COSLADA
?Di que soy tu novio o te mato?
Una joven de Coslada se salva de una violación gracias a que tenía su móvil conectado con la Policía por si la atacaba su ex pareja El violador, que no la conocía, la amenazó de muerte cuando vio llegar a los agentes
Estaba amenazada por su ex pareja. Por ello no se separaba ni a sol ni a sombra del teléfono móvil, con localizador GPS, que le habían facilitado para alertar a la Policía en caso de que tuviera problemas. Lo que nunca pudo imaginar cuando se lo entregaron es que también le protegería de una violación.
Los hechos se desencadenaron en torno a las 4:20 de la madrugada del pasado sábado, según relataron a este periódico fuentes de la Policía Local de Coslada. A esa hora, la chica, de 20 a?os de edad, se dirigía a su domicilio dejando atrás la zona de bares de copas del municipio. Andaba tranquilamente por una de las aceras de la calle Colombia cuando un Peugeot 206 de color blanco se puso a su altura y redujo la velocidad al paso de la joven. A través de la ventanilla, su conductor, único ocupante del vehículo, empezó a llamar su atención.
En ningún momento pensó la joven que el asunto llegaría a más. Sin echar a correr, apretó un poco el paso creyendo que el desconocido desistiría y aceleraría hasta perderse en el próximo cruce. Nada más lejos de la realidad. A la altura del paso por la avenida José Gárate, junto al polígono industrial de la localidad, el individuo detuvo el vehículo, se bajó y, dejando las llaves puestas y las puertas abiertas, se abalanzó sobre ella. La joven no tuvo tiempo casi de reaccionar cuando se vio arrinconada entre dos camiones, estacionados frente a una empresa de grúas industriales.
El agresor comenzó a realizar tocamientos y, a la fuerza, intentó quitar la ropa a su víctima con la intención de consumar la violación. Sin embargo, la joven, en pleno forcejeo, logró echar mano a su teléfono móvil y apretar el botón rojo de alarma. A través del GPS incorporado, la Cruz Roja pudo determinar el lugar en el que la chica tenía problemas. Pensando que se trataría de un ataque de su ex pareja, se dio el aviso a la Policía Local de Coslada, cuyos agentes pensaban que se trataba de un caso de violencia doméstica.
Los responsables de la ONG, en contacto directo con los funcionarios, iban transmitiendo los movimientos de la mujer y el individuo que la había atacado.
Por suerte, llegaron hasta el lugar de los hechos en poco más de un minuto. Una vez allí, no lograron dar con las personas a las que buscaban. Fue otro joven, que había sido testigo de lo que ocurría, el que indicó a la Policía el lugar exacto en el que se hallaban. En ese momento, la joven se encontraba con la parte superior de la ropa levantada y los pantalones desabrochados y bajados. Al percatarse de la presencia de los agentes, el agresor, lejos de ponerse nervioso, la cogió del cuello por la espalda y la obligó a caminar unos pasos. Además, según relataría posteriormente la víctima, le obligó a que dijera que era su novio para tratar de enga?ar a los agentes: ?Di que soy tu novio o te mato?.
Sin embargo, los agentes vieron claro desde el primer momento de lo que se trataba. Uno de ellos se abalanzó contra el agresor aferrándose al brazo que aprisionaba a la joven. Tras liberarla de su captor, el Policía puso contra la pared al individuo, que se resistió con violencia a la detención. De hecho, y según aseguraron las mismas fuentes, en un momento dado, uno de los policías recibió una patada en la espalda. Sin embargo, no pudo hacer nada por escapar del lugar de los hechos. En poco tiempo llegaron más refuerzos y el individuo fue reducido, esposado y conducido a las dependencias policiales. Éste, de 25 a?os de edad y residente en la capital, carecía de antecedentes penales.
Al ser cacheado, los funcionarios locales encontraron en el bolsillo delantero derecho del pantalón del arrestado unas tijeras metálicas que, al parecer, no había utilizado en ningún momento con la joven para lograr sus objetivos. Mientras tanto, la joven, al sentirse a salvo, y todavía bajo los efectos de la tensión acumulada, se tiró al suelo y rompió a llorar mientras era tranquilizada por uno de los policías.
La mujer, que se encontraba con un fuerte ataque de nervios, fue trasladada en un coche patrulla al servicio especial de urgencias del Imsalud de Coslada, donde fue atendida de las magulladuras y ara?azos que presentaba por diversas partes del cuerpo. Fue allí donde confesó a los agentes que, al verse acorralado, su agresor le exigió que convenciera a la Policía de que se trataba de su pareja.
Antes de que la grúa se llevara el vehículo del presunto agresor, los agentes realizaron un registro del interior, en el que hallaron una botella de whisky, una de ron y otra de limón. No obstante, el individuo no manifestaba signos evidentes de estar bajo sus efectos.
