INTERESANTE ARTICULO.
La soledad de las fuerzas del orden
LUIS PÉREZ
Se están produciendo en los últimos tiempos en Galicia y en otros puntos de Espa?a acontecimientos relacionados con las Fuerzas de Seguridad del Estado en las que desde el poder político no se les presta la debida atención, el apoyo necesario. Parece como si hubiera un cierto complejo por aparecer al lado de estos funcionarios públicos, a los que algunos, o muchos, con trasnochados prejuicios de infantilismo izquierdista, que se decía antes, se les sigue considerando como represores a la vieja usanza franquista. Podrán negar tal consideración, pero los políticos que nos gobiernan creo que intelectualmente se encuentran más cómodos justificando las actividades de Otegui que defendiendo la actuación de los guardias civiles de Roquetas, de los policías de Madrid que detuvieron a militantes del PP o a los encargados de mantener el orden público en Vigo. Son casos distintos pero con el denominador común de la ausencia de apoyo desde el poder. Pudo haber extralimitaciones en Roquetas, pero se demostró que la causa de la muerte fue la cocaína y no las lesiones de los guardias. Los superiores, en lugar de asumir su responsabilidad, la pasaron toda a los funcionarios.
Delictiva, según acaba de sentenciar la Justicia, fue la actuación de tres policías en Madrid al detener ilegalmente a dos militantes del Partido Popular y después falsificar las pruebas. Lo ocurrido es de una gravedad tremenda. En el plano personal, se impidió la libertad de dos ciudadanos y en lo político se pretendió criminalizar la actuación de un partido político y así perjudicarle ante la opinión pública presentándolo como extremista.
Pero resulta evidente que los funcionarios policiales no tomaron esa decisión de motu proprio. Lo hicieron porque desde Moncloa o Ferraz se dio la orden. Y es muy grave que desde el poder se utilice al aparato policial del Estado contra una organización en la que se basa, de igual modo que las demás, nuestro sistema de convivencia. Con la dimisión del delegado del Gobierno tratan de acotarse las responsabilidades, pero es seguro que la orden o la autorización de la misma vino de más arriba. Es algo que la opinión pública ha de saber.
Igual de sorprendente es lo ocurrido en Vigo durante los últimos días. La semana pasada, la pasividad policial fue clamorosa mientras manifestantes incontrolados habían tomado la calle. Los propios sindicatos policiales se asombran de ello. El lunes siguiente, todo lo contrario, la Policía actuó con gran contundencia, con el saldo conocido de heridos y detenidos. Pero el subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, se afeita para arriba, y dice que los palos son cosa de los policías. Cuando ocurren estas cosas y miramos hacia atrás recordamos las feroces críticas que recibía algún delegado del Gobierno, como Diz Guedes, por actuaciones similares, quien las asumía sin esconderse. Incluso destilaba buen humor, como cuando en una ocasión negó carga policial porque las Fuerzas de Seguridad únicamente "habían procedido al desplazamiento de la masa manifestante".
Creo que va siendo hora de que los políticos, aunque sean de izquierdas, pierdan los complejos que aún conservan con respecto a nuestras Fuerzas de Seguridad, que hoy gozan de una buena preparación, hacen gala de profesionalidad ejemplar y su colaboración en la transición democrática es incuestionable. No hablemos ya de lo que sufrieron en la lucha contra el terrorismo.
GENIAL.