representante de la ley, mi deber fundamental es servir a la humanidad, salvaguardar vidas y propiedades, proteger a los inocentes del engaño, a los débiles de la opresión o la intimidación, la paz de la violencia o el desorden, y respetar los derechos constitucionales de todos los hombres con libertad, igualdad y justicia. (…) Mantendré la calma y el coraje ante el peligro. (…) Nunca emplearé una fuerza o violencia innecesarias”.

Tras mostrar la página como un tesoro, Serpico la vuelve a guardar con cuidado, sin dejar que nadie la toque, no sin antes hacer notar a su interlocutor que el texto se ha desdibujado con el paso del tiempo, que muchas palabras están a punto de desaparecer, razón por la que las ha subrayado a lápiz, como si quisiera salvaguardar su validez, su enorme significado, el sentido de vestir el uniforme de policía a riesgo de la propia vida.
« Última modificación: 20 de Febrero de 2015, 18:42:03 pm por 47ronin »

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1303 en: 20 de Febrero de 2015, 20:23:48 pm »
La realidad, una vez más, supera a la ficción.

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« Respuesta #1304 en: 20 de Febrero de 2015, 21:55:34 pm »
no he visto la película, pero me gustó más no leer el libro.

#tuitserio


Me siento un bicho raro, yo tampoco me lo he leído... ;risr;



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« Respuesta #1305 en: 27 de Febrero de 2015, 19:18:59 pm »
 :Lazo_Negro


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« Respuesta #1306 en: 04 de Marzo de 2015, 08:40:50 am »
 04/03/2015

Los militares reciben con rechazo la serie de Telecinco sobre la misión en Malí: no son “los nuestros”, son “los suyos”


Algunas críticas: “los personajes parecen rambos”, “el Ejército no es un puticlub”

   

El primer capítulo de la teleserie ‘Los Nuestros’, que gira en torno a una misión militar de rescate de dos niños españoles en Malí, no ha sido bien recibida por una parte del Ejército. Critican “falta de seriedad”, una excesiva “promiscuidad” no propia del Ejército, y que aporta una imagen distorsionada de la cultura de defensa.

“Los nuestros’ no son los nuestros. Es un folletín. Flaco favor. Alguien se ha equivocado. Esos no somos nosotros. Es mi opinión”. Así valoraba el General de División en la reserva Rafael Dávila la nueva serie de Telecinco en su cuenta de Twitter.

La teleserie había generado mucha expectación previa entre los militares. Sin embargo, no sólo no ha convencido, sino que incluso ha generado muestras de indignación. Algunos incluso han rebautizado la producción de Telecinco como “los suyos”

Una de las críticas que más polvoreada han levantado se refiere al papel de la mujer en las Fuerzas Armadas que se muestra en el film. La actriz Blanca Suárez, que encarna el personaje de una cabo francotiradora de Operaciones Especiales, mantiene una relación amorosa con su capitán, Hugo Silva, un hombre casado.

Este “lío de falda” es “impropio de las Fuerzas Armadas” comentan militares a El Confidencial Digital. “El Ejército no es ningún puticlub” aseguran, a la vez que critican la imagen que se da de la institución mostrando “lios” entre personal de tropa y oficiales.

Otro de los puntos que ha sido muy criticados es la actitud que muestran los militares en la serie: “se les ve con las manos en los bolsillos recibiendo órdenes de un superior, no hay respeto, parecen todos colegas” aseguran. “Y luego salen dos matando a una cabra…” indican otros.

También destacan errores “de bulto”, como mostrar a un oficial –teniente- con un fusil de asalto G-36, un militar asentando una ametralladora sin colocarla sobre el trípode o tiradores selectos disparando a pocos metros de un vehículo con una mirilla telescópica. “Parecen rambos, y nada más lejos de la realidad. No sé cuál es el asesoramiento militar que dicen que han recibido” aseguran.

Hacen referencia a la colaboración que prestaron las Fuerzas Armadas y en concreto el Mando de Operaciones Especiales –MOE- en la producción. Las condiciones de esta colaboración fueron que no supusiera coste para el Ejército y no se atacasen los valores de la institución, “algo que no se ha cumplido” aseguran los militares consultados.

Los actores recibieron durante dos semanas instrucción básica en el Cuartel General del Mando de Artillería Antiaérea de Madrid, y luego viajaron hasta Rabasa para conocer de cerca la sede del MOE, donde a cada uno le asesoró un ‘boina verde’ español. También participaron en unas maniobras en el campo de tiro de San Gregorio, en Zaragoza.

Los comentarios críticos también se han extendido en las redes sociales. Estos son algunos de los que ha recopilado El Confidencial Digital:

--“La diferencia entre un país con cultura de defensa "el francotirador" y uno que no "los nuestros" donde está el asesor MOE?”

--“Decepcionante y artificial recreación de nuestras fuerzas armadas. Cualquier parecido con la realidad es pura fantasía”.

--“Lo primero a una misión no se pueden llevar problemas personales y menos aún de faldas”.

--“Desacreditar con "fantasmadas" inventadas”.

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1307 en: 04 de Marzo de 2015, 09:39:08 am »
Lo que interesa para que la serie venda es precisamente que sea un puticlub . . . estos militares no entienden de cuotas de pantalla.  . . la marcialidad no vende. . . unas buenas tetas y unos líos de faldas sí.

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1308 en: 04 de Marzo de 2015, 10:01:46 am »
Lo que interesa para que la serie venda es precisamente que sea un puticlub . . . estos militares no entienden de cuotas de pantalla.  . . la marcialidad no vende. . . unas buenas tetas y unos líos de faldas sí.

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Los militares ya deben haber olvidado el tema caliente del Marqués de la Ensenada en 2006.

Lo recuerda señor Heracles?

http://elpais.com/elpais/2006/05/26/actualidad/1148631418_850215.html

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1309 en: 05 de Marzo de 2015, 16:22:15 pm »

'LOS NUESTROS'

Se extiende la indignación en el ejército por la serie de Telecinco

Juan E. Pflüger

Miércoles, 4. Marzo 2015 - 18:26


La serie de Telecinco ‘Los Nuestros’ ha recibido duras críticas por parte de miembros del Ejército Español que consideran que “presenta unos tipos de militares y unas relaciones entre ellos, totalmente denigrantes para la institución”. Las críticas, volcadas en varios foros militares consideran que el Ministerio de Defensa nunca debió dar asesoramiento para este tipo de filmaciones ni ceder el uso de medios militares pare que se ataque de esta manera al Ejército.

Especial daño ha hecho entre los miembros de la milicia que se presente semejante serie como “homenaje a los 170 muertos en operaciones”. Otro de los militares críticos con la serie la resume de la siguiente manera: “El capitán pone los cuernos a su parienta con la tiradora selecta; esta se busca un mar... como binomio; el teniente se f... a una cabo legionaria y un legionario mata a la cabra”. Una imagen lamentable de quienes se juegan la vida a diario por la seguridad de todos los españoles.

El mismo militar no duda en criticar a Defensa al manifestar su incredulidad al explicar que “lo verdaderamente alucinante es la propaganda que el Cuartel General del Ejército, en los medios sociales, le está haciendo al bodrio”.

Otro de los militares que ha criticado la miniserie emitida por Telecinco asegura que en un solo episodio se han cometido al menos siete faltas que supondrían, en la mayoría de los casos, la expulsión del Ejército, pero que en la serie se asumen con normalidad. Y pide que el Jefe del Estado Mayor o el Mando del Grupo de Operaciones Especiales tome cartas en el asunto.

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1310 en: 05 de Marzo de 2015, 16:34:55 pm »
Pues ya tienen la respuesta a sus quejas...



05/03/2015

Defensa transmite a Telecinco su satisfacción por la serie sobre el Ejército: es real y ajustada

Los actores fueron entrenados por un antiguo mando del Grupo de Operaciones Especiales. El ministerio prestó vehículos, helicópteros, material y abrió los acuartelamientos a Mediaset

La emisión del primer capítulo de la serie ‘Los nuestros’ ha generado reacciones opuestas. Algunos militares la han criticado, pero en Defensa hay una sensación de que la ficción ha conseguido recrear cómo es una misión de alto riesgo en el extranjero como la de Malí. La producción contó con el visto bueno del ministerio

El Confidencial Digital publicó este miércoles la reacción crítica de algunos militares que criticaban la emisión del primer capítulo de la ficción producida por Multipark. La opinión del Ministerio de Defensa, sin embargo, es la contraria: hay satisfacción.

Desde el departamento que dirige Pedro Morenés se ha colaborado con especial dedicación en la producción de la serie. En varios aspectos:

-- Es la primera ficción española en la que han participado en el equipo artístico actores profesionales y miembros de las Fuerzas Armadas.

-- Dos ‘boinas verdes’ y tres integrantes del Regimiento de Infantería Ligera ‘Soria 9’ han trabajado en el rodaje de ‘Los nuestros’.

-- Los actores han recibido entrenamiento militar durante dos semanas en el cuartel general del mando de Artillería Antiaérea de Fuencarral.

-- Se les ha enseñado protocolo, graduación, maniobras, conocimiento armamentístico y manejo de vehículos.

-- El Grupo de Operaciones Especiales (GOE) ha compartido sus conocimientos con los actores en el campo de maniobras de San Gregorio, en Zaragoza.

-- Los actores también han acompañado a militares profesionales durante tres días en el acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete, de Alicante, para conocer qué hacen en su día a día y en qué consiste una jornada de su trabajo.

-- Un teniente coronel retirado, Juan Ginés García y Pérez, ha asesorado durante los últimos meses al equipo de ‘Los nuestros’. Se trata de un especialista del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), una unidad de élite del Ejército.

-- Defensa también ha prestado vehículos, helicópteros, sistemas de comunicación, elementos de ambiente e instalaciones militares, como la base aérea de Getafe o el hospital Gómez Ulla.

-- El Ministerio también dejó que la presentación de la serie se celebrara en el acuartelamiento de Artillería de Fuencarral, justo enfrente de las instalaciones de Mediaset.

Se trata, por tanto, de una ficción que ha contado con el asesoramiento en todo momento del Ministerio de Defensa. El resultado final, además, ha sido positivo porque la ficción se ajusta a la realidad.

Respecto a las críticas concretas y los “errores de bulto” que destacaban algunos militares profesionales, fuentes cercanas a Defensa que han participado en el asesoramiento de la serie explican:

-- Sobre la escena que muestra a un oficial –teniente- con un fusil de asalto G-36: actualmente y desde principios del siglo XXI todos los combatientes de Operaciones Especiales (oficiales y soldados) llevan arma corta y arma larga (pistola y fusil de asalto).

-- Sobre el comentario “un militar asentando una ametralladora sin colocarla sobre el trípode” destacan: “En Operaciones Especiales no se suele llevar trípode por su excesivo peso”.

-- Por último, sobre la afirmación de que a “los militares en la serie se les ve con las manos en los bolsillos recibiendo órdenes de un superior”, las fuentes cercanas al ministerio de Defensa señalan: “Aunque no hay una disciplina rígida en Operaciones Especiales, sí se percibe en la serie una actitud de respeto hacia los superiores”.

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1311 en: 05 de Marzo de 2015, 17:43:19 pm »
No querían caldo . . . pues toma, dos tazas . . .

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1312 en: 07 de Marzo de 2015, 10:37:32 am »
La opinión de un Sargento 1º de Infantería. Los suyos y los nuestros, por Bruno Navarro
Bruno Navarro
Jueves, 5. Marzo 2015 - 9:45

No hicieron caso y ahora el mal está hecho: los boinas verdes somos el hazmerreir del Ejército y el Ejército es el hazmerreir de la sociedad civil.

No voy a detallar cada uno de los errores, sinsentidos, mentiras e insultos de la miniserie "Los nuestros", estrenada el lunes en Tele 5, pues para ello tendría que rellenar varias páginas y no tengo ni tiempo ni ganas. Y es que si se tratara de algún desliz, como lógicamente los hay en cualquier serie o película de guerra, no pasaría nada. Pero el caso que nos ocupa es singular por cuanto yerra, miente y ofende de forma continua.

Tampoco voy a criticar a Tele 5. A fin de cuentas es un medio de comunicación declarado enemigo de la moral, la verdad y el buen gusto, así que como enemigo de todo lo bueno que puede haber en este mundo podemos afirmar que ha hecho un buen trabajo. Ha cumplido su papel, nada nos puede extrañar que dé una imagen de nuestros militares totalmente falsa, donde Dios, Patria, honor, disciplina o vocación de servicio (por citar sólo algunos valores) brillan por su ausencia y donde la catadura moral de los oficiales, suboficiales y tropa protagonistas es lamentable y perversa.
 
Pero sí quiero alzar la voz contra quienes debiendo proteger la imagen de los Ejércitos, en su lugar han colaborado con la afrenta. No me refiero a los guerrilleros que cumpliendo órdenes intentaron mostrar a actores, guionistas y productores un poco de su mundo. Nada se les puede reprochar. Me refiero al Ministerio de Defensa, es decir, al ministro, a las altas autoridades y asesores que le rodean y a los altos cargos del Ejército que han participado en esta farsa. Varias son las razones que adujeron para colaborar, pero también fueron varias las voces que les advirtieron que era un error, que nos arrepentiríamos, que ya decía Esopo que el alacrán picará siempre porque es su naturaleza... No hicieron caso y ahora el mal está hecho: los boinas verdes somos el hazmerreir del Ejército y el Ejército es el hazmerreir de la sociedad civil. Y encima con un gran despliegue de medios proporcionado por quienes son atacados.
 
En cualquier país decente el Ejército habría leído el guion y habría rechazado cualquier colaboración. La serie se haría de todas formas, pero sin mancharnos con ella y sin colaborar con medios que la hicieran más creíble y por lo tanto más dañina. Y después de estrenada habría hecho oír su voz y su opinión, ya fuera en forma de declaraciones o incluso de querella. Pero claro, qué voz va a levantar el ministerio contra Tele 5 si son "los suyos". Y mientras tanto "los nuestros", los de verdad, huérfanos y humillados.
 
Bruno Navarro Rousseau-Dumarcet
Sargento 1º de Infantería (Operaciones Especiales) en excedencia

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1313 en: 12 de Marzo de 2015, 07:36:44 am »
Continúa la polémica
Miembros de Operaciones Especiales reclaman a sus mandos que denuncien la serie ‘Los Nuestros’

Consideran que la ficción de Telecinco “atenta contra nuestra imagen”. Grupos en redes sociales exigen que no se emita el último capítulo

Con la emisión del segundo capítulo de ‘Los nuestros’ ha arreciado la polémica por la imagen que según algunos militares se trasmite en la serie de las Fuerzas Armadas. Incluso algunos ‘boinas verdes’, la unidad de élite que protagoniza la producción, han solicitado a sus mandos que “no se callen ante este atropello”.

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes militares, destinadas en el Mando de Operaciones Especiales de Rabasa (Alicante), algunos ‘boinas verdes’ han trasmitido a sus mandos superiores su pesar por la imagen que trasmite la serie de Telecinco. Se unen así a las críticas que ha recibido la ficción tras su estreno la pasada semana.

“No nos importaría si la serie hablase de una unidad ficticia, pero en todo momento se relaciona a los actores y sus comportamientos con el personal del MOE. Atenta contra nuestra imagen” asegura a ECD un miembro de operaciones especiales del Ejército de Tierra.

Tal y como explican a este confidencial, algunos de sus compañeros “han solicitado que se denuncie públicamente que eso no es el MOE, ni esos son sus soldados, que no se callen ante este atropello” aseguran estas voces. Según dicen, sus mandos “se están mordiendo la lengua” en este asunto.
Petición de no emitir el último capítulo

Por otra parte, se ha iniciado un movimiento en redes sociales demandando que se “deje de emitir la serie” al considerar que “no representa con dignidad a la institución ni a las personas que se dedican a la defensa militar de España”.

Los impulsores de esta iniciativa incluso están recogiendo firmas a través de la plataforma ‘change.org’, con un comunicado que va dirigido al presidente de Mediaset Alejandro Echevarría.

En él aseguran que ‘Los nuestros’ “es una pantomima ridícula e irrisoria que no refleja para nada el ser y estar de los miembros del MOE”. Valoran, además, que “a la mujer la deja en muy mal lugar” y que los “valores morales sobre los que se asienta la vocación militar simplemente no existen –en la producción-”.

“La poca seriedad demostrada en estos detalles y el hecho de centrar la historia en un culebrón sentimental y sexual hacen que todo esto no tenga nada que ver con la realidad, hecho que puede transmitir a la opinión pública una idea totalmente distorsionada de lo que son las personas que componen las unidades de las FAS y en concreto el MOE. La gente tiene derecho a saber que esta morralla no tiene nada que ver con sus militares” sentencian en su comunicado.
   



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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1314 en: 12 de Marzo de 2015, 08:02:45 am »
Morenés . . . gran Ministro, mejor persona . . . Zaida lo sabe bien
 . . .

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1315 en: 17 de Marzo de 2015, 08:50:51 am »
El peor bodrio que he visto en mucho tiempo


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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1316 en: 17 de Marzo de 2015, 10:27:00 am »
Y qué esperabas? . . .

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1317 en: 30 de Marzo de 2015, 14:48:10 pm »

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1318 en: 30 de Marzo de 2015, 14:49:58 pm »
<a href="http://youtube.com/v/o4BxNy8T3g4" target="_blank" rel="noopener noreferrer" class="bbc_link bbc_flash_disabled new_win">http://youtube.com/v/o4BxNy8T3g4</a>

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Re:Esas series, esas pelis...
« Respuesta #1319 en: 30 de Marzo de 2015, 15:06:44 pm »
 :pen: . . . que malo eres . . .   ;fum;




 ;risr;

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