Antes fueron enviadas a Coca-Cola, Banco Santander, Nestlé y Danone
29/11/2015
Cartas de la Generalitat a los fabricantes de coches exigiendo el uso del catalán
Ford, Seat, Nissan, Renault, Citroën y Peugeot han recibido una misiva para que usen la lengua cooficial en folletos, manuales, página web...
La polémica por el uso del catalán en las grandes compañías con presencia en Cataluña no cesa. Banco Santander, Coca-Cola, Nestlé y Danone, entre otros, se han negado a implantarlo en sus productos y servicios, pese a las presiones de plataformas catalanistas subvencionadas por la Generalitat. Ahora, la ofensiva se ha dirigido a las marcas de fabricantes de coches.
Según ha sabido El Confidencial Digital por fuentes empresariales en Cataluña, la Plataforma por la Lengua y WICCAC (Webmasters Independientes en Catalán, de Cultura y de Ámbitos cívicos) han solicitado por carta a varios fabricantes de coches la implementación del catalán en sus plataformas de comercialización.
Entre las destinatarias de estos correos están Seat, Ford, Nissan, Honda, Opel-GM, Renault, Peugeot, Citroën y Toyota. Las cartas son recientes: han sido enviadas en los meses de octubre y noviembre.
Catalán en la web, catálogos, manuales...
En estas misivas, a las que ha tenido acceso ECD, se critica, por ejemplo, que la web corporativa, los catálogos para la compra de vehículos y los manuales de las marcas de coches en España descuiden “la calidad de la atención en catalán, cuando es una lengua utilizada por 10 millones de personas”.
No se entiende, sin embargo, que estas compañías tengan disponibles “portales en más de veinte lenguas europeas, algunas con muchos menos hablantes que el catalán, como el albanés, el esloveno, el estonio, el georgiano, el letón, el lituano o, incluso, el islandés (con menos de medio millón de usuarios)”, añade el texto.
Se les conmina a poner en marcha una versión multilingüe, como la que facilitan ya en Bélgica o Suiza. Les reprochan, además, que sean sensibles a “comunidades de hablantes que no tienen la lengua reconocida como oficial, como las de habla rusa de Armenia, Estonia, Letonia, Lituania o Moldavia”. No se comprende que alguna de estas multinacionales cuenten con versiones estatales bilingües y no incluyan el catalán.
Reciben subvenciones de la Generalitat
Las empresas automovilísticas afectadas han identificado a varias organizaciones catalanistas que están detrás de estas campañas contra sus marcas. Entre ellas destacan la participación de la Plataforma per la Llengua.
Esta asociación se define como una organización no gubernamental, creada en 1993, para garantizar la presencia de la lengua catalana en todos los ámbitos.
Sin embargo, en las multinacionales que sufren estas presiones no pasan por alto que esta plataforma lleva recibiendo desde el año 2006 una subvención directa de la Generalitat de 36.000 euros anuales. Algo semejante ocurre con otras organizaciones nacionalistas implicadas en la campaña.
El castellano se utiliza en todo el país
Las principales marcas de coches ya están preparando una respuesta conjunta a esta ofensiva. Según las fuentes consultadas, habrá una oposición cerrada a estas presiones y las razones que se van a esgrimir son que “España es un mercado único”, y que “la rotulación en castellano, el idioma oficial del país, sirve para todos los consumidores en cualquier territorio del Estado”.
Anteriormente, en el caso del etiquetado, se argumentó que las plantas de Coca-Cola, Nestlé o Danone están repartidas por toda España, y por tanto en el momento de la producción se desconoce el destino que finalmente tendrán los productos. Esto les obliga a diseñar una etiqueta estándar para cualquier autonomía del país utilizando el castellano.
Otra de las explicaciones que se manejará en este caso es que, al tratarse de multinacionales del automóvil que exportan sus bienes también fuera de España, encuentran problemas de espacio en catálogos, manuales y folletos.
-- “Si asumimos el catalán, habría que hacerlo también con el vasco, el gallego..., y no hay sitio para sumar las lenguas cooficiales a los idiomas de los países de destino final de los coches”, concluye un importe fabricante de automóviles que opera en España.