La Guardia Civil pone dos multas a un joven tras recriminarle que hablara en valenciano
Los agentes llamaron ?maleducado? a un vecino de Ondara por no usar el castellano.
Un joven vecino de Ondara protagonizó el pasado sábado 5 de julio un episodio más, no es el primero ni será el último, de la difícil relación que mantienen las fuerzas de seguridad estatales que operan en la Comunitat Valenciana con el valenciano; la lengua, se sobreentiende.
J. V. G. fue parado en un control rutinario de la Guardia Civil instalado en la rotonda de entrada a el Verger desde Valencia. Una hora y cuarto más tarde salió de allí en dirección a casa con dos multas bajo el brazo (una por no comunicar un cambio de domicilio y otra por tener el seguro caducado) y con muy mal sabor de boca: durante ese tiempo fue increpado y coaccionado reiteradamente por dirigirse a los agentes en valenciano, incluso fue obligado a descalzarse, siempre según el relato del joven. ?Le hablo en castellano.
Hábleme en castellano? fue el reproche del agente que mandó parar a J. V. G. en la calzada. Como quiera que el vecino de Ondara no cambió de idioma el mismo efectivo le espetó que ?como no entiendo lo que me dice le vamos a hacer un control completo?.
Fuera de la calzada y ya con el DNI en su mano el agente se percibió de que J. V. G. es de Banyoles (Girona) ?si bien le expliqué que ahora trabajo a medio camino entre Banyoles y Ondara? además de que ?en breve me empadronaré en els Poblets donde me he comprado una casa?. Los argumentos del joven fueron interpretados por el guardia civil en términos de ?que le digo que no entiendo el valenciano y, por lo tanto, como no le entiendo y no ha comunicado su traslado de residencia, le pondremos una multa?.
Una vez examinado el DNI el efectivo de la Benemérita se puso a revisar el recibo del seguro. Eran las 0:30 horas del domingo 6 de julio y el seguro caducaba el sábado 5, es decir, hacía treinta minutos. ?Esto no está en orden?, dijo el guardia civil. Entonces J. V. G. le explicó que ya tenía la comunicación de aviso pero que quizás no había recibido en casa aún el justificante. La respuesta que se encontró fue que ?le he dicho que no hablo valenciano, otra multa por esto?.
Entonces el agente se marchó. Pero antes de irse ordenó al joven que se descalzara, que pusiese sobre el coche todo lo que llevaba en los bolsillos además de indicar a otros compa?eros que registrasen el coche de arriba a abajo.
Seguidamente se acercó otro agente, al que llamaban teniente, y que justificó la actitud de sus subordinados en el sentido de que ?usted es un maleducado, usted ha tenido una falta de respeto hacia mi compa?ero; mi compa?ero es andaluz y no tiene porque hablarle en valenciano ?me entiende??, según el relato de J. V. G. El joven respondió que ?tengo el derecho a hablar en valenciano porque es la lengua oficial? a lo que el teniente replicó que ?la única lengua oficial es el castellano? además de que ?el valenciano es sólo cooficial y usted tiene la obligación de conocer el castellano?. J. V. G. manifestó en ese momento que ?tengo el mismo derecho a usar el valenciano en esta comunidad?.
Al término de la discusión, el vecino de Ondara se llevó una nueva sorpresa cuando uno de los agentes que había en el lugar se aproximó a él y le reprochó que era de Olot y ?por culpa de gente como yo había tenido que irse de allí?.
Entretanto el primero de los agentes vuelve y ordena otra inspección del coche que estuvo acompa?ada del reconocimiento de los triángulos y el chaleco de seguridad así como la comprobación de que el número de serie del motor del vehículo coincidiera con los datos de los papeles.
Amenaza
Pasaban pocos minutos de la 1 de la madrugada del domingo cuando el episodio acabó. Antes, el agente de la Benemérita expresó en forma de epílogo que ?tranquilo que nos volveremos a ver, sabes. Esto es muy peque?o. Y cuando podamos te vamos a empapelar?. ?Un abogado podría interpretar eso como una amenaza?, contestó J. V. G., ?Qué miedo, uy, qué miedo?, concluyó el guardia civil, siempre según la versión del joven narrada a este diario.
La Comandancia de la Guardia Civil de Alacant informó a Levante de Alacant al respecto de lo sucedido que mientras no reciba una queja por escrito no valorará los hechos.