La solidaridad de Errejón con Iglesias y Montero enfada a Cifuentes: «¿Mis hijos son de peor condición?»
El líder de Más País diferenció y defendió los escraches del «acoso» que han sufrido el vicepresidente del Gobierno y la ministra de Igualdad durante sus vacaciones.
Sí Cifuentes no ve la diferencia es que es gilipollas y si la ve es una malnacida.
Gilipollas son los que apoyaban los escraches que le hicieron a otros políticos, y ahora defienden a los Marqueses.
¿La Ministra de Defensa también es gilipollas?
Robles afirma, tras lo sucedido a Iglesias, que debe haber "tolerancia cero" ante "los escraches vengan de donde vengan"
https://www.europapress.es/andalucia/almeria-00350/noticia-robles-afirma-sucedido-iglesias-debe-haber-tolerancia-cero-escraches-vengan-donde-vengan-20200819125557.html
Creo que se ha de diferenciar lo que es un "escrache" o protesta por alguna razón de lo que es un acoso en toda regla, ir al domicilio del político a protestar, lanzar arengas y mostrar cartelería variada siempre dentro de los límites del ejercido de la protesta es un derecho legítimo, mientras que estar casi 4 meses en la puerta entraría dentro del acoso más flagrante... y además he de recordarles que el primer "escrache" o protesta domiciliaria no vino de la mano de Podemos.
https://www.abc.es/espana/madrid/abci-municipales-amenazan-alcalde-gallardon-201002260300-1134076664640_noticia.htmlLos municipales amenazan al alcalde Gallardón
Un centenar de agentes se concentraron ayer frente a la Casa de la Villa, que celebraba Pleno, donde lanzaron consignas y atacaron de nuevo al alcalde IGNACIO GIL
Los municipales amenazan al alcalde Gallardón
Una veintena de representantes sindicales hacen «botellón» frente a su casa, convocados a través de una web
M. J. ÁLVAREZ/S. MEDIALDEA | MADRID
Actualizado:
26/02/2010 «La cúpula policial funciona como una policía política»
Las movilizaciones emprendidas por la Policía Municipal se radicalizan. El origen del conflicto es la falta de entendimiento sobre el convenio colectivo cuya mesa de negociación se ha roto tras siete meses de negociaciones.
Mientras las posturas están enquistadas, ayer el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Pedro Calvo, de cuya área depende el convenio que afecta también a Bomberos y Agentes de Movilidad, denunció la actuación de un grupo de agentes la noche del miércoles frente a la casa del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Allí acudieron una veintena de representantes sindicales de la Policía Municipal, convocados a través de la web patrulleros.com, para hacer una «mirinda», una especie de «botellón», frente a su domicilio, a donde trasladaron su protesta «no autorizada», indicó. El episodio se produjo entre las 23 y las 00.30h, tiempo en el que los agentes «evitaron estar juntos para no ser sancionados», precisó.
Malas formas
Ante ello, el responsable de Seguridad arremetió contra las malas formas de la élite sindical de las Policía Municipal, que ha sido capaz de llegar, incluso, a la «amenaza y coacción personal» contra el propio alcalde.
Tras explicar que los políticos llevan en su sueldo determinadas cosas, recalcó que «ningún ciudadano, ni tampoco el alcalde, tiene porqué pasar por esta amenaza en su domicilio particular, donde vive con sus hijos y con otros vecinos». Calvo atribuyó lo ocurrido a «las fórmulas imaginativas» que los representantes sindicales anunciaron el lunes. «Esa fórmula demuestra que su ánimo negociador es nulo», pues los acuerdos no se logran llevando una reivindicación a un ámbito tan personal como un domicilio». Además, recordó que no es la primera vez que le sucede y también por el mismo asunto. El concejal de Seguridad hizo esas declaraciones en el interior de la Casa de la Villa, en donde se celebraba el pleno mensual.
Mientras, en el exterior arreciaba la pitada de un centenar de delegados sindicales de la Policía Municipal, que denunciaban, tal y como rezaba su pancarta: «Menos imposición y más negociación» en alusión al tan traído y llevado convenio colectivo, y que permanecieron bajo la lluvia de 9 a 12. Tras acusar a Calvo de imponer por decreto «unas condiciones laborales que están consolidadas», exigían la reanudación de las negociaciones. «No queremos subidas salariales, queremos que se respete la situación actual que supone coste 0», explicó César Jiménez, portavoz de CPPM. «Calvo quiere recortar nuestros derechos y primar la productividad en base a horas extraordinarias encubiertas para suplir la falta de plantilla», con siete mil agentes.
Entre consignas, petardos, y pancartas en las que se podía leer: «Calvo, dictador del decretazo», en alusión a su decisión de imponer sus condiciones ante la falta de acuerdo, apareció «ruiz-vampirón», en alusión al regidor. «Quieren que vendamos nuestro tiempo libre a cambio de dinero para suplir la escasez de personal», recalcaba Javier Payar, secretario general de UPM. La protesta acabó sin incidentes, pero con el anuncio de Calvo de expedientar a los agentes que protestaron con material de trabajo. Los sindicatos continuarán con sus protestas.