CAMBIOS EN LA SEGURIDAD
La retirada de escoltas en el Ayuntamiento de Bilbao liberará a diez policías
En diciembre se retirará el servicio a los portavoces del PP y PSE y solo lo mantendrá el alcalde
22.11.12 - 02:07 - TERESA ABAJO | BILBAO.
LAS REACCIONES
CRISTINA RUIZ PP
«Es un síntoma de normalidad, te acostumbras muy pronto a no tener miedo»
ALFONSO GIL PSE
«Nos han salvado de muchas cosas y siempre han estado a la altura de las circunstancias».El Ayuntamiento de Bilbao retirará la escolta a los portavoces del PP y PSE a mediados de diciembre, según ha podido saber este periódico. La medida permitirá destinar a diez agentes de la Policía Municipal a otras tareas, en plena reorganización del cuerpo para tener mayor presencia en la calle. La unidad de escoltas, que estaba formada por 31 efectivos, se redujo a la mitad hace justo un año, después de que ETA anunciara el cese definitivo de la violencia. Desde entonces solo se mantiene la protección al alcalde y a Cristina Ruiz y Alfonso Gil, como jefes de filas de los grupos popular y socialista.
En el pasado mandato, también contaban con este servicio la teniente de alcalde de EB, Julia Madrazo, y el anterior portavoz del PSE, Txema Oleaga. Ambos abandonaron el Ayuntamiento tras las elecciones de junio de 2011, y el 20 de octubre ETA difundió el comunicado que tantas cosas ha cambiado en la sociedad vasca. En los últimos meses, se ha ido retirando la escolta a jueces, fiscales, viceconsejeros y directores del Gobierno vasco, y se ha reducido la del lehendakari y los consejeros.
En el Consistorio de Bilbao, a partir de diciembre, el alcalde será el único que cuente con personal dedicado a su custodia. El resto de los agentes se integrarán en otras unidades de una plantilla formada por 773 personas. El concejal de Seguridad, Tomás del Hierro, que ayer eludió comentar la retirada de escoltas, presentará en breve su modelo de Policía de proximidad: una reorganización basada en reforzar la presencia en los barrios y la labor preventiva frente a las unidades especiales que se crearon en los años noventa.
Los ediles de la capital vizcaína empezaron a llevar escolta en 1998. Los primeros fueron Teo Uriarte y Ascensión Pastor. Basta recordar que en dos años ETA asesinó a cuatro concejales vascos -Miguel Ángel Blanco, José Luis Caso, José Ignacio Iruretagoyena y Manuel Zamarreño-, al pamplonés Tomás Caballero y al sevillano Alberto Jiménez Becerril junto a su esposa para revivir aquel momento que hoy puede resultar lejano. En la capital vizcaína, se fue asignando protección a los cargos electos a partir de informes policiales. En algunos momentos hubo que recurrir a la seguridad privada, pero el grueso de esta labor ha recaído en la Policía Municipal.
Cristina Ruiz, que inició su trayectoria política en 1995 como concejala en Getxo, afirmó ayer que la retirada de los escoltas es «una buena noticia, un síntoma de normalidad. Durante años he recibido amenazas en la universidad, como tanta otra gente, pero te acostumbras muy pronto a no tener miedo», asume. «Entre otras cosas, he trabajado para que todo el mundo en el País Vasco tenga más libertad, y me apetece la sensación de no tener que planificarme todo el tiempo».
Al igual que Alfonso Gil, que lleva más de diez años con escolta. «Nos han salvado de muchas cosas», dice. «Siempre han estado a la altura de las circunstancias. Cuando hemos sentido desprecio ellos han visto ese desprecio, y cuando tú estás desgarrado -añade recordando funerales de compañeros- y van tres personas en un coche, el desgarro es para todos». Ahora se dispone a saborear «la normalidad, la libertad plena. Me he comprado hasta una moto, me hacía una ilusión terrible y quiero disfrutar de ella», concluye.