Hay una circunstancia que me llama mucho la atención. Ya no me sorprende. Existe una tendencia foril que consiste en que cuando alguien menciona la dictadura franquista, alguien sle de manera inmediata a recordar a Castro, por ejemplo. Como si eso fuese una forma de exhorcizar algún demoni interno. No pasa al revés, curiosamente. Me dices que reconozco a rega?adientes que Fidel Castro es un dictador.
Llevo más de ocho a?os dedicandome a apoyar a presos políticos cubanos y participando en programas de ayuda. ?Ahora me vas a descubrir a Castro?. Un poco tarde.
Luego me has citado entre las barbaridades cometidas por Chavez, nada menos que la nacionalización de las empresas que explotan sus recursos nacionales (que al final no se ha producido). Eso, no solamente no es una barbaridad sino que respondería a un acto de justicia económica no sólo para Venezuela, sino para la mayoría de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo. Pero bueno esto es un tema de alta política en el que no me extenderé. En cuanto al intento del golpe de Estado, te diré, otra vez sin ambages, que estoy en contra de obtener por medio de las armas un gobierno, arrebatado al gobierno legítimo (en este caso, el amplio apoyo social del que goza Chavez es debido a la situación de insostenibilidad económica y de corrupción en la que estaba inmerse Venezuela) porque nadie más que el pueblo tiene el poder de legitimar a las instituciones públicas. Pero, insisto, un dictador, no es alguien que no es un dictador.
Otra inexactitud es la referencia al encarcelamiento de disidentes políticos. A diferencia de Cuba, en Venezuela los partidos políticos son legales (los de cualquier signo). Otra cosa es la aplicación extra?a y abusiva de la legislación que, sin duda, se da. Sin embargo, la Constitución venezolana es una de las constituciones más completas y avanzadas del mundo.
Aparte, entre ser un demócrata y un dictador hay posiciones intermedias que hacen que una democracia inmadura no sea, consecuentemente, una dictadura o, por el contrario, que una dictadura obrera (como en la antifua URSS), sea una democracia.
Los tics a los que me refiero, son tendencias dudosamente democráticas, sin más. Los observo también en algunos políticos espa?oles y no digo que vayan a convertir esto en una dictadura.
Fíjate si diciendo las cosas con muchas letras tengo que explicarlas otra vez, imagina si lo digo con pocas. Acaban por extraditarme.
Salud y suerte.