Saura suspende a los agentes pero no evita un ciclón político y policial
? Los compa?eros de los mossos condenados no dan crédito a la sentencia y critican al 'conseller'
? CiU y PP exigen a Montilla que releve al titular de Interior, aunque el caso es previo a su mandato
Una agente de los Mossos d'Esquadra saluda al conseller de Interior, Joan Saura, ayer, a la salida del Parlament. Foto: FERRAN NADEU
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MAYKA NAVARRO
BARCELONA
El conseller de Interior, Joan Saura, anunció ayer personalmente la suspensión cautelar de empleo y sueldo para los cinco mossos condenados el martes por la Audiencia de Barcelona por la detención y maltrato que sufrió un ciudadano rumano al que confundieron con un violento atracador. A tres de esos policías se les impuso una pena de más de seis a?os de cárcel por torturas, condena inédita en la historia reciente de los Mossos d'Esquadra y no menos inédita en el resto de las fuerzas de seguridad. Saura resolvió así el compás de espera que se abrió el mismo día que se hizo pública la sentencia, cuando la única respuesta de Interior fue un confuso e inconcreto comunicado que se redac-
tó con la voluntad de no decir nada.
Entre un instante y otro, el clima en el seno del cuerpo policial se enrareció por momentos. "Que Saura diga si le preocupa más la opinión pública o quiere ejercer de conseller de los Mossos", acusó el portavoz de la UGT de los Mossos, Valentín Ana-
dón. Enfado, indignación e impotencia, pues, en el cuerpo policial, y carga en el Parlament, donde CiU y PP, pidieron al president José Montilla que prescinda ya de Saura.
El caso Lucián --así se llama la víctima-- ha entreabierto la puerta de una crisis. La oposición política ja-
más ha dado tregua a la presencia de Iniciativa al frente de una conselleria como Interior. Martilleó sobre Saura desde el primer día por ser el eslabón más débil --por volumen de votos-- del Govern, en un intento de desequilibrar el tripartito. La embestida de CiU y PP, por lo tanto, no sorprende. Si acaso, resulta singular la argumentación de los populares, que llegaron a recordar erróneamente que los hechos juzgados sucedieron con Saura como conseller ya de Interior, cuando entonces mandaba Montserrat Tura, quien dio por buena la versión de los policías que le transmitieron sus mandos.
POR TELEVISIÓN
Pero esa, la política, no es la crisis real de este caso. La mayor preocupación para la cúpula de Interior es la repercusión de la sentencia entre los compa?eros de los agentes. Para empezar, los condenados supieron por televisión que la conselleria había decidido suspenderlos cautelarmente. El programa Els matins de TV-3 retransmitió en directo el anuncio de Saura desde Parlament. Uno de los agentes, que debía incorporarse por la tarde porque el martes por la noche participó en la detención de unos asaltantes de pisos, telefoneó desde casa a su superior para preguntar por lo que estaba viendo en televisión.
La suspensión de empleo y sueldo es cautelar y se les mantiene la mitad de la nómina. Aun así, varios mossos empezaron ayer a organizarse para tramitar la apertura de una cuenta corriente solidaria con sus cinco compa?eros. El malestar se corta en todas y cada una de las comisarías, no solo de Barcelona, y ha afectado a todos los escalafones. Esta vez no se trata únicamente de corporativismo entre compa?eros de rango. Es fácil encontrar duras reacciones no solo ante la sentencia, sino ante el silencio de Interior, en toda la escala de mando del cuerpo.
Les cuesta interpretar el mutismo de la conselleria. Si durante estos dos a?os la Administración ha defendido la inocencia de los cinco agentes --ahora condenados--, no entienden por qué el anuncio de una suspensión cautelar de empleo y sueldo no estuvo acompa?ado de una declaración pública de apoyo a los mossos implicados. A no ser que los responsables de Interior hayan dejado de confiar en la versión de los agentes, a pesar de que mantienen la asistencia jurídica del departamento si los mossos la aceptan.
En cambio, no hay fisuras en el apoyo que los agentes conservan en la cúpula policial de los Mossos. Algunos mandos lo mostraron asistiendo al juicio en la Audiencia de Barcelona. Estos superiores no pasan por alto que, durante los dos a?os que trabajaron en el grupo de atracos, los cinco mossos condenados por torturas y lesiones participaron en decenas de detenciones si haber recibido ni una denuncia, ni parte, ni queja, ni hoja informativa sobre sus actuaciones en la calle. De hecho, algunos han ascendido de categoría durante el tiempo que ha durado la instrucción de la denuncia.
SITUACIÓN DETERIORADA
Para algunos mandos de Mossos, y lo contaban ayer sin tapujos, la condena no es más que una "sentencia ejemplarizante" que evidencia la fractura, cada vez mayor, que existe entre la judicatura de Barcelona y los Mossos d'Esquadra. Y esta es la otra gran preocupación que tiene ahora la cúpula policial y política de los Mossos, tratar de dar la vuelta a una situación deteriorada en un momento en el que están pendientes demasiados juicios por denuncias antiguas contra policías autonómicos.
Entre los mandos policiales más cercanos a los agentes que trabajan en la calle reinaba ayer el desánimo. Esperan que los "efectos colaterales" de la sentencia duren poco tiempo. "Estos días cuesta planificar un servicio en el que se tengan que hacer detenciones que se prevén complicadas", reconocía un sargento. La moral de la tropa está por los suelos. Aunque parece que esto no ha hecho más que empezar.