Caso Madrid Arena: Dos policías declaran al juez que en el Madrid Arena: "no había seguridad"
Poco a poco se van conociendo más detalles sobre las graves deficiencias que pudieron ayudar al desastre que resultó la fiesta de Halloween del Madrid Arena y su tragedia posterior. Las medidas de seguridad desplegadas aquella noche "eran inexistentes", según la declaración de tres policías, dos del Cuerpo Nacional,y otro más municipal, ante el juez instructor del caso.
Qué.es 19 de noviembre de 2012.
Estos dos policías asistieron al evento a título privado y en sus declaraciones, las escenas que describen son terribles, según cuenta el diaro elpaís.com que adelante esta mañana la exclusiva.
En el testimonio, los jóvenes agentes, de edades comprendidas desde los 20 a los 23 años, aseguran que el recinto estaba atestado de menores de edad, casi todos "borrachos y/o drogados", a los que se sirvió alcohol sin reparo. Eso no es un delito, pero sí una falta administrativa muy grave.
Los agentes policiales han declarado ignorar la causa concreta de la estampida humana que precipitó la muerte de cuatro jóvenes y mantiene hospitalizada, en estado muy grave, a una quinta: si fue el destello de una bengala en el centro de la pista, una pelea multitudinaria o la irrupción en los pasillos de acceso a la pista de los cientos de jóvenes que habían permanecido en el exterior celebrando un 'botellón'. Eso sí, la precipitada entrada de los anteriores coincidió con el inicio de la actuación del DJ Steve Aoki, reclamo del espectáculo.
En el testimonio de los agentes se incluye las escenas dantescas del pasillo de acceso a la pista, con montones humanos de "entre seis y siete cuerpos de altura, unos encima de otros".
¿CÓMO ERA LA SEGURIDAD AQUEL DÍA?
El juez, además de apuntar hacia Miguel Ángel Flores, propietario de la empresa Diviertt, que organizó el evento, las empresas de seguridad Seguriber, que es la específica y habitual del recinto, y Kontrol 34, que aportó vigilantes esa noche para el interior del recinto, que según el testimonio aportado por los policias eran "meros porteros de discotecas, sin la preceptiva licencia del Ministerio del Interior". Con esos ingredientes, el fiscal del caso quiere saber los nombres para interrogarles sobre lo que pasó e indagar si disponen de permiso para ese cometido. Los tres policías que han declarado ante el instructor indican que muchos de los vigilantes eran extranjeros cuyo único signo distintivo era un chaleco reflectante.
Los policías que declararon ante el juez están convencidos de que el número de asistentes a la fiesta fue superior al permitido, en torno a 10.500 personas. La pista central, donde se produjo la estampida, nunca debió albergar a más de 3.900 personas. Pero, según los investigadores, existió "circulación libre" entre las plantas, por lo que es muy posible que su aforo también quedara ampliamente rebasado.